Malina Murnau
Me decanto por sus películas de terror de tripillas y tal, ahí van:
"Miedo en la ciudad de los muertos vivientes" ("Paura nella città dei morti viventi" 1980).
Sí, va la primera, y me la pela si no es la mejor de su filmografía. Para mí es una auténtica maravilla, mi favorita con diferencia muy seguida de la que va en segundo y tercer puesto.
"El destripador de Nueva York" ("Lo squartatore di New York" 1982).
Como voy a dejar esta atrás, no puedo. Puro disfrute. Y aquí va una anécdota: Recuerdo que me llegaron a tachar de machista, que si la película es odio a las mujeres y todo ese rollo que se repite siempre y me pusieron fina. En fin... Me encanta esta aberración y al que no, pues que le den.
"Nueva York bajo el terror de los zombi" (" Zombie 2" 1979).
Y en tercer puesto por ser la primera que vi del italiano, por ser una mierda de las buenas, con esa música y su gore a porrillo, que hace que sea también de mis favoritas. Esa escena del ojo llegando poco a poco a la gran astilla y mil cositas más, como la bizarrada del zombie con el tiburón. ¿Se puede pedir más?. Una joyita de las buenas.
Dejo atrás muchas que me gustan de Lucio Fulci: “Aquella casa al lado del cementerio” (1981), “El más allá” (1981), “Angustia de silencio” (1972), otra joya, “Beatrice Cenci” (1969), otra que me encanta... y así muchas más.
Un director que muchos de los que van de eruditos del cine lo ponen a parir. Verdad es que ya sus últimos trabajos y a partir del 83 fueron decayendo, pero no quita que su extensa carrera quede olvidada e incluso repudiada por muchos. Para mí el mejor director italiano. Ahí lo dejo y que me perdone Mario Bava.
Dev Voorhes
"Aquella casa al lado del cementerio" (“Quella villa accanto al cimitero”, 1981).
Sé que mucha gente prefiere "El más allá" (1981), pero esta es mi favorita porque tiene todo lo que me gusta en un argumento: casa abandonada de estilo victoriano o similar, personajes irreales que no sabes si están vivos o muertos, ambientación tétrica y opresiva, melodía inquietante y algo de gore, que siempre viene bien :P.
"El más allá" (“...E tu vivrai nel terrore! L’aldilà”, 1981).
Sin duda, la joya de la corona de la filmografía de Fulci. Quién no la conoce, es una obra maestra. Aunque debo admitir que con el primer visionado no entendí bien el final, pero no importaba, ya tenía mis expectativas bien cubiertas, más que de sobra, y cada vez que me acuerdo de ella suena en mi cabeza esa grandiosa banda sonora... No cabe duda de que la música es parte fundamental de una película, y si no se escoge bien la puede perjudicar sin remedio...
"Miedo en la ciudad de los muertos vivientes" (“Paura nella città dei morti viventi”, 1980).
La escojo también por motivos similares a los mencionados anteriormente, aunque hace tiempo que no la veo. Si la compré fue porque me fascinó, y no estaría mal, ahora que lo pienso, revisarla el finde, mientras la gente sale de carnavales... Mi idea de diversión es ponerme una peli de terror, encender una vela y abrirme una cerveza, porque la felicidad reside en las cosas sencillas.
Un abrazo a todos los amantes del terror, somos Legión.
Alfonso Romero
“Angustia de silencio” (“Non si sevicia un paperino”, 1972).
Junto a la posterior “La casa dalle finestre che ridono” (1976), de Pupi Avati, “Angustia de silencio” es el mejor y más influyente giallo italiano de entorno rural. Una violenta combinación de perversión, religión, fanatismo, muerte y salvación que en manos de otro pudiera haber resultado más estética, más manierista, pero que Fulci, reconocido católico, convierte en un siniestro cuento (a)moral de aires anti-clericales.
“El destripador de Nueva York” (“Lo squartatore di New York”, 1982).
Un giallo tardío disfrazado de slasher y ambientado en la Gran Manzana. Una colección de personajes malvados o cuando menos perversos que se mueven al compás que les marcan sus bajas pasiones, y como guinda un vengativo asesino cruel, sádico y patético que se dirige a la policía hablando con la voz del Pato Donald. El nihilismo tan caro de su director alcanzaba aquí sus más altas cotas. Sangre, sexo, mutilaciones y muerte son las bases principales en una de las cumbres del giallo y de Lucio Fulci.
"Los cuatro del Apocalipsis" (“I quattro dellApocalisse”, 1975).
Cuatro desechos de la sociedad, cuatro perdedores, en busca de la redención por unos caminos plagados de fango, violencia, traición, locura, tortura y muerte. Un wéstern atípico pero que a la vez está más cerca de la filmografía de su director que otros trabajos más canónicos para con el género, caso de “Las pistolas cantaron la muerte” (1966), y afín a un tiempo de algunos cantos de cisne del cine del oeste mediterráneo como “Keoma” (1976) de Enzo G. Castellari, o “Mannaja (El valle de la muerte)” (1977) de Sergio Martino.
Miguel Romero
Recordado principalmente por sus películas de zombies y gore, en su larga carrera tras las cámaras (siempre metido también en los guiones), tuvo tiempo para tratar otros géneros como la comedia (de episodios, erótica…), el wéstern, el giallo o incluso la R’n’R movie. Por cierto, Fulci fue uno de los compositores de “24.000 baci”, el famoso tema que cantara Adriano Celentano.
Ya en los 90, tras unos años olvidado por la industria, Dario Argento lo quiso rescatar y le produjo “La máscara de cera” (1997), pero falleció mientras la preparaban. Finalmente la dirigió el experto en FX Sergio Stivaletti.
Entre mis favoritas resaltaría:
“Los cuatro del Apocalipsis” (“I quatro dell’Apocalisse, 1975).
Segundo y último wéstern dirigido por nuestro homenajeado, aunque en ocasiones se acerque más al cine de terror.
Fabio Testi lo protagoniza como un tahúr al que expulsan de un pueblo junto a otras “malas hierbas”, una prostituta embarazada (la británica Lynne Frederick, sufrida esposa de Peter Sellers), un hombre de color que no está en sus cabales (dice hablar con los muertos) y un borracho (el norteamericano Michael J. Pollard, quien también trabajó en otro euro-wéstern bien distinto: “Las petroleras”). Todo parece ir bien hasta que se encuentren con Chako, interpretado por el cubano entonces afincado en Italia Tomás Milian con un estilo a lo Charles Manson, tan propio del cine norteamericano de por entonces.
En sus pases por televisión “cortaban” cierta escena.
“Una historia perversa” (“Una sull’astra”, 1969).
Terriblemente mutilada en su distribución española a cargo de José Frade, afortunadamente restaurada en la edición en DVD a cargo de Regia Films.
Giallo muy deudor del “Vértigo” de Hitchcock, Marissa Mell interpreta un doble papel de rubia y morena como hiciera Kim Novak (y la austríaca volvería a hacer años más tarde para la revista Interviú). El pobre Jean Sorel caería fácilmente en sus garras.
“Angustia de silencio” (“Non si sevizia un paperino”, 1972).
Otro de los mejores giallos que se rodaron en la época de esplendor del género. Tomás Millian y la germana Barbara Bouchet investigan quién está detrás de los asesinatos de los niños de un pueblo fuertemente supersticioso que prefiere echar las culpas de todo a la gitana pitonisa que interpreta la brasileña Florinda Bolkan, quien fuera protagonista de otro de los giallos más famosos de Fulci, “Una lagartija con piel de mujer” (1971).
Eduardo Álvarez Cónsul
"La juez y su erótica hermana" (“La pretora”, 1976).
En esta divertida comedia erótica, la hermosa Edwice Fenech hace un doble papel pues hace de Voola Orlando, una jueza muy estricta, y su hermana gemela Rosa, una modelo erótica además de una prostituta de lujo.
"Nueva York bajo el terror de los zombi" (“Zombie 2”, 1979).
En su momento pasé mucho miedo cuando la vi, como me pasaba con las películas de zombis.
"Los cuatro del Apocalipsis" (“I quattro dellApocalisse”, 1975).
Cuando de niño vi este tardío spaghetti western creía que era un wésten norteamericano.
En el reparto aparecen Fabio Testi, el norteamericano Michael J. Pollard, el cubano Tomas Milian y la inglesa Lynne Frederick.
Jesús Manuel Pérez Molina
Descubrí a Lucio Fulci a muy tierna edad, a los 8 años, y no porque mis padres me llevasen al cine a ver alguna de sus películas o que a escondidas de ellos las viese mientras estaba solo en casa. A Fulci lo descubrí en el trailer de "Aquella casa al lado del cementerio" (1982) que venía incluido en el VHS de "Jaimito contra todos" (1981) junto con otros como "Virus" (1980) de Margueretti o "El placer de Venus" (1969) de Massimo Dellamano. Todos esos trailers me impactaron muchísimo más que la propia película con Alvaro Vitali. Con Fulci es difícil elegir solo tres títulos pero por eliminación y el impacto que en mi tuvieron cuando los vi por primera vez, ahí van mis favoritos.
"Aquella casa al lado del cementerio" (“Quella villa accanto al cimitero”, 1981).
Una de las películas que a día de hoy (con los 50 llamando a mi puerta) me sigue dando casi tanto miedo como la primera vez que vi el trailer o como cuando la vi completa que me aterrorizó de verdad. No me avergüenza reconocer que esa peli tiene algo que me incapacita a superar el miedo que me provoca.
"Los cuatro del Apocalipsis" (“I quattro dellApocalisse”, 1975).
Aunque a primera vista parezca un spaghetti wéstern tardío de aquellos que nacieron a la sombra del éxito de "Keoma" (1976), no es tal sino una película de terror disfrazada de wéstern. Es más, su producción es anterior a "Keoma" aunque el personaje de Chaco interpretado por Tomas Milian parezca el reverso satánico del personaje creado por Castellari que era casi como un Jesucristo en el lejano Oeste al que crucificaban y todo. "Los cuatro del Apocalipsis" en su versión íntegra es una película que supera en mala leche al más salvaje wéstern jamás rodado. Ninguno de sus protagonistas, ni los buenos , ni los malos, son gente límpia. Todos son como almas en pena en un infierno disfrazado de, repito, spaghetti wéstern tardío.
Y para la tercera favorita tengo un problema...no me aclaro...podría poner "Angustia de Silencio" (1972) que impacta al más curtido pero esa la pondrá mucha gente, así que se la dejo a otros. Podría poner "Una lagartija con piel de mujer" (1971) pero la que monta Fulci para contar una relación lésbica la hace a ratos algo cargante -igual que pasaba con la coreana "Old Boy" (2003) que no es sino la crónica de un incesto-, así que pasando...Otra que eligirán muchos será "El destripador de Nueva York" (1982) que también impacta ( ¡y de qué manera!), y aunque la incluya entre mis favoritas prefiero darle el tercer puesto a dos más que serían "7 notas en negro" que es como un giallo al revés muy original y "Murderock. Danza mortal" (1984) porque sale Olga Karlatos de la que me enamoré en "Keoma". Además, "Murderock. Danza mortal)" demuestra que a mitad de los 80, Fulci seguía rodando como si todavía estuviese en los 70, como le pasaba a Umberto Lenzi, Bruno Mattei o Joe D'amato y otros artesanos del cine bis.
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Joanna
“Una lagartija con piel de mujer” (“Una lucertona con la pelle di donna”, 1971).
Innegable que aprovecha la nomenclatura cripto-zoológica de su enrevesado y extenso título, la música de Morricone, y el juego de confusiones y sospechosos múltiples tan caros a los primeros títulos como director de Dario Argento. Pero “Una lagartija con piel de mujer”, en su laberíntica trayectoria así como tramposos resultados difiere bastante de aquellos trabajos de Argento y adquiere dimensión propia y personal. Gracias en buena medida al trabajo actoral y personalidad de su actriz principal, una Florinda Bolkan cuya vida personal, o al menos la rumorología que circulaba a su alrededor, la acercaban en algunos aspectos a su personaje.
Fulci repetiría el final de este film en “Murderock. Danza mortal” (1984).
“Miedo en la ciudad de los muertos vivientes” (“Paura nella città dei morti viventi”, 1980).
La más lograda, a mi entender, película fantaterrorífica de Lucio Fulci, muy por encima de “Nueva York bajo el terror de los zombi” (1979) y más redonda y bien hilvanada que la también muy disfrutable “El más allá” (1981), con la que comparte protagonista, Catriona McColl. Hasta sus múltiples gore-pieces y su excesivo clímax final tienen cierta lógica interna y coherencia.
“Una historia perversa” (“Una Sull’altra”, 1968).
Uno de los primeros thrillers dirigidos por Lucio Fulci, más cerca de los realizados por aquellas fechas por Umberto Lenzi, presencia de Jean Sorel incluida, que a los del veterano Mario Bava o al entonces emergente Dario Argento. De innegable ramalazo hitchckoniano y derroteros psycho-sexuales y psicodélicos, y con una ambientación pop y fetichista muy de agradecer. La versión estrenada en España estaba fuertemente censurada, recortada hasta lo incomprensible. Dios bendiga al DVD por dejarnos disfrutar de las películas en su totalidad... y de los desnudos.
Oscar "Woody" Correa
Aunque me quedan aún muuuuuuuuuchas películas por visitar de la filmografía de Lucio Fulci, al menos puedo destacar mis tres favoritas. Aunque ha desarrollado su carrera en varios géneros (yo sólo conozco las de horror, gore y giallos, pero también ha realizado spaghetti wéstern o cine de aventuras… ). Aprovecharé la ocasión para ver más pelis de Lucio (justo he visto que hay muchas entre Movistar y Prime 😝)… Dentro del ramillete que he visto me decanto por las siguientes:
"Nueva York bajo el terror de los zombis" (" Zombie 2" 1979).
Convertido en un clásico del cine de terror y gore, y supuesta secuela de "Zombie" de George A. Romero, aunque no tienen relación. La vi hace muchísimo y recuerdo los efectos sangrientos, y el tono salvaje (ahí se aleja de la acción más clásica y estilizada de la de Romero) y sobre todo la escena entre zombi y tiburón bajo el agua… Como anticipo de todo lo que vendrá después de cine de tiburones de la que se podría hacer un artículo completo!!! (Con joyas como "Sharkansas" y, precisamente, "Zombie Shark"). Se puede decir también que se ha convertido en película de culto y su influencia se puede ver en películas y series posteriores sobre zombies, y como una de las obras más representativas del cine gore italiano.
"El destripador de Nueva York" ("Lo squartatore di New York" 1982).
Es un giallo bastante cañero donde el clásico asesino en serie mata mujeres en la city, dejando atrás una serie de crímenes muy sádicos, por lo que también es casi un slasher, con asesinatos extremadamente violentos de los que gustan a la legión de fans, pero que censura en su momento en varios países. Uno de los elementos clave de la peli y que hace que no se olvide, es que el asesino llama por teléfono con una muy perturbadora voz de pato. Fulci retrata una Nueva York oscura y decadente, reforzando el tono nihilista de la película, y dicen que una de sus obras más perturbadoras y punto de referencia dentro del giallo extremo.
"Murderock. Danza mortal" (1984)
Se puede considerar un giallo, ambientado en una academia de baile también en Nueva York, donde bailarinas son asesinadas con un arma atípica, una aguja metálica en el corazón (y no los habituales cuchillos). La trama es la habitual de sospechas y descubrimiento del asesino al final, pero a diferencia de otras películas de Fulci, esta tiene bastante menos gore y menos escenas violentas y se puede decir que es más un thriller más estándar. Para no olvidar la legendaria estética ochentera inspirada en clásicos de la época como "Fama" o "Flashdance". Recuerda mucho también a uno de clásicos, "Suspiria" de Darío Argento (aunque "Murderock. Danza mortal" es posterior).
Fernando Rodríguez Tapia
Cineasta emblemático en las publicaciones alternativas de los años ochenta y noventa dedicadas al género, en contraste al trato que recibía en las revistas más serias donde era denostado con inclemente saña (siempre con el miedo crítico a mancharse con sus propuestas), la popularidad y prestigio de Lucio Fulci ha ido creciendo justamente desde que nos dejó en 1996. Cineasta visceral de trayectoria irregular cuenta con títulos muy destacables de diversas temáticas, alguno de ellos situado en las cumbres de sus respectivas modalidades. En mi caso, mi valoración ha ido cambiando con los años sin ser nunca para mi un cineasta de referencia.
"Angustia de Silencio" ("Non si sevizia un paperino", 1972).
Un excelente (anti)giallo alejado de las obras más reconocibles del subgénero tanto en su atmósfera como en su ambientación rural. Una película ciertamente malsana que no elude crudeza, critica social, erotismo perverso y en definitiva un retrato social de una comunidad degradada en sus pilares más básicos.
"Miedo en la ciudad de los muertos vivientes" ("Paura nella città dei morti viventi", 1980).
El mismo año que presentó el interesante poliziesco "Luca el contrabandista" (1980), Lucio Fulci comenzó su recorrido apocalíptico de las puertas del infierno con un film de terror incontestable de fascinantes sugerencias, contundentes efectos especiales, narrativa discontinua y macabra ambientación. Una obra que siempre gana en visionados, irrepetible en sus conceptos esenciales y con secuencias que perduran en la memoria cinéfila de aquellos que han abrazado con efusión el terror italiano de finales de los setenta y primeros ochenta.
"El más allá" ("...E tu vivrai nel terrore! L'aldilà", 1981).
Segundo y estimable peldaño en el descenso al averno en la tierra propuesto por el cineasta que corrige y amplia algunas ideas del anterior film comentado con secuencias e imágenes icónicas, un sentido del miedo muy particular, una estructura global que rompe la lógica clásica del relato y en definitiva una iconografía que permanece intacta y que incluso llega a trascender a la propia película. La memorable fotografía de Segio Salvati merece una mención especial.
Quiero citar brevemente alguna película suya de grato si bien lejano recuerdo para mí como es el caso del giallo "Una lagartija con piel de mujer" (1971), el curioso wéstern crepuscular "Los cuatro del Apocalipsis" (1975), la curiosa "Siete notas en negro" (1977) e incluso la simpática bizarría distópica de "Roma año 2072 D.C. – Los gladiadores" (1984). Añado un film que pude ver al fin recientemente: la inesperada como tan poco valorada "Manhattan Baby" (1982).
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Carlos Enríquez.
Lucio Fulci es uno de esos nombres que, aunque no tan conocidos para el gran público, dentro del cine fantástico y de terror italiano tiene estatus casi de culto. La verdad es que nunca me metí demasiado a fondo en este tipo de cine, aunque, conozco a nombres como Mario Bava, Dario Argento o Ruggero Deodato. Películas como "Demons" ("Dèmoni", 1985) de Lamberto Bava, "Suspiria" (1977) de Argento u "Holocausto caníbal" ("Cannibal Holocaust", 1980) de Deodato (la película más brutal y perturbadora que he visto jamás) son algunos ejemplos de lo que este género ha aportado a la historia del séptimo arte. Fulci es un caso aparte. Su cine es muy personal, libre y visceral. No recuerdo haber visto más de cuatro o cinco películas de Fulci, al menos de manera consciente; hemos de elegir tres y esta vez me ha sido más fácil por eso de tener poco donde escoger. Opto por "Aquella casa al lado del cementerio", "El gato negro" y "Colmillo Blanco".
"Aquella casa al lado del cementerio" ("Quella villa accanto al cimitero", 1981).
Creo que fue la primera película que vi de Fulci. Fue con una pandilla de amigos en Huelva, quizás con once o doce años, la alquilamos en un videoclub. Ellas gritaban mucho y nosotros nos hacíamos los chulitos, así que no me enteré de casi nada (a esas edades uno estaba a otras cosas). Algunas escenas me dejaron impactado, eran bastante gore, a pesar de que no soy capaz de poner en pie el argumento. La historia sigue a una familia que se muda a una vieja mansión con un sótano que esconde terribles secretos. Acabo de darle un visionado rápido después de emulear un poquito y lo cierto es que la atmósfera es inquietante desde el primer momento. Entiendo que la película posee un montaje caótico, como otras de Fulci, tanto por su forma de ver el cine como por la acción inefable de las distribuidoras de nuestro país, pero quizá eso le otorga cierto encanto (y, como digo, difícil comprensión por parte del espectador).
"El gato negro" ("Il gatto nero", 1981).
Aquí Fulci se lanza a una adaptación (muy libre) de la obra de Edgar Allan Poe. Digo «muy libre» porque realmente de Poe queda más bien poco. La historia gira en torno a un pueblo inglés donde comienzan a suceder muertes misteriosas relacionadas con un gato negro que parece tener una conexión psíquica con un hombre extraño. En el reparto encontramos caras conocidas como Patrick Magee, que tiene una de esas presencias inquietantes que le vienen como anillo al dedo a una película así, y Mimsy Farmer, que ya había trabajado en otros giallos y películas de terror europeas. Lo curioso de esta cinta es que, aunque se basa en Poe, en realidad parece más un thriller con toques sobrenaturales que un cuento gótico clásico, pero posee ese aire de misterio y desasosiego que la hace interesante, con ese toque de «dispersión» de Fulci.
"Colmillo Blanco" ("Zanna Bianca", 1973).
Una rareza en su filmografía, su versión de la obra de Jack London, una de mis novelas favoritas de todos los tiempos. Y digo «su versión» porque, como era de esperar, Fulci no se limita a hacer una adaptación fiel, sino que le da su propio toque y estética, muy de spaghetti. Aquí encontramos un gran elenco europeo, con el guaperas y espléndido actor Franco Nero en el papel protagonista, Fernando Rey aportando su presencia aristocrática y la actriz Virna Lisi, que interpreta a la protagonista femenina. Creo que esta peli es mucho más accesible para un público general que el resto de su obra, pese a que sigue manteniendo ese aire crudo que caracteriza a Fulci. No es exactamente lo que uno esperaría de una historia sobre un perro lobo en la naturaleza salvaje, pero es una curiosidad dentro de su filmografía, y se nota que, aunque mucho más contenida, sigue exhibiendo la mano del director.
En definitiva, Fulci es un cineasta con una identidad muy particular. No siempre es fácil de digerir, y su cine a veces parece más una experiencia sensorial que una narración estructurada. Pero, precisamente por eso, mantiene el interés para quienes se atreven a adentrarse en su mundo, que yo recomendaría a ya iniciados. Puede que yo nunca haya profundizado demasiado en el terror/fantástico italiano, pero después de haber revisado de manera rápida estas películas, tengo claro que Fulci posee algo especial. Y aunque no sea tan famoso como Argento o Bava, su legado sigue vivo gracias a esos planos perturbadores que nos dejó en su filmografía.
David Cortabarria
Siempre he considerado a Lucio Fulci (1927-1996) un director que tuvo en el giallo y el terror sus bazas más potentes. No es, ni mucho menos, de mis directores favoritos, de hecho me repele bastante su apetencia por las películas de ambientación malsana, masoquista y gore, las cuales han terminado por cansarme ante lo plano de su propuesta. Pero ello no es obstáculo para rescatar tres películas suyas que descubrí en esa década-no-tan-mágica-pero-sí-determinante de los 80.
"Nueva York bajo el terror de los zombi" ("Zombi 2", 1979).
Secuela no oficial de “Zombi: El regreso de los muertos vivientes” (Dawn of the Dead) de George A. Romero (1978), pero cuando la vi por primera vez, a mediados de los 80, eso no importaba gran cosa, era una película de zombies (que me prohibieron ver), género que siempre me ha gustado. Y los de Fulci son más gores, cafres y malrolleros que los de Romero. Me encanta el comienzo, ese barco vacío con un zombi a bordo, listo cual Nosferatu a infectar todo aquél que entre en su radio de acción. Y en este caso la ambientación chunga de Fulci funciona muy bien, aunque el argumento renquea bastante.
"Miedo en la ciudad de los muertos vivientes" ("Paura nella città del morti viventi", 1980).
Nuevamente zombis, pero no romerianos, y en menor cantidad. Ahora es el turno de H.P. Lovecraft y de un desmadre argumental que corta en transversal todo el film. Lo de menos es el escuálido y desnortado argumento, aquí lo que cuenta es la acumulación de escenas malrolleras que de la misma manera causan una honda impresión en un cerebro aún no cincelado por los vaivenes del género, producen una gran diversión por su candor a la hora de querer decirte “¡Mira qué repugnante es esto! ¡Flipa con lo gore de esta escena!” sin por supuesto conseguirlo. Esta película la salvo por su alto valor como comedia involuntaria, por ser una estructura que no entiendo muy bien cómo consigue sostener su entramado sin desmoronarse del todo. Y por su final abierto, que me da rienda suelta a imaginarme un par de cosas que dudo mucho que Fulci se hubiera atrevido a rodar.
"Roma Año 2072 D.C. Los gladiadores" ("I guerrieri dell’anno 2072", 1984).
Una película de estética kitsch y entrañables efectos especiales, con un argumento muy interesante: una sociedad distópica donde el programa de máxima audiencia es un concurso donde participan de manera forzosa convictos y que luchan a muerte en pos de un premio que… Y sí, es el mismísimo argumento de la muy entretenida y competente “Perseguido” ("The Running Man", Paul Michael Glaser, 1987). Y ambas películas se resienten si se comparan con “El precio del peligro” ("Le prix du danger", Yves Boisset, 1983), porque nuevamente la premisa es la misma…
Al menos el film francés alude en su título al relato corto de Robert Sheckley, "The Prize Of Peril", publicado por The Magazine of Fantasy and Science Fiction en 1958. Y Stephen King hizo algo más que inspirarse en ese relato para su novela “El fugitivo” ("The Running Man", 1982, escrita bajo el seudónimo Richard Bachman).
De estas tres adaptaciones del relato que conozco (hay una cuarta, de 1970, del director alemán Tom Toelle, “Das Millionenspiel” que no he visto) me quedo con la de Paul Michael “Starsky” Glaser, que sube varios enteros la esforzada versión de Fulci. Vería, muy a gusto, un fan-edit de ambas películas unidas en extraño y gozoso crossover.
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David Suárez Sánchez
Para mí las preferidas de Lucio Fulci son en este orden:
"El más allá" (“...E tu vivrai nel terrore! L’aldilà”, 1981).
Auténtica obra maestra con un guion bestial que hoy en día es insuperable.
"Nueva York bajo el terror de los zombi" (" Zombie 2" 1979).
Visualmente maravillosa, así como los zombies increíblemente bien hechos, se lo mejor de zombies que he visto en mi vida.
"Aquella casa al lado del cementerio" ("Quella villa accanto al cimitero", 1981).
Una maravilla que te mantiene dentro de la película de principio a fin.
Ángel Marrero
Se me hace muy difícil la elección, pero centrándome en tres escenas impactantes protagonizadas por mujeres he escogido las siguientes:
"Nueva York bajo el terror de los zombi" (" Zombie 2" 1979).
El comienzo de toda una saga parasitaria de "La noche de los muertos vivientes" (1968). La escena de la astilla enterrada en el ojo, cuando Paola (Olga Karlatos), la esposa del Dr. Menard es agarrada por los pelos por un zombie y muere de tal manera.
"El destripador de Nueva York" ("Lo squartatore di New York", 1982).
Uno de mis giallo/slashers favoritos. El momento en que "el destripador" tortura con una hojilla de afeitar a Kitty (Daniela Doria). Regodeo de nuevo en una escena gore tan impactante como la del ojo cegado en "Zombi 2", pero con otros momentos de mutilación no menos impresionantes.
"La conquista de la tierra perdida" ("Conquest", 1983).
Un de los primeros pastiches de "Conan el Bárbaro" que me siguen fascinando. El numerito del trance de la bruja Ocron (Sabrina Siani) restregándose una serpiente por todas partes... De escándalo.
Susanna Annasus
Director bastante caótico, catalogado como director de culto del gore y de terror. De sus películas la que más me han gustado son:
"El gato negro" ("Il gatto nero", 1981).
Basada en el relato de Allan Poe. A partir de esta película comienza a haber en el cine más animales asesinos. Me encanta la actriz protagonista Mismy Farmer y los movimientos de cámara imitando el movimiento del gato.
"El más allá" (“E tu vivrai nel terrore! L’aldilà”, 1981).
Es la segunda parte de la trilogía de las puertas del infierno. Fue censurada en muchos países por la crudeza de sus imágenes. Protagonizada por Catriona McColl, la atmosfera bastante macabra, y angustiosa.
"Nueva York bajo el terror de los zombi" (" Zombie 2" 1979).
Está película se inspira en la obra de Romero de 1978. Aunque Fulci lo niega en una carta que envía a Romero en respuesta a la que ellos le envían primero.
Javier Borrull Caballero
Decidir cuáles son mis tres películas favoritas de Lucio Fulci resulta una difícil elección. En mi infancia y adolescencia, alimentada a base de alquilar cintas VHS con carátulas rojas de José Frade en el videoclub de la barriada, Fulci fue el chef que marcó a fuego la pasión por lo bizarro, lo extraño y lo aterrador con su tremebunda recreación en la puesta en escena de sus películas, auténticos soufflés de locura desatada donde el tiempo se dilata de manera surrealista para que el horror, el espanto, la sangre y el sadismo lo invadan todo hasta dejarte totalmente K.O.
Todos conocemos sus escenas sangrientas, de una crueldad casi insufrible. Así pues, de entre su filmografía, mencionaré las tres que me impactaron más en su visionado, aunque no me centraré únicamente en sus escenas sangrientas sino también en momentos o planos que me dejaron muy, pero que muy marcado, más allá del festival de horror físico. Vamos allá.
La primera película que recuerdo ver de Fulci fue "Nueva York bajo el terror de los zombi" (" Zombie 2" 1979). Inolvidable la escena de la enucleación ocular al personaje de Olga Karlatos con las astillas de una puerta rota, la pelea a mordiscos entre un zombi y un tiburón o el salvaje mordisco al cuello de Auretta Gay por parte de un zombi con un nido de gusanos en una de sus vacías cuencas oculares. Pero lo que realmente daba miedo era cuando salían de debajo de la tierra y cómo avanzaban lenta, pero inexorablemente hacia sus víctimas. De hecho, el asedio en el hospital de campaña, con los actores defendiéndose a a base de escopetazos y cócteles molotov resulta espeluznante. Otros grandes momentos para el recuerdo son el tiroteo policial al zombi obeso en la embarcación o ese final, con los muertos vivientes avanzando por el puente de Brooklyn, hacen que esta película resulte imborrable de la memoria.
La segunda película que ví de Lucio Fulci fue "El destripador de Nueva York" ("Lo squartatore di New York", 1982). En fin, cualquier cosa. La perrita encontrando la mano de un cadáver, el asesinato de la joven ciclista en el ferry, el de la bailarina de striptease con una botella rota y el salvaje disparo al rostro del asesino resultan muy potentes, pero recuerdo que también me resultaron profundamente turbadoras las escenas de Alexandra Delli Colli en sus escarceos eróticos por esos mundos de Dios con un tipo que tiene dedos mutilados en una de sus manos o con dos macarras en un bar de mala muerte (masturbación podal incluída). Memorable la grotesca risa del Pato Donald mientras el asesino comete sus atrocidades.
La tercera película que recuerdo ver de Fulci y que me impactó mucho fue "El más allá" (“...E tu vivrai nel terrore! L’aldilà”, 1981). La crucifixión y emparedamiento de Schweik al inicio, el brutal disparo al cráneo de la niña pelirroja con coletas, el perro lazarillo atacando a la ciega Emily, interpretada por Cinzia Monreale, o las arañitas hambrientas son los mejores momentos de la cinta, que probablemente es la más surrealista de todas, con lo del libro del Eibon y las puertas de infierno. La solitaria carretera encima del mar con la presencia de la chica ciega y su perro (y todos los primeros planos de sus ojos blanquecinos) y ese desierto de cadáveres fosilizados donde los protagonistas acaban atrapados y convertidos en ciegos que “pueden ver” ese Más Allá en el encharcado sótano de un cochambroso hotel en Nueva Orleans. Momentos de puro terror que resultan inolvidables, más metafísicos de lo que suele ser habitual en el maestro.
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