domingo, 12 de enero de 2025

La Cripta de los Condenados: Aitor Bolaños.


 Nacido en Madrid, pero de padre gallego y madre vasca, me siento nacional de ese mundo bidimensional que llamamos cine y literatura. Desde hace medio siglo, vengo adorando la música. Y la he estudiado y practicado, pero me he tenido que alejar de ella por cuestiones traumatológicas. De una voracidad cinéfila incansable, desde pequeñito me he dedicado a ver toda clase de películas, mientras la vida me arrastraba a la universidad y al campo de la historia y la educación. He estudiado Derecho y Ciencias Políticas y cargo con un doctorado en Filosofía política, jurídica y moral. Doy clases de varias materias mientras intento llenar las enormes lagunas que tengo en todos los campos en los que me embarro. Analizo productos visuales, tanto cinematográficos como del 9º arte, en busca de nuevas formas de representar lo que dejamos atrás. Tuve la idea de llevar un blog de cine y lo conseguí durante casi 8 años. Pastillas críticas se llama. El cine corre por mis venas. Soy un espectador arrebatado y vampirizado. Los fantasmas de mi vida pasan a 24 fotografías por segundo. Pero lo más importante son las buenas personas que he conocido, como mis dos maestros, mi familia más canosa, mi mujer, mi hijo y mi perra. Y los amigos, sin los cuales la vida no merece ser vivida. ¿Con quién vas a hablar de cine sino con los amigos más queridos?

¿Cuál fue el primer referente que recuerdas en el fantástico y el terror?

Pues tengo varios y entremezclados en la memoria. Uno de ellos es el cine de la Universal, que pude disfrutar en el mítico cineclub de La 2, a comienzos/mediados de los 80. Especialmente "El hombre invisible". Era un protoadolescente inquieto, con lo que lo compaginaba con las pelis de la Disney, en la gloriosa edición de caja blanca en VHS. Justo a continuación, comencé a devorar las pelis que encontraba de la Hammer (la saga de Drácula, la de Frankenstein, las momias y los zombies). Las privadas y las autonómicas echaron varias a finales de los 80 y comienzos de los 90. A lo que se añaden varios slashers de la época, films italianos de terror, varias pelis del ciclo Poe/Corman, el "Peeping Tom" de Powell y Bedlam, de Karloff, que vi en la tele y grabé en VHS. Los videoclubs de la época era auténticos templos del cine de terror y fantástico. Aunque unos más que otros, claro. Vimos cientos de películas de terror, de todas las épocas, pero especialmente de los 70 y 80. Aun viene a mi memoria, de vez en cuando, el gigantesco videoclub de El Corte Inglés de Princesa. Estaba enamorado de "Excalibur", de "Dentro del laberinto" y de "Un hombre lobo americano en Londres". Luego llegó Noche de lobos. Y me despedía de las gachís de la época para volver a casa a ver el programa… En el año 1989, cuando cumplí 14 años, alquilé, en uno de los videoclubs de mi barrio, "El día de los muertos" y "Educating Kascha". Ahí es nada. Siempre ha estado el género muy hormonado, la verdad.

¿En el terreno cinematográfico, cuál es tu director favorito del género?

Es complicadísimo quedarse solo con un creador. Igual me quedaría con John Carpenter, por motivos puramente personales. Bueno, y también por motivos objetivos, que el de Carthage es un director con un talento descomunal. Igual que George A. Romero, Bob Clark, Cronenberg o Coscarelli. En el caso de España, me quedo con Franco, Naschy y Larraz. En el caso de Italia, me quedaría con Bava, con el primer Argento y con Luigi Bazzoni. Y con pelis de Fulci, Lenzi, Martino y Avati, claro. Amo el cine de Rollin y el de varios directores polacos. Como curiosidad, adoro el trabajo que hicieron grandes directores para televisión como Dan Curtis, Curtis Harrington o John Llewelyn Moxey. Además, me chifla descubrir obras ignotas como las de Carlos Enrique Taboada, Arne Mattsson o Pete Walker. Por no hablar de esa generación de directores británicos oscuros de los 70 y 80, como Alan Clarke, Robert Wynne-Simmons o Lawrence Gordon Clark. O el cine de género australiano.

¿Y quiénes son tu actor y actriz preferidos que han despuntado en el mismo?

Por decir cuatro díadas míticas, y sin pensarlo mucho, Vincent Price-Donald Pleasence y Sigourney Weaver-Jennifer Connelly.

¿Cuál destacas como tu película de terror predilecta?

Voy a decir unas cuantas por el qué dirán: "La cosa", "En compañía de lobos", "En la boca del miedo", "La matanza de Texas", "Cromosoma 3", "Miedo en la ciudad de los muertos vivientes", "Rojo oscuro", "La máscara de la muerte roja". Soy un admirador acérrimo del género de terror, como el protagonista de “Welcome to my Nightmare” (1986), de "Amazing Stories". Aunque he visto películas de todos los géneros, como el Martin Tupper de la serie "Dream On".

¿Universal o RKO? ¿Hammer o Amicus?

En el primer caso, ambas. Adoro la creatividad que echó la Universal a la hora de adaptar cinematográficamente a los clásicos literarios del género. Pero me chifla, también, la pasión que la RKO puso en sus films de serie B sobre los más diversos géneros. Y, por mucho que me gusten varios films de la Amicus, me sigo quedando con esa cantera increíble de talentos que fue la Hammer. 

¿Cuál es tu subgénero favorito dentro del terror y el fantástico?

El slasher (incluyendo el canadiense), el telefilm de suspense y horror y la ciencia ficción. 

¿Casan bien el terror y el erotismo? 

Por supuesto, como he apuntado antes, en mi evolución cinéfaga y sentimental, el género de terror siempre ha estado un tanto hormonado, relacionado con la atracción y con el descubrimiento del sexo opuesto. El “miedo”, vamos. Al menos desde Freud sabemos que las pulsiones eróticas y malsanas van de la mano en nuestra obsesión inconsciente por volver a lo inanimado. Eros y Thánatos se contraponen pero, a la vez, conviven en nuestra psique. Y dicho más en román paladino, el miedo, que es la emoción más antigua e importante de la humanidad (Lovecraft dixit), es el acompañante perfecto de la sostén, del tanga y del corsé. "El ligero mágico". Fijaos en el cine del tío Jess o en el de Rollin. El erotismo del miedo. La atracción de lo misterioso. El desnudo de la muerte. Ambos son dos enormes constelaciones alrededor de los cuales giramos millones y millones de satélites. 

¿Cómo ves el género en los últimos años?

Veo poco, la verdad. Por entrenamiento, prejuicios y edad, veo pocas novedades, pocas sorpresas, poco riesgo. Pero hay excepciones, claro. El cine de Moorehead y Benson es tremendo, aunque solo pudiéramos calificarlo de “terror cósmico” (desde Spring a El infinito). James Wan tiene cierta clase, en particular en "The Conjuring". Los "Hereditary", "Midsommar", "Un lugar tranquilo", "It Follows", "La visita", "It", "The Ritual", "Terrifier", etc. no son para mí. Y menos los remakes en cadena con los que se intenta sorprender a la adolescencia, a la vez que se anestesia, con la mera nostalgia, a los cuarentones/cincuentones. Hay mucha fotocopia disfrazada de creación… Me gustaron "Rec", "Void" y "La cabina en el bosque", por poner solo tres ejemplos. Y soy un fan descerebrado de la saga "Scream". Pero, en todo caso, prefiero rescatar el cine olvidado, como hacen los expertos apasionados de Exhumed Movies.

¿Cuál es la película más salvaje y gamberra que recuerdas?

¿Gamberra? Ví "Mal gusto" en el año 88, así que imagínate. ¿Salvaje? Las míticas pelis falsamente snuff de los 80 ("Guinea Pig" y demás). Claro, también éramos muy jóvenes. Pero nunca he sido muy de pelis de gore o de ultra gore, tipo "Nekromantik" o "The Burning Moon". Tampoco de los mondos. Me parecen menos soportables las agresiones en el plano emocional. "Saló o los 120 días de Sodoma", por ejemplo. O "Adiós, tío Tom". Por eso, creo que "The Plague Dogs" es una de las pelis más tristes y salvajes que te puedes echar a la cara. Terror desde el fondo de nuestra humanidad.

¿Cuál es tu escritor favorito del género?

Los que nos gustan a todos: Poe, Machen, Blackwood, Lovecraft, Matheson, Barker, etc.

¿Cuál sería tu grupo o solista musical favorito dentro del fantástico y el terror?

Como grupo, adoro a los Goblin de Simonetti. Que trajeron a Madrid los del Festival Sombra, en 2024, para disfrutarles en directo, tocando la BSO de Profondo Rosso. Como compositores, adoro muchos. Pero destaco trabajos concretos, como el de Bill Connor para "The Magic Toyshop", el de Colin Towns para "Full Circle", el de Pino Donaggio para "Trampa para turistas", el de Elmer Bernstein para "Moriremos hace cien años", el de Morricone para "¿Qué habéis hecho con Solange?", el de Richard Band para "Seis mujeres atrapadas", el de Goldsmith para "The Other" o, finalmente, el de Miklós Rózsa para "Providence". Fuera del género, me encantan las BSOs de John Addison.  

¿Cuál es tu comida favorita? (puedes indicar hasta tres platos distintos) ¿Y la bebida?

Espaguetis con tomate. Lentejas con verduras. Acelgas rehogadas. Comida de viejos. Muy poco cinematográficas, la verdad. Salvo la pasta. Recuerdo esas fotos de Bud Spencer y Terence Hill comienzo spaghettis. Y de bebidas, el champán de la clase obrera: la cerveza, junto con el vino y un buen Scotch.

¿Crees en el más allá? ¿Piensas que hay algo más que este mundo?

Me conformo con no descreer del todo del más acá. Como diría S.T. Joshi, soy un agnóstico menckeniano. Intento ser una buena persona sin necesidad de tenerle miedo al Big Brother revelado. Y es que, como creía Borges, casi es más fácil pensar en que todo esto que tenemos delante es producto de un ser creador. La nada, la materia oscura, es más difícil de concebir. Y sí, creo que hay algo más que este mundo. Un mundo mejor. En cinta VHS o en 10K.



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