jueves, 16 de mayo de 2024

The Nafarrak “The Best of” (Last Groove, LGR-0063/CD)

 


Este disco sale de la idea de Pierre Dubois, responsable de la discográfica parisina Last Groove Records, al ver que todos nuestros discos estaban descatalogados.  Incluso uno de ellos, que había sido reeditado, no quedaban ya copias, y les seguían haciendo pedidos de trabajos nuestros al sello. Pensó que sería una idea buena hacer un recopilatorio, un “Best of” de la banda, que abarcara los mejores temas de todos nuestros discos.  Así surgió este álbum que al final tiene una duración de 53,20 minutos y que recopila, como digo, nuestros más destacados temas de los diferentes discos, aunque hay alguna toma inédita diferente a la original de los discos que salieron en su día. “The Best of” se publicó en noviembre del 2023.

La verdad que te hace ilusión que te publiquen un “Best of”, es algo que nunca me habría imaginado y muy positivo para el status de una banda creo yo. Es una cosa con la que siempre he soñado, por eso este álbum es tan especial para mí. Como sabéis he sido miembro de bandas anteriores a The Nafarrak, como Departamento B, Alajainkoa, Los Motosierras e Iberia Trash.


Voy a contar mis impresiones sobre alguno de los temas contenidos en el disco, no todos ya que sería muy largo de relatar. Para empezar, deciros que definimos nuestro sonido como vintage sound. De hecho, cuando empecé y me ofrecieron ser locutor de radio dentro del programa Rock Antena Roll (Radio Huelva-Hispanidad Radio) y hacer mi propio espacio de radio lo llamé precisamente Vintage Sounds. Este nombre hace referencia a la mezcla de estilos que hacemos y/o fusionamos The Nafarrak: jazz, acid jazz, yeyé, twist, groove, R´n´R, doo wop,  ska & dub, soul & funk,  boogaloo, blues y rhythm&blues, western, psicodelia, garage, psychobilly  etc…con un toque de electrónica. Incluso tenemos en los directos un tema de fusión de bossa nova y surf. También en nuestra primera maqueta hicimos una canción de tipo exótica pero muy en la línea de Bobby Móntez. Paso a hablar de algunos temas de este trabajo.

“Brigitte” es un homenaje a Brigitte Bardot, en la onda del yeyé francés totalmente. Por supuesto lo canto en ese idioma, pero con un toque en los coros con sabor a doo wop y hay un solo de saxo muy twist. Evidentemente pensamos en Serge Gainsbourg, Jane Birkin, Silvie Vartan, Frances Gall, Francoise Hardy, Pussy Cat, Christophe, etc…  Y por supuesto en la propia Brigitte Bardot, que además de modelo y actriz hizo buenísimos discos como cantante. Los orígenes del yeyé están en el programa de radio “Salut Les Copains” que salió en antena en diciembre de 1959 y después se extendió este fenómeno musical a nivel mundial. Muchísimos años después ha habido grupos de yeyé, por ejemplo los barceloneses Los Soberanos y en la actualidad la holandesa Fleur o la norteamericana April March, entre otros.

El tema “Pin-Up Girl” es una mezcla de melodía de R´n´R de los años 50, donde la melodía la lleva el saxo, con algún tinte doo wop e influencias del yeyé de los 60.

“Jazz in the Night” es un oscuro jazz blues con mención incluida a Screaming Jay Hawkins en la letra y a Judge Dread. Este tema tiene un riff de contrabajo muy inspirado en el cine negro, referencias al burlesque y cierto estilo a la música de los recopilatorios de Las Vegas Grind.


“Whisky with Soda” es una fusión entre jazz, ska y boogaloo. Queríamos hacer un tema muy playero con buenos solos.  Lo curioso de esta mezcla es que el saxo es completamente ska, las congas y el solo de flauta en la línea del boogaloo, los solos de piano en un estilo muy latin jazz, el contrabajo y la guitarra le dan un aire muy apropiado, y el órgano Hammond en los estribillos le acaba de dar ese ambiente vintage. En este tema sonaban en nuestra cabeza aquellos álbumes fantásticos de Ray Barreto, Mongo Santamaría, Ray Lug o& the Boogaloo Destroyers, Pete Rodríguez, Joe Cuba Sextet, Ricardo Ray… y realizamos la fusión de ideas que he comentado.

“Devil Western Theme” tiene ese aire a western oscuro e incluso siniestro y ese toque mexicano de la trompeta. En este disco sale una versión ligeramente diferente a la original que sacamos en su día. Ésta es con una guitarra inspirada en el estilo de Link Wray, pero en el tema siguen mandando la trompeta, no quisimos desvirtuar eso en esta nueva versión, fue más hacer esos arreglos de guitarra que la enriquecían respecto a la que publicamos originalmente. Quisimos hacer un spaghetti western con influencias de las bandas sonoras de Ennio Morricone, pero a la vez dándole ese toque ya citado fronterizo y pensamos también en los films de Tarantino. Si te digo la verdad, el tema se me ocurrió pensando en El Vez y sus versiones de Elvis Presley, dos grandes artistas que me encantan, por cierto. En principio no tiene mucho que ver el tema con esto pero empecé con una idea a la que le añadí un sutil toque mexicano y cierta carencia ska, aunque no se le metió la guitarra de acompañamiento típico de este género.  Al final, tras el tiempo y los arreglos con la banda acabó el tema mutando así, más en la línea western totalmente, con ese aire en la trompeta mexicana y toque oscuro. Resultó un spaghetti western pero a la vez dándole ese ambiente ya citado.


“Iruña Groove” es una versión inédita de un tema nuestro, publicado anteriormente en el 2020, que incide más en los aspectos funk y psicodélicos que la otra que era más jazzística. Aquí nos encontramos, en esta nueva versión, una potente guitarra en wah wah, muy psicodélica apoyando la línea de contrabajo, para dar más fuerza e impacto, mientras que la guitarra de acompañamiento es muy funk, los vientos siguen siendo a veces de jazz y el solo del órgano Hammond nos sumerge en los años sesenta y en el groove e incluso hay tufillo a garage.  Es un homenaje a Pamplona, en euskera Iruña. El tema como su nombre indica se puede clasificar de groove. El resultado final de esta nueva versión de nuestro propio tema Iruña Groove, casi suena a banda sonora de Jess Franco u otras de ese estilo de películas.

La única versión del álbum es el “My Generation” de The Who. Es una versión en la que fusionamos: ska & dub con psicodelia y jazz. Cuando empezamos a tocarla en nuestros conciertos, en el 2018, la hacíamos al estilo Alan Vega y con evocaciones a lo Jeffrey Lee Pierce, al tiempo la pasamos a hacer tipo Blue Cheer y con toque a Orange Goblin pero con vientos claro. “My Generation” es un tema icónico de The Who y una de las canciones mejores de la historia de la música, y con ella fuimos  probando adaptaciones y variándolas a lo largo del tiempo con las influencias de otros artistas que nos gustan hasta que al final hicimos una adaptación como la que he descrito, con esos elementos de  ska & dub, psicodelia y toque jazz todo junto.

Saliendo un poco del tema de The Nafarrak, me vais a permitir una reflexión personal: me gustan mucho cuando un grupo hace una versión, sea de su estilo o de otro y le da su toque personal. Podría citar miles de casos, pero me voy a los 80. Recuerdo a grupos buenísimos e interesantes que hicieron versiones de otros grupos magníficos a su vez como Stray Cats con el “Can´t Hurry Love” de The Supremes, The Polecats con “John, I´m Only Dancing” de David Bowie, Wendy Carlos con sus sintetizadores y teclados con sus temas propios o adaptando esas obras de música clásica (recuérdese por ejemplo la BSO de La naranja mecánica), Los Coyotes con esa mezcla de R´N´R y ritmos latinos, el estilo de Los Carayos o el LP Clock Work Toy de Frenzy, fusionado estilos y sonidos desde el psychobilly, etc... Por último, hablar del maridaje que hubo del ska con el psychobilly (aunque el psycho es un género de fusión en sí mismo), principalmente The Peacocks y también otros muchos como The Long Tall Texans, etc… Lógicamente hubo otras fusiones de todo estilo de grupos con todo tipo de músicas. No puedo dejar de citar otras épocas, aunque he querido hablar de los 80, cuando empecé mi carrera musical, y citar a Franz Zappa que empezó con el rhythm&blues y el doo wop, coleccionista de estos géneros entre otros, y después  fusionó  el rock más psicodélico, jazz y música experimental con más estilos; Los Canarios fusionando en 1964 el soul con el rock y luego otros géneros; o Starlites, grupo de Logroño de ska que fusionaron dicho estilo en algún tema con el Funk; Sun Ra con ese mezcla de jazz y elementos cósmicos,  etc…


“Cherche la Femme” es una conjunción de acid jazz y soul & funk en la que manda el órgano Hammond, con continuos solos de los instrumentos y dura 5,12 minutos, por cierto, también hay un toque de boogaloo en el solo de trompeta. El título se me ocurrió viendo películas de la Nouvelle Vague.

El gothabilly está presente en “Evil”, donde a pesar de meter vientos, más que nada en los estribillos, en clave western siniestro, se apoya más en un acompañamiento de piano macabro. En dos trozos hay unos toques de Hammond que realzan el estilo de ambiente de terror,  una guitarra oscura y también en unos punteos muy del género y canto con una voz a un estilo muy crampiano. Es un tema en el cual queríamos dejar claro que mis gustos musicales de siempre también tienen cabida junto con los nuevos gustos, aunque también los tengo hace muchos años, por eso formé The Nafarrak, y siguen apasionándome artistas como: The Cramps, The Meteors , Tall Boys, Spook and The Ghouls, The Batfinks, Link Wray, Screaming Jay Hawkins, Screaming Lord Sutch, Bo Diddley,  Hound Dog Taylor, Los Coyotes y Victor Coyote, Desechables, The Sonics, Johnny Burnette, SxTxH, The Rivieras, The Gun Club,  Cult of The Psychic Fetus, The Sting Rays, The Barracudas, Dean Carter, etc... Por cierto, también me alucinan bandas de la actualidad con diversidad de estilos como Twin Temple, Isaac Rother and the Phantoms, The Devils, Kid Congo Powers and the Pink Monkey Birds, The Courettes, Bevis Frond (que estuvo también un tiempo con otra gran banda psicodélica, Outskirts of Infinity), Hola Ghost, Liquify, Psychlona, Rhoda Dakar, Money Chicha, Reverend Beat Man…

“Pin-Up Dub” es la secuela del tema “Pin-Up Girl”. Este corte se me ocurrió porque hice una conclusión llamada “Acid Dub” para un disco nuestro y pensé en que podía hacer una canción nueva con influencias de ambos temas. Así salió este tema de ska & dub con tufillo también a los años 50 en dos partes de punteos de guitarra en concreto, por lo demás sigue los parámetros del ska y el dub.

En este disco las influencias musicales son de  artistas que me fascinan y que han influenciado todos los discos de The Nafarrak directamente, como Serge Gainsbourg, The Specials, Miles Davis, Jimmy Smith, Millie Small, Jackie Mittoo, St Germain, Bongolian, Fu Manchu, The Morticians, Donald Byrd, The Super Super Blues Band, Wendy Rene, Lee Moses, The New Yersey Kings, Laurel Aitken, Om (grupo catalán con influencias de Miles Davis y Jimmy Hendrix), Men From S.P.E.C.T.R.E, Rocky Roberts, Scientist, S.O.U.L., y muchos más…


Nos os quiero aburrir, creo que con estas descripciones de algunos de los temas del disco os haréis una idea, pero la cosa es que descubráis más temas del “Best Of”, así que os invito a que oigáis los demás matices de los otros temas contenidos en el álbum que no he comentado. He citado muchos artistas que me gustan a lo largo de esta descripción del disco porque creo que era más que necesario para que comprendáis como se confecciona el estilo personal de The Nafarrak y como nos influyen todos estos grupos reseñados a lo largo de este escrito y otros, a la hora de hacer nuestra música, y que veáis la diversidad de estilos que fusionamos en nuestros temas pero siempre todos ellos suenan a The Nafarrak. Por supuesto, nos gustan miles de grupos más.

En cuanto a este año, la verdad tenemos la agenda llena de cosas y publicaciones. Voy a citar algunas novedades discográficas, pero sin desvelarlas, ya que quiero anunciarlas en su momento y que sean sorpresa. A lo largo del 2024 y sobre junio, depende de la discográfica, empezarán a salir escalonadamente hasta final de año varios trabajos. Se publicará una edición coleccionista de un álbum, con un tema diferente y algún cambio en el pop-art, después verá la luz otro disco, “The Lost Tapes”, con 10 temas, la mayoría inéditos, no desvelo el grupo mío y la etapa que es, solo digo que hay un par de temas en euskera entre el material. Lo siguiente y eso sí lo puedo desvelar, es la edición del CD single con 3 temas del 25 aniversario de “Surf Mutante en Tromaville” de Iberia Trash. Este CD quizás sea un EP al final con 4 temas, eso está por decidir. Y para finalizar como último en salir, que también desvelo, el CD single nuevo de The Nafarrak “Le Boite de Nuit” (traducido del francés EL Club Nocturno). Todo esto ya está firmado con la discográfica. Como pendiente y futurible la participación en un recopilatorio que nos ha ofrecido otro sello con diversos grupos. Esto sí que está por concretar. Ya podéis ver que estamos a tope de cosas…

Por otra parte, os he hablado como ya digo de muchos grupos e influencias, además de que me ha parecido interesante, para poner en valor a todos y cada uno de los artistas citados y porque me encanta hablar de música. Para finalizar os recomiendo que oigáis mi espacio radiofónico Vintage Sounds. Aquí además de grupos que me alucinan, muchos de los ya citados han salido, saco gente de la cultura como: Alfonso y Miguel Romero, Marco Mutante, Malina Murnau, Antonio José Barroso… También hago entrevistas, pincho música o hablo de bandas sonoras de cine, de grupos que me encantan, independientemente de si son de ahora o ya no, como Ro and The Skull Boys, Phonocaptors , The Fuzztones , Adam and The Ants, Lunar Dunes, Arthur Kay and the Originals, Torquato y los Cuatro… Mi intención es seguir esta línea en Vintage Sounds y esa combinación de pasado y del presente y por su puesto entrevistas a grupos actuales que vayan saliendo además de que se hable o pinche cada uno de los grupos, recalco, que me he mencionado a lo largo de todo el texto y muchísimos más que me encantan, pues hay miles de grupos que admiro. Últimamente además estoy muy liado con estos temas de prensa radiofónica musical y otros relacionados con el mundillo de este ámbito.

Alfonso Carlos López



viernes, 10 de mayo de 2024

Mis tres favoritas de... Patrick Swayze


 Malina Murnau

“A Wong Foo ¡gracias por todo! Julie Newmar” (“To Wong Foo Thanks for Everything, Julie Newmar”, 1995), de Beeban Kidron.

Adoro esta película. Ver a Swayze, Snipes y Legizamo, tipos duros de cine, haciendo de drag queens es una auténtica pasada, y comprobar que son unos actores estupendos para la comedia. Mi favorita de Swayze. Siento devoción por este film.

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

Surf, robos, acción... totalmente la pongo en el número dos de mis tres favoritas. Una película super recomendable y una gozada verla cada x tiempo. Swayze se come con patatas a Reeves. 

“Ghost (Más allá del amor)” (“Ghost”, 1990), de Jerry Zucker.

Me quedo con “Ghost” en tercer puesto, aunque las películas románticas no me suelen gustar mucho, en esta ocasión sí. Me gusta bastante y tiene ese punto de peli de venganza y tal. Película simple pero bastante efectiva. Bien llevada y una con una gran Whoopi Goldberg haciendo el corte cómico al film.

Dejo atrás “De profesión: duro” (1989), "Rebeldes" (1983), “11:14 Destino fatal” (2003), y muchas más que se quedan en el tintero.


Alfonso Romero

“Con su propia ley” (“Next of Kin”, 1989).

En 1989, el mismo año que la hoy de culto “De profesión: duro”, Patrick Swayze estrenaba otro trabajo ejerciendo un rol de un justiciero sureño: “Con su propia ley (Next of Kin)”, ahora con dirección del finado John Irvin. Truman (Swayze) es un tipo oriundo de los Apalaches que trabaja de policía en Chicago. Unos gánsteres asesinan a uno de sus hermanos y, aunque quiere ir por lo legal, la muerte de un segundo hermano a manos de los mismos mafiosos le llevará a devolver su placa y hacer valer la ley de los montañeses, reclamando el bíblico “ojo por ojo”.

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

Pese a partir de un libreto de Rick King y W. Peter Iliff, “Le llaman Bodhi” le debe mucho a las colaboraciones de la directora, Kathryn Bigelow, con el guionista Eric Red, volviendo a encontrarnos a dos personajes antagónicos, aquí el policía infiltrado Johnny Utah, al que da vida Keanu Reeves, y el líder surfista que puede ser el cabecilla de una banda criminal, Bodhi (Swayze), y la relación que se establece entre ellos en la que el más inocente tendrá que aprender a su pesar a pensar y actuar como el segundo, de resonancias poco menos que mesiánicas, si quiere conseguir atraparle. Gary Busey, que interpreta a Pappas, el compañero de Utah, vuelve a un film surfero tras participar en 1978 en “El gran miércoles” de John Milius.

Un clásico de los primeros noventa.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

En su estreno pinchó en la taquilla y se llevó todos los varapalos posibles por parte de la crítica, pero su carrera comercial a partir de su salida en vídeo y hasta hoy no ha hecho más que crecer, dotándolo de un merecido estatus de culto. Con un planteamiento tan sencillo como eficaz, sólo hacen falta un puñado de buenos actores, buenas peleas y la música adecuada para lograr una estupenda cinta de acción que se disfruta en cada visionado y que no ha hecho sino ganar con los años. Propia de su tiempo, finales de los ochenta, aún pesaba sobre ella la influencia de algunos clásicos del cine rural setentero.

Del remake... mejor no decir nada.

Miguel Romero

A finales de los ochenta y primeros años de la década posterior Patrick Swayze enamoró a todas las jovencitas con sus personajes de “Dirty Dancing” (1987) y “Ghost” (1990). Nosotros por nuestra parte, los chicos queríamos ser como el James Dalton de “De profesión: duro” (1988) y sobre todo Bodhi quien, a pesar de ser el malo del film, era muchísimo más cool que el verdadero protagonista, Johnny Utah.

Una lástima que nunca llegara “Powder Blue”, su última aparición frente a las cámaras donde interpretaba un rol nada habitual en su filmografía.

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

Sin la menor duda, una de las mejores películas de su época (y de todas). La Bigelow demostraba que no tenía nada que envidiar a sus maestros, James Cameron y Walter Hill.

En 2015 se estrenó un remake, “Point Break. (Sin límites”). No es mala película... pero no se puede comparar.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

Un protagonista de lo más cool, secundarios que lo son aún más (Sam Elliott), buena música, buenas peleas... todo lo que falta en el remake (por llamarlo de algún modo) de Doug Liman.

“11:14 Destino fatal” (“11:14”, 2003), de Greg Marcks.

Un accidente visto desde el punto de vista de los distintos implicados, curiosa e interesante premisa. Con un reparto coral donde vemos a Patrick Swayze, Barbara Hershey y Hilary Swank junto a unos jovencitos Ben Foster y Rachel Leigh Cook.


Alfonso Carlos López

“La ciudad de la alegría” (“City of Joy, 1992), de Roland Joffé.

Un médico, Max (P. Swayze), sufre una depresión que le lleva a abandonar su profesión e irse a la India. Sufre un atraco en Calcuta y es llevado a un humilde dispensario dirigido por Joan Bethel (Pauline Collins) para ser atendido de sus lesiones. Max se implicará en la vida de la gente que vive pobremente y plantará cara a la mafia local que los explota. Es muy conmovedora y pone en relieve las injusticas sociales. Creo que tiene grandes enseñanzas y a cualquier persona que crea en la justicia social y en los derechos humanos le resultará muy interesante.

“Las minas del rey Salomón” (“King Salomon’s Mines”, 2004).

Film de aventuras, de la novela del escritor victoriano Henry Rider Haggard, donde Allan Quatermain (Swayze) buscará al hermano de Henry Curtis en una región inexplorada de África, que desapareció en una expedición en dicho continente. Se les une un nativo, Umbopa, que resulta ser el rey de una tribu que fue desterrado y su padre asesinado para usurpar el trono. Se dan toda una serie de sucesos que la hace muy interesante, como el ataque de un elefante o de una tribu gobernada por el rey Twala, un déspota asesorado por una bruja. Después de varios acontecimientos encuentran el tesoro del rey Salomón y al hermano perdido de Henry.

“Rebeldes” (“The Outsiders”, 1983), de Francis Ford Coppola.

Es una de esas películas de culto a cargo de Coppola que había rodado unos meses antes también “La ley de la calle”. La acción se sitúa en 1966 e incluye una serie personajes encarnados por atores como Tom Cruise, Patrick Swayze, Matt Dillon, Rob Lowe o Emilio Estévez. Pony Boy, miembro de la banda de los Grasientos, en la que están sus dos hermanos y amigos, se enfrenta una noche con una miembro de otra banda rival de los Dandis que resulta muerto. Como ya he dicho, un film de culto...


Eduardo Álvarez Cónsul

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

En esta película Patrick Swayze es un licenciado en filosofía que se gana la vida como encargado de seguridad en locales de strip tease y en un percance violento acaba en el hospital donde es atendido por la guapa doctora Kelly Lynch, de quien se enamora, pero hay un gánster que se encaprichó de ella.

"Rebeldes” (“The Outsiders", 1983), de Francis Ford Coppola.

Esta película la primera vez que la vi no le vi mucha gracia, pero luego la revisé y me gustó más. La banda de The Greasers ademas de Patrick Swayze la forman futuras estrellas como Tom Cruise, Matt Dillon, Sean Penn y Rob Lowe.

"Norte y sur" (“North & South”, 1985).

Esta serie de televisión, que se basó en el best seller de John Jakes, cuenta la historia de la amistad de dos jóvenes, George Hazard (James Read) y Orry Main (Patrick Swayze), que se conocen en la prestigiosa academia militar de West Point. Uno pertenece a una acomodada familia del Norte, y el otro a una familia de terratenientes sureños con esclavos a su servicio. A pesar de sus diferencias, los dos se hacen muy buenos amigos.

Rafael Coronel

“Amanecer rojo” (“Red Dawn, John Milius), 1984.

Poner a John Milius, del que se rumoreaba que durante el rodaje de “Conan el bárbaro” (1982) anduvo con ciertas esperanzas de que triunfase el Golpe de Estado de Tejero, a dirigir una película sobre cómo un grupo de chavales rechaza una invasión comunista a USA suena a algo potente y debería de salir bien, ¿verdad? Pues lo cierto es que sólo a medias, porque el reparto (entre ellos Swayze o Charlie Sheen) es cojonudo y la película si te tomas a broma el desarrollo para una premisa tan buena es muy disfrutable. Pero ay, si se hubiese centrado en hacer una película bélica en lugar de un "mis cojones democráticos son más grandes que los vuestros comunistas" podría haber sido algo grandioso.

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

¿Atracadores surfistas? ¡Póngame seis o siete! Recuerdo que salió por la época en que los adolescentes en mi época empezaban a vestir (yo era jebiolo, así que en mi caso no tanto) con marcas como Rip Curl o Quiksilver, y hasta conozco a alguno de los que veraneaban en tarifa y que le hubiese gustado tener "Bodhi" de mote. La película fue un pelotazo merecido, frenética y con un Swayze en estado de gracia con un personaje medio atracador medio predicador del surf, y sigue siendo en mi opinión la mejor que ha rodado Bigelow.

“Donnie Darko” (“Donnie Darko”, 2001), de Richard Kelly.

 Que sí, que aquí podéis decir "¿Pero tú has entendido algo?" Y tendríais razón, muchos años después de verla por primera vez sigue con cabos sueltos en mi cerebro y debería de darle un repaso, pero también está llena de imágenes potentísimas y nos permitió descubrir a los hermanos Gyllenhaal, además del disfraz de conejo más terrorífico de la historia. Como si David Lynch hubiese rodado ET, Swayze se pone en las botas del clásico telepredicador americano que no es trigo limpio y nos deja una de sus mejores interpretaciones.

Joanna

"Rebeldes” (“The Outsiders", 1983), de Francis Ford Coppola.

A lo largo de los setenta y hasta comienzos de los ochenta se dio un auténtico filón de producciones para cine y televisión sobre jóvenes problemáticos, en ocasiones marginales, muy distintas de las cintas escapistas de chavales que terminarían por imponer Spielberg & CIA en los años de Ronald Reagan en la Casa Blanca. Aquéllas mostraban adolescentes de familias desestructuradas o empobrecidas, o los últimos estertores del ya alicaído flower power y las consecuencias de aquella trasnochada filosofía de drogas, sexo libre y ansias de libertad de la era de Acuario; chicos sin oficio ni beneficio tratando de salir adelante, vagabundeando, sin nada qué hacer, cuando no dirigiéndose a su propia destrucción. Fueron la Chris de “Nacida inocente” (1974), la Cebe de “Caído del cielo” (1980), y tantos otros, como los “Greasers” de esta “Rebeldes” de Coppola. Adaptación de una novela de Susan Eloise Hilton publicada en 1967. Su reparto incluía muchos de los rostros de una nueva generación de actores que iban a comerse aquella década.

“Youngblood (Forja de campeón)” (“Youngblood”, 1986), de Peter Markle.

Unos años después de “Rebeldes”, Patrick Swayze y Rob Lowe volvían a compartir créditos en esta historia de esfuerzo y superación personal y de sueño americano tan propia de los ochenta como lo fue también la fantasía militarista “Amanecer rojo” (igualmente con Swayze). No faltan los romances, los piques y rivalidades masculinas, ni la testosterona a flor de piel en el campo de juego y en los vestuarios. En el reparto se encontraba también Keanu Reeves, con quien unos años más tarde Patrick Swayze competiría en “Le llaman Bodhi” (1990).

“A Wong Foo ¡gracias por todo! Julie Newmar” (“To Wong Foo Thanks for Everything, Julie Newmar”, 1995), de Beeban Kidron.

Tachada de mera copia de “Las aventuras de Priscilla, reina del desierto” (1994) (bueno, algo de ello hay), la película de la directora Beeban Kidron resulta incluso más disfrutable que su espejo australiano. Patrick Swayze, Wesley Snipes y John Leguizamo bordan sus papeles de drag queens en esta historia de tres reinonas camino de Hollywood que tienen una avería en su coche y se ven obligadas a convivir con la gente de un pequeño pueblo del Medio Oeste, una de las zonas más retrógradas de los Estados Unidos.


Oscar Villalta

“Amanecer rojo” (“Red Dawn, John Milius, 1984.

El director de "Conan el Bárbaro" (1982), se pasaba a la acción de corte bélico, mediante esta enloquecida distopía imaginada en un futuro muy próximo. En los albores de la tercera guerra mundial, Patrick Swayze encabezaba una pandilla de adolescentes fugados a las montañas del Oeste de estados unidos, cuando las tropas del ejército ruso toman su ciudad por sorpresa, convirtiéndose en el último reducto de resistencia frente al invasor.

Esta fantasía conservadora y totalmente inverosímil, brilla hasta deslumbrar por un acertado casting, una potentísima banda sonora del maestro Basil Poledouris (habitual de Milius), y unas escenas de batalla contundentes y extremadamente bien planificadas.

"Rebeldes” (“The Outsiders", 1983), de Francis Ford Coppola.

Basada en la novel de S.E. Hinton, "Rebeldes" es una historia sobre la lucha de clases a través de los ojos de los jóvenes de dos pandillas en los años sesenta. Puede que sea un desfile de tópicos y que por momentos adolezca de falta de ritmo, pero la maestría de su director, también nos dejó momentos maravillosos y preciosas imágenes en la retina. Pero sobre todo, "Rebeldes" se ha erigido con el paso del tiempo como la cantera que reunió a casi todas las estrellas de próximas generaciones, estrellas entre las que estaba Patrick Swayze interpretando al mayor de los hermanos de la pandilla más desfavorecida.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

El reciente remake de “Road House”, confirma el estatus de film de culto del original de 1989, aunque a algunos le pese. Y no es para menos, Patrick Swayze hace suyo el personaje y lo dota de un carisma brutal que se come la pantalla. Sam Elliott es otro de los factores más celebrados y que hacen sumar muchos puntos al film, y por supuesto, la banda sonora a cargo de Jeff Healey, que además aparece como actor en la película, y que es lo que da toda la personalidad y estilo a unas imágenes violentas y llenas del encanto de aquellas producciones de finales de los ochenta.

Nada esto se consiguió transmitir con la insulsa nueva versión.


Emilio Malet

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

El mejor papel de la carrera de Patrick Swayze para mi gusto. Película noventera por excelencia con tantas virtudes que no podría enumerarlas todas en unas pocas líneas.

Una de mis películas favoritas sobre el mundo del surf -solo por debajo de “El gran miércoles” (1978)-, retrata a la perfección la cultura californiana de los 90 con una extraordinaria fotografía y unas secuencias de acción rodadas magistralmente (muchas cámara en mano). El argumento le da sentido a todo y le da a los protagonistas una motivación más allá del dinero haciéndote simpatizar con los delincuentes como le pasa al policía protagonista (interpretado por Keannu Reeves). Fue copiada después en la saga “Fast and Furious”, que siempre he pensado que sobre todo la primera es un “Le llaman Bohdi” con coches”. Cuenta además con el gran Garey Busey (Leroy el Masoquista en “El gran miércoles”) en el papel del compañero veterano de Reeves y dejó para la historia frases como “El surfing lo es todo, cambiará tu vida, ya lo verás”, “Los abogados no hacen surf”, “Te veré en la otra vida" o “Utah, tráeme dos”.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

Ambientada en una zona rural del sur de Estados Unidos que le da a toda la película un punto mucho mejor que el malogrado remake, en el que te esperas que pueda aparecer en cualquier momento Don Johnson (ojalá) o Julio Iglesias. Sobre todo, el papel protagonista es mucho más interesante y equilibrado que el loco luchador frustrado que interpreta Jake Gyllenhaal. Además, cuenta con el magistral Sam Elliot como mentor del personaje de Swayze, que nada más verlo aparecer estás deseando que empiece a repartir a diestro y siniestro.

“Amanecer rojo” (“Red Dawn”, John Milius, 1984.

Aunque no ha envejecido muy bien, solo por la idea inicial y la cantidad de grandes actores (Will Smith (el bueno), Harry Dean Stanton, Ben Johnson, Power Boothe...) y caras que luego serían tan conocidas (el propio Swayze, Charlie Sheen, Lea Thomson, Christopher Thomas Howell…) merece la pena. Aunque a simple vista parece una americanada sin sentido rozando el melodrama adolescente, al final tiene su crudeza y te deja un buen sabor de boca. Además, se nota la mano del Gran John Milius aportando detalles de su peculiar propia forma de pensar en las vivencias y motivaciones de los protagonistas.

Pepe Torres

Patrick Swayze, el bailarín reconvertido en actor de culto en (sobre todo) los 80 y primeros 90, para mí siempre será el rostro de Orry Maine en el gran relato televisivo “Norte y Sur”, y desarrolló una variopinta carrera tristemente truncada demasiado pronto.

“Rebeldes” (“The Outsiders”, 1983), de Francis Ford Coppola.

Sus inicios como hermano mayor del brat pack siguen siendo de mis favoritos. Un Darrel que guía y encauza con mano firme a Sodapop, Ponyboy y el resto de Greasers de Susan E. Hinton, siempre instalados en el hogar familiar y abocados a un destino inexorable frente a los Socs. Stay gold!

"Amanecer rojo" ("Red Dawn", 1984), de John Milius.

Swayze repite su rol de padre sustituto de esos muchachos echados al monte frente a la invasión comunista en la fantasía violenta, eminentemente sentimental y patriótica que sólo podía firmar Walter Sobchak, perdón, John Milius. Wolverines!

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

Un surfero mesiánico y atracador de bancos que, con su banda de ex-presidentes, debe evitar que un infiltrado del F.B.I., de nombre Johnny Utah, frustre su forma de vida, su diversión y sus ansias de adrenalina. Rock and roll!

Oscar "Woody" Correa

"Norte y sur" (“North & South”, 1985).

El papel de Patrick Swayze en la serie "Norte y Sur" es mítico para mí por varias razones. En primer lugar, su interpretación del carismático Orry Main lo convirtió en un personaje inolvidable para los espectadores de esa generación. Segundo, fue una de las primeras series que recuerdo y el nombre de Orry Main y muchas de las escenas jamás se me han borrado del subconsciente. Además, la serie misma, ambientada en la Guerra Civil estadounidense, capturó la atención de millones de personas en su momento, su carisma natural contribuyó significativamente a la popularidad de su personaje, que lo convirtió en un icono de la televisión. Su química en pantalla con otros actores, especialmente con James Read, quien interpretó a su amigo George Hazard, también fue destacada y añadió capas a la trama de la serie.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

Sólo el título ya es mítico de por sí!!! En esta película de acción, Swayze interpreta a Dalton, un “experto” en seguridad contratado para limpiar un bar de carretera infestado de problemas y criminales. La película es conocida por sus escenas de pelea intensas y la actuación carismática de Swayze como el tranquilo pero letal Dalton. "Road House" creo que se ha convertido en una película de culto debido a su mezcla de acción, ambientación, humor, drama y momentos recordables… y hasta acaban de hacer un remake en Amazon!!!

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

En este thriller de acción dirigido por Kathryn Bigelow (en los inicios de su carrera) Swayze interpreta a Bodhi, el carismático líder de un grupo de surfistas que también son ladrones de bancos. Su enfrentamiento con un agente del FBI encubierto quien se infiltra en el grupo de surfistas, interpretado por Keanu Reeves, y que es cautivado con su estilo de vida intrépido y su filosofía de vida extrema, da a la peli un resultado muy potable y lleno de adrenalina. La películas que suma un mix de emocionantes escenas de surf, persecuciones en moto, robos de bancos, y por supuesto las máscaras de presidentes!!! … también explora temas más profundos como la búsqueda de la libertad.








lunes, 6 de mayo de 2024

La Cripta de los Condenados: Manuel García

 


Manuel García nació en 1966 en Huéscar (Granada) y vive en Sevilla. Estudió Filología Hispánica en la Universidad Hispalense y es profesor de Lengua Castellana y Literatura desde hace treinta y tres años, con plaza en el IES Gustado Adolfo Bécquer del barrio del Tardón de Sevilla. Es poeta, crítico literario y narrador. Fue editor de Point de Lunettes desde hace 21 años y actualmente es editor de Hiperión y de Casa editorial Novalis, editorial de la que forma parte. Es jurado de varios premios literarios de poesía en varias editoriales (Point de Lunettes, Hiperión, Casa editorila Novalis, Algaida). Aparte de editor, es encuadernador, bibliófilo (ha hecho muchos catálogos de libro antiguo en librerías especializadas), librero de viejo amante sincero de todos los libros (propios y ajenos). Cuando se deja, toca la viola de gamba.


Obra propia: Poesía

García, Manuel, Estelas, Granada: Diputación Provincial de Granada, 1995. ISBN 978-84-780-7138-8. 

— Sabor a sombras, Granada, Extramuros, 1999. ISBN 978-84-793-3994-4.

— Cronología del mal, Sevilla, Point de Lunettes, 2002. ISBN 978-84-932-4870-3.

— La mirada de Ulises, Almería, Prensa Cicuta, 2006. (Edición de 26 ejemplares hecha con tipografía artística por Emilio Sdun).

— Poemas para perros, Sevilla, Point de Lunettes, 2007. ISBN 978-84-965-0810-2.

— Manual de Cordura, Valladolid, Fundación Jorge Guillén, 2007. ISBN 978-84-897-0789-4.

— De bares y de tumbas, Madrid, Hiperión, 2011. ISBN 978-84-751-7982-7. 

— La sexta cuerda, Madrid, Hiperion, 2014. ISBN 978-84-900-2034-0.

— Es conveniente pasear al perro, Madrid, Hiperión, 2017. ISBN 978-84-900-2100-2.

— Mejor la destrucción, Sevilla, Renacimiento, 2018. ISBN 978-84-175-5028-8. 

— Prado negro, Madrid, Hiperión, 2021. ISBN 978-84-9002-170-5.


Obra propia: Narrativa

García, Manuel, «Epílogo a la manera de Azorín», en Silvera, Francisco, Las apoteosis o el acabose de las almas anónimas, Huelva, Diputación Provincial de Huelva, 2000. ISBN 84-816-3246-5. 

— Mañana, cuando yo muera, Sevilla, Algaida, 2019. ISBN 978-84-918-9071-3.

— La Venus rota, Sevilla, Algaida, 2021. ISBN 978-84-9189-500-8.Ediciones críticas y estudios introductorios

Romero Murube, Joaquín, Siete Romances (edic. y pról. de Anselmo Martínez y Manuel García), Sevilla, Point de Lunettes, 2004. ISBN 978-84-932-4876-2.

Marchena, José, Polixena (edic. crítica e introd. de Manuel García), Sevilla, La Máquina China, 2007. ISBN 978-84-933-6837-1.

Jiménez, Juan Ramón, Elejías andaluzas I: Platero y yo (pról. de Manuel García), Madrid, Visor, 2007. ISBN 978-84-752-2727-6. 

Uzanne, Octavio, La encuadernación moderna, artística y caprichosa (trad., edic. e introd. de Manuel García), Sevilla, Point de Lunettes, 2012. ISBN 978-84-96508-59-0.

Ganivet, Ángel, Cancionero a Mascha Diakovsky (trad., edic. crítica e introd. de Manuel García), Sevilla, Point de Lunettes, 2014. ISBN 978-84-965-0876-7.

Carvajal, Antonio, Setiembre en los jazmines (introd. de Manuel García), Granada, Entorno Gráfico, 2017. ISBN 978-84-16319-51-0.

BAROJA, Pío: Canciones del suburbio. Edición y estudio crítico de Manuel García. Madrid, Cátedra, 2022.


Crítica literaria en prensa, revistas especializadas y libros colectivos

García, Manuel: «Historia Domini Quijoti Manchegui traducta in latinem macarronicum», en Los papeles mojados de río seco, N.º 1 (junio 1999), págs. 26-27. ISBN 84-921268-7-6. 

— «Análisis bibliográfico, lingüístico y literario de la obra de Antonio Covarsí», en Covarsi, Ricardo. El montero de Alpotreque, Sevilla, Al-Andalus, 1999, págs. 149-192.

— «La edición como figura literaria: la primera edición de las Figuras de la Pasión del Señor de Gabriel Miró», en Los papeles mojados de río seco, N.º 2, 2000, págs. 34-37. ISSN: 1576-4230.

— «La realidad y el deseo en las ediciones de Gabriel Miró», en Los papeles mojados de río seco, N.º 5, 2002, págs. 30-33. ISSN: 1576-4230. 

— (2002, 17 de julio). «Contra los biempensantes» (Sobre Joaquín Romero Murube). El Mundo.

— «La broma impresa o los discursos del Dr. Marañón en las Cortes Constituyentes 1931-32», en Los papeles mojados de río seco, N.º 7, 2004-2005, págs. 61-62. ISBN 84-932487-7-0. 

«La burbuja editorial», en Mercurio, N.º 74, septiembre 2005, págs. 8-9. ISSN 1139-7705.

— (2005, 24 de febrero). «Historia de las calles de Sevilla» (Sobre la adscripción de escritores, según su ideología, para nombrar las calles). El Mundo.

— «Comentarios de Manuel García a la Carta de Gredos de José Antonio Muñoz Rojas», en Extramuros, N.º 37, 2005, págs. 5-8. ISSN 1135-6235 / ISBN 84-922413-1-7

— «Comentario al Alegato pro Domo mea de Ramón Pérez de Ayala», en Extramuros, N.º 38-39, 2006, págs. 5-9. ISSN 1135-6235 / ISBN 84-922413-1-7

— «Retrato de familia» (Sobre el libro Ellos de Juan Ramón Jiménez), en Mercurio, N.º 84, noviembre 2006, pág. 20. ISSN 1139-7705.

— «Pequeñas patrias de papel» (Sobre el libro Imprenta moderna de Andrés Trapiello), en Mercurio, N.º 85, diciembre 2006, pág. 23. ISSN 1139-7705.

— «Platero y yo» (de Juan Ramón Jiménez), en Cuadernos Hispanoamericanos, N.º 685-686, julio-agosto 2007, págs 107-117. ISSN 0011-250 X

— «¿Traductor Traidor?» (Sobre el libro Música de otros de Juan Ramón Jiménez), en Mercurio, N.º 87, febrero 2007, pág. 17. ISSN 1139-7705.

— «La poesía de Ángel Ganivet», en La luz humana (Tres aproximaciones a la obra de Ángel Ganivet), Granada, Diputación de Granada, 2012, págs. 89-139. ISBN 978-84-7807-523-2.

— «El pie sobre el cuello (1964). La influencia de Francisco de Medrano en la poesía de Carlos Germán Belli», en Vivir en el poema. Homenaje a Carlos Germán Belli. Sevilla: Point de Lunettes, 2013, págs. 216-230. ISBN 978-84-96508-67-5.

— «Bécquer y Rafael de Cózar», en Homenaje a Rafael de Cózar, Sevilla, Guadalturia / Emasesa, 2015, págs. 72 -76. DL SE-930-2015

— «La poesía francesa de Ángel Ganivet y de Manuel Machado», en Entorno literario, N.º 1, 2015, págs. 13-18. ISSN 2444-3646.

— «La Biblioteca Mignon» (Entre el Naturalismo y el Modernismo), en Entorno literario, N.º 1, 2015, págs. 91-99. ISSN 2444-3646.

— «Viaje al centro de mi cuarto». (Comentario sobre varias colecciones singulares de literatura del siglo XX español), en Entorno literario, Revista de letras, N.º 2 y 3, Invierno 2016 – Primavera 2017, págs. 115-122. ISSN 2444-3646.

— «Versos del combatiente. (Estudio sobre un raro libro de versos de la Guerra Civil española)», en Entorno literario, Revista de letras, N.º 4, 2018, págs.135-142. ISSN 2444-3646.

— «Dos Bodonis castellanos. (Sobre dos raras ediciones de Leandro Fernández de Moratín)», en Entorno literario, Revista de letras, N.º 4, 2018, págs.. 121-125. ISSN 2444-3646.

— «Olor a azufre. Introducción a la censura religiosa de obras literarias en el siglo XX», en Entorno literario, N.º 5, 2019, 93-101. ISSN 2444-3646.

— [firmado con el seudónimo “Le coq espagnol”] «Olor a azufre» (Sobre la censura religiosa de libros de literatura en el siglo XX), en Mercurio, edición digital (sección Cronicón 4.0., 10 de diciembre 2019). ISSN 1139-7705. (https://www.revistamercurio.es/2019/12/10/olor-a-azufre/)

— [firmado con el seudónimo “Le coq espagnol”] «Las lecturas de nuestras madres» (Comparación de los libros de cocina de la República y del franquisno), en Mercurio, edición digital (sección Cronicón 4.0., 16 de enero 2020). ISSN 1139-7705. (https://www.revistamercurio.es/2020/01/16/las-lecturas-de-nuestras-madres/)

— [firmado con el seudónimo “Le coq espagnol”] «De cleptomanía y otros humores» (Sobre cleptómanos y ladrones de libros), en Mercurio, edición digital (sección Cronicón 4.0., 12 de marzo 2020). ISSN 1139-7705. (https://www.revistamercurio.es/2020/03/12/de-cleptomania-y-otros-humores/)

— [firmado con el seudónimo “Le coq espagnol”] «Juicios tengas y los ganes (De la dulce censura)» (Sobre Blas de Otero y la censura franquista), en Mercurio, edición digital (sección Cronicón 4.0., 29 de junio 2020). ISSN 1139-7705. (https://www.revistamercurio.es/2020/06/29/juicios-tengas-y-los-ganes-de-la-dulce-censura/)

— «Hoy Lúculo come en casa de Lúculo» (Sobre el libro de Néstor Luján Historia de la gastronomía), en Mercurio, N.º 212, julio-agosto 2020, pág. 26. ISSN 1139-7705.

— «Los ecos de los otros» (Sobre Poemas impersonales de Juan Ramón Jiménez), en Mercurio, N.º 215, marzo 2021, pág. 26. ISSN 1139-7705.

— «Martínez Sierra: un teatro y una editorial de arte en España», en Entorno literario, N.º 6, 2021, págs. 80-85. ISSN 2444-3646.

— «Los ecos de los otros» (Sobre Poemas impersonales de Juan Ramón Jiménez), en Mercurio, N.º 215, marzo 2021, pág. 26. ISSN 1139-7705

Versiones al castellano y traducciones 

Del francés: 

La encuadernación moderna, artística y caprichosa, de Octavio Uzanne. Sevilla, Point de Lunettes, 2013. ISBN 978-84-965-0859-0

Cancionero a Mascha Diakovsky (La poesía francesa de Ángel Ganivet). Sevilla, Point de Lunettes, 2014. ISBN 978-84-965-0876-7

El Spleen de Paris. Pequeños poemas en prosa, de Ch. Baudelaire. Madrid, Hiperión, 2024.

Del griego (en colaboración con Juan José Tejero): 

Epitafio, de Yannis Ritsos. (Versión castellana en romances). Huelva Colección Juan Ramón Jiménez de Poesía, 2008. ISBN 978-84-816-3481-5

Epitafio, de Yannis Ritsos, 18 cantares de la patria amarga. (Versión castellana en romances y cantares). Sevilla, Point de Lunettes, 2013. ISBN 978-84-965-0862-0

Del italiano: 

Le Lacrime di Eros. (Versiones en castellano de poemas de poetas italianos del Renacimiento). Sevilla, Discográfica: Alqhai & Alqhai, 2010. 8-435042-600857

Amori di Marte. (Versiones en castellano respetando la estrofa original del Combatimento de Tancredo e Clorinda, de Torcuato Tasso, y otros poemas de poetas del Renacimiento italiano como Marino, Ottavio Rinuccini etc.). Sevilla, Discográfica: Alqhai & Alqhai, 2011. 8-429085-254191


¿Cuál fue el primer referente que recuerdas en el fantástico y el terror?

“Blade Runner” (1982) y “Nosferatu” (1922).

¿En el terreno cinematográfico, cuál es tu director favorito del género?

Murnau y Coppola.

¿Y quiénes son tu actor y actriz preferidos que han despuntado en el mismo?

Max Schreck.

¿Cuál destacas como tu película de terror predilecta?

“La semilla del diablo” (1968).

¿Universal o RKO? ¿Hammer o Amicus?

Universal / Hammer.

¿Cuál es tu subgénero favorito dentro del terror y el fantástico?

La ciencia ficción.

¿Casan bien el terror y el erotismo?

Para mí no.

¿Cómo ves el género en los últimos años?

Lo desconozco en gran parte, veo otro tipo de cine.

¿Cuál es la película más salvaje y gamberra que recuerdas?

“El jovencito Frankenstein” (1974).

¿Cuál es tu escritor favorito del género?

Marie Shelley, Bram Stoker... los ingleses del XIX.

¿Cuál sería tu grupo o solista musical favorito dentro del fantástico y el terror?

No sé.

¿Cuál es tu comida favorita? (puedes indicar hasta tres platos distintos) ¿Y la bebida?

A mí me gusta el marisco casi crudo. También los sesos de cordero poco hechos desde que era chico y me los hacía mi madre. Y por supuesto las criadillas de cerdo que me comía en Extremadura de niño. En cuanto a la bebida siempre me ha gustado el vino del país de cualquier pueblo, y el gin tonic de Hendrick’s con Fever Tree.

¿Crees en el más allá? ¿Piensas que hay algo más que este mundo?

Creo en la frase de Paul Éluard: “hay otros mundos, pero están en este”. Y también creo en lo que mandó poner un anarquista en su tumba del cementerio de la Almudena de Madrid: “No hay nada después de la muerte”.



domingo, 5 de mayo de 2024

Álbum de Recortes: Recuerdos

 


Creación propia de este álbum de recortes. Dedicado en especial a la gente que quiero y a las que ya no están conmigo.  Abajo os dejo un vídeo el cual se puede ver todo el álbum al completo.




 Pasen y vean.

sábado, 4 de mayo de 2024

Mis tres favoritas de... Michael Caine


 Malina Murnau

“Sin Pistas” ("Without a Clue", 1988), de Thom Eberhardt.

La pongo en primer lugar ya que me encanta Sherlock Holmes. Me encanta ver a Caine haciendo el tontuelo en esta magnífica comedia. Un reparto estupendo. Una comedia totalmente inglesa bien llevada. Me encanta.

“El secreto de los McCann” ("Secondhand Lions", 2003), de Tim McCanlies.

Una delicia de film con unos tremendo Caine y Duvall, haciendo de dos viejos cascarrabias, hacen una historia entre fantasía y realidad super conmovedora y entretenida. Recomendable totalmente.

“Un trabajo en Italia” ("The Italian Job", 1969), de Peter Collinson.

Un Caine en todas sus facultades hace de esta película una gozada. Acción, robo, persecuciones y sus puntos de humor... ¿alguien necesita más? (yo no). Peliculón, la versión que hicieron 2003 también me mola mucho. Pero me quedo con la de Caine.

Podría decir que este actor junto a Clint Eastwood han sido los que me han roto más la cabeza. Dejo atrás muchas joyas de Caine, nombrarlas sería ya absurdo. Es un pedazo de actor con una filmografía estupenda.

Alfonso Romero

“Vestida para matar” (“Dresssed to Kill”, 1980).

La particular revisión del “Psicosis” (1960) de Hitchcock por parte de un Brian De Palma en plena forma. Un psycho-thriller modélico que bebe de diferentes fuentes para reventar y reinventar el género, cuidando cada detalle para tener al espectador pegado a su asiento. Sería posteriormente copiado por muchos otros. Tachado en su momento de pastiche hitchckoniano por parte de una crítica miope y poco dada a hacer su trabajo, “Vestida para matar” es sin lugar a dudas uno de los mejores thrillers de su tiempo, y más voyeurista y fetichista, si cabe, que los del propio maestro del suspense. Haría un estupendo programa doble con “Frenesí” (1972).

“El hombre que pudo reinar” (“The Man Who Could Be King”, 1975), de John Huston.

Una de las obras cumbres de su director. “El hombre que pudo reinar” adaptaba para el séptimo arte “El hombre que quiso ser rey” del escritor angloindio Rudyard Kipling, relato que Huston había querido llevar a las pantallas desde finales de los cuarenta, cuando pretendía contar con Humphrey Bogart y Clark Gable en los roles principales. Papeles que finalmente recaerían en unos soberbios Sean Connery y Michael Caine. Respetando la letra del original, Huston lleva a su particular terreno, de aventureros y perdedores, a esta pareja de caraduras abocados a un desdichado final. Cine de sabor clásico en medio del Nuevo Hollywood.

“Asesino implacable” (“Get Carter”, 1971), de Michael Hodges.

Más recordado por su adaptación pop para Dino De Laurentiis del famoso aventurero galáctico de las viñetas de Alex Raymond, a Hodges le debemos un puñado de buenos títulos, donde destaca por méritos propios este thriller interpretado por un Caine en uno de sus mejores papeles. En España la puñetera censura franquista le pegó unos cuantos cortes, aunque, por suerte, hemos podido disfrutar del metraje íntegro posteriormente.

Miguel Romero

Aunque ya hace muchos años que este prestigioso actor británico trabaja con bastante frecuencia en Hollywood, en grandes superproducciones y con importantes directores, prefiero y con mucho sus películas en el viejo continente, donde además suele ser el protagonista.

“Rey de ladrones” (“King of Thieves, 2018), de James Marsh.

En la semana santa de 2006, cuatro veteranos ladrones aprovecharon las fiestas para robar de una cámara acorazada Hatton Garden 18 millones de euros en joyas, lo que se conoció en el Reino Unido como “el robo del siglo”. Pero lo más llamativo de todo es que las edades de los implicados oscilaban entre los 60 y los 76 años. Dicho acontecimiento fue muy bien llevado a la pequeña pantalla en 2019 en la mini serie de cuatro capítulos “El último gran robo”. Pero antes había influenciado en mayor o menor medida varias películas de las Islas, entre las que destacan “Un golpe a la inglesa” (2017) y esta “Rey de ladrones”. Caine protagoniza junto a otros veteranos actores, como Michael Gambon, Tom Courtenay y Ray Winstone. Los dos últimos también habían trabajado con nuestro homenajeado en otra película de los más recomendable, “Last Orders” (2001), de Fred Schepisi.

“La huella” (“Sleuth”. 1972), de Joseph L. Mankiewicz.

Adaptación de la obra de teatro de Anthony Shaffer a cargo del maestro Mankiewicz (también involucrado en el guion) y con sólo dos actores, eso sí, de la talla de Caine y Laurence Olivier.

El ególatra de Kenneth Branagh se atrevió a llevar también al cine su propia versión (reduciendo el metraje de los 138 minutos de la de 1972 a unos más comerciales de 88 minutos, dándole a nuestro protagonista de esta semana el rol que antaño hiciera Laurence Olivier, mientras que el suyo recaería en Jude Law, quien tres años antes encarnaría en la pantalla otro papel que hiciera famoso Michael Caine mucho antes, el protagonista de “Alfie”.

“La juventud” (“Youth”, 2015), de Paolo Sorrentino.

Con la fama y el prestigio de haber ganado un oscar y además tratándose de una coproducción entre varios países, Sorrentino contó para “La juventud” con actores norteamericanos (Harvey Keitel, Jane Fonda...) y británicos (Rachel Weisz, Miachel Caine...). El realizador comentó que tenía en mente a Caine cuando escribió su personaje. Por su parte, el veterano intérprete comentó tras verla por primera vez, al volver a casa en taxi con su esposa, que no pudo evitar llorar.

Eduardo Álvarez Cónsul

"Mona Lisa" (“Mona Lisa”, 1986), de Neil Jordan.

“Mona Lisa” es una película adelantada a su tiempo por la temática, donde el personaje de Michael Caine es amoral, al contrario que Bob Hopkins.

"Ipcress" (“The Ipcress File”, 1965) de Sidney J. Furie.

En esta película de espías Michael Caine hace por primera vez del agente secreto Harry Palmer, y ha de localizar a un científico que tiene un valioso archivo y ha sido raptado por espías enemigos que pretenden hacerle un lavado de cerebro. Él debe de ir a rescatarlo a un país del telón de acero, que es como se llamaba a los países comunistas de Europa del este.

"Asesino implacable" (“Get Carter”, 1971), de Michael Hodges.

En este thriller británico Michael Caine es Jack Carter, un gánster que tras la muerte de su hermano decide averiguar qué ocurrió, pese a la advertencia de que no haga nada. Al año siguiente se estrenaría "Hitman" (1972), de George Armitage, un remake en clave blaxploitation donde la mafia del porno sustituye a la mafia de las tragaperras y del lluvioso Newclaste se pasa a la soleada California.

Fernando Rodríguez Tapia

“La huella” (“Sleuth”. 1972), de Joseph L. Mankiewicz.

Muy pocos cineastas se han despedido con una obra maestra de esta envergadura. Película fascinante que trasciende a diversos géneros retratados, juego de espejos entre sus dos magníficos protagonistas, esa idea de pasatiempo lúdico a la par que malsano que lleva a la narración a límites insospechados, permitiendo al espectador a ir indagando a medida que las cartas se van mostrando en el tapete. Un film perfecto que no le sobra ni le falta nada, quizás demasiado ausente en las listas actuales de mejores obras de la historia del cine. De su posterior remake con Caine solo comentar que Branagh se contenta con un artificio muy teatral, demasiado consciente de su falsa relevancia y absurdo a la hora de subrayar todo lo que el film original salvó con elegancia. 

“Mercenarios sin gloria” (“Play Dirty”, 1968), de André de Toth.

Un film que va más lejos de lo planteado en la espléndida "Doce del Patíbulo", especialmente en su visión nihilista y desencantada tanto del conflicto bélico como de sus misiones suicidas. Una obra de una fisicidad desbordante que muestra claramente el sinsentido de la guerra y el empleo inane del ser humano en ellas. Un brillante reparto corona esta admirable obra con uno de los finales más geniales que ha dado el género.

Harry Brown (“Harry Brown”, 2009), de Danny Barber.

La filmografía de Michael Caine está coronada con un buen puñado de obras maestras y diversos clásicos incuestionables. Pero también hay sitio para pequeños títulos a su servicio donde muestra singulares variaciones de arquetipos tratados o retratados tanto por él como por diversos actores. He aquí un caso singular al mostrar a un veterano militar que habita un barrio conflictivo asolado por el crimen y las drogas que se convierte casi por azar en oscuro vigilante para combatir la injusticia reinante. Un film muy curioso y por encima de obras de similar temática realizadas en ese periodo, cuyo factor determinante es no esconder la edad de su protagonista ni sus lógicos achaques a la hora de mostrar su inesperada cruzada contra el hampa. Cuenta además con una escena inédita en este tipo de obras: el protagonista sufre un enfisema en plena persecución de uno de los delincuentes. Sólo por ella ya la sitúa en los títulos clave del cine de justicieros urbanos.

Alfonso Carlos López

“El hombre que pudo reinar” (“The Man Who Could Be King”, 1975), de John Huston.

Excelente película de aventuras que narra las vicisitudes en la India en 1880 de Peachy Carnehan (Michale Caine) y Danny Dravot (Sean Connery). Ambos fueron sargentos del ejército británico y buscan hacer fortuna en Kafiristán, incluso intervienen en las luchas tribales de los lugareños, crean un ejército y van conquistando toda la zona imparablemente. El tema se complica cuando Danny Dravot es tomado por un dios. Unas interpretaciones magníficas a cargo de Michael Caine y de Sean Connery. Se basa en un relato de Kipling y es uno esos films que te transportan y te sumergen en su historia.

“Zulú” (“Zulu”, 1964), de Cy Endfield.

Aquí Caine da vida al teniente Gonville Bromhead que imprime un carácter muy elegante y británico a su personaje. Después de la derrota de Isandhlwana del ejército británico por los zulús (hechos recogidos en el film “Amanecer Zulú”, de 1979), un destacamento queda aislado y debe resistir en la misión de Rorke´s Drift. Realmente épica y fascinante. Un buen ejemplo de cine bélico, con todos los ingredientes del género. Tiene ese sabor de la época de las grandes superproducciones que tanto me gustan.

“Un trabajo en Italia” (“The Italian Job”, 1969), de Peter Collinson.

Película policiaca con Caine en el papel protagonista de Charlie Croker, que nada más salir de la cárcel dará un golpe junto a una banda para apoderarse de cuatro millones de dólares en oro. Para ello crearán un atasco interfiriendo el control de tráfico de Turín. Ellos emplearán tres minis que les permiten moverse más fácilmente.  Se suceden toda una serie de escenas trepidantes en las conducciones de dichos vehículos, hasta que escapan de la policía y todos son transportados en un autobús rumbo a Suiza. Un fallo del conductor hace que queden suspendidos en un abismo al salirse de la carretera. El fin de la película queda en suspense ya que se ve a Croker intentando retener el oro que se cae hacia el citado abismo y sin saberse si caerán todos o se salvarán. La banda sonora es de Quincy Jones, lo cual es sinónimo de calidad.

Miguel AlgOl

“La huella” (“Sleuth”, 1972), de Joseph L. Makiewicz.

 Buenísima película de intriga basada en una obra de teatro, con sólo dos actores -el otro nada menos que el gran Laurence Olivier-.

“Ha llegado el águila” (“The Eagle Has Landed”, 1976), de John Sturges.

Una película bélica genial, que tiene entre sus mejores logros dar una imagen positiva y humana de los soldados del III Reich.

“Vestida para matar” (“Dresssed to Kill”, 1980).

Un thriller muy morboso e interesante. Michael lo borda.

Joanna

“Hannah y sus hermanas” (“Hanna and Her Sisters”, 1986), de Woody Allen.

La década de los ochenta terminó de consagrar a Woody Allen como uno de los grandes nombres en la comedia y el drama de resonancias bergmanianas, y también como un director tan prolífico como genial, ganándose la ovación del público y la crítica. “Hannah y sus hermanas” no sería una excepción, entre el drama intimista tan de su gusto y su personal modo de entender la comedia, nos proponía un film donde Michael Caine interpretaba a uno de esos personajes trasuntos del propio Allen en una historia, con ecos chejovianos, de amores y líos donde son los personajes femeninos los más importantes.

“La huella” (“Sleuth”, 1972), de Joseph L. Mankiewicz.

Joseph L. Mankiwicz, director de títulos tan maravillosos como “El fantasma y la señora Muir” (1947), “Eva al desnudo” (1950) o “De repente, el último verano” (1959), se despidió de las pantallas no en Hollywood, sino desde el Reino Unido, y contando para los principales roles con dos actores de las Islas de la talla de Laurence Olivier y Michael Caine. “La huella”, adaptación de una obra de Anthony Shaffer reescrita por el propio autor, nos proponía un maquiavélico juego del gato y el ratón, que resulta un “tour de forcé” entre los dos magníficos intérpretes. El film conservaba el mismo espíritu agrio y crítico de los últimos trabajos de Mankiewicz, “Mujeres en Venecia” (1967) y “El día de los tramposos” (1970).

“Alfie” (“Alfie”, 1966), de Lewis Gilbert.

El primer rol como protagonista absoluto de Michael Caine se lo proporcionó este film realizado por Lewis Gilbert, veterano director que en los setenta se encargaría de dos de los Bonds de Roger Moore. “Alfie” supone una exquisita película pop genuinamente “british”, muy disfrutable junto a otros títulos “sixties” como “El knack... y como lograrlo” (1965) o “Joanna” (1968). En 2004 se estrenó un remake, protagonizado por Jude Law, mas pasó sin pena ni gloria.

Oscar Villalta

“Evasión o victoria” (“Victory”, 1981), de John Huston.

Definitivamente, una de las películas de mi vida, de esas que veo una vez al año. Una obra del maestro John Huston, considerada "menor" (para mí, no lo es), inspirada en un partido de fútbol real entre nazis y prisioneros de un campo de concentración, cuyo desenlace no fue tan positivo como en la ficción. Mezcla cine bélico y deportivo con tanta naturalidad como mezcla actores con jugadores reales, así podemos ver a Michael Caine liderando un equipo donde juegan, por ejemplo, Pelé y Sylvester Stallone contra el mismísimo Franz Beckenbauer. La banda sonora de Bill Conti, remata de forma fulminante una explosión de emoción, en este film donde el elemento humano prima sobre todo lo demás. Y está Max Von Sydow. Dato siempre importante.

“La huella” (“Sleuth”, 1972), de Joseph L. Mankiewicz.

Un tour de force de dos horas y media con sólo dos actores... ¡Pero qué dos actores!... Laurence Olivier y Michael Caine consiguen que no parpadees durante todo el metraje de esta puesta en escena teatral a manos del maestro Mankievicz, donde el galimatías propuesto desde el descomunal texto de Anthony Shaffer, es resuelto de forma brillante desde la creación de una atmósfera totalmente inmersiva. Los actores y el director recibieron merecidas nominaciones al Oscar, así como el compositor John Addison, cuya partitura juega como un personaje más. 

Como curiosidad, en 2007 se filmó una nueva versión, donde Michael Caine interpretaba al personaje de Laurence Olivier en la original, y Jude Law tomaba el papel que hizo Caine en la del 72. Dirigida por Kenneth Branagh, no estuvo mal pero, al fin y al cabo, era un refrito de una obra maestra.

“Vestida para matar” (“Dresssed to Kill”, 1980).

En esta época, se apodaba a De Palma "El nuevo Hichtcock", así que cuando se estrenó "Vestida para matar", llovieron de nuevo las comparaciones. Pero, sinceramente, esta historia cruel protagonizada por Michael Caine y Angie Dickinson, es bastante mejor que algunas de las películas del Maestro. Se tenía que decir y se dijo. Lo que tenemos aquí es el show de Brian: Una atmósfera tan enrarecida que se corta, una composición de planos elegante, bizarra retorcida y genial...secuencias que perduran en la memoria cinéfila para siempre...todo subrayado por la maravillosa banda sonora de Pino Donagio, incondicional del director, que hiperboliza los momentos pesadillescos y surrealistas donde más se exhibe Michael Caine, haciendo que todo el conjunto brille hasta deslumbrar. Momentos muy inspirados también en la primera época de Darío Argento.

Emilio Malet

“La batalla de Inglaterra” (“Battle of Britain”, 1969), de Guy Hamilton.

Para mí una de las mejores producciones que se han hecho nunca sobre las batallas aéreas de la Segunda Guerra Mundial. En una época en la que se grababa con aviones reales y/o maquetas y el resultado no parecía un videojuego como casi todo lo que se hace hoy en día. Rodada en su mayor parte en la base aérea de Tablada y usando aviones alemanes del ejército español disfrazados de la Luftwaffe (muchos fabricados en Hispano Aviación en Triana). Gran fidelidad histórica y un reparto de lujo.

“Un puente Lejano” (“A Bridge Too Far”, 1977), de Richard Attenborough.

Otra gran producción sobre la Segunda Guerra Mundial. En este caso con gran protagonismo de las fuerzas especiales británicas (SAS) con sus características boinas burdeos. Pocas veces pueden juntarse tantas grandes estrellas en una misma película. 

“Evasión o victoria” (“Victory”, 1981), de John Huston.

Aunque menos ambiciosa que las anteriores, para mí es una de las películas más entretenidas de la Segunda Guerra Mundial. Con un buen reparto, contando además de con Michael Caine con Pelé, entre otros futbolistas de la época, y por supuesto con Silvester Stallone en mi personaje favorito de la película, Hatch el masajista. Aunque como portero nos deja claro que los americanos juegan al football y no al fútbol (soccer para ellos).

Mención especial para el papel de Michael Caine como Alfred, el mayordomo de Bruce Wayne en la trilogía del Caballero Oscuro (no se me ocurre nadie mejor para el papel).

Rafa Coronel

“El hombre que pudo reinar” (“The Man Who Could Be King”, 1975), de John Huston.

Una película que tiene opciones para entrar en el top 5 de John Huston debería de estar sí o sí. Quizás la última gran película de aventuras clásica hasta la llegada de Spielberg e Indy, es una película basada en la premisa del canalla perdedor que se encuentra en una gran posición a todas luces inmerecida pero que aun así congenias con él. Y cómo no serlo cuando a estos timadores ingleses los interpretan Sean Connery y Michael Caine, en unos papeles que iban a ser para actores legendarios como Bogart y Gable o Burton y Peter O'Toole. La cinta es pura diversión y un duelo interpretativo en el que el Caine pone la contrapartida racional a los delirios de grandeza de Connery, cada vez más en su papel de Dios.

“La huella” (“Sleuth”. 1972), de Joseph L. Mankiewicz.

Otro duelo interpretativo frente a un titán en el que de nuevo Caine sale airoso (con doblete a la nominación en los Oscars en una época en la que todavía tenían cierta credibilidad). Y un final espectacular para uno de los grandes directores del Hollywood dorado, que con dos personajes y cuatro escenarios mal contados te traslada perfectamente el espíritu de la obra teatral original al celuloide, con una tensión manifiesta entre Andrew y Milo que consigue no decaer durante las más de dos horas que dura la película gracias a un guion brillante como pocos. Y el bonus de ver al bueno de Michael en los zapatos de Olivier en el 2007 no está mal, pero la nueva adaptación es muy inferior a la original.

“El cuarto protocolo” (“The Fourth Protocol”, 1987), de John Mackenzie. 

Quizás es una película menor dentro de la filmografía de quien nos ocupa, pero es una magnífica representante de cuando el espionaje estaba en pleno auge durante la Guerra Fría. Además de ser divertidísima, nos permite ver junto a un solvente Caine a un primerizo Brosnan dando el tipo en el reverso tenebroso de lo que posteriormente sería su 007. Y con música de Lalo Schifrin, que es otro que nunca falla en estas lides. Entre Forsyth y Clancy, siempre Forsyth.


Pepe Torres

Mi actor preferido. Creo que con eso queda (casi) todo dicho. Una filmografía portentosa, repleta de diamantes, pero también de carbono no cristalizado (hay que pagar las facturas...). Una (otra) de esas elecciones imposibles, que me obliga a dejar fuera obras maestras como “Zulú” o favoritas emocionales como “El último valle”. Maurice Micklewhite, con nombre artístico de motín, me ha acompañado toda una vida de espectador y siempre vuelvo a su cine (incluso al abisal, como sus incursiones en el cine de catástrofes). Como cantaban Madness, “I can't remember, tell me what's his name (My name is Michael Caine)”.

"Ipcress" ("The Ipcress File", 1965), de Sidney J. Furie.

Adoro a Harry Palmer, quizá su personaje más emblemático, que encarnó en tres estupendas cintas de los 60 (y dos mediocres telefilms en los 90). El reverso anticlimático de James Bond, miope y algo gris, espía a su pesar y ajeno a los ambientes lujosos y exóticos.

"Asesino implacable" ("Get Carter", 1971), de Mike Hodges.

Envuelto en una trama de engaños, traición y violencia, Caine interpreta a un gángster lo más alejado que uno pueda imaginarse a un (anti)héroe de acción y se muestra especialmente seco y expeditivo, una sangrienta vuelta a casa rodada con un naturalismo casi documental de los bajos fondos (que influiría en buena parte del cine criminal británico posterior).

"El hombre que pudo reinar" ("The Man Who Would Be King", 1975), de John Huston.

Peachy, compinche del hombre que sería rey de Kipling, es quizá mi personaje favorito de Caine (y demuestra una química insuperable con Connery, Sean Connery). Una maravillosa historia de amistad y quizá la última gran película de aventuras.

Oscar "Woody" Correa

Aunque MICHAEL CAINE es uno de lo actores míticos de la historia del cine con 2 oscars a sus espaldas, habiendo participado en obras maestras como "Hannah y sus hermanas" o "El hombre que pudo reinar", en su prolífica y brillante carrera hay espacio para elecciones profesionales algo más brutales como: 'Tiburón, la venganza' (1987), también convertida en de culto (aunque él mismo asegura que "jamás he visto la película, pero por lo que me contaron era terrible, jajajajaaaa)"… Sin embargo, en mi TOP 3 me quedo con las del que podríamos denominar Michael Caine 2.0, convertido en actor fetiche de directores como Nolan o  Cuarón. En concreto: 

"El caballero oscuro" ("The Dark Knight", 2008), de Christopher Nolan, y resto de la trilogía.

En esta saga de películas de Christopher Nolan, Michael Caine interpreta a Alfred, el leal mayordomo de Bruce Wayne/Batman. Caine aporta calidez y sabiduría al personaje, haciendo que Alfred no sea el simple secundario que muchas veces ha pasado tan desaparecido en pantalla, por tener mucha menos presencia y carisma que los Batman Protagonistas. La interpretación de Caine aporta humanidad y profundidad al personaje, convirtiéndolo en uno de los aspectos más destacados/diferenciales de la trilogía de Nolan. Su relación con Bruce Wayne es el corazón emocional de la película, y su actuación es fundamental para el impacto de la trama y para dar voz a los Alfred de la historia!!!

"Hijos de los hombres" ("Children of Men", 2006), de Alfonso Cuarón.

En esta genial distopía futurista dirigida por Alfonso Cuarón, Caine hace el papel de un excéntrico activista político que ayuda al protagonista en un mundo donde la humanidad se enfrenta a la extinción debido a la infertilidad. La actuación conmovedora de Caine en este papel secundario pero crucial, ofrece un contrapunto de humanidad y esperanza, representando la resistencia contra la desesperanza y la búsqueda de significado. Además su propia presencia de figura histórica aporta además calidez, humor y profundidad al personaje, convirtiendo a este excéntrico en uno de los aspectos más destacados de la película. La presencia de Michael Caine en "Children of Men" añade una capa adicional de complejidad emocional y moral a la historia, lo que lo hace más memorable aún (me gusta mucho la peli).

Y en el tercer lugar 3 películas! (Aunque como son mini papeles valen por 1)…:-)… En concreto la presencia en las películas de Nolan, Interestellar/Tenet/Inception, que elevan un peldaño más de lo que ya lo están para mi las propias películas… En las tres películas Caine interpreta casi un mismo papel general de erudito a la par que mentor de los diferentes protagonistas en sus diferentes roles, que como digo, da un tono de presencia adicional fundamental a las historias. Por ejemplo en "Inception" (2010) interpreta a un profesor universitario y mentor del protagonista (Leonardo DiCaprio), quien es un experto en la técnica de la infiltración de los sueños; en  "Tenet" (2020), interpreta a Sir Michael Crosby, un influyente empresario y mentor del protagonista (el hijo de Denzel Washington) que le proporciona información crucial, apoyo y recursos; y en "Interstellar" (2014) interpreta a un brillante científico y mentor del protagonista  (Matthew McConaughey), científico que es fundamental en la trama ya que es el arquitecto detrás de la misión espacial.