martes, 19 de diciembre de 2023

La Cripta de los Condenados: Alfonso y Miguel Romero

 Damos comienzo hoy a una nueva sección de Malina Murnau que llevará por título La Cripta de los Condenados, en la que realizará un cuestionario, centrado en el fantástico y el terror, a una serie de nombres propios del mundo de la cultura (críticos, escritores, cineastas, músicos, etc.) cuya labor y aficiones tengan relación con la temática. Y he decidido comenzar con unos conocidos de esta página, nuestros colaboradores Alfonso y Miguel Romero.

Romero Bros, junio 2022

Los hermanos gemelos Alfonso y Miguel Romero decidieron allá por 1992 publicar su propio fanzine, de nombre Mistery Train, dedicado al mundillo del R’n’R, con predilección por los sonidos añejos del rockabilly, sus raíces y sus derivados. A partir de entonces han sido muchas las publicaciones, en papel (revistas y fanzines) o digitales (blogs, podcasts...) donde han continuado escribiendo y/o hablando de música y cine. Cabe destacar entre sus múltiples trabajos el fanzine Moon Stomper, que ellos también crearon junto a un viejo amigo y en cuyas páginas cabía la música alternativa (punk, hardcore, ska, psychobilly, surf, garaje, rockabilly, sixties, swing, R&B...) y el cine (con predilección por el de género, por aquellos tiempos tan denostado y ninguneado); así como sus muchas colaboraciones para el fanzine Exhumed Movies y sus artículos y entrevistas para los blogs La Abadía de Berzano y Les Danses Macabres.


¿Cuál fue el primer referente que recordáis en el fantástico y el terror?

A.R.: El fantástico y el terror fueron, desde que tengo uso de razón, muy atractivos e importantes en mi educación y asimilación de la cultura popular. En literatura, el primer recuerdo que guardo fueron algunas novelas de aventuras de Julio Verne, como “20.000 leguas de viaje submarino” o “Viaje al centro de la Tierra”. Sin olvidar los tebeos de terror de la Warren, que llegaron aquí por los setenta. En cine también me acerqué al género a través de películas de corte aventurero, caso de títulos como “Simbad y la princesa” (1958), de Nathan Juran, que vimos de niños en un cine de verano. Dentro del terror, la memoria me trae una emisión televisiva de “Los crímenes del museo de cera” (1953), cinta dirigida por André de Toth y protagonizada por el gran Vincent Price.

M.R.: Los cómics que nos llegaban editados por Garbo: Vampus, Rufus (que en realidad eran Creepy y Eerie), Vampirella, Dosier Negro… Cada sábado convencíamos a nuestra madre para que nos comprara un par de ellos a un hombre que los vendía en una de las puertas de la plaza de abastos.

¿En el terreno cinematográfico, cuál es vuestro director favorito del género?

A.R.: Difícil elección. Aunque debo reconocer que tengo predilección por Tod Browning y su particular universo donde el mundo del circo, los freaks, el engaño y las miserias humanas se adueñan de la función. Producciones como “El trío fantástico” (1925), “Garras humanas” (1927), o “Los pantanos de Zanzibar” (1928), para las que contó con el protagonismo del actor Lon Chaney, son irrepetibles. Así como la algo posterior y excepcional “La parada de los monstruos” (1932), un título estrenado por la Metro-Goldwyn-Mayer que molestó en su día a propios y extraños y le costó la carrera a su director, que nunca volvería a recuperarse de tal batacazo.

M.R.: Probablemente Tod Browning.

¿Y quiénes son vuestros actores y actrices preferidos que han despuntado en el mismo?

A.R.: Hablábamos de Lon Chaney (padre) en la pregunta anterior, y es tal vez la primera gran estrella del género y un referente para quienes llegaron después. Entre las actrices me cabe destacar a Fay Gray, la inolvidable novia de King Kong en el clásico de la RKO dirigido por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack en 1933, con quienes había trabajado poco antes para la misma productora en la también indispensable “El malvado Zaroff” (1932). La Wray se movió mucho por el terror y el fantástico, en ocasiones de nuevo al lado de otros simios, alguno incluso familiar de aquél que, enamorado de ella, cayera muerto desde el Empire State Building.

M.R.: Eso ya me resulta imposible. Soy fan de la mayoría de actores y actrices de serie A y B hasta principios de este siglo XXI. De las nuevas generaciones ya me resulta más difícil encontrar actores o actrices a seguir.

¿Cuál destacáis como vuestra película de terror predilecta?

A.R.: Aludíamos antes a “La parada de los monstruos” de Browning, que sigue a día de hoy fascinándome y que actualmente, tal y como está el panorama, no podría hacerse. En otro orden de cosas, me cabe destacar “La matanza de Texas” (1974), cinta ineludible y piedra angular del cine de terror moderno en general y del gótico americano en particular. Copiada y homenajeada hasta la saciedad, su visionado aún sigue causando escalofríos.

M.R.: “La parada de los monstruos”, sin lugar a dudas.

¿Universal o RKO? ¿Hammer o Amicus?

A.R.: En el primer caso me cuesta decidirme. Universal marcó una época y las pautas a seguir no sólo en el cine de Hollywood, sino en el resto del mundo, dando a conocer y afianzando a los monstruos clásicos. Pero la RKO, con Val Lewton al frente de las producciones del género, resultan igualmente irrepetibles y esenciales, con una mayor predilección por un terror sugerido y más sutil, pero de igual modo fundamental para el devenir del género. Me decantaría por Universal, quizá por cuestiones nostálgicas. En cuanto a la segunda cuestión, prefiero con mucho la Hammer, aunque me gusten también las de Amicus, que cuenta con títulos muy estimulantes dentro del cine de terror.

M.R.: Difícil elección. La Universal nos trajo sus legendarios monstruos, pero la RKO nos legó todas aquellas producciones de Val Lewton, además de tantas joyas del noir B con actores como Robert Mitchum o Lawrence Tierney. Y lo mismo pasa entre la Hammer y la Amicus, la primera reinventó los monstruos de la Universal, pero la segunda hizo todas aquellas películas de episodios inspirados por los cómics de la EC. Lo mejor es disfrutar con todas ellas.

¿Cuál es vuestro subgénero favorito dentro del terror y el fantástico?
 
A.R.: Me quedaría seguramente con el denominado gótico americano en su periodo más significativo, que suele acotarse entre 1968 y la llegada de los ochenta, donde el peor monstruo era el monstruo humano.

M.R.: Cada vez prefiero más el thriller. Me estaré haciendo mayor…

Alfonso Romero, Diciembre 2023


¿Casan bien el terror y el erotismo? 

A.R.: Eros y Thanatos siempre fueron de la mano, formando un matrimonio bien avenido desde un principio, aun cuando las censuras de los diferentes países no permitían mucha explicitud en ninguno de ellos. Ambos géneros, muy epidérmicos en su naturaleza intrínseca, funcionaban muy bien juntos y servían además de excusa el uno para el otro. Pero como ha venido pasando en tantas y tantas cuestiones, el nuevo siglo ha castrado bastante a ambos. El llamado terror elevado ha hecho más mal que bien al cine fantástico, buscando ganarse a la crítica y a todo tipo de público (incluido el gafapasta); y el erotismo por su parte se ha visto desterrado a las producciones de serie (muy) Z que no tienen prácticamente (ninguna) difusión más allá de unos muy reducidos círculos. El cine de hoy, en términos generales, es más aséptico que nunca.

M.R.: Sin duda, y hay muchísimos ejemplos. Pero como están las cosas hoy en día resulta ya inviable. Además, hace años que Internet mató al erotismo.

¿Cómo veis el género en los últimos años? 

A.R.: Ha habido películas muy buenas en tiempos recientes, pero juega en contra la excesiva oferta y la sobre producción, que hace muy difícil que un título en concreto tenga mucha dedicación durante un cierto tiempo. Las películas actualmente son más producto de consumo que nunca, y al poco de estrenarse pasan al olvido. A ello ha ayudado mucho el actual dominio de las plataformas sobre las salas de cine, así como la dichosa política de la corrección política, que lleva unos años haciendo mucho daño al séptimo arte y a la cultura popular en general. Una censura a fin de cuentas que se pretende más sutil y que está apoyada por las diferentes posturas políticas y por las distintas minorías, algunas de las cuales antaño luchaban por una libertad de expresión que hoy se encuentra desterrada. El panorama resulta muy, muy gris al respecto.

M.R.: Siempre habrá buenas películas y gente que destaque, como Ti West o Rob Zombie. En la serie B sí está muy flojilla la cosa, pero peor es en otros géneros como el cine de acción.

¿Cuál es la película más salvaje y gamberra que recordáis?

A.R.: Precisamente eso es lo que echo de menos en el cine actualmente, más desvergüenza, más salvajismo, más ganas de tocar las narices. Propuestas que saquen al adocenado público (y a la crítica) de su zona de confort y revuelva el patio de butacas (o el salón de los hogares). Gente tan dispar como Jim Sharman, Michael Powell, John Waters, Alberto Cavallone, Tobe Hooper, Pier Paolo Pasolini, Harmony Korine, o Abel Ferrara, por citar sólo algunos, utilizaron el cine en algún momento para sorprender, despistar y/o sacudir al personal, ajenos a los modos y modas que éste esperaba.

M.R.: Destacaría “Mandy” (2018), de George P. Cosmatos, por ser tan excesiva, en su violencia, en sus referencias cinéfagas, en su fotografía… y en Nicolas Cage…

¿Cuál es vuestro escritor favorito del género?

A.R.: No soy muy original en el campo literario: Edgar Allan Poe y H.P. Lovecraft fueron y siguen estando en lo más alto de mi personal santoral.

M.R.: H.P. Lovecraft, después de tantos años sigue siendo imitado y tan difícil de llevar al cine.

¿Cuál sería vuestro grupo o solista musical favorito dentro del fantástico y el terror? 

A.R.: La combinación de terror y música se retrotrae a las primeras décadas del siglo XX, si no incluso antes... Es otra mixtura que hace muy buenas migas. Ahí tenemos a Screaming Jay Hawkins, Screaming Lord Sutch, the Cramps, Alice Cooper y un buen puñado más que supieron dotar de un espíritu festivo y de puro espectáculo sus discos y actuaciones. La huella de la banda de Poison Ivy y Lux Interior en su combinación de música, terror, sexo, provocación y fiesta sigue por suerte aún vigente en bandas actuales tan interesantes como the Devils o Twin Temple. Pero si tuviera que quedarme con uno, serían the Cramps, que los llevo hasta tatuados.

M.R.: Screaming Jay Hawkins, Screaming Lord Sutch y, por supuesto, the Cramps.

¿Cuál es vuestra comida favorita? (podéis indicar hasta tres platos distintos) ¿Y la bebida?

A.R.: Nombrar sólo tres... Pues destacaría el pollo al cajún (mi mujer lo hace delicioso), los frutos secos (sobre todo los pistachos) y la pasta (en general). En la bebida tampoco brillo por la originalidad en mis gustos personales: la cerveza y el café.

M.R.: La pasta y el café.

¿Creéis en el más allá? ¿Pensáis que hay algo más que este mundo?

A.R.: Me cuesta pensar que somos los únicos en este mundo (o en otros mundos). Creo que aún quedan muchas cosas fuera de nuestro alcance de comprensión. El mayor problema al respecto es cómo han hecho negocio con el tema las diferentes religiones y charlatanes varios.

M.R.: No, y espero no equivocarme.

"La parada de los monstruos," la película favorita de los hermanos Romero.





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