sábado, 19 de abril de 2025

Ted Kotcheff. Despertando en el infierno.

 

Entre los muchos óbitos de profesionales del séptimo arte en lo que llevamos de año, uno de los últimos ha sido el de Ted Kotcheff, realizador canadiense recordado por haber dirigido Acorralado (First Blood, 1982), que protagonizara Sylvester Stallone y que diera inicio a la saga de Rambo, y la comedia Este muerto está muy vivo (Weekend at Bernie’s, 1989). Recomendamos aquí en su memoria otros seis títulos suyos entre una amplia filmografía que diera comienzo en los años 50 del pasado siglo XX.

Of Mice and Men (1968).

Segunda adaptación (primera para la pequeña pantalla) de las cuatro que hasta ahora se han hecho de la famosa novela de John Steinbeck De ratones y hombres (Of Mice and Men, 1937). Al igual que en su remake también para televisión del clásico Horas desesperadas (The Desperate Hours, William Wyler, 1955) que realizó nuestro homenajeado el año anterior, contó con George Segal (ahora de protagonista principal) y no se vio en nuestro país. Segal daría vida a George Milton, mientras que Nicol Williamson encarnaría a Lennie Small.

Despertar en el infierno (Wake in Fright, 1971).

El músico Nick Cave dijo de ella que era “La mejor y más aterradora película sobre Australia de la Historia”. Perdida durante años, a punto estuvo de ser destruida si su montador no hubiera dado con ella. Martin Scorsese, que la había visto durante su proyección en Cannes, colaboró en su restauración y la presentó cuando se volvió a pasar por tan prestigioso festival. 

Mucha gente aún la repudia por la infame escena de la caza (real) de canguros. Michael York se negó a protagonizarla por ello… Y aún se está arrepintiendo. Incómoda de ver y más críptica de lo que puede parecer a simple vista, forma un ejemplar tríptico junto a sus contemporáneas Perros de paja (Straw Dogs, Sam Peckinpah, 1971) y Defensa (Deliverance, John Boorman, 1972).

El pasado 2024 llegaba a las carteleras una especie de remake (políticamente correcto y ateniéndose a las modas, modos y modismos del cine contemporáneo) de Despertar en el infierno que, al contrario que el film de Ted Kotcheff, olvidabas nada más verlo.

Roba bien sin mirar a quién (Fun with Dick and Jane, 1977).

Una vez más con George Segal de protagonista, ahora junto a Jane Fonda, como una pareja de clase acomodada que, al verse en el paro, deciden meterse a atracadores, aunque… no se les da muy bien la cosa. Dicha comedia tuvo un remake entrados los 2000, Dick y Jane: Ladrones de risa (Fun with Dick and Jane, Dean Parisot, 2005) con Jim Carrey y Tea Leoni en los roles principales y que no terminó de cuajar en la taquilla.

Capturado (Split Image, 1982).

Cuando un joven (Michael O’Keefe) entra a formar parte de una secta liderada por un tipo de gran influencia entre sus seguidores (Peter Fonda), el padre del chico (Brian Dennehy, quien ese mismo año también trabajaría con Kotcheff en Acorralado, en el que sería su papel más famoso) contrata a un tipo de métodos poco ortodoxos para que lo rescate (James Woods). Pero lo más difícil no será sacar al chaval de la secta, sino sacar la secta del chaval.

Eran los ochenta y Estados Unidos aún tenía miedo de lo ocurrido en los cultos de tipos como Charles Manson o el reverendo Jim Jones. Eran los tiempos del Satanic Panic.

Más allá del valor (Uncommon Valor, 1983).

Al año siguiente de Acorralado, Kotcheff realizaba una nueva película con la guerra de Vietnam como telón de fondo. Protagonizada por Gene Hackman y Patrick Swayze, contó con un guion escrito por el actor Wings Hauser, quien no acabó nada satisfecho con todos los cambios que le hicieron.

Interferencias (Switchings Channels, 1988).

Adaptación de la obra de teatro Primera plana (The Front Page, Ben Hench y Charles McArthur, 1928), llevada anteriormente en diversas ocasiones a la gran y pequeña pantalla, pero ambientada en esta ocasión en el mundo de la televisión (eran los ochenta) en lugar de los rotativos, y contando para los principales papeles con Kathleen Turner, Christopher Reeve y Burt Reynolds, quien entró en el proyecto al abandonar el mismo Michael Caine. Reeves, que aceptó inicialmente el papel para volver a trabajar con Caine, siempre sostuvo que fue una de las películas que perjudicaron su carrera.



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