El documental El hombre lobo tiene pelotas (Wolfman Got Nards, 2018), realizado por
Andre Gower, arrojaba una mirada (de fan) a la película Una pandilla alucinante (The
Monster Squad, 1987), recogiendo las impresiones y recuerdos sobre la misma
y su historia (gestación, rodaje, estreno, etc) tanto de sus máximos
responsables, el guionista Shane Black y el director (también en el libreto)
Fred Dekker, como de algunos de los actores que intervinieron y de una legión
de seguidores que llevan reivindicando la película desde hace no poco tiempo.
Un fracaso comercial y crítico en su momento que iría haciéndose un lugar en el
corazón de muchísimos aficionados del cine de terror y fantástico con el
devenir de los años. Un auténtico título de culto cuyo merchandisinig es codiciado por gente de los más variopintos países,
que del mismo modo se conocen los diálogos, se visten con las prendas que
llevaban los protagonistas o se tatúan motivos de la cinta.
Pero Una pandilla alucinante no fue el primer
esfuerzo de Dekker. El año antes había debutado en la dirección con un film
que, orientado a una audiencia adolescente, había llamado la atención del amante
del cine fantástico, Night of the Creeps,
que en nuestro país encontraría una tardía distribución con el también
llamativo título de El terror llama a su
puerta. Este primer largometraje de Dekker, tras un par de cortos, ya
contenía los temas, tropos, guiños y mixturas que plasmaría en sus siguientes
trabajos. Un temprano esfuerzo donde se aprecia el amor de Dekker por el cine (de
género), así como su cinefilia/cinefagia. Una cinta que, de igual modo, hallaría
(tiempo después) su lugar entre un buen puñado de fans que disfrutaron de lo
lindo tanto de la desprejuiciada trama, como de las múltiples referencias. Aunando terror, ciencia ficción y comedia universitaria. Incluyendo
alienígenas, asesinos propios del slasher,
zombies, babosas parasitarias, amores juveniles, y un largo etcétera que al contrario de lo que a priori uno pudiera pensar...
funcionaba perfectamente. Una película que juega con el metalingüismo de una
manera harto inteligente y sin mirar a su público con condescendencia, más al
contrario situándose su director en el mismo patio de butacas, llevando a
imágenes el film que él querría ver.
El largometraje debut de Fred Dekker no cuenta (hasta el momento) con un documental que lo reivindique exponiendo sus virtudes, tal como Una pandilla alucinante disfruta con El hombre lobo tiene pelotas. Pero aquél dispone ahora del libro El terror llama a su puerta. Una historia de fraternidades, extraterrestres y muertos vivientes (Applehead, 2025), escrito por dos expertos en el cine y la cultura popular, con preferencia por los ochenta, Javier Moragón y Octavio López Sanjuán, quienes han realizado un exhaustivo y minucioso estudio sobre dicho film, recorriendo desde su concepción a todo lo relacionado con la producción y el rodaje, así como el estreno y más allá. Cuidando y repasando todos y cada uno de los apartados, técnicos y artísticos, y entrevistando para acceder a una más que precisa información tanto al realizador, como a los protagonistas principales y a un puñado de actores secundarios, además de a muchísimos de los implicados en los departamentos técnicos. Una labor encomiable. Pero la cosa no queda ahí. Han indagado además en la biografía de Fred Dekker y en todos sus trabajos, como guionista y como director, además de en los proyectos nunca realizados del canadiense. Aparte de la inclusión de un capítulo dedicado al repaso de otras producciones de temática fantástica con nada amistosas babosas (y gusanos) en sus tramas.
Javier y Octavio han
contado asimismo con la participación de diversas personalidades del mundo del
séptimo arte, caso de los cineastas Elio Quiroga o Koldo Serra, entre otros,
que nos ofrecen sus impresiones sobre la película que nos concierne y su
responsable, mostrando así una panorámica más amplia de la obra del director y
la huella dejada en diferentes profesionales del medio. De la misma manera han dispuesto de diversas firmas de opinión sobre Dekker y su (modo de ver y hacer) cine, entre las que
he tenido la gran satisfacción de participar, compartiendo páginas con (de nuevo entre otros)
algunos amigos y compañeros, caso de Javier Pueyo y José Luis Salvador
Estébenez.
Junto al más que
estupendo contenido, el continente planea a la misma altura. Y el presente
libro cuenta con una muy elaborada edición de auténtico lujo. Pastas duras,
muchas fotografías en color, y un diseño muy mimado que hacen aún más grata esta apasionada y apasionante lectura. Redondeando un trabajo que supura, junto a la erudición y dedicación
de sus autores, ese (contagioso) amor por el cine al que ambos nos tienen
acostumbrados.
Alfonso Romero


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