sábado, 24 de mayo de 2025

Entrevista con Jorge Nunes "Brioles"

 

Los Brioles, con casi cuatro décadas sobre los escenarios, siguen siendo uno de los mejores grupos de rockabilly y psychobilly de este país. Siempre es un placer escucharlos, así como hablar con (y entrevistar a) Jorge Nunes, su cantante, guitarra e indiscutible líder. Hacía mucho que no le entrevistábamos para algún medio, así que aprovechando que tienen un recientísimo nuevo álbum en el mercado nos pareció la ocasión idónea.

A&M: Háblanos de vuestro flamante nuevo trabajo, el LP Voodoo Eyes ¿Qué nos depara su interior?

Brioles y solo Brioles. A veces en otros discos, pese a que la música siempre la hemos grabado todos a la vez, hemos doblado alguna guitarra, igual en alguna he puesto la voz después, algun coro, en este no, todo a la vez, ni siquiera hemos puesto esos filtros delante del micro para que se coma las eses y las pes, están todas. Doce canciones que abarcan casi todo el espectro del briolismo pasado presente y futuro, si este último existe, claro.

A&M: ¿Hay algún tema que destaques especialmente?

Es difícil. Hay algunas que puedo destacar porque casi llegan tarde. "Slow Train" la hice entera tres días antes de ir al estudio, y cuando la grabamos solo la habíamos ensayado dos veces. "Call From Hell" la tenía a medias hacía años y también la acabé poco antes de la grabación. "Arriba" y "Voodoo Eyes" también aparecieron casi fuera de tiempo, pero ahí están, bien hermosas y saludables.

A&M: ¿Todos los cortes incluidos se han grabado exprofeso para el álbum o habéis recuperado algún tema que hubiera quedado inédito registrado anteriormente?

Sí, no hay ninguna que ya estuviese grabada. Bueno, "Fly Face" es la única que llevábamos un tiempo tocando y hace dos o tres años la grabamos en otro estudio con otro batería y sin pensar siquiera en Brioles, pero la versión que está en el Voodoo Eyes es nueva, grabada los mismos días que el resto del disco. Tenemos unas cuantas que no están en ningún sitio, tres de la sesión del I Wanna Go Home y tres de esta última. Seguramente no saldrán nunca, jajaja.

Brioles en directo, septiembre de 2012

A&M: Este nuevo álbum ha sido editado por El Toro Records, quien ya os publicara anteriormente otras referencias. Las relaciones con este sello deben de ser muy buenas ¿No?

Nos conocemos hace mucho, si no nos fiásemos los unos de los otros no habríamos hecho ya cinco discos juntos desde 2009. Es una relación fácíl y cordial, cada uno hace lo que tiene que hacer y además bien, ni más ni menos.

A&M: En el disco sólo hay temas propios, no encontramos covers. En vuestra ya larga carrera las versiones que habéis grabado se pueden contar con los dedos de una mano. ¿No os gusta grabar versiones? ¿No crees que en la escena es justamente al revés, que se abusa (aquí y en el extranjero) de tocar demasiadas versiones y descuidar el material propio?

No sé lo que hace el resto de grupos, nosotros tenemos la suerte de hacer canciones. Nos encanta hacer versiones, en directo siempre hemos hecho. Supongo que hay gente a la que le cuesta más componer, y también están los que hacen la misma canción de siempre con otro título y dicen que es suya, eso siempre se ha llevado mucho. Te dicen "es rock and roll" y ya está justificado que sea igual que igual de lo igual y más igual. Cada uno a lo suyo. Mi idea es hacer dentro de poco un disco SOLO de versiones, estaría bien que coincidiese con los 40 años. Creo que el mundo necesita más versiones de "Blue Suede Shoes", si no, el fin está cerca.

EC: ¿Que tirada sacáis de este nuevo disco? ¿Cuántas unidades? ¿Crees que se agotará?

Espero que esté descansado y feliz, agotado no nos sirve de nada. Ahora se hacen menos copias que antes, bastantes menos, no sé exactamente cuantas, pero no demasiadas.

A&M: Dejando a un lado vuestros dos LPs que recopilaban maquetas del grupo, el anterior trabajo de Brioles fue el EP I Want Go Home, de 2019. Ha pasado bastante tiempo ¿A qué se ha debido esta demora para grabar nuevo material del grupo?

No es demora, sobre todo porque nadie nos estaba esperando, jajaja. Entre el Hit The Floor With.. y el  I Wanna Go Home también pasaron cinco o seis años. Hacemos las cosas a nuestro ritmo, cuando nos sale y cuando nos apetece y coincide que podemos hacerlas. También es verdad que el tiempo pasa raro y rápido, no te das cuenta y han pasado seis años, además la pandemia en medio lo ha distorsionado todo. En este tiempo me han publicado dos libros, hemos sacado el LP de los Fools, y entre un grupo y otro y otro hemos hecho unos ciento y algo bolos, no he estado oyendo crecer la hierba bajo mis pies. Si de jóvenes no teníamos prisa, ahora de ancianos menos.

EP I Wanna Go Home

A&M: Como en el mencionado EP, en Voodoo Eyes incluís temas en español e inglés ¿Os gusta compaginar ambos idiomas? ¿Cómo elegís un idioma u otro para según que canción?

Sí, claro, nos gusta jugar con los dos idiomas. La verdad es que no sé cómo me sale una en uno y otra en otro. Algunas existen en las dos formas y al final hay una que gana. Otras veces me empeño en que sea de una de las maneras y hasta que me cuadra no paro aunque pasen años. No tengo ningún método de trabajo, me pongo y a lo que salga, y como por suerte sale, después me peleo con ellas hasta que creo que es una canción que me gustaría oír aunque no fuese mía, entonces ya está.

EC: Háblanos un poco de la venta de discos en la escena ¿Cuántos sacáis normalmente ¿Se venden todos? ¿Dirías que el rocker español es comprador de discos? ¿O por el contrario pasa de comprar?

Como ya he dicho arriba, antes todo el mundo sacaba más copias. Algunas veces se venden rápido y algunas no, otras se venden muchos de golpe y después la cosa se para y otras veces empiezas lento o muy lento pero no dejan de venderse. Los CDs es otra historia, hasta hace unos 10 años los nuestros salían en los dos formatos, pero cada vez se vendían menos, igual el vinilo se agotaba y el CD aún anda por ahí. Si antes era raro ahora es rarísimo. Sacamos discos por convicción, entusiasmo, y una cierta disfunción suicida, pero no es un gran negocio, eso sí, en los bolos ayudan bastante. El rocker español es una especie con muchas sub especies algunas de las cuales no están en mi campo de estudio. También depende de lo se entienda por rocker. Algunos compran mucho o muchísimo, otros (más) tienen un disco de Rocky Sharpe y ejercen igual. Creo que compran los entusiastas, los fans de la música. Ser rocker, metalera, mod, o rumbera salvaje no te hace necesaria ni obligatoriamente amante de la música aunque uno lo crea... como te digo, ahora nada tiene baremo donde medirse. Hay bolos con 20 personas en los que vendes 18 discos y bolos con 150 donde vendes cinco, como decimos aquí "ni cap ni peus" (ni pies ni cabeza pero al revés). 

A&M: Hagamos un poco de memoria... Brioles empezáis sobre 1986, pero Daniel y tú ya tocabais en otras formaciones desde 1981. ¿En qué grupos estuvisteis en aquel periodo? ¿Qué nos puedes contar de esas formaciones pre-Brioles?

Lo que recuerdo es que era divertido, teenage rage a chorro. Tuvimos un grupo en el que tocábamos canciones de los Ramones y algunas mías, duró un año o año y medio, tocamos 5 veces, en el instituto y en sitios donde ahora no se permitiría ni un abrevadero de vacas. Ensayábamos mucho, a veces los ensayos eran como punk jams descontroladas con el local lleno de amigos gritando y bailando, algún incendio, botellas rotas, algún herido... siempre bebíamos... Lo que daría por poder oír algo de eso. Después Daniel se metió en un grupo de rockabilly, y yo en uno semi feelgoodiano con el primer bajista de ese famoso señor alto con tendencia a las frases grandilocuentes y a los autógrafos. No sé muy bien cómo, yo también fui a parar al grupo donde estaba Daniel y ahí encontramos al que fue primer batería de Brioles.

Brioles en directo, sala Ruta 66, Sevilla, junio de 2017

A&M: Con una de estas bandas anteriores a Brioles estabais cuando intervinisteis en la película/documental Gritos... a ritmo fuerte (1984) que dirigió vuestro padre, José María Nunes. ¿Cuál era?

No sabíamos qué nombre poner, vimos la palabra Gatotumba en algún sitio y nos lo pusimos, solo para la película. El grupo no sobrevivió. En relidad era una mezcla, la banda de rockabilly donde estábamos (se llamaba Boppins) estaba en sus estertores. Daniel y yo, junto al batería ya teníamos en la cabeza el embrión de Brioles, pero Bugs, el señor de los tambores, estaba en la mili, en la película sale otro chaval, y nosotros estábamos esperando que volviese para empezar nuestra nueva idea. En la película tocamos una canción de cada cosa, una mas clásica del cantante, y otra mía más rara que ya salía de ese embrión. Al final cada uno por su lado a lo suyo, nosotros a hacer el raro y Oscar, el cantante siguió en su línea más clásica.

A&M: Soléis compaginar vuestra militancia en Brioles con otras formaciones ¿En qué otros grupos andáis metidos actualmente? ¿Sigues en activo con el proyecto de Jorge Nunes & His Full Time Fools?

Daniel está con los patos y con algo más, algún grupo de blues de vez en cuando. Ahora yo no estoy en ningún grupo más. Los Fools es una cosa que ahí está y puede reactivarse en cualquier momento, pero por ahora esta en stand by.

A&M: Además de tocar en diversos grupos, habéis ejercido como músicos de acompañamiento de importantes artistas foráneos en su paso por nuestro país ¿De quién de estos guardáis mejor recuerdo?

La verdad es que el que ha tocado con más gente destacable es Daniel no yo, Billy Lee Riley (aquí y en los USA), Janis Martin, Sonny Burgess, Dale Hawkins, un montón. También hemos acompañado a gente de ahora, bueno y casi antes jajaja, gente de nuestra quinta. Jan Svenson ( Wildfire Willie, The Hi Winders), Craig Shaw (The Excellos, Bop Shack Stompers) son los dos con los que más hemos tocado. Daniel dice que Billy Lee Riley era muy majo.

A&M: Josep María entra en Brioles como batería por 2014 ¿Es esta la formación más estable del grupo?

Psíquicamente sin duda. Bueno, el Joker estuvo ocho años con nosotros y Blas 12, además de un regreso de unos meses entre finales del 13 y mediados del 14, así que se puede decir que casi todos los baterías nos han durado bastante, pero sí, lo dicho, esta es la formación mas psíquicamente estable.

Daniel, Jorge y Josep Maria: Brioles

A&M: Hagamos ahora un poco de balance. Brioles llevan casi cuatro décadas en activo ¿Cómo ves que ha cambiado la escena a lo largo de todos estos años? ¿Y vuestro público? En relación a la/s escena/s rockin’/psycho ¿Qué es en tu opinión lo mejor y lo peor en tiempos recientes?

Parte de nuestro público ha envejecido con nosotros, eso está bien, quiere decir que por ahora ni ellos ni nosotros nos hemos quedado por el camino. La pena es que muchos, bueno, demasiados, ya no están, mierdas normales de la vida. Algún joven hay, pero la verdad es que en las escenas no suele haber, siempre hay alguno, pero no es lo habitual.

Las escenas cambian. Cuando empezamos no habían, no existían, eran unos cuantos en cada ciudad. La cosa fue creciendo gracias a esos cuatro, a los fanzines, a que ya era mas fácil conseguir discos de fuera y en gran parte gracias a los festivales. Ahora poco o mucho hay de todo. El hecho de que cada vez queden menos salas y bares donde tocar y todo sean festivales siempre con los mismos llevados por las mismas agencias no ayuda, pero siempre quedará algo.

A&M: Dos de vuestros trabajos, el 10” Rocket Men y el CD Jungle Jamboree, los editó el sello japonés Rebel Yell Music ¿Cómo surgió esta colaboración con el país del sol naciente?

Muy fácíl, Munethosi, el dueño de Revel Yell era fan nuestro, se puso en contacto con Cristóbal (primer batería de Smell of cat) que tenía un fanzine y le preguntó por nosotros, él le dio nuestro contacto y así de simple fue la cosa. Por eso en la contra del Rocket Men pone bien claro "Gracias Cristóbal".

EC: Si tuvieras que elegir solo un disco de Brioles ¿Cuál sería? (yo tengo uno favorito).

No elegiría, son como peldaños en una escalera, como dientes en una boca, si sacas uno te caes o sonríes muy feo. Si intento hacerlo, cuando digo uno, después pienso "sí, pero aquel también..." no hay manera, no sé hacerlo. Puede que a alguno le tenga un poco mas de cariño por la situación, porque la grabación fue más divertida, por la sensación que me dejó hacer alguna canción, pero no, no sé elegir. Hay algunas canciones que ahora no grabaría en casi todos (no en todos), pero aparte de eso todos 10!!

Primer LP (homónimo) de Brioles

A&M: En qué os inspiráis para componer esas letras tan diferentes del resto de las bandas rockin’/psycho de este país?

Es otra cosa que no sé. Desde que empecé a hacer canciones me  salen cosas así. Cierto es que no quería hablar de cadillacs, sábados noche a bailar y nena nena nena. También huía del rollo soy el más malo, cuidado conmigo o algunos tópicos psychos, todo eso se puede hacer de otra manera, por lo menos lo he intentado. No hace falta caer de narices en lo de siempre, aunque a veces sea divertido, es muy lícito pero no necesario ni obligatorio. Supongo que tiene que ver con lo que lees, lo que ves, lo que vives y como lo vives, la cantidad, la calidad y sobre todo como lo percibes y asimilas.

EC: ¿Qué grupos escuchas últimamente?

Escucho prácticamente lo mismo de siempre, hace ya mucho añadí a Nick Curran pero poco más. Me gusta Blooodshot Bill. Por ejemplo dentro del psychobilly no hay nada nuevo que me llame mucho la atención, los grupos tocan mejor que antes, pero no suele haber mucha chispa. Reconozco que tampoco estoy muy al día así que mi opinión no es muy a tener en cuenta, seguro que algo se me ha escapado. Me gusta, me divierte lo que hace Laurie Wright, no sé lo que es pero algo como mod punk pop R&B, divertido. De por aquí me gusta Lojo & the Mojos, me resultan interesantes. Hay más cosas, muchas pero no recuerdo ahora mismo, de lo que me acuerdo es Bo Diddley, Link Wray, Benny Joy, Andre Williams, Dr Feelgood, Chuck Berry, The Clash, The Upsetters... todo el último grito.

EC: ¿Cuál es el último disco que te has comprado?

Justamente uno de Nick Curran que tenía en CD. En los últimos meses, Charlie Feathers, Los Gories, Everly Brothers. Gene Rambo...

A&M: ¿Y cuál piensas que es el mejor disco que se ha editado en los últimos años?

¿Últimos cuánto tiempo es?. Incluso contando los míos, el mejor para siempre es el Reform School Girl, tiene ya sus años ( ¿15?) pero lo que es es y solo puede ser así.

Reform School Girl de Nick Curran

EC: Dinos tus discos favoritos de cada una de estas décadas: de los 60, 70, 80 y 90.

Qué complicado. Diré solo LPs, con los singles podríamos morir de viejos. Son discos que me gustan, no se si favoritos, discos importantes para mí, a los que les tengo cariño. Seguro que me dejo alguno que es más favorito aún

60´s: Bo Diddley is a Lover, Bo Diddley Beach Party, Out of Our Heads de los Rolling Stones, la versión inglesa sin canciones famosas. Me encanta el A Hard Day's Night de los Beatles. El Here Are The Sonics, de ellos mismos. Uno de Little Richard de la Vee Jay que ahora no recuerdo cómo se llama. El primero de los Kinks, El primer LP oficial de Link Wray que creo es de 1960. El Live At The Apolo de James Brown. El del plátano de la Velvet Underground. New Juke Box Hits de Chuck Berry... así de pronto

70´s: Rocket to Russia de los Ramones, Stupidity Dr Feelgood, El Live de los Bishops, el LAMF de Jt & los Heartbreakers. El primero de los Clash. El Trasformer de Lou Reed. El primero y el segundo de George Thorogood. El Cosmos Factory de la Credence (con este tengo un vínculo sentimental importante). El Never Mind The Bollocks... hombre, el London Callig. El Rattus Norvegicus de los Stranglers... Los discos de la Rollin Rock "Rufabilly" de Mac Curtis, el Texabilly de Johnny Carroll, el Rockabilly Rumble de Johnny Legend, aunque este igual es ya de 1980... muchos.

80´s: El primero de los Stray Cats, el primero de los Blue Cats, el Wreckin´ Crew de los Meteors. Ella es tan extraña de Los Coyotes con su portada en 3D. Indians On The Road de los Happy Drivers. El Wild Youth de Dave Phillips. El Rough Edges de los Guanna Batz, Amazons From Outer Space de los Batmobile... Esto es rocanrol de Los Rebeldes, saltándome la muy fea "No quiero verte". El Skin ´Em Up de los Shakin Pyramids... No sé, me pierdo

90´s... Somewhere Between Heaven And Hell de Social Distortion, The Full Custom Gospel of de The Reverend Horton Heat, también Spend a Nigh in The Box, pero creo ya es del 2000, entonces no entra. Smokin Taters de los Nine Pound Hammer, con estos tuvimos algunas divertidas historias en sus visitas a Barcelona. Saturday Night Fever de los Devil Dogs... intento hacerlo de memoria, me estoy liando...

A&M: Hablemos un poco de cine. Siendo Daniel y tú hijos de José María Nunes ¿No os ha entrado nunca el gusanillo de dedicaros a trabajar en el séptimo arte? ¿Cómo fue que os decantarais por la música?

En casa había mucha música, música todo el rato, los Beatles, Elvis, Bob Dylan (mucho Bob Dylan), Charlie Parker, Los Rolling Stones, Los Sirex, Los Mustang, Ray Charles, Sacha Distel, Gardel, Johnny Hallyday. Teníamos tres guitarras, mis hermanas mayores tocaban y cantaban (sobre todo canciones de Dylan). Yo lo oía todo. Un día puse un disco, un LP de Johnny Hallyday que después supe que estaba grabado en Nashville, y quedé atrapado, así hasta hoy. En la familia a todos nos encanta el cine, pero a mis hermanas les dio por la ciencia y a Daniel y a mi por la música, bueno Daniel semi obligado por mi, jajaja.

EC: Hablando de cine, ¿Cuál sería tu biopic musical favorito?

Ese tipo de películas son muy jodidas de hacer y dar en el clavo, la posibilidad de que te salga algo que debería estar penado por la ley como el Elvis ese de hace poco, es muy elevada. Últimamente me ha gustado mucho A Complete Unknown (2025). El de Ray Charles creo que también está bastante bien. No se si podemos considerar La estrella azul (2023) un biopic, pero me pareció fabulosa.

EC: Sabemos que eres muy fan del cine clásico y del género de terror, pero ¿Cuál es tu monstruo clásico favorito?

El hombre lobo, sobre todo el de Werewolf of London (1935), Henry Hull. O ese hombre lobo camuflao de The Catman of Paris (1946), que también podría ser un Mr Hyde, que no deja de ser una especie de hombre lobo interior. Me gustan casi todas las películas de hombre lobo hasta la de Jack Nicholson, bueno esas más modernas de tipos pálidos y amodernaos no, claro, las de hombre lobo, hombre lobo. También me apasiona Drácula, bueno todos los monstruos, y los actores y actrices también, Fay Wray, John Carradine o Lionel Atwill, por decir solo tres, eso sin quitar mi total devoción por Bela Lugosi y después, claro, por Boris Karloff.

Henry Hull como el hombre lobo de Werewolf of London

A&M: Polifacético que eres, has publicado también un par de novelas en los últimos años, Las gafas de Bo Diddley y La última conga ¿Cómo surge esta faceta de escritor? ¿Qué nos puedes contar de esta aventura en papel impreso? ¿Habrá continuación próximamente?

Bueno, siempre he escrito, desde pre adolescente, pero nunca me había planteado editar nada, la música era lo primero. Fue una casualidad. En un corcierto de los Flamin Groovies encontré a Alfred Crespo de 66 rpm, le dije que tenía escrita una especie de novela o algo así. Se la pasé, la leyó, dijo que era rara e inclasificable, pero que le gustaba, y ahí empezó la cosa. No sé si habrá continuación, me gusta pensar que sí. Estoy escribiendo algo a ratos, es más una novela y me parece que me está quedando larga...

EC: Para terminar un par de cuestiones de, digamos, cultura general ¿Que ídolo del rock crees que es más importante para la música popular? ¿Beatles, Bob Dylan, Elvis, Rolling, Stones Led Zeppelin, Buddy Holly, Chuck Berry, Big Mama Thornton, o Hank Williams?

Si hablamos de importancia cultural, de influencia en el mundo y todo en general, no hay duda, Elvis y los Beatles, alguien lo podrá discutir, pero también hay gente que dice que la Tierra es plana y que el que es pobre es porque quiere. La base es la base y en eso Chuck Berry, Hank Williams y Buddy Holly son piezas fundamentales, sin ellos no hay edificio, los dos primeros más que el último, pero fundamentales. Bob Dylan, tampoco se puede negar que ha tenido una influencia mas allá de musical básica para entender muchas cosas. Los Stones son lo que son, uno de los grupos mas importantes e incluyentes de la historia, pero creo que están, comparados con los de antes, en un segundo plano en cuanto importancia real. Led Zeppelin está por debajo de los Stones sin ninguna duda. Big Mama Thornton es una categoría en sí misma, es otra cosa, no de esta Tierra. ¿Y los Pecos, qué hay de los Pecos?

EC: Para terminar, elige 5 canciones del Rock’n’Roll español, que todo el mundo debería escuchar alguna vez en su vida.

"Trabajando en el verano" de Los Coyotes.

"El tren de la costa" de Los Sirex.

"Ave nocturna" de Los Rebeldes.

"Tramposo y mentiroso" de Nu Niles.

"Los hombres muertos no hacen ruido al caminar" de Brioles

y de bonus "Gasolina con ricino" de Gabinete Caligari.

A&M: Muchas gracias por tu tiempo y amabilidad.

Ha sido un placer, y divertido, gracias a vosotros. Salut!

Alfonso & Miguel Romero y Emirock Cortijo

domingo, 11 de mayo de 2025

Seis respuestas diferentes a American Graffiti.

 

El fracaso de THX 1138 (1971), un film de ciencia ficción serio y adulto que seguía la senda marcada por 2001: Una odisea del espacio (2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick, 1968), llevó a George Lucas a embarcarse en una empresa menos cara y ambiciosa, y un par de años más tarde y contando de nuevo con su amigo Francis Ford Coppola en la producción estrenaba en agosto de 1973 American Graffiti (American Graffiti). Una película ambientada a comienzos de los sesenta que, tras un planteamiento bien sencillo, con las historias de un grupo de chicos que terminan las clases en el instituto, proyectaba no sólo el paso de la adolescencia a la edad adulta de sus jóvenes protagonistas, dejando atrás sus diversiones para hacer frente a nuevos problemas y obligaciones, sino que a la par lanzaba una mirada a tiempos más felices y sencillos, anteriores a que América "despertara" tras los asesinatos de John F. y Bobby Kennedy y Martin Luther King, la Guerra de Vietnam, la crisis energética, a los años de la contracultura y la Era de Acuario, cuando los jóvenes pusieron en entredicho las normas y creencias de sus progenitores, al caso Watergate, o a la recesión que afectó terriblemente a la sociedad, la política y la economía de los Estados Unidos, sumiendo al país en un caos de paro y delincuencia y dejando al aire que su legislación se presentaba obsoleta e impotente ante los nuevos tiempos.

La cinta de George Lucas tenía además una banda sonora repleta de canciones de los cincuenta y primeros sesenta con temas de Rock'n'Roll, R&B, doo-wop, surf, etc. que vendió muchísimos discos. En formato de doble LP, su éxito propició que la siguieran más volúmenes, oficiales y piratas, por diferentes países.

Al contrario que THX 1138, la siguiente película de Lucas gozó del aplauso del público y de los críticos, pudiendo volver poco después a la ciencia ficción y a arriesgarse con un proyecto de gran presupuesto. Pero no sería ahora la ciencia ficción adulta y sesuda la abordada, no era plan de tropezar de nuevo con la misma piedra, sino la más aventurera y juvenil, iniciando un viaje sin regreso para Hollywood con La Guerra de las Galaxias (Star Wars, 1977). Además, American Graffiti traería consigo una secuela (dirigida por Bill Norton en 1979), más una serie de films respuesta, otras películas "de nostalgia" (como las llamó la crítica), siguiendo los parámetros marcados por George Lucas, tanto el punto de partida, la ambientación, la banda sonora cargada de oldies... pero desde diferentes perspectivas. Echemos un vistazo a unas cuantas de ellas.

Días felices (The Lords of Flatbush, Martin Davidson, 1974).

Según Quentin Tarantino, la primera cinta con un papel para desarrollar por parte de Sylvester Stallone -el año antes de Rocky (Rocky, John G. Avildsen, 1975)-, interpretando aquí a uno de los miembros de una pandilla donde también militan Perry King, Paul Mace y Henry Winkler, el inolvidable Fonzie de la sitcom Días felices (Happy Days, 1974-1984), precisamente el mismo título que la distribuidora española decidiera dar a esta Lords of Flatbush.

Una de las más tempranas respuestas a American Gaffiti, y posiblemente la más liviana de todas. Pero su reparto no tardaría en convertirla en cinta de culto.

Cooley High [tv: Instituto Cooley, Michael Schultz, 1975].

Michael Schultz, uno de los más interesantes realizadores del cine afroamericano de los setenta, nos brindó la visión blaxploitation acercando su trama a un instituto de la comunidad negra en los primeros sesenta.

En su reparto encontrábamos a un joven Lawrence Hilton-Jacobs, que a comienzos de los noventa se haría un hueco como héroe de acción en las producciones del género direct to video de la PM, y que en el presente siglo sería reivindicado, cómo no, por Rob Zombie.

La banda sonora, cargada de soul, vendría de la mano de la Motown.


Young, Hot 'n Nasty Teenage Cruisers (Tom Denucci, 1977).

No se libró American Graffiti de su correspondiente parodia porno. Con el excéntrico Johnny Legend tras el proyecto, la película reunía en su imposible reparto a ídolos del cine para adultos, caso de Serena o Rick Cassidy, con cantantes de rockabilly de distintas generaciones, como Tony Conn y Jerry Sikorski.

El propio Johnny Legend (quien al parecer también dirigió parte del metraje) hace su aparición y canta algunos temas de rockin'.

Desmadre a la americana (National Lampoon's Animal House, 1978).

También la gente de National Lampoon's dieron su visión de aquellos Estados Unidos de comienzos de los sesenta, más prósperos y desenfadados pero, como no podía ser de otra manera viniendo de ellos, lo hicieron con una alocada y anárquica comedia que no guardaba el mínimo respeto con institución alguna. Llevando a los cines el humor "de retrete" y ya no habría vuelta atrás, abriendo la caja de los truenos y trayendo tras de sí un aluvión de películas juveniles (sexuales y escatológicas) ambientadas en institutos y universidades (tanto da) que haría que la crítica más rancia se desgarrara sus vestiduras.

La gran aceptación y celebración por parte del respetable de Desmadre a la americana puso en el mapa a su director, John Landis. El film contó en su coral reparto con una de las estrellas del Saturday Night Live, John Belushi, junto a unos jóvenes Karen Allen, Kevin Bacon o Tim Matheson, y los más veteranos Donald Sutherland, John Vernon o Verna Bloom.

Su más que recomendable banda sonora, cargada de frat-R'n'R y soul, corrió a cargo de MCA. No fueron pocos quienes conocieron el "Shout" o  el "Louie Louie" gracias a este trabajo. Por cierto,Swim Team (1979), una comedia dirigida por James Polakof, se distribuiría en nuestro país de forma apócrifa como Desmadre a la americana II.

Las pandillas del Bronx (The Wanderers, Philip Kaufman, 1979).

El director de Chicago, Illinois, Philip Kaufman estrenaría a finales de los setenta la mejor de las respuestas al film de George Lucas. Centrada en la comunidad italo-americana en el Bronx de Nueva York, y en particular en la pandilla denominada The Wanderers, el film arranca con la llegada de un chico nuevo al barrio que entrará a formar parte de la banda, Perry -Tony Ganios, el "Cigarro-puro" de Porky's (Porky's, Bob Clark, 1981) y sus secuelas-, y se centra en el día a día de estos muchachos: sus borracheras, peleas con pandillas rivales, sus líos de faldas, etc... encerrando una seria reflexión sobre los cambios no sólo generacionales y el paso a la edad adulta, sino arrojando una reflexión a la cerrazón de ciertas minorías raciales frente a los profundos cambios que sacudían al país. Más críptica en algunos momentos que el resto de films de nostalgia, se alza como la más destacable de las cintas que cogieron el testigo de American Graffiti.

En su genial banda sonora destaca, por descontado, el tema doo-wop "The Wanderer" de Dion & the Belmonts. Y en su reparto veíamos también a una joven Karen Allen y a la menuda Linda Manz, la irrepetible Cebe de Caído del cielo (Out of the Blue, Dennis Hopper, 1980).

Diner (Diner, Barry Levinson, 1982).

Casi una década después del estreno de American Graffiti, Barry Levinson transitaba senderos similares con Diner. Más dramática que aquélla y la mayoría de films afines, contó en su juvenil cast con un puñado de rostros que destacarían en distintos géneros en la década de los ochenta: Steve Guttenberg, Mickey Rourke, Kevin Bacon, Daniel Stern o Ellen Barkin.


Alfonso & Miguel Romero

viernes, 9 de mayo de 2025

La Cripta de los Condenados: Carlos Cañeque

 

Si hace unos días teníamos en Les Danses Macabres el placer de entrevistar al polifacético Carlos Cañeque, ahora volvemos a contar con su presencia y lo bajamos a la Cripta de los Condenados para que nos comente sus contactos con el fantástico y el terror.

¿Cuál fue el primer referente que recuerdas en el fantástico y el terror?

Drácula.

¿En el terreno cinematográfico, cuál es tu director favorito del género?

Si este género puede admitir El resplandor (1980), La noche del cazador (1955) y El exorcista (1973), yo las elegiría como las que más me han aterrorizado.

¿Y quiénes son tu actor y actriz preferidos que han despuntado en el mismo?  

 Jack Nicholson y Shelley Duvall.

¿Cuál destacas como tu película de terror predilecta?

Insisto: El resplandor

¿Universal o RKO? ¿Hammer o Amicus?

RKO. Hammer.

¿Cuál es tu subgénero favorito dentro del terror y el fantástico?

Una comedia como El baile de los vampiros (1967) me parece estupenda.

¿Casan bien el terror y el erotismo?

Sí, el Marqués de Sade es el gran maestro...

¿Cómo ves el género en los últimos años?

No conozco lo suficiente para responder honestamente a esta pregunta.

¿Cuál es la película más salvaje y gamberra que recuerdas?

Saló o los 120 días de Sodoma (1975), Henry, retrato de un asesino (1986) y Funny Games (1997) de Haneke. 

¿Cuál es tu escritor favorito del género?

Dashiel Hammett.

¿Cuál sería tu grupo o solista musical favorito dentro del fantástico y el terror?

El Bela Vartòk de El resplandor.

¿Cuál es tu comida favorita? (puedes indicar hasta tres platos distintos) ¿Y la bebida?

La paella.

¿Crees en el más allá? ¿Piensas que hay algo más que este mundo?

No, creo que cuando morimos se termina todo. Soy un agnóstico recalcitrante...



Triste Muerte y Otras Penas (Poema II)


II 

 Te cerraron los ojos

 Que aún tenías abiertos

 Te cubrieron la cara y te metieron 

 En esa maldita caja

 Te cerraron las puertas 

 Tu ataúd ahora es tu cama.

 Te entregaron bajo la arena 

 De esas tierras sagradas

 Ese es tu reino

 Esa es tu morada

 El mundo de los muertos es ahora

 Tu tierra soñada.


Poema sacado de mi libro Triste Muerte y Otras Penas, 2012 Malina Murnau

Foto de Malina Murnau.

martes, 6 de mayo de 2025

Entrevista a Carlos Cañeque

 

Carlos Cañeque es un autor multidisciplinar en el mundo del arte, todo un hombre del Renacimiento: escritor, articulista, director de cine, actor, pianista y profesor universitario de Teoría Política. Siempre ligado al mundo de la cultura. En su haber tiene tres estupendos films y cinco novelas (con Quién, su primera novela, ganó el premio Nadal en 1997). También ha obtenido con sus trabajos diversas distinciones, como haber sido elegido en la Sección oficial del Festival de cine de Málaga 2011 por Queridísimos intelectuales (del placer y el dolor), y en el Festival Internacional de Sitges 2015 y en el de Mar del Plata 2015 por Sacramento. Es miembro de la Biblioteca Quijotesca Espéculo desde 1997.

Carlos Cañeque nace en  Barcelona en 1957, se licenció en Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid y en Sociología y Ciencias Políticas en la Complutense de esta misma ciudad. Realizó un máster en la Universidad de Yale, previo a su tesis doctoral sobre la religión en la sociedad norteamericana y a su publicación Dios en América: Una aproximación al conservadurismo político-religioso en los Estados Unidos (Península 1988). Durante treinta años fue profesor titular de Teoría Política en la Universidad Autónoma de Barcelona. En 1995 publica un libro de entrevistas sobre Jorge Luis Borges, Conversaciones sobre Borges (Destino, 1996). También tiene publicados un libro sobre Berlanga y otro sobre el polémico pensador Emil Cioran. Del libro sobre Borges saldrá su novela primigenia premiada con el Nadal en 1997. Su segunda novela, Muertos de Amor, fue llevada al cine en 2013 por Mikel Aguirresarobe.

Como director de cine cuenta en su filmografía con cuatro obras: el cortometraje Carisma (1982) y los largometrajes Queridísimos Intelectuales (del placer y el dolor) (2011), La Cámara Lúcida (2012) y Sacramento  (2015). Todas están disponibles en la plataforma Filmin. Precisamente ahora se acaba de editar un segundo y estupendo álbum perteneciente a la banda sonora de su película Sacramento, titulado Sacrilegio. También ha escrito un montón de ensayos y artículos e incluso tres libros infantiles. Ahora está trabajando en Quiero cantarles mi vida, una obra de teatro musical con el cantante (bajo operístico) Stefano Palatchi. Palatchi cantó durante más de treinta años en los mejores teatros del mundo con Plácido, Montserrat Caballé, Josep Carreras y muchos otros.  

Hecho este escueto resumen a la obra de Carlos Cañeque procedemos a publicar una entrevista, siendo todo un honor tenerlo aquí para nosotros.

Tu nuevo disco, Sacrilegio, es la banda sonora de tu película Sacramento, ¿podrías decirnos, a la hora de componer, si te influyen más las bandas sonoras o qué autores puedes citarnos como influencias?

Creo que las verdaderas influencias son casi siempre inconscientes para un autor. Cuando escucho las composiciones de los veinte temas de piano que hay en Sacrilegio juego a pensar en las influencias que pude tener cuando me fueron saliendo una melodía, un ritmo o un acorde. Desde la mayor humildad, a veces creo que me he querido acercar un poco al compositor catalán Federic Mompou, otras a los acordes atonales de Thelonious Monk. Además de los grandes del jazz, Gershwin, Stravinski y Bela Bartòk son tal vez los compositores que más escucho hoy. Pensar en estos grandes autores es una tentación tan osada como temeraria. Un sacrilegio. Es curioso cómo el tiempo crea trayectorias musicales en cualquier persona. En mi adolescencia adoraba el rock progresivo y Keith Emerson era mi dios en el piano. Me alegra saber que Emerson, Lake y Palmer dejaron huellas en España, como muestra la reciente y estupenda publicación de una grabación de aquella época del grupo Altair, con Isabel Muniente al piano y Alfredo G. Arcusa en la percusión. Cuando lo descubrí en internet me hubiera jugado una mano a que eran Emerson y Palmer. El autor de bandas sonoras para cine que más me gusta es Nino Rota. Musicalizó casi todas las películas de Fellini, quien me parece el director más artístico que ha existido en toda la historia del cine.     

A mí me gusta mucho en tu música, esa personalidad que imprimes al piano, y noto cierto aire de música oscura que va fenomenal para tus películas. Creo que Sacrilegio contiene grandes temas como "Las rameras de Jericó juegan al tenis con una lentitud exasperante", "Esencias metafísicas del Concilio de Trento" o "Judas fue un tipo estupendo absolutamente necesario para la Redención", que refuerzan el mensaje irreverente de tu obra cinematográfica y novelística.

 Fui a un colegio del Opus Dei y creo que eso me marcó mucho. Dejé de ser creyente a los diez años pero me quedó grabada la estética del catolicismo, la música de las iglesias, el miedo al infierno, la desconcertante figura de un dios sangrante y crucificado y al mismo tiempo infinito, la virginidad de María, los ritos de la Iglesia que siempre me han parecido representaciones teatrales, el sexo como pecado, etc. En el bachillerato leí Por qué no soy cristiano de Bertrand Russell y decidí hacer la carrera de Filosofía. Luego me llegó el descubrimiento de la ironía con base en la religión católica en autores de la tradición española como Valle Inclán, Jardiel Poncela, Buñuel, Berlanga, Arrabal, Boadella y, sobre todo, en la cultura latinoamericana, como Borges, que es el centro de la novela Quien con la que gané el premio Nadal en 1997. El catedrático suizo Marco Kunz, que escribió más de cuarenta páginas sobre esa novela en un libro, me invitó a Lausana para participar en un congreso sobre la “metaficción” y me pidió que hablara de la relación entre mi novela Quien y mi película La cámara lúcida. En aquella conferencia expliqué que mi película es una libre versión cinematográfica de mi novela. En mis películas y en mis novelas siempre hay grandes dosis de “metaficción” porque siempre hay un protagonista que quiere hacer la novela o la película que estamos leyendo o viendo. “En todo lo que hace Cañeque, sean novelas o películas” señala Kunz en su sesudo artículo “el proyecto termina coincidiendo con el producto”. Mis películas y mis novelas buscan ese camino, esa ironía que juega a meter la realidad en la ficción, y que ya está en El Quijote cuando el protagonista se entera en la segunda parte de que se ha escrito una novela muy exitosa sobre él. Por cierto, estoy convencido de que Cervantes, cuando imaginó su personaje universal, estuvo mucho más influido por Jesús de Nazaret que por los libros de caballerías. Jesús y don Quijote se parecen mucho. Los dos salen a “predicar” en lugares públicos un proyecto ético, y los dos fracasan al recibir una hostilidad social muy contundente. A uno lo crucifican, al otro le tiran piedras y lo golpean. Esa semejanza ya la señaló Unamuno. Los títulos de Sacrilegio son largos porque pretenden ser aforismos que ironizan sobre el catolicismo.


 ¿Cómo piensas a la hora de componer estas melodías, como obras sueltas u obras perfectamente diseñadas para encajar en las películas?

Creo que soy un compositor muy insólito por el hecho de no haber estudiado música en absoluto. No puedo leer ni escribir una sola nota, ni acompañar al piano la canción más simple. Solo puedo tocar lo que compongo. Y lo que me sale lo tengo que memorizar, y es muy difícil que lo recuerde al día siguiente. Comencé a aporrear el piano desde niño y ya me salían algunas melodías que me aprendía de memoria. Nunca pude con el solfeo ni con los ejercicios básicos de piano. Me divertía más jugando con el piano de tú a tú. Por eso soy un compositor analfabeto. A veces, para consolarme, pienso que una educación musical convencional tal vez me hubiera alejado de la composición. Las piezas musicales de Sacrilegio me salieron sueltas, no estaba pensando en escenas concretas de mis películas. Quería, eso sí, como tú dices muy bien, buscar la atmósfera oscura que para mí tiene toda la cultura del catolicismo.  

Tu obra es transgresora y creo que esta banda sonora refuerza ese concepto. Es de agradecer esa música de piano que le da la fuerza y el ambiente perfecto a un film como Sacramento, pero que así mismo es un disco que se puede oír y disfrutar al margen de la película.

En mis películas he utilizado fragmentos de unos segundos, nunca he colocado un tema entero. En general, en cualquier tema entero, incluso de los grandes compositores clásicos, suele haber una estructura parecida a la estructura narrativa del cine o las novelas. Hay un planteamiento (que en la música sería la presentación de la melodía), un desarrollo (que serían las variaciones de la melodía, el juego de encontrar otros senderos, otras “submelodías” que, en el caso del jazz, serían los solos instrumentales) y un desenlace (en el que se vuelve a la melodía del principio para luego encontrar un final). El cine no es el mejor medio para escuchar música porque ésta siempre está al servicio de la escena, a veces durante unos pocos segundos. Las composiciones pensadas para tener un principio y un final es mejor escucharlas sin imágenes, con los ojos cerrados y enteras. Creo que en la ópera, que fue concebida como un intento de hacer el arte total, la música también está, en gran medida, al servicio de la escena y de los diálogos entre personajes. De alguna forma, Puccini o Verdi estaban más condicionados que Beethoven, eran menos libres. A veces pienso que la ópera se ha convertido en un museo del pasado. Qué pocas óperas de compositores del siglo XX o XXI aparecen en los programas de los grandes teatros de ópera del mundo. Un arte que vive del pasado es un arte muerto. Del cine musical solo me parecen obras maestras Singin in the Rain y West Side Story.

Desde 1985, que publicaste tu primer disco Mi ego lo perdí en Bahía, me imagino que por tus múltiples facetas académicas y artísticas que te mantienen ocupado, no has sacado hasta este 2025 un nuevo CD. Tu concepción de la música a la hora de componer ¿ha evolucionado o variado mucho en estos cuarenta años?

Creo que el conocimiento musical es acumulativo. En esos años he cambiado algunos gustos y he descubierto otros compositores y músicos. En la memoria quedan registradas nuevas músicas y, al mismo tiempo, éstas comienzan a dialogar con las anteriores. Las plataformas musicales como Spotify han revolucionado las posibilidades de acceso a la música. Hoy se puede escuchar toda la música desde todas las ubicaciones del planeta. En internet he conocido a cientos de músicos que acaso no hubiera alcanzado a escuchar nunca. Creo que mi nuevo disco está más elaborado que el publiqué en 1985.    

Personalmente este estilo de composiciones para piano me apasionan. ¿Crees que hay mercado para este tipo de música?

Con la revolución de internet y las plataformas musicales se produce una paradoja. Por un lado suponen una democratización sin precedentes al permitir acceder gratis a miles de millones de personas. Esto facilita que las grandes figuras que llenan estadios se popularicen más rápido y arrasen con otras propuestas menos masivas. Pero por otro lado, estas plataformas permiten un espacio, a veces ínfimo, a otras propuestas como la mía. Los CD, como producto comercial, prácticamente han desaparecido y ahora tenemos un océano de posibilidades musicales en internet. El problema de buscar buena música en ese océano es el criterio de selección. Es muy difícil que un joven seleccione a un compositor como Stravinski o a un pianista de jazz como Brad Mehldau sin una previa evolución auditiva musical. Creo que en los colegios se deberían fomentar asignaturas de música como parte troncal del plan de estudios. Y no haría falta que se enseñase mucho solfeo. Con escuchar música muy alejada del imperio del reguetón ya habríamos ganado mucho.

Háblanos un poco de tu filmografía, ¿de dónde salen tus ideas?

Tanto en las novelas como en la películas y las piezas musicales las ideas me surgen en un momento concreto. Muchas veces comienzo algo que luego abandono. Los tres largometrajes que he dirigido son muy distintos. El primero, Queridísimos intelectuales (del placer y el dolor) es un documental en el que entrevisto (sin aparecer nunca yo) a un grupo de personas muy distintas, entre las que están Santiago Carrillo, Elena Ochoa, Xavier Ruber de Ventós, Javier Tomeo y Fernando Savater. Quería huir de la entrevista periodística y buscar un clima que a los entrevistados les permitiera ser espontáneos para hablar sobre placer y el dolor. Mi modelo era El desencanto de Chávarri. En La cámara lúcida empiezo a actuar haciendo seis papeles distintos. El historiador del cine Román Gubern dijo que esta película le parecía “una joya por el montaje y la estética”. Todo eso se lo debemos a un genio que se llamaba Andrés Bujardón. Murió de ELA poco después de terminar el montaje de La cámara lúcida. Sacramento es una producción un poco más grande, con actores estupendos como Fermí Reixach y Tony Corvillo. Allí intento contraponer la figura (originariamente española y luego universal) de don Juan con la de un sacerdote católico que pierde el juicio y se hace bocadillos de pan con tomate y hostias… Un aspecto que considero importante en las tres películas es el estético: en las tres he rodado casi todo en croma, lo que me ha permitido utilizar el blanco y negro para los entrevistados o actores y el color para los fondos. En esto he tenido la suerte de contar con la artista Maite Grau. Solo en Queridísimos intelectuales aparecen 202 cuadros abstractos suyos. Nunca repetimos un solo cuadro. Cada plano tiene un cuadro distinto. Y hay una progresión hacia los colores oscuros en la medida que se habla de la enfermedad y la muerte. La aportación de Maite Grau (y la de  Andrés Bujardón como montador y director de fotografía en las dos primeras) definen la estética de las tres películas.  

¿En qué piensas para crear tus personajes y darles esa impronta tan especial?

Creo que para que me surjan personajes en las novelas a veces pienso en Galdós, Clarín, Baroja, Borges y otros. Los personajes de películas me salen más histriónicos y locos, por eso mis referencias son Berlanga, Buñuel y Fellini. Es curioso que el surrealista Buñuel hiciera tres películas basadas en el realista Galdós. Tristana y Nazarín son claras adaptaciones, y Viridiana también está inspirada en una novela de Galdós. En literatura he estado muchos años obsesionado con Borges. Siempre tomo notas cuando leo novelas y veo películas. Soy bastante metódico en eso. Por otra parte, creo que la mayoría de los personajes que crea cualquier autor los saca de la realidad que le rodea, e incluso de sí mismo. Toda obra literaria se nutre en gran medida de fuentes autobiográficas. La película que me hizo arrancar en Sacramento es Ordet (La palabra) de Dreyer. Allí, como en Sacramento, hay un religioso que se vuelve loco y da discursos a los árboles del bosque. 

Pregunta obligada: directores favoritos de cine y cuáles te han marcado más.

 Entre las últimas generaciones, admiro mucho el cine americano de Woody Allen, Scorsese y Coppola.  También me gustan mucho casi todas la películas de Polanski. Bergman me parece un gran autor, sobre todo por los guiones que escribió para todas sus películas. Pero insisto, Berlanga, Buñuel y Fellini me parecen más próximos a la hora de pensar en posibles argumentos o personajes. Si tuviera que elegir tres películas de la historia del cine creo que elegiría Los olvidados de Buñuel, El verdugo de Berlanga y Fellini 8 1/2.

¿Qué nuevos proyectos tienes en mente?

Desde hace un año tengo paralizada una novela en la que juego a imaginarme a nuestra princesa Leonor (un trasunto de ella llamada Leonela que vive en un país que se llama Extraña) con la edad de treinta años. Se ha enamorado de un guardaespaldas y se fuga con él a Brasil. Y allí la secuestra el guardaespaldas, la encierra y pide un rescate… Ahora estoy trabajando en el texto y la dirección de un musical teatral. Se titula Quiero cantarles mi vida. Un único actor y cantante, Stefano Palatchi, contará y cantará su vida. Palatchi fue uno de los mejores bajos operísticos del mundo y cantó en todos los grandes teatros con Plácido, Montserrat Caballé, Josep Carreras y muchos otros. El espectáculo alternará su monólogo con los trozos de arias que más ha cantado en su vida. Creo que su vida ha sido muy interesante y épica. Escribir juntos el texto fue muy especial porque él es quien ha vivido todo lo que cuenta, y yo lo quiero llevar a la literatura y cambiarlo un poco, aunque algunos detalles no sean verdad. Él prefiere contar la verdad y, como tiene cierto pudor, algunas cosas que me parecen dramáticamente muy potentes de esa verdad las quiere omitir. Dirigirle es repetirle muchas veces que tenemos que conseguir la mayor naturalidad posible, que no parezca que hay un texto escrito. A veces prefiero cuando improvisa sin seguir el texto al pie de la letra. Creo que quedará bien. En mi errática trayectoria me quedaba la experiencia del teatro. Estoy en ello, ja ja ja. Bueno, Alfonso Carlos, muchas gracias por la entrevista.   

Alfonso Carlos López


sábado, 3 de mayo de 2025

Mis tres favoritas de... Paul Naschy

 

Malina Murnau

"El huerto del  Francés" (Jacinto Molina, 1978).

Para mí su mejor película, su mejor interpretación sin duda alguna. Con María José Cantudo y Ágata Lys. Con direción a cargo del mismo Naschy. Basada en hechos reales. Disfrutable hoy en día. Mi favorita de él.

"El jorobado de la morgue" (Javier Aguirre, 1973). 

Y esta va en el segundo puesto de cabeza. Es verdad que ha envejecido peor que la primera que nombro, pero le guardo un cariño especial. 

"O Apóstolo" (Fernando Cortizo, 2012).

Aquí pone la voz a uno de los personajes. Una verdadera joyita. Me encanta.

Por nombrar algunas otras: "Aquí huele a muerto... (¡pues yo no he sido!)", de 1990, me lo paso pipa. Lo reconozco, me encanta Martes y 13 y fan total de Millán Salcedo. "El caminante", de 1979, es otra pequeña perla. 

Pero tengo que decir que las películas de Naschy han envejecido fatal. A veces es mejor dejarlas en el recuerdo, ya que volví a ver algunas películas de él y no podía con ellas. Me parecían aburridas y lentas. Pero le tengo todo el respeto del mundo.


Alfonso Romero

“El mariscal del infierno” (León Klimovsky, 1974).

Al año siguiente de “El espanto surge de la tumba”, Naschy volvía a fijarse en la figura de Guilles de Rais para confeccionar el personaje protagonista (qué por supuesto encarna él mismo) de “El mariscal del infierno”, un muy entretenida y disfrutable cinta de aventuras con regusto a los clásicos hollywoodienses de capa y espada.

“El carnaval de las bestias"/ "Zangyaku! Kyôen no yakata” (Jacinto Molina, 1980).

Promocionada como la primera coproducción entre España y Japón, Naschy volvía aquí a transitar por parajes y situaciones antes vistos en varias de sus propuestas. Pero ahora, como en otras de sus cintas de finales de los setenta y de los ochenta, cargando la historia y especialmente su desenlace con más vitriolo, legándonos una interesante muestra del denominado Spanish Gothic.

Recuerdo que de niño la primera vez que vi su impactante portada fue en un número del Famosos Monsters que editaba por estos lares la editorial Garbo.

“La maldición de la bestia” (Miguel Iglesias, 1975).

Tras enfrentarse con vampiros e incluso con el mismísimo Dr. Jekyll, Jacinto Molina/Paul Naschy decidió que su personaje más icónico, el hombre lobo Waldemar Daninsky se encontrara con el Yeti en esta producción de la Profilmes que aboga más por el cine de aventuras que por el del fantaterror más canónico. Dirigía con oficio Miguel Iglesias, un habitual de la productora y con quien nuestro homenajeado ya había trabajado anteriormente. Obteniendo un mejor acabado que otras películas de Naschy más famosas y reputadas. En el Reino Unido “La maldición de la bestia” tuvo el dudoso honor de estar en la lista de las prohibidas “Nasty Movies” del gobierno de la Tatcher.

Miguel Romero

Quentin Tarantino, quien escribió el prólogo para la edición internacional de las memorias de nuestro hombre lobo fílmico más famoso, se lamentaba tras el óbito de éste que ya nunca podría trabajar con su ídolo.

Jacinto Molina, actor, guionista y director, sigue siendo uno de nuestros más recordados iconos del terror patrio.

“Rojo sangre” (Christian Molina, 2004).

Resultó agradable e incluso sorprendente ver en pantalla grande ya en los 2000 una película protagonizada por Naschy.

Podríamos decir que es “El aullido del diablo” del nuevo siglo. Si en aquella era un grito de rabia al verse olvidado por la industria y menospreciado por la crítica de su propio país, en “Rojo sangre” arremetía contra los famosillos de los programas del corazón que por acostarse con alguien conocido ya conseguían papeles en el cine que a él le estaban vedados. Así como a los nuevos y jóvenes directores que ni le conocían ni le guardaban el mínimo respeto.

Aunque el propio Naschy dijo en el programa de televisión Lo + Plus que no tenía nada de autobiográfico, lo cierto es que sí lo tiene, y mucho. Pero resulta demasiado cruel para reconocerlo.

Primera película dirigida por Christian Molina, quien no guarda parentesco alguno con nuestro homenajeado.

Contó con portada y artbook obra de Alfonso Azpiri.

“La noche del ejecutor” (Jacinto Molina, 1993).

Durante muchos años la única manera de ver este filme era en las madrugadas de Antena 3, que, como era (y es) norma en esta cadena, o al final no la emitía o empezaba hora y media más tarde de la hora prevista. Afortunadamente Filmax la editó en DVD y la pasó por distintos canales y plataformas.

Rodada con poco presupuesto en unos años en los que nadie se acordaba de nuestro hombre. Éste recuperaba a las hermanas Valverde (a quienes ya dirigió tres años antes en la inédita “Horror en el museo de cera”) y le acompañan también Manuel Zarzo y la hoy olvidada Adriana Vega.

Traslación a la española de las películas de vigilantes urbanos tan propias del cine usamericano de los años 70 y primeros 80. Tachada de reaccionaria, hoy día resulta mucho más disfrutable en estos tiempos tan mojigatos.

“El carnaval de las bestias"/ "Zangyaku! Kyôen no yakata” (Jacinto Molina, 1980).

La primera coproducción entre España y Japón, como le gustaba recordar a Naschy, aquí en el papel de un despiadado asesino que irá mostrando su lado más humano… por desgracia para él. 

Crítica con nuestro país, excesiva y bizarra, contó con actores habituales de las coproducciones como Tito García, Ricardo Palacios o el entrañable Luis Ciges.

Jesús Manuel Molina Pérez

Siendo sincero al 100% reconozco que mantengo una especie de relación amor-odio con el cine de Paul Naschy porque sus películas o me gustan mucho o me parecen ridículas. No logro encontrar un punto medio. De toda su filmografía las que realmente me gustan son aquellas en las que no hace de hombre-lobo y en las que también se sentó en la silla de director.

“El carnaval de las bestias"/" Zangyaku! Kyôen no yakata” (Jacinto Molina, 1980).

Mi película favorita de Naschy, aunque la historia con sus giros y algunas ideas nuevas sea poco más que un reciclado y una actualización de “Los ojos azules de la muñeca rota” y que parcialmente volverá a usar en “El aullido del Diablo”. La música enlatada de la Cam que incluye la versión psicodélica de “Dies Irae” de Morricone en los títulos de crédito está perfectamente sincronizada con las pinturas que aparecen en pantalla. Julia Saly sale más guapa que en ninguna otra peli y los actores japoneses eran habituales de las teleseries niponas de entonces. Es una película que no aburre, que empieza como una película de acción y termina como una película de caníbales tras pasar por el suspense, el cine de fantasmas y casas encantadas, el gore etc, etc.

"El huerto del Francés" (Paul Naschy, 1977).

Naschy se adelantó a la crónica negra y a, como lo llaman ahora, al true crime con esta historia basada en unos crímenes reales ocurridos en Peñaflor (Sevilla) entre los últimos años del siglo XIX y los primeros del siglo XX. Suciedad, subdesarrollismo, pasiones desatadas y resueltas de la peor manera. Naschy demostró con esta película que no tenía nada que envidiarle como cineastas como Pilar Miró y su futura “El crimen de Cuenca” o a Ricardo Franco y su anterior “Pascual Duarte”. La obra maestra de Naschy.

“El caminante” (Paul Naschy, 1979). 

Siguiendo la estela de éxitos de corte erótico con ambientación medieval que arrasaba en Italia y en España como aquellos ladrillos de Pier Paolo Passolini y sus imitadores o productos nacionales como “El libro del buen Amor” o “La lozana andaluza”, Naschy nos ofrece su granito de arena añadiendo un componente fantástico dando vida al mismo demonio transfigurado en humano y sus correrías por la España de los Reyes Católicos. Una película de su época que figura entre sus mejores trabajos.

Mención especial para "La bestia y la espada mágica" que supuso la primera película española donde salen ninjas en pantalla. Lástima que se haga tan pesada en algunos momentos.

Eduardo Álvarez Cónsul

"La marca del hombre lobo"/"Die Vampire des Dr. Dracula" (Enrique López Eguiluz, 1968).

Esta sería la película que lanzaría a la fama nacional e internacional a Paul Naschy, que se cambió su nombre de Jacinto Molina a Paul Naschy para el mercado internacional y para no tener problemas con la censura franquista de la época en el reparto. Aparecen las hermosas Dyanik Zurakowska y Rossana Yanni y todo un clásico del cine de terror español que fue el actor vasco Julián Ugarte.

"El huerto del Francés" (Paul Naschy, 1977).

Esta sería una de las películas más conseguidas de Paul Naschy, ambientada en el siglo XIX en la localidad sevillana de Peñaflor y basada en hechos reales. En el reparto aparecen algunas bellezas nacionales y estrellas del destape como María José Cantudo, Ágata Lys y Silvia Tortosa, y actores secundarios como José Calvo, Luis Ciges  y José Nieto.

"El francotirador " (Carlos Puerto, 1978).

En esta película Paul Naschy es Lucas, un relojero viudo que vive en un pueblo del norte de España. Su hija cuando se dirige al colegio es asesinada por error por los escoltas de un ministro de Franco en visita oficial y Lucas decide vengarse entrando en un grupo terrorista para asesinar al mismísimo general Franco. Se dirige a Madrid y mientas se hospeda en la capital y planifica el atentado conoce a dos hermosas prostitutas que son la gran Eva León y Blanca Estrada, con esta última tendrá un idilio amoroso mientras va a atentar contra el dictador. En el reparto aparecen Elisa Montes y Carmen de Lirio.

El film se rodó y estrenó en la época de la Transición democrática y eso hizo que el director y los protagonistas fueran amenazados por grupos de extrema derecha.

Joanna

“El caminante” (Paul Naschy, 1979). 

Fábula moral, relato picaresco y versión a la española de las comedias picantes “decamerónicas” que se habían puesto de moda desde Italia tras la llamada “trilogía de la vida” de Pier Paolo Pasolini. Incluyendo la cinta una serie de situaciones y desnudos que no podían haberse rodado pocos años antes y siendo en comité de censura clasificada “S”. La misma portada ya llamaba la atención de todo esto, con el trasero de una moza (Blanca Estrada) luciendo una cruz invertida marcada en sus prietas carnes.

El Diablo se hace humano para sembrar el mal en la Tierra y será al final él mismo quien se lleve la peor parte. “Señor, por qué diste tu vida por estos cerdos” le dirá un crucificado Maligno a Dios en una sentencia que no mira con buenos ojos a la raza humana.

"El espanto surge de la tumba" (Carlos Aured, 1973).

Curiosa cinta de terror donde Paul Naschy da vida a Alaric de Marcac, trasunto de su admirado Gilles de Rais, y cuenta con un atractivo reparto por donde también se pasean Emma Cohen (su breve paso por el fantaterror es de lo más jugoso), Luis Ciges, María José Cantudo y la siempre guapísima Helga Liné. Buscad la versión internacional con los desnudos íntegros, mucho más disfrutable.

"Último deseo" (León Klomovsky, 1976).

León Klimovsky fue uno de los directores que más trabajaron con Paul Naschy, y responsable de algunos de sus trabajos más celebrados. Un realizador más que eficiente que cuenta además con otras perlas dentro del fantaterror.

"Último deseo", un proyecto que dio muchas vueltas antes  de caer en manos de este director argentino, es más una cinta de ciencia ficción que de terror en sentido estricto. Una cinta más bien coral, aunque con mayor protagonismo de Alberto de Mendoza, donde Paul Naschy interpreta a un tipo despreciable de nombre Bonne que, para mí, es uno de sus mejores papeles.

Fernando Rodríguez Tapia

"La marca del hombre lobo"/"Die Vampire des Dr. Dracula" (Enrique López Eguiluz, 1968).

Título clave en la historia del fantaterror que supuso la presentación de Waldemar Daninsky. Una película que sigue manteniendo su encanto gracias a la correcta plasmación plástica del tono retro abiertamente pulp del libreto escrito por el propio Paul Naschy. Por lo demás a destacar ese logrado ambiente europeo donde inesperadamente se enfrentarán vampiros y hombres lobo en mansiones aisladas, lóbregos subterráneos y bosques tan animados como los que ideó Wenceslao Fernández Florez. Destacable reparto donde se dan cita presencias relevantes como José Nieto, Julián Ugarte, Aurora del Alba, Rosana Yanni, Carlos Casaravila o la encantandora Dyanik Zurakowska. Sería interesante rescatarla en pantalla grande y en 3D. 

“Inquisición” (Jacinto Molina, 1976).

La ópera prima como director de Paul Naschy encarnando con su habitual intensidad descontrolada al inquisidor Bernard de Fossey, implacable cazador de brujas que acabará seducido (no podía ser de otra forma) por una de sus víctimas. Un film preferible a otras obras más reputadas de Jacinto Molina como realizador que destaca por su correcta construcción narrativa, su efectiva ambientación y su reparto donde destacan las presencias de Daniela Giordano, Tony Isbert, Juan Luis Galiardo, Tota Alba, Monica Randall, Julia Saly, Eduardo Calvo, Eva Leon, Loreta Tovar y Antonio Iranzo. Un film curioso y a su manera estimable incluso para los que no somos acérrimos seguidores del actor.

“Paul Naschy: Memorias de un hombre lobo (Jacinto Molina, 1997)”.

Había pensado concluir con otra película de su filmografía como la singular “La bestia y la espada mágica” (1983) o alguna de las que le dirigió Carlos Aured. Sin embargo, he querido traer aquí el libro de memorias que publicó a finales de los noventa en un momento donde su figura permanecía en un cierto olvido y los intentos por rescatarle no llegaban a fraguar por diversos motivos. En este volumen, Jacinto Molina hace recuento de su vida contando los principales avatares de su trayectoria, no escondiendo algunas de sus derivas y ajustando cuentas con diversas personas que se encontró a lo largo de su vida profesional. El libro como tal es un buen documento de su personalidad, sin embargo lo que subyace de él en ocasiones no es precisamente positivo. Posteriormente se publicó otro libro biográfico a cargo de Ángel Agudo (“Paul Naschy, La máscara de Jacinto Molina”, 2010) donde se limaban ciertas asperezas. Una curiosidad: recuerdo que la autobiografía de Paul Naschy la encontré casualmente para mi sorpresa en el rastro vallisoletano pocos meses después de su publicación. La posterior lectura me hizo pensar que quien se deshizo de él tuvo menos paciencia con las azarosas desventuras de su protagonista que las que yo tuve.

Carlos Enríquez

Bajo el seudónimo internacional de Paul Naschy se escondía Jacinto Molina, un hombre muy polifacético: culturista, guionista, actor, director y gran introductor del cine de terror en nuestro país. En una España gris y censurada, él se atrevió a mostrar hombres lobo, vampiros, brujas y demonios a pesar de que el público prefería el wéstern o la comedia ligera. Como he mencionado, fue campeón de España de halterofilia en su juventud, algo que terminó ayudándole en su carrera, no era fácil encontrar actores con el físico adecuado para convertirse en monstruos clásicos.

En primer lugar, elijo "La noche de Walpurgis" (León Klimovsky, 1971). Esta fue la primera película que vi de Naschy de manera consciente, aunque fue ya a mediados de los 90. Naschy había encarnado con anterioridad al licántropo Waldemar Daninsky, pero para mí esta cinta fue la primera, y lo confirmó como un icono del fantaterror, ese subgénero que mezclaba vampiros, destape y lo sobrenatural con sabor cañí; serie B, sí, pero con mucho encanto, y en un momento en que este tipo de cine no se tomaba en serio en España. 

En segundo lugar, escojo: "Comando Txikia" (Muerte de un presidente) (José Luis Madrid, 1976): Siempre me ha interesado el cine de corte político. Aquí Naschy cambia de registro para narrar el atentado de ETA contra Carrero Blanco. Esta cinta pasó algo desapercibida, fue mucho más reconocida "Operación Ogro" (Gillo Pontecorvo, 1979), que abordó el mismo hecho histórico con mejores medios. 

En tercero, por ser la más reciente en la que yo haya visto a Naschy, señalo el díptico formado por "La herencia Valdemar" y "La herencia Valdemar II: La sombra prohibida", (José Luis Alemán, 2010). Paul Naschy es Jervás, el mayordomo, y forma parte de un proyecto ambicioso que pienso que intentaba darle fuerza al cine fantástico patrio. El diseño de producción y los ambientes están muy logrados, aunque recibió muy malas críticas. Contar con Naschy fue un acto de justicia cinematográfica, él no la vería estrenarse, pues falleció un año antes.

David Suárez Sánchez

"La noche de Wañpurgis" (León Klimovsky, 1971).

Paul Naschy siempre será recordado como nuestro querido hombre lobo, historia del fantaterror. En está película su interpretación es magistral conviertendo a Paul en un actor del género de terror, gran película con interpretaciones maravillosas y ambientaciones increíbles teniendo en cuenta los presupuestos del cine español en esa época, con una gran dirección, esta película está entre las favoritas de muchos críticos de cine de terror 

"El huerto del Francés" (Paul Naschy, 1977).

obra maestra del cine español que hoy en día sigue teniendo un gran reconocimiento. Incluso hace un par de años por su aniversario volvió a proyectarse en el festival internacional de cine de terror de Sitges. Como siempre Paul Naschy tuvo una interpretación magistral en una película que ha llegado a convertirse en un éxito también a nivel internacional, película que te mantiene pegado a la televisión de principio a fin, está en mi top ten de mis películas de terror preferidas 

“La noche del ejecutor” (Jacinto Molina, 1993).

Aquí Paul Naschy se aleja de su personaje que le saltó a la fama, el hombre lobo. Es una película que por desgracia hace años que desapareció tanto a nivel físico como de streaming, y es una pena porque para mí es un thriller maravilloso donde Paul hace una gran interpretación. Esperemos que algún día vuelva a ver la luz y podamos todos disfrutar de esta maravilla.

Susanna Annasus

Su nombre real era Jacinto, pero como era un gran profesional vamos a respetar el nombre utilizado para su trabajo como es Paul Naschy. Lo único que pudo con este gran hombre fue el cáncer de páncreas tristemente.

Era un hombre con una extraordinaria anatomía, realizaba halterofilia y fue campeón de España en 1958, seleccionado también para competiciones Europeas. Pero aparte era director, actor, guionista. Trabajó en más de 100 películas y series, en 39 como guionista y 14 como director. Obteniendo también premios por su trabajo, en Sitges obtuvo premio al mejor actor en 1975, donde Paul Naschy fue una persona muy importante a la contribución de la creación del Festival de Sitges. En 2001, obtuvo medalla de oro al mérito en las bellas artes.

Sin duda para todos nosotros el mejor interprete de hombre lobo. Así es cómo lo conocí, y con el tiempo supe quién era realmente. Voy a tener difícil elegir mis tres o más favoritas de él. Pero trataré desde mi humilde posición compartir aquí como los demás compañeros cinéfilos.

Como el licántropo Waldemar Daninsky, en "La marca del hombre lobo", de 1968. Dirigida por Enrique López Eguiluz y el guion de Paul Naschy. Va a crear el género en España de Fantaterrorifico. Digamos que forma parte de esas películas serie B de terror clásico. Maravillosas las escenas, los efectos y más siendo de la época que era. Su transformación, la interpretación que hace él de este personaje, a partir de esta interpretación Paul Naschy realiza 11 representaciones más de este personaje, Waldemar Daninsky. Y en muchas de estas películas vemos que él firmaba con su nombre real que era Jacinto Molina. Más adelante habrá las versiones en cómic en 2007, "Waldemar Daninsky: el retorno del hombre lobo" por Paul Naschy y Javier Trujillo, y en 2008, "Waldemar Daninsky: El origen de la maldición." 

En “El espanto surge de la tumba”, de 1972. El guion es de Paul Naschy, y está dirigida por Carlos Aured. Me gusta mucho el personaje de Alaric de Marnac, el personaje se basaba en Gilles de Rais, un noble francés que extraía sangre a las vírgenes para sus experimentos. Como detalle, en 2009 se publicó su única novela con este nombre “Alaric de Marnac”. Me gustó mucho la caracterización de Naschy, con unos ojos fascinantes y la belleza de la actriz Helga Liné. Tanto la historia, como las imágenes que salen en esta película, debería ser una peli de culto, sobre todo para la época. Los efectos especiales de aquel momento, la voz en off, el vestuario. Los maquillajes, creo que es una gran película.

“El mariscal del infierno”, de 1974, está dirigida por León Klimosky y guion de Paul Naschy. Basada en Gilles de Rais, fue prohibida en Argentina, por sus escenas de sangre. Vuelve a hipnotizarme los ojos de Naschy en esta película y también, aun siendo bajito, tenía una imagen imponente. La pena que no fuera doblado por él mismo, porque tenía una voz maravillosa.

“Los ojos azules de la muñeca rota”, de 1973. El guion y la dirección es de Carlos Aured. Esta película en muchos países no fue distribuida por algunas escenas y para la época que era. Tiene bastantes escenas gores y desnudos para el momento. En esta película también salen maravillosos actores y actrices, como Pilar Bardem, Luis Ciges, etc. Es de valorar muchísimo para aquel momento hacer este tipo de género que podía ser catalogada como película terror – giallo, del tipo slasher. Creo que está basada en hechos reales, en un crimen que sucedió en Madrid, un médico guardó en un tarro los ojos de su hija muerta.

"El huerto del Francés", de 1978, es de terror y drama, es considerada una película de culto. Dirigida por Naschy, el guion es de Paul Naschy y Antonio Fos Ferrando. Está basada en los crímenes del huerto del francés, una serie de asesinatos en Peñaflor (Sevilla), fue rodada en los mismos sitios que acontecieron los hechos.

“El aullido del diablo”, de 1987. Está dirigida por Naschy y el guion es por el propio Naschy y también Salvador Sáinz. Está considerada como una película de culto, y maldita porque tuvo bastantes polémicas, por ejemplo la autenticidad del guion hubo discusión entre ambos guionistas de quien fue el creador, también los problemas en el rodaje con Tony Pueo que acudía a veces bebido, también el fallecimiento del distribuidor. Esta película se podría denominar que es como un autohomenaje a Paul Naschy por la cantidad de disfraces y personajes que utiliza.

“Rottweiller”, 2004. Dirigida por Brian Yuzna, basada en la novela “El perro”, de Alberto Vázquez Figueroa (1989).

“Mucha sangre” de 2002, dirigida por Pepe de la Heras, y bueno, realmente es que me rio mucho y el mejor sin duda es Naschy, es que me encanta hasta su voz.


Oscar "Woody" Correa

Actor fetiche, de culto e infra-tardo-reconocido en España, estrella internacional, el hombre de los mil nombres: Paul Naschy - Jacinto Molina - Waldemar Daninsky, que nos ha dado muchos recuerdos y transformaciones en su prolífica carrera dentro del conocido como Fantaterror español. Anotado tengo, para poder ver cuando pueda conseguirlo, el nuevo documental ficción recorrido sobre su legado “Llámame Paul" (2024), que tiene muy buena pinta, y así aprovechar y poder hacer un punto de recuerdo de su vida/leyenda y repercusión, y aprovechar para ver alguna película suya más. Antes de entrar en el top hacer una mini referencia slasher (que siempre viene bien) y aunque no participó en muchos, mencionar su mega cameo o mini-actuación de culto en "School Killer" (2001), dónde su personaje es casi un homenaje a su propia imagen de monstruo clásico que ha quedado para la posteridad… Dentro del top 3 me quedo con: 

"La noche de Wañpurgis" (León Klimovsky, 1971).

La que más recuerdo y más me ha gustado de las cintas que he visto de sus personajes de hombre lobo - Waldemar Daninsky (no he visto ni la mitad de las 22 películas en total dónde se convierte en el mítico personaje del noble, de la nobleza, Waldemar)… Aunque algo ya muy habitual (sobre todo a raíz de estos títulos) pero en esta en concreto me encanta la lucha licántropos-vampiros, y su enfrentamiento con la vampira también noble. Ya había interpretado el personaje antes (hasta tres veces), pero esta película en concreto fue la que le abrió las puertas del mercado internacional, y consolidó la figura de Naschy como una figura central del terror europeo, y del “fantaterror” español.

"El aullido del diablo" (Paul Naschy, 1987).

Como segunda, una delicatessen, porque ya aquí entramos en el auténtico “Royal Rumble” de los monstruos, hace todos los papeles!!! Esta película es casi un homenaje al cine de terror clásico y a la propia carrera de Naschy. Naschy ofrece una de sus interpretaciones más ambiciosas, interpretando a no-sé-cuantos personajes/monstruos del terror clásico como DrJekill/Mr. Hyde, Frankenstein, Fantasma de la Ópera, Quasimodo, (por supuesto) Waldemar Daninsky (el hombre lobo), Rasputín, Satanás, La Muerte… y hasta de Un fantasma!!! La justificación de todo esto es porque Naschy realmente toma el papel de un actor retirado que vive en una mansión junto a su sobrino y su mayordomo. Obsesionado por las mujeres se disfraza de todas estas figuras para llevar a cabo actos perversos. 

"Inquisición" (Paul Naschy, 1976).

Finalmente añadir un título en su faceta de director (también guionista y protagonista). Aquí no hace de monstruo, pero sí dirige y protagoniza una historia y crítica del fanatismo religioso (rememorando la famosa institución medieval) y de la exaltación de las torturas muy cañeras, en una caza de brujas obsesiva. Aunque bueno, realmente también se reserva su poquito de papel “monstruo”, porque además del inquisidor protagonista hace de su antagonista, ya que también hace el papel de Satanás… No podía perder la oportunidad de convertirse en monstruo, y encima dirigiendo él mismo!!!

Ángel Marrero

"Dr. Kekyll y el hombre lobo" (León Klimovsky, 1972).

Le tengo un cariño especial a esta sexta entrega de la saga del hombre lobo. El conde Waldemar Daninsky viaja a Londres en busca de una cura para su licantropía. Allí conoce al nieto del legendario Dr. Jekyll, quien le ofrece un antídoto. Pero resulta que es peor el remedio que la enfermedad, pues ahora Daninsky se transforma también en Mr. Hyde. Y menudas risas ver a Naschy interpretando al monstruo victoriano de correrías por el Londres de los años 70.

"El huerto del Francés" (Paul Naschy, 1978).

Naschy dirige y protagoniza esta tenebrosa historia basada en hechos reales de la España de comienzos del siglo XX. Juan Andrés, alias "El Francés", es el dueño de una posada que al mismo tiempo es casino y burdel, donde sus clientes más pudientes son asesinados y desvalijados, siendo sus cadáveres enterrados en el huerto que hay detrás de la casa... Y qué maravilla el discurso final de "El Francés", antes de ser ejecutado en el garrote vil:  "Que me vean bien... Que recuerden la cara de un hombre cuando lo estrangulan... ¡Que la recuerden toda la vida!".

"El caminante" (Paul Naschy, 1979).
Bajo la figura del errabundo Leonardo se oculta el mismísimo diablo, quien se da un garbeo por la España medieval haciendo de las suyas. Una delicia al estilo de los grandes clásicos de la novela picaresca, donde Satanás termina probando su propia medicina.