sábado, 5 de octubre de 2024

Mis tres favoritas de...Charles Bronson

 


Fernando Rodríguez Tapia

En esta selección personal he optado por no incluir sus obras mayores o más relevantes y me he decantado más por algunos placeres culpables.

Disculpen las molestias.

“El desafío del búfalo blanco” (“The White Buffalo”, 1977), de J. Lee Thompson.

A partir de la excelente novela de Richard Sale, este aparente ripeo de “Tiburón” (1975) siempre me ha resultado más atractivo y sugerente que el original, aunque técnicamente no esté a su altura. Sin embargo, estamos ante un memorable weird western donde lo crepuscular se cruza con lo mitológico reuniendo a dos personajes históricos, Wild Bill Hickox y Crazy Horse, a la búsqueda de un legendario Moby Dick que reina en las oscuras y misteriosas montañas nevadas. Excelente reparto, apropiada banda sonora y una cuidada fotografía que redondea esta recordada producción (al menos para un servidor) del siempre avispado Dino de Laurentiis.

“El luchador” (“Hard Times”, 1975), de Walter Hill.

La ópera prima de Hill y uno de los films atípicos en la trayectoria de Charles Bronson. Una historia fielmente ambientada en los tiempos Gran Depresión en el reconocible escenario de Nueva Orleans muestra una historia de supervivencia entre dos personajes claramente antagonistas: un trotamundos que sabe defenderse con los puños y un estafador que le ayudará a introducirse en mundo de las peleas ilegales. Una obra concisa, directa, plenamente narrada y sin artificios que desmonten el código de valores que transmite. 

“Ciudad violenta” (“Città violenta”, 1970), de Segio Sollima.

De ese estupendo periodo que Charles Bronson vivió en Europa entre finales de los sesenta y primeros setenta, este thriller resulta memorable por adoptar un patrón propio del cine norteamericano desde una óptica plenamente europea. Si bien la historia no es novedosa sobresale por la puesta en escena de Sollima y la particular captación del paisaje urbano en el que transcurre esta venganza criminal en ambientes mafiosos. Un reparto sólido (incluso Jill Ireland está bien en su rol), estridente música de Morricone, adecuado tono hardboiled y algunas secuencias de acción para recordar. 


Malina Murnau

"Los compañeros del diablo" ("Cold sweat"/"De la part des copains", 1970), de Terence Young.

Pongo ésta en primer lugar, aparte de que me gusta mucho, por poner una con Bronson de actor principal. Ya que hay otras que me gustan, pero él tiene papeles más pequeños. Una joyita con guion del gran Richard Matheson. Una película que hay que ver.

"Los siete magníficos" ("The Magnificent Seven, 1960), de John Sturges.

Tengo que poner ésta sí o sí, una de mis películas favoritas de pequeña, que vi en el cine y de la que tengo muy buenos recuerdos. Con un reparto de lujo: Yul Brynner, Steve McQueen y el mismo Bronson. Una maravilla.

"La gran evasión" ("The Great Escape", 1963), de John Sturges.

Y por supuesto va ésta, otra de las grades películas de mi infancia. Las veces que he podido ver esta película... Repitiendo de nuevo con Sturges como director y con McQueen en el cast. Otra perla del cine. 

Dejo atrás como siempre muchas: “Los crímenes del museo de cera” (1953), “El justiciero de la ciudad” (1974), y una larga lista.


Alfonso Romero

Aunque para muchos espectadores (para bien y/o para mal según cada cual) el pétreo rostro de un maduro Charles Bronson está indeleblemente asociado al de su periodo como estrella de Cannon Films en la década de los ochenta, el actor de origen lituano ya llevaba una larguísima carrera a sus espaldas, como extra, secundario y/o actor principal, con un buen lote de títulos destacables. Elegir sólo tres no me resulta tarea fácil, pero allá vamos:

“Hasta que llegó su hora” (“Céra una volta il West, 1968), de Sergio Leone.

Mi película favorita del gran Sergio Leone. Una obra maestra que reformula una vez más el género en manos del realizador romano, mezclando a su antojo su particular estilo con su propia mirada del cine del Oeste (ya mejorado), y el wéstern americano clásico. El reparto es soberbio, donde encontramos a Henry Fonda, Jason Robards, Claudia Cardinale y Charles Bronson en los roles principales, este último como Armónica. Y entre los secundarios están Lionel Stander (refugiado en Europa de la caza de brujas macartista), Frank Wolff, Woody Strode o Jack Elam. Inolvidable la larga escena de créditos (lástima que no se rodó como Leone quería en un principio), la música de Morricone en la parte del flashback (que sigue hoy poniendo los pelos de punta), y la frase que Robards le dice a la Cardinale y sentencia el film: “Tú no lo entenderías. Tiene... algo que ver con la muerte”.

“El luchador” (“Hard Times”, 1975), de Walter Hill.

Charles Bronson y James Coburn -ambos en “Los siete magníficos” (1960)- protagonizaron la película que supuso el debut de Walter Hill en la dirección. Ambientada en Nueva Orleans en los años de la Gran Depresión, el primero da vida a Chaney, un luchador callejero de peleas ilegales, y el segundo es “Speed”, que ejercerá como su manager, y ambos tratan de salir adelante en aquellos tiempos duros, que rezaba el título original.

Tuvo un remake en clave de blaxploitation, “The Hitter” (1978), dirigida por Christopher Leitch, que por aquí se vio en vídeo con el título de “El camorrista”.

“Ciudad violenta” (“Città violenta”, 1970), de Segio Sollima.

Originalmente la película iba a estar protagonizada por el italoamericano Tony Musante y la brasileña Florinda Bolkan, la pareja protagonista de “Anónimo veneciano” (1970), que había sido un gran éxito. Pero cuando entraron en la producción los americanos y la película se hizo más grande se tuvo que contar con alguien “con más nombre”, y Bronson entró en el proyecto imponiendo de paso a su mujer, Jill Ireland.

Aunque su realizador, siempre quitando importancia a su trabajo, veía ésta como una cinta sin gran trascendencia, sigue siendo uno de los títulos esenciales del policiaco italiano en sus mejores años. Y pese que muchos lloraron no ver juntos de nuevo juntos a Musante y a la Bolkan (que es mejor actriz que la Ireland, todo sea dicho), el estilo lacónico de Bronson hizo ganar muchos enteros a los resultados.

“Objetivo: matar” (1978), de Mario Siciliano, con Lee Van Cleef de protagonista, copia sin pudor este film de Sollima.


Miguel Romero

Hoy día muchas de sus películas no estarán bien vistas, así como sus personajes (y su personalidad), razón de más para reivindicarlo. El año que murió Bronson, Quentin Tarantino le dedicó “Kill Bill Vol.1”, y en la secuela de ésta podíamos ver un poster de una de sus películas, “Mr. Majestyk” (1974), en la caravana de Butch, el personaje de Michael Madsen. Y es que Tarantino sí que sabe de cine…

Si hubo un actor más duro que John Wayne dentro y fuera de la pantalla, ése fue Charles Bronson.

“Hasta que llegó su hora” (“C’era una volta il West”, 1968), de Sergio Leone.

Cuando empezó a dirigir wésterns, Leone quiso contratar a muchos de los actores que habían protagonizado “Los siete magníficos” (1960), pero ninguno estaba por entonces interesado en trabajar con un desconocido italiano. Se tuvo que conformar con un joven que trabajaba en una de las muchas series de televisión ambientadas en el viejo Oeste, un tal Clint Eastwood. Tras los éxitos internacionales de sus películas, algunos de aquellos actores accedieron a trabajar con el orondo director. Uno de ellos fue Charles Bronson, que protagonizaría “Hasta que llegó su hora”, una de las grandes obras maestras de la historia del wéstern, en el papel de Armónica, frente a él nada menos que Henry Fonda.

“El pasajero de la lluvia” (“Le passager de la pluie”/”L’uomo venuto dalla pioggia”, 1970), de René Clément.

A las órdenes de otro grande del cine europeo de antaño, René Clément en esta coproducción entre Francia e Italia, donde Bronson tuvo que compartir protagonismo con Marlène Jobert (la madre de Eva Green), por entonces una de las actrices de moda en el país vecino por sus trabajos en la pequeña pantalla.

Y es que su etapa en el viejo continente le permitió rodar cintas tan interesantes (y a menudo olvidadas o denostadas) por los historiadores del cine como “Alguien tras la puerta” (1971) o “Los compañeros del diablo” (1970) entre otras.

“La justicia al acecho” (“Big House, U.S.A.”, 1955), de Howard W. Kosh.

Un joven y en plena forma Charles Bronson es uno de los principales actores de esta película de cine negro rodada con un tono bastante realista. Junto a él, otros grandes del cine clásico como Broderick Crawford, Ralph Meeker o Lon Channey Jr. 

Segunda película como realizador de este productor, en cuya carrera tras las cámaras, además de muchos episodios de series de televisión, encontramos auténticas perlas.

Y podría nombrar muchas otras, “Fríamente… sin motivos personales” (1972), “El justiciero de la ciudad” (1974), “Los siete magníficos”… pero sólo se pueden elegir tres…

Aunque suene a tópico, ya no hay actores como Charles Bronson… tampoco creo que lo permitieran…


Eduardo Álvarez Cónsul

"Adiós, amigo " (“Adieu l’ami, 1968), de Jean Herman.

En este thriller franco- italiano Charles Bronson y Alain Delon son dos camaradas que se conocieron en la legión extranjera en la guerra de Argelia y ahora vuelven a verse para robar la caja fuerte de una entidad junto con la hermosa Olga Georges-Picot.

Esta película trata la amistad masculina pero no cae en el clásico machismo de los thrillers de la época.

"Nevada Express" (“Breakheart Pass”, 1975), de Tom Gries.

En este tardío wéstern, Charles Bronson es uno de los pasajeros de un tren donde pasan distintas historias.

En el reparto aparecen Ben Johnson, Ed Lauter, Richard Creena, Charles Durning, Jill Ireland y el ex boxeador y ex campeón del mundo de peso semipesado Archie Moore.

"Caza salvaje" (“Death Hunt”, 1981), de Peter Hunt.

En esta gran película rodada en Canadá, Charles Bronson huye por las montañas de un oficial de la Policía Montada que no es otro que el gran Lee Marvin que lo persigue mientras está nevando. En el reparto aparecen Andrew Stevens. la hermosa Angie Dickinson, Ed Lauter y Carl Weathers, que por entonces era muy popular gracias al personaje del boxeador Apollo Creed de la saga de Rocky Balboa.


Alfonso Carlos López

“Los crímenes del museo de cera” (“House of Wax, 1953), de Andre De Toth

Una revisión del clásico de terror de 1933 hecha en Estados Unidos en el año 1953 dirigida por André de Toth y protagonizada por Vincent Price, Frank Lovejoy, Phyllis Kirk, Carolyn Jones, Charles Bronson, Nedrick Young, etc… Absolutamente imprescindible para los amantes de este género. El escultor de un museo de cera discute con su socio porque pretende quemar dicho museo para cobrar el seguro y al final es quemado con el citado escultor dentro, llamado Harry (Vicent Price) pero será reconstruido. El nuevo museo será una cámara de los horrores, siendo un éxito, donde Harry ha quedado inválido en silla de ruedas a consecuencia del incendio y es ayudado por su ayudante sordomudo Igor (Charles Bronson) y por Leon (Nedrick Young). Se dan una serie de circunstancias y como os podéis imaginar debajo de las esculturas hay cadáveres. Harry acabará cayendo dentro de la cera hirviendo.

 “Los Siete magníficos” (“The Magnificent Seven”, 1960), de John Sturges.

Extraordinario wéstern de 1960 dirigido por John Sturges y con Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, James Coburn, Horst Buchholz, Robert Vaughn, Eli Wallach, Brad Dexter, y Rosenda Monteros. Un pueblo cerca de la frontera de México es asediado por una banda de malhechores capitaneados por Calavera y los ciudadanos del pueblo deciden contratar a pistoleros profesionales para acabar con los abusos a que son sometidos. Una película mítica, con gran ritmo y acción trepidante. La banda sonora buenísima y el tema principal increíble. Ha habido varios grupos que han realizado covers fantásticamente del citado tema principal de este film, como por ejemplo Bad Manners. Un wéstern fundamental en la historia del cine.

“Hasta que llegó su hora” (“C’era una volta il West”, 1968), de Sergio Leone.

Magnífico spaghetti wéstern con dirección de Sergio Leone en 1968, quien la escribió junto a Sergio Donati con base en una historia de Dario Argento, Bernardo Bertoluccii y el propio Leone. Ahí tenemos a Henry Fonda, Charles Bronson, Claudia Cardinale, Gabriele Ferzetti y demás. Con una BSO espectacular a cargo de Ennio Morricone, da todavía más calidad a este trabajo. Un granjero, que vive con dos hijos prepara una fiesta de bienvenida para su futura mujer, Jill, que llegará de Nueva Orleans, pero cuando llega Jill se encuentra que los han asesinado a todos. Un argumento interesante con escenas ya clásicas en el cine como las de la armónica y su sonido.

Podríamos decir muchas más de Charles Bronson pero me gustaría reseñar el impacto que tuvo en bandas de ska , que admiro muchísimo, el tema “Guns Of Navarone” de la película homónima de 1961,  versioneado  maravillosamente por The Skatalites y posteriormente por The Specials.


Joanna

Charles Bronson estuvo en los repartos de muchos títulos inolvidables e imprescindibles del Hollywood de los grandes estudios, codeándose con los astros del periodo dorado. Pero ciñéndonos a aquellas películas que protagonizó en calidad de actor principal me inclino por algunas de las que protagonizó durante los sesenta y setenta:

“Bajo cualquier bandera (“You Can’t Win’em All, 1970), de Peter Collinson.

Un film de aventuras, cuya trama se sitúa en la Turquía de 1922, protagonizado por dos pícaros genialmente interpretados por Charles Bronson y Tony Curtis, a quienes se suma la agradecida presencia femenina de la guapa Michèle Mercier. Un antecedente de las buddy movies que arrasaron en los cines en los ochenta, y que guarda visibles paralelismos con “Adiós, amigo”, film que Bronson había coprotagonizado con Alain Delon un par de años antes.

“Chato el apache” (“Chato’s Land”, 1972), de Michael Winner.

El tema de la violencia explícita en el cine, tan traída y llevada desde el estreno de “Bonnie y Clyde” (1966), explotó con “El justiciero de la ciudad” (1974), llevándose los teóricos y los críticos las manos a la cabeza, ofendidos por el tema del ciudadano que se toma la justicia por su propia mano. Pero Michael Winner y Charles Bronson ya habían hecho juntos un par de años antes otra cinta de venganza llena de muertes, aunque ambientada en el Oeste, “Chato el apache”, que en algunos países sufrió cortes en su metraje.

“Teléfono” (“Telefon”, 1977), de Don Siegel.

Después de despedir a John Wayne con la elegíaca “El último pistolero” (1976), Don Siegel contó con otro de los tipos duros de Hollywood en esta película de guerra fría en la que Charles Bronson comparte créditos con Lee Remick. Agradecidamente anti-política en su resolución, su trama muestra un notable parecido con “El mensajero del miedo” (1962) de John Frankenheimer.


David Cortabarria Arregui

Charles Bronson (1921 – 2003) forma parte indeleble de mis primeras memorias de cine televisivo y, a posteriori, videográfico. Los formatos analógicos nunca me lo pusieron fácil para disfrutar como es debido del cine: el doblaje, la maldita manía del pan-scan, cargarse el formato panorámico para condenar la película al limbo del 4:3… pese a todos esos lastres, hoy día felizmente superados, Bronson imponía siempre en pantalla, robando planos sin parar. Me causó siempre una honda impresión, y me encantan las películas en las que interviene. 

Para esta deliciosa propuesta de Les Danses Macabres (J’adore ce nom là pour un si merveilleux blog!) me imagino una trilogía que desde ya me encantaría revisitar en un glorioso pase cinéfilo de un festival bronsoniano, tan imaginario como apetecible.  

“Hasta que llegó su hora” (“C’era una volta il West”, 1968), de Sergio Leone.

Tras la fabulosa “trilogía del dólar” (o dependiendo del mercado, “The Man With No Name Trilogy”, “la trilogía del hombre sin nombre”) que tuvo lugar entre 1964 y 1966, con un fantástico Clint Eastwood y una banda sonora inmejorable a cargo de Ennio Morricone, Leone redondea su visión del wéstern con esta absoluta maravilla estrenada en 1968. Inolvidables Claudia Cardinale y Henry Fonda, pero me quedo con un Charles Bronson que está completamente en su elemento, alucinante con su armónica, sus miradas, su acento… Una de las películas que es un crimen visionar en blanco y negro y 4:3, que ha nacido para ser visionada en cine y que es pura gloria revisitar en Blu-Ray. Un peliculón que es un regalo constante tanto para el espectador como para Bronson. ¡Qué ganazas de volver a verla!

“Sol rojo” (“Soleil rouge”, 1971), de Terence Young.

Otro wéstern, un gozadón absoluto donde a Bronson le acompañan Ursula Andress, Alain Delon y ¡Toshirô Mifune! Un reparto de relumbrón para una película muy entretenida que funciona como genial contraste a la arriba mencionada, que te deja exhausto con su cegadora perfección. A nada que el espectador se deje llevar por la propuesta aventurera aderezada con ensalada de tiros y más tiros, tendrá la recompensa de los planos compartidos entre Bronson y Mifune. Porque señores, la mezcla entre spaghetti western con samurái de por medio es una maravilla, a eso le llamo cocina de fusión. Me da igual que sea considerado un título menor, o, como me dijeron un día “cine fácil para espectadores no cinéfilos”. Sol rojo es altamente reivindicable. Bronson queda un punto deslucido y eclipsado, pero no importa en absoluto. Un film a reivindicar siempre. 

“Ciudad en tinieblas”, “Crime Wave”, 1953), de André de Toth.

En lugar de reseñar brevemente otra de mis favoritas de Bronson, “Los siete magníficos” (“The Magnificent Seven”, John Sturges, 1960), algo que mis compañeros de líneas harán fenomenalmente bien (como de costumbre), aprovecho la ocasión para desenterrar un film noir con el gran Sterling Hayden y donde Bronson, camuflado bajo el alias de Charles Buchinski, tiene un papel secundario. Por avatares del escurridizo azar la vi doblada al francés a finales de la década de los 80, y me encantó, fue de los primeros noirs de toda mi vida. Película rodada en un par de semanas, tan entretenida como complicada de visionar hoy en día. Es una pena que siga entre tinieblas.


Rafa Coronel

“El justiciero de la ciudad” (“Death Wish”, 1974), de Michael Winner.

 Fascistoide, polémica, con un presupuesto ínfimo y no excesivamente brillante en el aspecto formal, pero prácticamente otorgó su forma definitiva al personaje del "vigilante" con nulo aprecio por las normas que le impiden ejercer "justicia". De esas películas que te deja sensación culpable por empatizar con un antihéroe violentísimo. ¡Y presentando a Jeff Goldblum, ¡Ojo!.

“Hasta que llegó su hora” (“C’era una volta il West”, 1968), de Sergio Leone.

Muy olvidada cuando se enumeran los wésterns de Leone porque queda eclipsada por la “trilogía del dólar” y no sale Eastwood, pero en mi opinión es el mejor de todos los del director. Bronson transmite más que nunca con una expresividad mínima, y Henry Fonda se saca un villano antológico siendo alguien a quien estamos acostumbrados a ver normalmente en el papel del héroe. Mi plano absoluto de todo el cine está aquí, con esto resumo perfectamente.

“Doce del Patíbulo” (“The Dirty Dozen”, 1967), de Robert Aldrich.

Quizás “La gran evasión” sea mejor película, pero la presente es para mí muchísimo más divertida. Bronson borda el papel del oficial degradado y encarcelado con el número 9, contrastando con el histrionismo de la mayoría de sus compañeros criminales.


Emilio Malet

“Hasta que llegó su hora” (“Céra una volta il West, 1968), de Sergio Leone.

Obra maestra de Sergio Leone, en la que Bronson interpreta a Armónica, un misterioso personaje movido por la venganza que al parecer fue pensado por Leone para ser interpretado por Clint Eastwood que afortunadamente, visto el resultado, rechazó el papel.  

"La gran evasión" ("The Great Escape", 1963), de John Sturges.

Aunque el protagonismo se lo lleva obviamente Steve McQueen, Charles Bronson destaca también entre el elenco, con una presencia física imponente, que parece capaz de cavar él solo los túneles con los brazos que se gasta.

 En tercer lugar, voy a poner el conjunto de películas de videoclub de la Canon en las que interpreta papeles parecidos de justiciero, y que fue como conocí realmente a Charles Bronson. Aunque luego lo viera en películas anteriores de mucha más calidad, para mi Charles Bronson siempre será “La Justicia”.

Oscar "Woody" Correa

Charles Bronson, caricaturizado muchas veces y convertido en estereotipo, pero mítico y legendario a fin de cuentas. Aunque muchas de las películas de su última etapa fueron vistas como intentos de seguir explotando su imagen de “vigilante” o héroe de acción sin la creatividad ni la calidad que caracterizaron sus mejores trabajos, sumado a guiones repetitivos y a veces polémicos, esto afectó la percepción de estas películas entre la crítica pero ni mucho menos en el público, quienes lo hemos encumbrado como figura de culto y de género. Pero cabe destacar sus muchas colaboraciones en obras maestras de la acción y el wéstern, como el mega-mix elegiríamos estas: 

Toda la saga de “Death Wish” ("El justiciero de la noche", "Yo Soy la justicia"...). Esta saga de acción y thriller es quizá la más famosa de la carrera de Bronson. Interpreta un hombre común que se convierte en “vigilante” tras la trágica muerte de su esposa y el ataque a su hija. Las películas de “Death Wish” fueron en su momento polémicas por su enfoque de la justicia personal y la violencia, pero que le pregunten ahora a Liam Neeson. La interpretación prototípica de Bronson le permitió conectarse con el público que nos identificamos con el concepto de lucha contra el crimen, y creó este personaje que toda nueva película con la misma temática que venga desde entonces será ya para siempre “hacer de Charles Bronson”. La quinta (última entrega de la saga) es sin duda la peor de la serie. La trama ya tan repetitiva de ese vigilante vengativo, la falta de frescura y la fatiga evidente del personaje de Bronson hicieron que esta película recibiera críticas furibundas, pero sigue siendo mítica para los muy cafeteros.

“Hasta que llegó su hora” (“Céra una volta il West, 1968), de Sergio Leone.

Este wéstern épico de Sergio Leone presenta a Bronson como “Armónica”, un misterioso personaje con una misión de venganza (cómo no 🤣). Su interpretación silenciosa, sumada a la icónica música de Ennio Morricone, lo convirtió en un clásico del género. Es uno de los mejores ejemplos del “spaghetti western”, y Bronson se ganó un lugar como una figura legendaria del cine del Oeste.

"Los siete magníficos" ("The Magnificent Seven, 1960), de John Sturges.

En esta película, Bronson interpreta a uno de los siete pistoleros contratados para proteger a un pueblo mexicano de bandidos. Remake del clásico japonés “Los siete samuráis” (1954) de Akira Kurosawa, se convirtió en un ícono del cine del oeste estadounidense. El elenco de estrellas del que se rodeó, junto con su interpretación carismática y recordada, ayudó a crear la base de su reputación como un héroe de acción.





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