jueves, 31 de julio de 2025

Bill Haley & His Comets en México

 

Bill Haley, cuyo nombre real era William John Clifton Haley, nacido en Highland Park, Detroit, Míchigan, el 6 de julio de 1925 y fallecido en Harlingen, Texas el 9 de febrero de 1981, fue un pionero del Rock ‘n’ Roll y un músico fundamental para cualquier amante de la cultura. Debo decir que me encanta toda su trayectoria, pero en este artículo quiero centrarme en su etapa en México.

Todo el mundo sabe que Bill Haley & His Comets cosecharon grandes éxitos como “Rock Around the Clock”, “See You Later, Alligator”, “Shake, Rattle and Roll” , “Skinny Minnie”, “Razzle Dazzlee”, “Green Door”, Crazy Man, Crazy”, "Land of the Thousand Dances", etc... Un hecho que les hizo alcanzar una gran fama fue la inclusión en la película Semilla de maldad (Blackboard Jungle, Richard Brooks, 1955) de su gran hit mundial “Rock Around The Clock”.

En la década de los sesenta la banda alterna su escena norteamericana y europea con América Latina, decidiendo quedarse en México. Inicialmente fueron invitados por el empresario Rogelio Azcárraga, permaneciendo varios años en el citado país, cosechando un gran éxito y popularidad, tanto con sus temas de siempre como con otros nuevos, con un repertorio magnífico de twist y por supuesto de Rock ‘n’ Roll. El twist estaba muy en boga en esa época y Bill Haley and His Comets fueron uno de sus mayores representantes, triunfando en esos lares y en otras latitudes. En 1961-62 firmaron con el sello discográfico “Orfeón Records” y obtuvieron un exitazo con el tema “Twist Español”, al que seguirían otros, como por ejemplo “Florida Twist”. Tradujeron incluso su nombre como Bill Haley y sus Cometas.  Quiero reseñar el tema "See You Later Alligator" que aparecía en el film Jóvenes y rebelde (Julián Soler, 1961), que cantó con Adalberto Martínez Resortes, para esta ocasión...

Fueron habituales del programa de televisión, patrocinado por el sello discográfico Discos Orfeón, Discotheque Orfeón a Go-Go (que también se llamaría Premier Orfeón Dimsa y Rock 730). Una joya televisiva en la que actuaban grandes figuras de la época y con gran amplitud de estilos. Hace poco escribí sobre Toño Quirazo [1], que triunfó con el ska y también hizo boogaloo, latin funk, … incluso cumbia, teniendo excelentes apariciones en ese espacio televisivo. Por allí pasaron asimismo grandes estrellas como Big Joe Turner, Los Belmonts, Los Locos del Ritmo, Los Hoolligans, Los Babys, Los Rockin’ Devils, … Me gustaría rendir homenaje a las fabulosas gogos de este imprescindible show, que animaban con sus bailes yeyés las actuaciones de las bandas. Bailarinas legendarias como: Lucía Gullmáin, Lisa Gali, Gilda y Lucía Deneken, Malena Soto, Elba Aponte, etc … Volviendo al combo que nos ocupa, decir que realizaron muchas canciones en castellano, Haley hablaba el idioma. El twist fue un gran acierto en el estilo musical del grupo. Es obligado también mencionar a otros genios de este estilo como Chubby Checker o Hank Balladar. En 1966 Los Cometas graban un disco para el citado sello Orfeón como músicos de sesión del icónico Big Joe Turner, aunque no participó Haley sí podemos verle en tv, tocando en el programa mexicano reseñado, junto a Turner y los Cometas. Por cierto, en ese año también en la misma discográfica publican una excelente versión del “California Sun”, popularizada por los maravillosos The Rivieras.

En 1967 Bill Haley, sin los Cometas, graba una demo en Phoenix (Arizona) del tema country “Jealous Heart”, con una banda de mariachis. Como ya se ha dicho, además de en el país azteca, siguieron cosechando éxitos y actuando en USA y Europa. En 1974 harían de hecho una gran gira por Sudamérica y el viejo continente.

Grabó excelentes discos en esta etapa (como en todas) y grandes temas, además de los anteriormente reseñados de la etapa mexicana, como ”Tampico Twist”, “Rambuchas Twist”, ”Riviera” ,”Jalisco Twist”, “Tacos de Twist”, "Caravana Twist", "China Twist"…

 Os recomiendo el CD In Mexico 1961-1962/Twist Español- Four Complete Albums Plus Bonus Tracks. Contiene los álbumes TwistBikini Twist, Twist Vol. 2, Twist en México y también trae bonus tracks, como ya indica el título.

No se puede entender la música sin estos artistazos que fueron Bill Haley and His Comets.

Alfonso Carlos López

[1] En https://lesdansesmacabres.blogspot.com/2025/07/tono-quirazco.html

 



lunes, 28 de julio de 2025

Cuentos Macabros: "El Centro Comercial"


 


Nunca había ido a ese centro comercial. Mi amiga me convenció de ir para ver cómo era. Era como otro cualquiera: tiendas, supermercados, cafeterías, bares...

Vimos unas cuantas tiendas de ropa, luego nos metimos en el supermercado para comprar algo de comida, que hacía falta en nuestras casas. Después fuimos a una cafetería a tomar un café.

Al terminar fuimos en busca de algún aseo.

El de la primera planta lo estaba limpiando una señora muy mayor, que nos comentó que fuéramos al de la planta del sótano. Bajamos por las escaleras, nunca me gustaron los ascensores. Al llegar todo estaba casi en penumbra. Los aseos se encontraban al lado de los ascensores. Mi amiga decidió esperar fuera, mirando el facebook en su móvil.

Eran unos servicios muy oscuros, con azulejos marrones, lo que les daba un tono más tenebroso. Tenían sólo una luz pequeña encima de unos de los dos lavabos que había. A la derecha, en un pasillo, había tres puertas con los unitarios. La primera puerta estaba cerrada, en la última había una poco de luz, pero se escuchaban risitas de cría. Pensé  “vale, es una niña pequeña que está haciendo pis, su madre estará arriba esperando”. Me pareció raro que una madre dejara a una niña pequeña bajar al sótano ella sola. Fue un pensamiento corto. Entré en el del medio.

 Me bajé los pantalones y empecé a orinar. Noté que la risa era más fuerte y sentí que el pomo de la puerta giraba. Tenía puesto el pestillo. Grité “ocupado”. La risita paró y escuché cómo corría. Me quedé paralizada, un miedo atroz se apoderó de mí. Me quedé quieta y se apagó la luz. Me levanté y me subí los vaqueros enseguida. Grité que ya estaba bien de cachondeo, que se estuviera quieta. Volvió la luz.

 Abrí la puerta, salí y vi que en el de al lado se volvía a escuchar la risita.

Me metí de nuevo en el aseo y volví a cerrar la puerta. Noté como el pomo giraba de nuevo. La risa se elevó a una risa infernal. Empezó a dar patadas a la puerta y oí que algo decía:

 -         Está ocupado.

No podía moverme del miedo. Escuché de nuevo el sonido de alguien corriendo.

 Abrí la puerta y fui corriendo hacia la salida. Subí las escaleras y enseguida vi a mi amiga, que me vio y sonrió:

 -         Por fin, has tardado bastante.

-         ¿No has visto salir a nadie del baño?

-         No ha salido ni entrado nadie.

-         Pero si había alguien dentro y ha salido corriendo... Era una niña pequeña.

-         No me asustes, no ha salido nadie.

 Le expliqué lo que me había sucedido. Decidimos entrar las dosa los baños del sotano.

 La primera puerta estaba cerrada, la segunda y la tercera abiertas por completo y no había nadie.

 Me fui a los lavabos  para lavarme las manos, mi amiga me siguió.

 De repente se escuchó un portazo, las dos nos miramos asustadas.

 Miramos hacia el pasillo y vimos como unas manos huesudas aparecían en la penumbra. No lo pensamos dos veces, salimos corriendo, gritando. Subimos las escaleras y al final vimos a un vigilante.

Nos quedamos mudas por un momento, le comentamos que alguien nos había molestado en los baños de abajo. Él nos respondió:

 -         No hay baños en los sótanos.

-         Sí, acabamos de estar en ellos.

-         Pues lo siento mucho, pero no hay baños abajo.

-         Una limpiadora nos dijo que fuéramos al del sótano mientras ella limpiaba el de aquí arriba.

-         ¿Qué limpiadora?

 Fuimos al otro baño y vimos que había una muchacha joven limpiando los baños. No era la misma.

 Nos tomaron un poco por dos chifladas.

 Nos fuimos corriendo en busca del coche.

 No sé qué ocurrió ese día y, la verdad, no creo que quiera saberlo.

 Mi amiga y yo no hemos vuelto hablar del tema. Y por supuesto no pensamos volver a ese centro comercial.

 Es más, nunca he vuelto a entrar en un aseo público sola.


Cuento de Malina Murnau.

miércoles, 23 de julio de 2025

VV.AA. “Play Misty For Me… Music From the Films of Clint Eastwood” (New Continent, 2024).

 

Clint Eastwood comenzó su carrera en las pantallas a mediados de los años cincuenta (del pasado siglo), dándose a conocer entre el gran público gracias a la televisión con la serie de la CBS Rawhide (1959-1965). Pese a la oposición y desconfianza de Hollywood, se haría una estrella de la gran pantalla tras venir a Europa y rodar con Sergio Leone la denominada “trilogía del dólar”, interpretando al lacónico “hombre sin nombre”. De vuelta a los USA seguiría forjando su imagen/mitología con una serie de títulos que, de una u otra manera, miraban hacia sus trabajos en el spaghetti-wéstern, encontrando un muy buen aliado en el veterano director Don Siegel. Hombre de cine y excelente empresario, Eastwood fundaría su propia productora, la Malpaso, para poder controlar mejor su carrera y gestionar sus trabajos con las majors. Y a comienzos de los setenta da el salto a la dirección con el psycho-thriller Escalofrío en la noche (Play Misty For Me, 1971), cuya trama sería copiada en la década siguiente en la exitosa (e intrascendente) Atracción fatal (Fatal Attraction, Adrian Lyne, 1987). Los setenta empezaron fuertes, tras destacar en el cine del Oeste (aunque a John Wayne no le gustara un ápice su visión del mismo y así se lo hiciera saber) triunfaría también en el policiaco al aceptar el papel de Harry Callahan en Harry el sucio (Dirty Harry, 1971). Adaptado el guion a la imagen y modos que el público esperaba de Eastwood y con dirección nuevamente de Siegel, la cinta, distribuida por Waner Bros, fue todo un bombazo, alzándose junto a French Connection. Contra el imperio de la droga (The French Connection, William Friedkin, 1971) como el film policial más importante, influyente y copiado de la década (y no sólo en suelo usamericano). El público acudió en tropel a las salas mientras que la crítica (junto a algunos pensadores e intelectuales de distinta ideología) continuaba rasgándose las vestiduras y alarmándose por la violencia que se había apoderado del cine en aquellos años (tras la caída del viejo y caduco Código Hays y la instauración de un nuevo código por edades). Fue sonado el escrito de Pauline Kael desde las páginas del New Yorker publicado el 15 de enero de 1971 donde atacaba a la película tachándola de simplista, fascista y de arremeter contra los valores democráticos. Nuestro protagonista seguiría cimentando su fama a lo largo de aquellos años con una serie de trabajos en los que ejercía de actor, productor y/o realizador, probando distintos registros, dejando ver sus gustos y personalidad, volviendo al personaje de Harry de vez en cuando (para conseguir dinero tras algún título más personal y que no había cuajado en la taquilla), apoyado las más de las veces por el público, y siendo observado con desdén en no pocas ocasiones por los críticos (a veces más por cuestiones políticas e ideológicas que estrictamente cinematográficas).

Escalofrío en la noche (1971), el debut en la dirección de Clint Eastwood

Serían primero los franceses, como pasara antes y después con muchos otros cineastas, quienes, en los ochenta, le prestaran atención y dedicaran una retrospectiva a su obra, que contaba ya en tareas de dirección con no pocos títulos de gran valor y que la miopía de muchos críticos se negaba aún a ver. Desde Estados Unidos, y el resto del mundo, el reconocimiento (y triunfo en los Oscar) le llegaría unos años después, a comienzos de los noventa, gracias a un nuevo wéstern (género muerto cinematográficamente en los ochenta), Sin perdón (Unforgiven, 1992), que él mismo dirigió y protagonizó, y que dedicaría a sus dos maestros: Leone y Siegel. A lo largo de la década seguirían otros trabajos en la dirección que continuaron fijando su buen nombre, caso de Un mundo perfecto (A Perfect World, 1993), Los puentes de Madison (The Bridges of Madison County, 1995) o Medianoche en el jardín del bien y del mal (Midnight in the Garden of Good and Evil, 1997), a la par que se le dedicaban docenas de libros y artículos (re)descubriendo viejos films que pasaron desapercibidos en su estreno (para parte de la crítica). Reconociendo a Eastwood como un cineasta completo, y el último clásico (no sólo por edad, sino también por sus formas) de un Hollywood cambiante/mutante que cada vez más se apartaba más y más de lo que un día fue y significó.

Sin perdón (1992), la consagración de Eastwood como cineasta

Pero además Clint Eastwood siempre ha declarado/demostrado su amor por la música. Él mismo es compositor, pianista y guitarrista, y se ha subido a los escenarios en no pocas ocasiones para estas lides, solo o compartiendo tablas con múltiples y variadas personalidades. La música ha sido una pieza muy importante en el puzle de sus trabajos de ficción, y junto a estos el cineasta ha participado en distintas labores en diversos documentales con la música y/o los músicos como protagonistas. Ya en la arriba citada Escalofrío en la noche, la película que supuso su debut en la dirección, la música estaba presente desde el mismo título original, y Eastwood interpretaba a un disc jockey radiofónico. Y a lo largo de su trayectoria frente o tras las cámaras ha seguido mostrando su interés y gusto por lo musical. Pero de igual modo que antaño sus películas eran ignoradas (para recuperarlas con los años observando una evolución y una visión de conjunto), también en el terreno musical se está dando un enfoque parcial e incompleto y demostrando la poca memoria que el personal tiene. O mejor dicho, la memoria selectiva de aquéllos. Echando un ojo a los últimos documentales sobre Clint Eastwood, siempre se resalta y alaba la importancia que el jazz tiene para el cineasta. Algo totalmente cierto. Muchos de sus films cuentan en su banda sonora con piezas de jazz, él ha señalado personalmente su amor por este género en numerosas ocasiones, llevó a imágenes la vida de Charlie Parker en el biopic Bird (Bird, 1988), contando con Forest Whitaker para encarnar al mítico saxofonista, y produjo los documentales Thelonious Monk: Straight, No Chaser (Charlotte Zwerin, 1988) sobre el aclamado pianista de jazz, y Monterey Jazz Festival: 40 Legendary Years (Will Harper, 1998) en homenaje a tan insigne evento. Pero de igual modo, nuestro hombre ha citado y demostrado en no pocos momentos su amor por otros estilos que conforman el Americana, como el blues y el country. No está de más recordar/recomendar la serie documental The Blues (The Blues, 2003), producida por Martin Scorsese, y donde Clint Eastwood ejerció como productor y director de alguno de los episodios. ¿Y qué decir de la importancia del country en tantos y tantos títulos de su filmografía? Con la inclusión de un buen ramillete de canciones en sus bandas sonoras y con la participación/aparición de algunos de sus intérpretes en sus películas, pongamos por caso Charlie Rich en Duro de pelar (Every Wich Way But Loose, James Fargo, 1978), o Merle Haggard en Bronco Billy (Bronco Billy, Clint Eastwood, 1980). Es más, una de las primeras obras maestras como director de Eastwood fue El aventurero de medianoche (Honkytonk Man, 1982). Ambientada en los años de la Gran Depresión, Clint interpreta a Red Stovall, un cantante de country enfermo de tisis y alcohólico empeñado en llegar al Grand Ole Opry en Nashville para hacerse un nombre en la industria. Le acompañará en el trayecto su sobrino Whit, interpretado por su hijo en la vida real Kyle Eastwood quien, lo que son las cosas, dejaría la actuación para convertirse en un destacado y reconocido músico. La sombra de muchas estrellas del country, principalmente la de Hank Williams, sobrevuela por esta historia de perdedores, donde además se dejan ver algunas famosas personalidades de esta música de raíces, como Porter Wagoner en un cameo, o Marty Robbins en un pequeño pero determinante papel. Robbins, por cierto, no llegó a ver la película estrenada, pues falleció poco antes de que llegara a los cines. No terminó de cuajar, ni la crítica la encajó en su momento, -fue mejor recibida por ésta en Europa que en los Estados Unidos [1]-, ni era lo que quería el público [2]. Los años setenta fueron ideales para las country movies, pero los ochenta no eran ya el mejor escenario para este tipo de películas [3]. El aventurero de medianoche continúa entre los trabajos más olvidados de Clint Eastwood, al igual que su excelente banda sonora publicada por Warner (en la que también participó), y es que mientras para la crítica presumiblemente progresista y/o elitista de las dos grandes costas y para la intelligentsia gabacha el jazz es cool y culto, el blues ha pasado a un segundo y poco importante plano y el country no deja de ser la música de los conservadores rednecks del Sur y el Medio Oeste americano.

Clint Eastwood y Marty Robbins en El aventurero de medianoche (1982)

Play Misty For Me… Music From the Films of Clint Eastwood, LP editado por New Continent [4], reincide en esto que estamos hablando. En su contraportada dedica unas líneas a la afición y (buen) gusto de Clint Eastwood por el jazz y el blues, aunque a lo largo de sus surcos la música negra rural no tenga ninguna presencia y predomine, por supuesto, el jazz. Acertadamente, el título de reminiscencias musicales de la opera prima como director del homenajeado protagonista de este disco, da nombre al álbum, y es precisamente “Misty” del pianista Erroll Garner, que tan insistentemente pedía en la película la desequilibrada Evelyn Draper (Jessica Walter), la canción con la que arranca el presente vinilo (de precioso color azul). Para continuar con una selección de quince cortes (siete en la cara A y ocho en la B) volcada en destacar la dedicación jazzística de Eastwood en las bandas sonoras de sus films. A tal modo que se incluye el “All the Things You Are” de Stan Getz Quartet, procedente de la película (a todas luces menor/alimenticia) El principiante (The Rookie, Clint Eastwood, 1990), o la pieza “Round Midnight” de Thelonious Monk del (no muy conocido) citado documental sobre este músico, en lugar de canciones procedentes de trabajos más aplaudidos y/o exitosos de nuestro hombre. No puede faltar algún tema de Charlie Parker por Bird, y el seleccionado es “Laura”. El jazz vocal de Dinah Washinigton aparece por partida doble con “I’ll Close My Eyes” y “Blue Gardenia”, ambas de Los puentes de Madison (la película con más presencia en el LP), de donde también se extrae el “I See Your Face Before Me” de Johnny Hartman, y el “Poinciana” de Ahmad Jamal; mientras que Billie Holiday se integra con “I’ll Be Seeing You” procedente de J. Edgar (J. Edgar, Clint Eastwood, 2011).

Eastwood como Dave, el dj de Escalofrío en la noche (1971)

Mas no todo el disco es jazz, los crooners (habituales en el cine de Eastwood al igual que en el de Scorsese) también tienen su hueco, y podemos escuchar a Perry Como con “Catch a Falling Star”, de Un mundo perfecto, Tony Bennett con “I Wanna Be Around”, de Medianoche en el jardín del bien y del mal, y Dean Martin con “Ain’t That a Kick in the Head”, de Cazador blanco, corazón negro (White Hunter Black Heart, Clint Eastwood, 1990), estupenda película esta última en la que el de San Francisco encarnaba al director John Huston durante el rodaje de La reina de África (The African Queen, 1951). El doo wop está presente con el “Sherry” de The Four Seasons, por Jersey Boys (Jersey Boys, Clint Eastwood, 2014), la cinta que el cineasta le dedicara a dicho conjunto vocal, en especial a su líder y voz principal, Frankie Valli. E incluso finalmente el country tiene su representación en dos cortes, el eterno “Folsom Prison Blues” de Johnny Cash, por Fuga de Alcatraz (Escape from Alcatraz, Don Siegel, 1979), y “Don’t Worry” de Marty Robbins, por Un mundo perfecto.

Obviamente, quince temas son muy pocos para recorrer/representar la extensa y longeva filmografía del homenajeado. Se echa en falta, además de lo señalado más atrás, la música de Morricone para la “trilogía del dólar” o la sintonía que Lalo Schifrin compuso para Harry el sucio, tótems del cine con mayúsculas que no han tenido aquí cabida, junto a otras tantas películas, más o menos importantes, de Eastwood, también con destacadas y destacables bandas sonoras, como podríamos citar la música tradicional de El seductor (The Beguiled, Don Siegel, 1971). Con todo, una atractiva selección de temas que agradará no sólo a coleccionistas y fans de Eastwood (que son legión), sino a todo aquel que se presuma con algo de sensibilidad y gusto musical.

Alfonso & Miguel Romero

[1] En los USA recibiría los elogios del escritor y dramaturgo Norman Mailer, quien la consideraba la mejor producción americana de ambiente rural desde La última película (The Last Picture Show, Peter Bogdanovich, 1971).

[2] Para salir del bache, a continuación Eastwood dirigiría y protagonizaría la cuarta entrega de la saga de Harry Callahan, Impacto súbito (Sudden Impact, 1983).

[3] No obstante al año siguiente llegaba a las carteleras Gracias y favores (Tender Mercies, Bruce Beresford, 1983), contando con un libreto de (nada menos que) Horton Foote, y con Robert Duvall dando vida a Mac Sledge, una vieja estrella del country caída en el alcohol a quien se le presenta una nueva oportunidad en la vida. Una historia que parece inspirar la muy posterior Corazón rebelde (Crazy Heart, Scott Cooper, 2009), que le valió un Oscar a su actor principal, Jeff Bridges.

[4] Dentro de su colección dedicada a la música de películas de destacados realizadores y de la que en estas páginas hablamos hace un tiempo del LP sobre Quentin Tarantino: https://lesdansesmacabres.blogspot.com/2025/06/vaaa-once-upon-time-tarantino-sound.html


jueves, 17 de julio de 2025

Cuentos Macabros: "El ARLEQUÍN"



Suelen tener la cara y las manos blancas. Casi siempre son de porcelana con sus trajes en blanco y negro; o de otros colores, pero mitad y mitad. Con sus gorros ridículos y con esos malditos cascabeles. Sí, me refiero a los putos arlequines.

 Reconozco que nunca me gustaron, ni los payasos y menos los arlequines. 

Nunca me hubiera comprado uno. Pero una vez por mi cumpleaños me regalaron uno. No era grande, unos veinte centímetros, con su traje clásico, mitad blanco mitad negro. Su gorro picudo pero caído terminado en un cascabel. Pero lo peor eran su cara y sus manos. Pensé quién en su sano juicio podría regalar algo así.  Sus ojos eran totalmente negros, su boca fina y cruel, llena de dientes y una sonrisa espantosa. Lo más horrible eras sus puñeteras manos, esqueléticas, pálidas, y sus uñas puntiagudas pintadas de negro.

Cuando abrí el regalo y vi semejante aberración, puse cara de decir: pero qué coño. Me lo regaló una amiga del instituto, no sé qué estaría pensando para regalarme eso. Me miró con cara de preocupación,  preguntando si me había gustado. Y yo por educación le dije que por supuesto. Celebraba mi dieciséis cumpleaños, quién coño le regala esto a una adolescente.

Lo puse en una estantería que tenía en mi dormitorio, sentado, apoyado en los libros. Sus piernas colgaban, era aterrador. Juraría que a veces se movían cuando abría las ventanas y entraba algo de brisa.

Se lo intenté regalar a mi hermana pequeña, que lo rechazó. Es más, no sé cómo no me dijo que me lo metiera en el culo.

 Estuve a punto de tirarlo a la basura, pero pensé que mi amiga al entrar algún día en mi habitación diría dónde pusiste mi regalo.  

Estuvo un tiempo guardado en mi armario, pero a veces no me acordaba y al abrir la puerta y encontrar a eso sentado, mirando, me daba unos sustos increíbles. En los cajones de la cómoda igual, era abrirlo y susto. Así que lo dejé donde lo puse la primera vez. En la estantería de los libros, con esas espantosas piernas colgando. 

Pasaron los meses y mis padres me obligaron a pintar mi habitación y la de mi hermana pequeña. Comenzamos con la mía. Mi hermana me ayudó a mover las cosas de mi habitación a la suya. 

Cuando agarró el arlequín, mi hermana empezó a bromear con él. Sabía que me daba miedo y empezó con las bromas. Luego de reírse un poco lo dejo en su cama tirado al lado de los libros y las otras cosas que tenía en la habitación. 

Pintamos la habitación, bajamos a almorzar y cuando todo estuvo seco volvimos a colocar las cosas. Al acercarme a la cama de mi hermana vi que el arlequín no estaba donde ella lo dejó. Estaba todo lo demás menos él. Entró mi hermana y se lo comenté. Puso cara de asustada. Lo buscamos por todos lados. Se lo dijimos a mi madre. Ella no lo había visto. Había desaparecido.

 Pasamos una noche un poco asustadas, no era para menos. Pasaron los días, meses, inclusos años. El arlequín no dio señales de vida. ¿Cómo pudo desaparecer?

Pues bien hoy he cumplido treinta años y un compañero de mi novio me ha entregado un regalo, muy bien envuelto con lazo y todo. Lo abro con mucha ilusión. En el interior puedo ver que el arlequín, mi arlequín está ahí en esa caja.

Terminó la fiesta y ya en la cama mi novio me intento consolar,  diciendo que sería otro arlequín. Qué no le diera importancia. Después de hablar bastante del tema. Mi novio se levantó y tiró el arlequín al cubo de la basura. Pues bien, a las seis y media me desperté al escuchar un ruido de cascabel. Encendí la luz y di un grito espantoso. El arlequín estaba en la cama tumbado a nuestro lado, en medio de los dos. 

 Han pasado varios días desde mi cumpleaños. El arlequín no quiere esta vez abandonarme. Hemos intentado librarnos de él y nada. Vuelve conmigo. Han pasado dos meses mi novio, el muy cobarde, me ha abandonado. Pasa del tema, le puede.

 Aquí estoy sola con el maldito arlequín.

Son las tres de la madrugada, me ha despertado un susurro en mi oído. He escuchado una voz que me decía: Siempre estaré a tu lado.

He encendido la luz de la mesilla, me he girado y el arlequín está tumbado a mi lado, en la almohada.

 He tenido que dejar el trabajo. Estaba distraída muy cansada. Estoy rara, muy rara. El arlequín duerme todas las noches conmigo. Me veo cada día más pálida

  -Eva ¿sabes algo de tu hermana? 

- No, la he llamado toda la semana y no me pilla el teléfono ni el móvil. 

- Me pasa lo mismo, estoy muy preocupado por ella. ¿Tú tenías unas llaves de su apartamento, verdad?

- Sí, pensaba pasarme esta tarde para saber qué coño pasa. 

- ¿Puedo ir contigo? Me siento fatal por haberla dejado sola. La quiero mucho. 

- Eso es verdad, fuiste un capullo al dejarla. 

- Lo sé ¿puedo ir contigo o no? 

- Vale, a las ocho en la puerta de su bloque. 

- De acuerdo, ahí estaré. Hasta luego.

Abren la puerta del apartamento. Todo esta oscuro. Encienden la luz. Gritan su nombre. No hay respuesta. Van a la habitación, la luz no enciende. Eva saca su móvil y lo pone la linterna, alumbra a la cama y encuentra dos arlequines casi idénticos. En la boca de uno se puede ver una sonrisa, y en la del otro una mueca de tristeza.


Cuento creado por Malina Murnau.

miércoles, 9 de julio de 2025

Toño Quirazco


Antonio Quirazco López, conocido musicalmente como Toño Quirazco, fue uno de los artistas y compositores más relevantes que hayan existido. Nacido en Xalapa (México) el 22 de abril de 1935 y fallecido el 25 de octubre de 2008, nos dejó un gran legado cultural. Pionero del ska en su país, en 1966 con su grupo los Hawaiian Boys hizo una extraordinaria versión del “Jamaica Ska” del gran Byron Lee que sería todo un éxito en México y popularizó el género allí. Incluso viajó a Jamaica. Creó una manera de hacer música personalísima y fascinante. Podéis verlo acompañado, además de la formación señalada, con otras como: Toño Quirazco y su Conjunto, Toño Quirazco y su Hawaiiana, Toño Quirazco y su Show Cartier...

Quirazco desarrolló diversos estilos además del ska, como por ejemplo el boogaloo la cumbia, etc...  De 1965 a 1973 grabó para el mítico sello Discos Orfeón. El ska fue lo que le dio una gran fama y actuaba en los shows del legendario programa de televisión Discoteque Orfeón A Go Go. Destacan en sus discos la steel guitar, teniendo mucha influencia de Santo & Johnny. Ha influenciado a montones de bandas de ska y poseía una gran fuerza y originalidad.


Su discografía cuenta con temazos como: “Mérida Ska”, “Estambul Ska”, “Ska Hawaiiano”, “Jalapa Ska”, “Como baila boogaloo”, “Soul Makossa”, “Anoche”, etc…  harán disfrutar a cualquier amante de la música. Debo señalar que, además de sus maravillosos temas propios, las versiones que hizo fueron fabulosas: “Ska de los santos”, “La múcura”, “El vendedor de melones”, “Al lado”, etc…

Su discografía es increíble, con una gran calidad: A ritmo de boogaloo, Jamaica Ska, Toño Quirazco y sus Hawaiian Boys, Ska Vol. II, Soul Makossa. etc… Por supuesto, además de los larga duración, grabó montones de EPs y singles. Yo lo primero que conseguí de este genio fue un álbum que se llamaba El Rock de los 60, quedé fascinado y fui buscando sus grabaciones.

En los 90 en México los combos skatalíticos revalorizaron la obra de Quirazco, aunque siempre fue un referente en cualquier época.

Toño Quirazco. un grande de la música

Alfonso Carlos López

domingo, 6 de julio de 2025

El último baile del señor Rubio.

 

A la edad de 67 años y debido a un paro cardíaco nos dejaba este pasado 3 de julio el actor Michael Madsen, hermano mayor de la también actriz Virginia Madsen. El servicio médico que llegó a su hogar tras recibir una llamada lo encontró ya muerto en su casa de Malibú, que hace años comprara a su amigo David Carradine.

Con una inabarcable filmografía (principalmente en la serie B), permanecerá por siempre en el imaginario colectivo por su papel como el señor Rubio (y su famosa escena torturando al policía) en Reservoir Dogs (1992), la opera prima en la realización de Quentin Tarantino. Quien pensó en él para dar vida a tan peligroso y fascinante personaje fue el veterano director de culto Monte Hellman, que había trabajado con él en La Iguana (1988) unos años antes y que aquí ejercía como productor.

Tarantino volvería a contar con Madsen tanto en algunas de las películas que dirigiera como en las que ejercía otras funciones. Así lo veríamos en Kill Bill vol.1 (2003) y kill Bill Vol.2 (2004) dando vida a Budd, el hermano de Bill. En Los odiosos ocho (2016) era Joe Gage, y tendría un brevísimo cameo en Erase una vez… en Hollywood (2019).  Pero también intervendría en Sin City. Ciudad del pecado (Robert Rodriguez, 2006) -en la secuela su personaje recaería sin embargo en un actor bien distinto a él, Jeremy Piven- como el compañero del personaje de Bruce Willis, y fue uno de los moteros de la biker-movie Hellride (Larry Bishop, 2008).

Michael Madsen poseía una de las voces más reconocibles de Hollywood, y la prestó en no pocas películas de animación y videojuegos. De personalidad contradictoria también escribía poesía. Tenía publicados varios libros y preparaba uno nuevo, además de registrar sus impresiones, a lo largo de sus viajes y estancias de hotel, en cualquier trozo de papel que tenía mano (o incluso en una caja de cerillas).

Su vida no fue un lecho de rosas, y sus escarceos con las drogas y el alcohol resultaron bien sonados. Casado en tres ocasiones, la última con DeAnna Morgan, ex del músico Brian Setzer, tendría hasta siete hijos. La prensa se encargó de airear sus problemas domésticos con éstas y algunos de sus vástagos, como el caso de Hudson Lee Madsen, que se suicidó en enero de 2022, y cuyo recuerdo atormentaría a nuestro protagonista hasta el fin de sus días.

Destacamos a continuación seis de sus películas fuera del universo de Tarantino situadas casi todas ellas entre los márgenes de la que fue su mejor década (al menos a nivel comercial), los años noventa del pasado siglo XX.

La muerte golpea dos veces (Kill Me Again, John Dahl, 1989).

Madsen era el gánster Vince Miller en el debut como director de John Dahl y que protagonizaran Val Kilmer y su entonces esposa Joanne Whalley. Una muestra del talento de su realizador, llamado a revolucionar/reivindicar el cine negro, género en el que reincidiría con las magníficas Red Rock West (1993) y La última seducción (1994).

The Getaway (La huida) (The Getaway”, Roger Donaldson, 1994).

Sería el peligroso Rudy Travis, el matón enviado a matar a la pareja protagonista, en este remake del conocido film de Sam Peckinpah. Papel que en la original recayera en otro tipo duro, Al Lettieri.

Wyatt Earp (Wyatt Earp, Lawrence Kasdan, 1994).

En la epopeya wéstern de Kasdan&Costner sobre el famoso marshall, sería Virgil, uno de los hermanos de Wyatt Earp. Por estar trabajando en ésta no pudo aceptar el papel de Vincent Vega en Pulp Fiction que finalmente recaería en John Travolta.


Mullholland Falls (La brigada del sombrero)
(Mullholland Falls, Lee Tamahori, 1996).

Junto a Nick Nolte, Chris Penn y Chaz Pelmentieri formaría parte de unos incorruptibles policías en este homenaje a las viejas películas de los años cuarenta que dirigiera el neozelandés Lee Tamahori, quien también contaría con él para la aventura de James Bond Muere otro día (2002), donde Madsen coincidiría con su viejo amigo y vecino Pierce Brosnan.

Donnie Brasco (Donnide Brasco, 1997, Mike Newell, 1997).

Como Sonny, el nuevo jefe de un grupo mafioso entre los que se infiltra un policía (Johnny Depp) a través de un pobre diablo del clan (Al Pacino). Basada en hechos reales.

The Florentine. Un bar de copas y amigos (The Florentine, Nick Stagliano, 1999).

Adaptación cinematográfica de la obra homónima representada en el off Broadway. Aquí con el pelo teñido de claro como el dueño del bar del título y acompañado en el coral reparto, entre otros muchos, por su buen amigo Chris Penn y su hermana Virginia. Un retrato de la amargura de un pueblo de Pensilvania, en pleno Cinturón del óxido, y de cómo tratan sus gentes de salir adelante [1].

En un momento de la arriba mencionada Donnie Brasco, el duro mafioso al que daba vida Madsen lee el periódico encontrándose con la noticia de la muerte del Duke y exclama “¡John Wayne no puede morir!”. Nosotros, por nuestra parte, en cuya memoria/formación cinéfila/cinefaga la figura de Michael Madsen (al igual que la de Wayne) forma parte insustituible e indeleble, exclamamos ¡Michael Madsen no puede morir!

Alfonso & Miguel Romero

[1] Para un más exhaustivo análisis de este film: https://cerebrin.wordpress.com/2025/05/28/the-florentine-tv-vd-dvd-the-florentine-un-bar-de-copas-y-amigos/