domingo, 11 de mayo de 2025

Seis respuestas diferentes a American Graffiti.

 

El fracaso de THX 1138 (1971), un film de ciencia ficción serio y adulto que seguía la senda marcada por 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968), llevó a George Lucas a embarcarse en una empresa menos cara y ambiciosa, y un par de años más tarde y contando de nuevo con su amigo Francis Ford Coppola en la producción estrenaba en agosto de 1973 American Graffiti (American Graffiti). Una película ambientada a comienzos de los sesenta que, tras un planteamiento bien sencillo, con las historias de un grupo de chicos que terminan las clases en el instituto, proyectaba no sólo el paso de la adolescencia a la edad adulta de sus jóvenes protagonistas, dejando atrás sus diversiones para hacer frente a nuevos problemas y obligaciones, sino que a la par lanzaba una mirada a tiempos más felices y sencillos, anteriores a que América "despertara" tras los asesinatos de John F. y Bobby Kennedy y Martin Luther King, la Guerra de Vietnam, la crisis energética, a los años de la contracultura y la Era de Acuario, cuando los jóvenes pusieron en entredicho las normas y creencias de sus progenitores, al caso Watergate, o a la recesión que afectó terriblemente a la sociedad, la política y la economía de los Estados Unidos, sumiendo al país en un caos de paro y delincuencia y dejando al aire que su legislación se presentaba obsoleta e impotente ante los nuevos tiempos.

La cinta de George Lucas tenía además una banda sonora repleta de canciones de los cincuenta y primeros sesenta con temas de Rock'n'Roll, R&B, doo-wop, surf, etc. que vendió muchísimos discos. En formato de doble LP, su éxito propició que la siguieran más volúmenes, oficiales y piratas, por diferentes países.

Al contrario que THX 1138, la siguiente película de Lucas gozó del aplauso del público y de los críticos, pudiendo volver poco después a la ciencia ficción y a arriesgarse con un proyecto de gran presupuesto. Pero no sería ahora la ciencia ficción adulta y sesuda la abordada, no era plan de tropezar de nuevo con la misma piedra, sino la más aventurera y juvenil, iniciando un viaje sin regreso para Hollywood con La Guerra de las Galaxias (Star Wars, 1977). Además, American Graffiti traería consigo una secuela (dirigida por Bill Norton en 1979), más una serie de films respuesta, otras películas "de nostalgia" (como las llamó la crítica), siguiendo los parámetros marcados por George Lucas, tanto el punto de partida, la ambientación, la banda sonora cargada de oldies... pero desde diferentes perspectivas. Echemos un vistazo a unas cuantas de ellas.

Días felices (The Lords of Flatbush, Martin Davidson, 1974).

Según Quentin Tarantino, la primera cinta con un papel para desarrollar por parte de Sylvester Stallone -el año antes de Rocky (Rocky, John G. Avildsen, 1975)-, interpretando aquí a uno de los miembros de una pandilla donde también militan Perry King, Paul Mace y Henry Winkler, el inolvidable Fonzie de la sitcom Días felices (Happy Days, 1974-1984), precisamente el mismo título que la distribuidora española decidiera dar a esta Lords of Flatbush.

Una de las más tempranas respuestas a American Gaffiti, y posiblemente la más liviana de todas. Pero su reparto no tardaría en convertirla en cinta de culto.

Cooley High [tv: Instituto Cooley, Michael Schultz, 1975].

Michael Schultz, uno de los más interesantes realizadores del cine afroamericano de los setenta, nos brindó la visión blaxploitation acercando su trama a un instituto de la comunidad negra en los primeros sesenta.

En su reparto encontrábamos a un joven Lawrence Hilton-Jacobs, que a comienzos de los noventa se haría un hueco como héroe de acción en las producciones del género direct to video de la PM, y que en el presente siglo sería reivindicado, cómo no, por Rob Zombie.

La banda sonora, cargada de soul, vendría de la mano de la Motown.


Young, Hot 'n Nasty Teenage Cruisers (Tom Denucci, 1977).

No se libró American Graffiti de su correspondiente parodia porno. Con el excéntrico Johnny Legend tras el proyecto, la película reunía en su imposible reparto a ídolos del cine para adultos, caso de Serena o Rick Cassidy, con cantantes de rockabilly de distintas generaciones, como Tony Conn y Jerry Sikorski.

El propio Johnny Legend (quien al parecer también dirigió parte del metraje) hace su aparición y canta algunos temas de rockin'.

Desmadre a la americana (National Lampoon's Animal House, 1978).

También la gente de National Lampoon's dieron su visión de aquellos Estados Unidos de comienzos de los sesenta, más prósperos y desenfadados pero, como no podía ser de otra manera viniendo de ellos, lo hicieron con una alocada y anárquica comedia que no guardaba el mínimo respeto con institución alguna. Llevando a los cines el humor "de retrete" y ya no habría vuelta atrás, abriendo la caja de los truenos y trayendo tras de sí un aluvión de películas juveniles (sexuales y escatológicas) ambientadas en institutos y universidades (tanto da) que haría que la crítica más rancia se desgarrara sus vestiduras.

La gran aceptación y celebración por parte del respetable de Desmadre a la americana puso en el mapa a su director, John Landis. El film contó en su coral reparto con una de las estrellas del Saturday Night Live, John Belushi, junto a unos jóvenes Karen Allen, Kevin Bacon o Tim Matheson, y los más veteranos Donald Sutherland, John Vernon o Verna Bloom.

Su más que recomendable banda sonora, cargada de frat-R'n'R y soul, corrió a cargo de MCA. No fueron pocos quienes conocieron el "Shout" o  el "Louie Louie" gracias a este trabajo. Por cierto,Swim Team (1979), una comedia dirigida por James Polakof, se distribuiría en nuestro país de forma apócrifa como Desmadre a la americana II.

Las pandillas del Bronx (The Wanderers, Philip Kaufman, 1979).

El director de Chicago, Illinois, Philip Kaufman estrenaría a finales de los setenta la mejor de las respuestas al film de George Lucas. Centrada en la comunidad italo-americana en el Bronx de Nueva York, y en particular en la pandilla denominada The Wanderers, el film arranca con la llegada de un chico nuevo al barrio que entrará a formar parte de la banda, Perry -Tony Ganios, el "Cigarro-puro" de Porky's (Porky's, Bob Clark, 1981) y sus secuelas-, y se centra en el día a día de estos muchachos: sus borracheras, peleas con pandillas rivales, sus líos de faldas, etc... encerrando una seria reflexión sobre los cambios no sólo generacionales y el paso a la edad adulta, sino arrojando una reflexión a la cerrazón de ciertas minorías raciales frente a los profundos cambios que sacudían al país. Más críptica en algunos momentos que el resto de films de nostalgia, se alza como la más destacable de las cintas que cogieron el testigo de American Graffiti.

En su genial banda sonora destaca, por descontado, el tema doo-wop "The Wanderer" de Dion & the Belmonts. Y en su reparto veíamos también a una joven Karen Allen y a la menuda Linda Manz, la irrepetible Cebe de Caído del cielo (Out of the Blue, Dennis Hopper, 1980).

Diner (Diner, Barry Levinson, 1982).

Casi una década después del estreno de American Graffiti, Barry Levinson transitaba senderos similares con Diner. Más dramática que aquélla y la mayoría de films afines, contó en su juvenil cast con un puñado de rostros que destacarían en distintos géneros en la década de los ochenta: Steve Guttenberg, Mickey Rourke, Kevin Bacon, Daniel Stern o Ellen Barkin.


Alfonso & Miguel Romero

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