lunes, 20 de junio de 2022

La Casa del Terror (Haunt)


 


Título original: Haunt


Año: (2019, Estados Unidos)


Directores: Scott Beck, Bryan Woods


Productor: Eli Roth


Guionistas: Scott Beck, Bryan Woods


Fotografía: Ryan Samul


Música: tomandandy


Intérpretes: Katie Stevens (Harper), Will Brittain (Nathan), Lauryn Alisa McClain (Bailey), Andrew Caldwell (Evan), Shazi Raja (Angela), Schuyler Helford (Mallory), Phillip Johnson Richardson (Ty Hoffman), Chaney Morrow (fantasma), Justin Marxen (payaso), Terri Partyka (bruja), Justin Rose (vampiro), Damian Maffei (diablo), Schuyler White (zombie), Samuel Hunt (Sam)… 


Sinopsis: En Halloween, un grupo de amigos deciden entrar en una casa encantada que promete ofrecer una experiencia extrema a base de explotar sus miedos más recónditos. La noche se volverá mortal cuando se den cuenta de que algunos monstruos son reales.



Aunque el tema es recurrente dentro del cine fantástico y de terror desde hace ya mucho, fue cuando empezó a hablarse de la nueva adaptación, esta vez para la pantalla grande, del bestseller de Stephen King It, cuando comenzó el auténtico aluvión de películas del género con payasos asesinos, mayormente en producciones de serie B y Z.

Por otro lado, la festividad de Halloween había aparecido en el cine hollywoodiense ya en fechas tempranas, como en aquella Cita en San Luis (Meet Me in St. Louis, 1944) que dirigiera Vincente Minnelli en el seno de la MGM. Pero fue desde finales de la década de los setenta cuando comenzaron a rodarse con regularidad filmes de terror ambientados en tan señaladas fechas para estrenarlos y/o festejar en la noche de difuntos. Algunos de éstos no sólo se convertirían en auténticos must para disfrutar en tal festividad, sino que se alzarían en clásicos de culto del género, como vendrían a ser La noche de Halloween (Halloween, 1978) de John Carpenter, o Night of the Demons [tv/vd/dvd/br: La noche de los demonios, 1988] de Kevin Tenney, ambos homenajeados, copiados y plagiados en múltiples ocasiones.



Eli Roth, quien produjera una de las más destacables cintas de terror de los últimos años con payaso de por medio, Clown [tv/dvd: The Clown, 2014], dirigida por Jon Watts, reincidía en las mismas funciones y temática con La casa del terror (Haunt) (Haunt, 2019), ambientada en la celebración de Halloween -y con un arranque y una conclusión que no dejan de recodar al del citado film de Tenney-, aunque en los Estados Unidos llegara a las salas el trece de septiembre [1]. Si bien el sub-género en el que mejor podemos encuadrar la cinta es en esa mezcla de slasher y survival que han venido a ser las películas de escape rooms, herederas de títulos clave de las últimas décadas como vendría bien citar Cube (Cube, 1997), de Vincenzo Natali, o la larga saga iniciada por Saw (Saw, 2004), de uno de los reyes Midas del cine sangriento del nuevo siglo, James Wan. Y de entre todas éstas llama la atención el gran parecido que el título que nos ocupa guarda con Circus Kane (2017), de Christopher Ray: los dos trabajos tienen en sus tramas un grupo de personas que han de atravesar una serie de salas en una estancia decorada con motivos circenses, superando las diferentes pruebas y donde a -casi- todos les aguarda una brutal muerte. Eso sí, la que nos trae Roth cuenta con una bastante mejor y más cuidada producción y factura, amén de un libreto más trabajado, que la realizada por el hijo de Fred Olen Ray.


Tras las cámaras de La casa del terror (Haunt) se encuentran Scott Beck y Bryan Woods, quienes vuelven a formar equipo en el guion y la dirección como ya hicieran en Nightlight (2015), con la que aquella guarda más de un punto en común. Aunque la pareja se dio a conocer por escribir la tan bien recibida -por críticos y público- Un lugar tranquilo (A Quiet Place, 2018), que dirigiera -y protagonizara junto a su esposa, Emily Blunt- John Krasinski. Pero a diferencia de esta última, la que aquí nos interesa -hay que tener presente que Eli Roth anda detrás del proyecto- es una cinta de terror comercial, palomitera, sin grandes pretensiones, sin buscar el aplauso ni el reconocimiento de la crítica. Una película con un argumento visto mil y una veces, que poco nuevo nos ofrece pero que, y es de agradecer, está muy bien hecha. Tiene su atmósfera, su ritmo medido y preciso, un trabajo bien facturado y sin estridencias incluso en la dirección artística, recargado pero creíble. Una cinta del género consciente de lo que ofrece, con sus sustos dosificados y sus muertes creativas -bien planteadas y mejor resueltas- sin ser por ello un dechado de gore. Con personajes sin mucho trasfondo psicológico -tampoco importa, los van a matar-, unos malvados que dan muy mal rollo, un desarrollo que sabe guiarnos a donde quiere, incluyendo algún giro de guion, y un desenlace donde, tras el falso y trillado final con pesadilla, da paso el verdadero y muy superior, en el cual una de las víctimas decide dejar de serlo.



Beck y Woods se inspiran para su película en las casas de los horrores amateurs que, principalmente en las pequeñas urbes y las zonas rurales, se prodigan en los Estados Unidos por Halloween, y donde se recrean escenas conocidas de clásicos del género, como El exorcista (The Exorcist, 1973) de William Friedkin, La matanza de Texas (The Texas Chainsaw Massacre, 1974) de Tobe Hooper, etc. Una costumbre que, poco a poco y como la misma festividad, va extendiéndose en los distintos países que la celebran, entre ellos el nuestro.


No faltan en el film que aquí nos concierne -como viene siendo de rigor- un puñado de guiños a títulos de terror de los ochenta -entre ellos, por supuesto, La casa de los horrores (The Funhouse, 1981) de Hooper- [2], por suerte sin caer en la nostalgia impostada tan común en los últimos años; y si el público que se acerca a ver La casa del terror (Haunt) no reconoce esas referencias ello no entorpece para la comprensión o el desarrollo del mismo. Además, encontramos una alusión directa al Heat (Heat, 1995) de Michael Mann, y en la fiesta del principio Andrew Caldwell viste un disfraz del centípedo humano de las películas de Tom Six. Nobleza obliga, hay un momento que nos retrotrae a Un lugar tranquilo -según cuentan, los dos guiones se escribieron a la vez-, e incluso se permiten algunos homenajes -tal vez habría que hablar en este caso de plagios- a El resplandor (The Shining, 1980) de Stanley Kubrick.



En definitiva, su autoconsciencia como producto comercial de terror teen sin -altas- pretensiones, su habilidad para jugar con los tópicos (y ponerlos al día) a su conveniencia, el vitriolo que destila, más la solidez que presenta en su forma, hacen de La casa del terror (Haunt) una de las propuestas más simpáticas que el cine de género nos deparó el 2019. Y a Beck y Woods -también, por supuesto a Eli Roth [3]- los confirmaba como valores a seguir teniendo en cuenta. 

 

Alfonso & Miguel Romero



[1] En España llegaba a las carteleras el 15 de noviembre.


[2] Hay referencias en los asesinatos a slashers ochenteros como El asesino de Rosemary (The Prowler, 1981) de Joseph zito, Viernes 13, parte III (Friday the 13th Part III, 1982) de Steve Miner, Sledgehammer (1984) de David A. Pryor, o The Nail Gun Massacre [vd: Nail gun: Pistola de clavos, 1985] de Terry Lofton y Bill Leslie.


 [3] El anterior trabajo de Eli Roth para cines fue La casa del reloj en la pared (The House with a Clock in Its Walls, 2018), donde ejerció de director pero, y es raro en él, no anduvo metido en la producción. Una película fantástica de corte familiar basada en una novela John Bellairs y adaptada para la pantalla por Eric Kripke, el creador de la serie Sobrenatural (Supernatural, 2005-2019).