sábado, 24 de diciembre de 2022

Yo Hice a Roque III


Título original: Yo hice a Roque III


Año: 1980 (España)


Director: Mariano Ozores


Guionista: Mariano Ozores


Fotografía: Raúl Artigot


Música: Alfonso Agullo, Eddy Guerin, Carlos Villa


Intérpretes: Fernando Esteso (Federico Castro), Andrés Pajares (Roque Tercero González), Antonio Ozores (Paco), Florinda Chico (Doña Amparo), Rafael Hernández (Chango González), Mirta Miller (Petra), Loreta Tovar (Dolores), Francisco Camoiras (Ataúlfo), Adrián Ortega (doctor), “Dum Dum” Pacheco (Kid Botija), Narciso Ibáñez Menta (Don Cipriano), Héctor Quiroga (él mismo), Gabriela Mosch (Flora), Teresa Herrera (casada infiel), Ramón Lillo (periodista), Carlos Lucas (Manolo el encamado), Claudia Dammert (enfermera), ....


Sinopsis: Roque Tercero González es un gorrón que vive en casa de su amigo Federico, famoso ex-jockey de carreras en horas bajas tras haber engordado. Federico no puede quitarse de encima a Roque, ya que éste le recuerda constantemente que, cuando tenían siete años, le salvó la vida. El caso es que Federico asiste a un gimnasio con la esperanza de volver a adelgazar lo suficiente como para volver a cabalgar, y allí se entera de que Kid Botija, el campeón de España de los pesos welter, necesita poner en juego su título para poder optar al campeonato de Europa de boxeo. Pero claro está, nadie quiere recibir una paliza del campeón, a pesar de la bolsa que ofrece su preparador. Entre Paco, el dueño del gimnasio, y Federico, consiguen liar a Roque que, engañado, acepta pelear con el campeón... 


El uno de octubre de 1979, en plena Transición Española, llegaba a las carteleras españolas Los bingueros, una producción de Izaro Films dirigida por Mariano Ozores y protagonizada por los cómicos Andrés Pajares y Fernando Esteso, quienes por primera vez actuaban juntos y se ponían al frente del reparto en una película. Hasta entonces ambos llevaban una meteórica carrera sobre los escenarios, pero sus trabajos en la gran pantalla no habían sido gran cosa y nunca habían coincidido en ningún rodaje. Fue un éxito rotundo, consiguiendo 1.539.644 espectadores y una recaudación en la taquilla de 197.885.368 pesetas, unos 1.189.315,01 euros.


Todo partió de un proyecto que Ozores le ofreció a José Luis Bermúdez de Castro, que había trabajado con él en múltiples ocasiones en diversas tareas y quien por entonces ejercía de productor. Éste le propuso hablar con José María Reyzábal, de Izaro Films, de quien fue la idea de aunar a Pajares y Esteso, ya que los conocía bien de contratarlos (por separado) para actuar en sus salas de fiesta.


Los bingueros sería la primera de las nueve colaboraciones a tres bandas entre Pajares, Esteso y Mariano Ozores. Su abultada recaudación propició, como era de esperar, que continuaran juntos repitiendo la misma fórmula: aunando chistes políticos, chicas desnudas y tramas de rabiosa actualidad. La retirada de la censura con la llegada de la democracia que sustituía a la vieja dictadura franquista, propició la llegada de los desnudos en el cine español. Los bingueros supuso la primera película de Ozores donde los despelotes cobraron mayor presencia e importancia, y fue un atractivo ingrediente que ayudó, sin duda, a la aceptación popular de la cinta. La inclusión de desnudos y escenas de cama en las películas de Ozores, siempre con tono humorístico, estaba a medio camino entre el destape y el naciente cine clasificado "S".


Si la legalización del juego en España, una vez caído el régimen, fue la idea que dio pie al libreto de Los bingueros, el debate nacional sobre la conveniencia o no de las centrales nucleares en suelo español, tras el desastre ocurrido en 1979 en la central nuclear de Three Mile Island, cercana a Harrisburg, Pensilvania, en Estados Unidos, sirvió de inspiración a Ozores para Los energéticos, que sería el segundo trabajo al alimón entre el director con Pajares y Esteso. Estrenada el veintiuno de enero de 1980, volvió a arrasar en la taquilla.


Tras la primera colaboración de Fernando Esteso con Ozores en solitario, sin la presencia de Andrés Pajares, El erótico enmascarado, producida por José Frade [1] y que llegó a las carteleras el veintiuno de julio de 1980, el director volvería a unir a los dos cómicos en una cinta con el mundo del boxeo como telón de fondo. La idea, según el realizador, se le ocurrió cuando un día de febrero iba a asistir al estreno de un show de Pajares en el Biombo Chino. Como el evento no tenía lugar hasta la una de la noche, para hacer tiempo fue con su esposa al cine a ver Rocky II (Rocky II, 1979), de Sylvester Stallone. Viendo la secuela de la oscarizada Rocky (Rocky, 1976), de John G. Avildsen, se le ocurrió la trama para el que sería su siguiente trabajo. Le comentó después la idea a Pajares, Esteso y a su hermano Antonio, y los tres quedaron encantados. Esa misma noche, una vez en casa, se puso manos a la obra a escribir el guion.


En un principio iba a denominarse con el más oportunista y paródico título de Roque III [2], pero fue Fernando Esteso quien propuso el definitivo Yo hice a Roque III porque aquél hacía alusión solamente al personaje que interpretaba Andrés Pajares, quedando por tanto él fuera del mismo. Al añadir el "Yo hice" se incluía implícitamente el suyo también.


Mariano Ozores tomó, como era de esperar, algunas situaciones y escenas de Rocky, para crear algunos gags, y la música de Alfonso Argullo alude a la original que Bill Conti compusiera para aquélla, pero Yo hice a Roque III entronca sobre todo con la tradición en el cine español de las películas de pícaros [3], estando por tanto más cerca de El Tigre de Chamberí (1957), de Pedro L. Ramírez [4], protagonizada por otro miembro del clan Ozores, José Luis Ozores, precisamente uno de los títulos más recordados de entre los que intervino el prontamente malogrado intérprete, secundado para la ocasión por uno de los "caraduras" más famosos de nuestro cine, Tony Leblanc.


Yo hice a Roque III versa sobre un vividor, Roque Tercero González (Pajares) [5], que vive a expensas de un amigo, Federico Castro (Esteso), aludiendo que le salvó la vida al evitar que le dieran una paliza cuando ambos tenían siete años. Desde entonces ha estado aprovechándose de su colega. Federico, un jockey de éxito caído en desgracia al aumentar de peso, quiere recuperar la forma y volver a su antigua profesión, por lo que acude sin muchos avances a un gimnasio regentado por el fresco de Paco (Antonio Ozores). A éste le proponen que busque a un donnadie que acepte subirse al ring para enfrentarse con el campeón español de los pesos welter, Kid Botija (Dum Dum Pacheco), con el objeto que éste pueda optar al campeonato europeo. Federico y Paco liarán a Roque, quien hizo sus pinitos en el cuadrilátero durante la mili en Ceuta, para que mida los guantes con el campeón, y así sacar tajada de la bolsa y la bonificación que ofrecen por el combate, y además Federico se libraría del gorrón de Roque, al sacarse éste un dinero con el que poder irse de su casa.


El director recurrió a su troupe habitual: su hermano Antonio, Florinda Chico, Paco Camoiras y Loreta Tovar, todos más que acertados en los roles que se les asignan. A los que se sumaron otros destacados rostros de nuestro cine como Rafael Hernández, Mirta Miller, o Narciso Ibáñez Menta, éste en el papel del malo de la función, un mafioso promotor de combates amañados.


El boxeador José Luis Pacheco, más conocido como Dum Dum Pacheco, campeón de los pesos welter y amigo de Pajares y Esteso, fue contratado como asesor y para interpretar a Kid Botija (un nombre, por cierto, que parece extraído de las viñetas de Francisco Ibáñez o Manuel Vázquez). Ya había hecho sus pinitos en la gran pantalla en títulos como Juventud drogada (1977), de José Truchado, o El sexo ataca (1979), de Manuel Summers, y en esta de Ozores parodiaría el arquetipo de púgil chulo y macarra. El director comentaría que Pacheco les ayudó mucho en la preparación de la película, facilitando la tarea de conseguir ciertas localizaciones para el rodaje.


Filmada en sólo veinte días, como era costumbre en su responsable, contó con la fotografía de Raúl Artigot [6], quien colaboraría con Ozores en diversas ocasiones y con quien acababa de trabajar en El erótico enmascarado. Pajares se negó a usar dobles para las escenas de los combates, por aquello de dar más verosimilitud a la cinta, y Pacheco le pidió al actor que en la parte final, cuando se enfrentan en el cuadrilátero, no se contuviera: por muy fuerte que le pegara, él ya estaba más que acostumbrado a recibir golpes mucho más fuertes.


La cinta recaudó 164.610.745 pesetas, unos 991.631,72 euros. Una vez más, el público acudió en masa a las salas [7], mientras que la crítica se rasgaba las vestiduras ante lo que veían como la degradación de la comedia. Si ya llevaban años atacando las películas de Mariano Ozores, la inclusión en el menú de sexo y desnudos (todo lo gratuitos que se quieran) no hizo más que acentuar el desprecio de aquéllos hacia los trabajos del experimentado realizador [8]. Éste llevaba ya muchos años decidido a hacer películas para la audiencia, no para la crítica [9], por lo que repetiría con Pajares y Esteso en más ocasiones. 


La política de Pilar Miró con el gobierno del PSOE al comenzar los ochenta, regentando el cargo de Directora General de Cinematografía, y decidida a apostar por un cine de pretendida calidad y respetabilidad, con cierta debilidad por adaptar grandes títulos de la literatura patria, repercutió negativamente en el cine de Mariano Ozores, al igual que en el de otros veteranos realizadores, condenados al ostracismo. Sin embargo, los trabajos de este director, y especialmente el realizado en los años de la Transición, visto hoy suponen un claro fresco de la España de aquellos días y ha seguido contando con el favor del público (y, ahora sí, de parte de la crítica). Sus trabajos con Pajares y Esteso han encontrado además una cierta reivindicación, y se pueden volver a disfrutar gracias a las distintas ediciones en formato digital doméstico y a su emisión en diferentes emisoras dedicadas al cine español.


Alfonso & Miguel Romero


[1] La primera película que Andrés Pajares protagonizó en solitario para Mariano Ozores fue otra producción de José Frade, El liguero mágico (1980), y tuvo lugar justo después de la que aquí nos ocupa.


[2] Evidentemente, el film llegó a las salas antes del Rocky III (Rocky III, 1982) de Stallone.


[3] Otro título en esta tradición del cine de pícaros, vividores y frescos en general en la filmografía conjunta de Ozores, Esteso y Pajares lo tenemos en Los liantes (1981).


[4] Unas líneas sobre esta película escritas por unos servidores: 

https://cerebrin.wordpress.com/2022/11/29 /el-tigre-de-chamberi/

[5] En las películas que rodaron con Mariano Ozores, el nombre de los personajes de Pajares acostumbraban empezar con “A” (de Andrés) y los de Esteso por “F” (de Fernando). En la presente, sin embargo y por razones obvias, no se da esto en el caso del primero.


[6] Artigot probó suerte en tareas de dirección con un triplete de películas, entre las que destaca la malditísima y muy reivindicable El monte de las brujas (1973).


[7] En 1993 se estrenaría un remake mexicano de Yo hice a Roque III con dirección de Benito Alazraki.


[8] La llegada de una comedia sin vergüenza ni complejos y cargada de chistes groseros, escatológicos y sexuales se dio paralelamente en medio mundo. Por aquellas mismas fechas, el gigante americano, Hollywood, recibía con los brazos abiertos las propuestas de gente como John Landis, que rompió moldes llevando a los cines el humor de la revista National Lampoon con Desmadre a la americana (National Lampoon’s Animal House). Respaldada por una major, la Universal, la comedia de trazo grueso y humor grosero llegaba para quedarse a las pantallas norteamericanas. Y no era para menos, la cinta de Landis se convirtió en uno de los títulos más rentables en la historia de Hollywood, lo que propició de forma ineludible diversas secuela e innumerables imitaciones. La Library of Congress la incluiría en el 2001 en el National Film Registry debido a su relevancia cultural, a pesar que supuso la apertura de las puertas de lo que en el argot de la industria se denomina gross-out films, películas de estética feista basadas en situaciones sexuales cotidianas y con un humor, como se dice, de retrete.


[9] Tras sus primeros trabajos para una empresa familiar, con sus padres y hermanos, Cinem. Hispanica S.A., que recibieron una notable aceptación por parte del público y la crítica, llegando incluso a ganar algún premio, Mariano Ozores se decidió a hacer un film importante, con una producción mucho más cara. Sería la fábula moral disfrazada de cinta de ciencia ficción La hora incógnita (1963). Un film que se hizo con el favor de los críticos y se llevó varios galardones, pero que supuso un fracaso absoluto en la taquilla, provocando la bancarrota de la compañía. El director asumió toda la responsabilidad y se llevaría unos años pagando deudas, más tomó la determinación de hacer desde entonces las películas que el público quisiera ver.