viernes, 10 de mayo de 2024

Mis tres favoritas de... Patrick Swayze


 Malina Murnau

“A Wong Foo ¡gracias por todo! Julie Newmar” (“To Wong Foo Thanks for Everything, Julie Newmar”, 1995), de Beeban Kidron.

Adoro esta película. Ver a Swayze, Snipes y Legizamo, tipos duros de cine, haciendo de drag queens es una auténtica pasada, y comprobar que son unos actores estupendos para la comedia. Mi favorita de Swayze. Siento devoción por este film.

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

Surf, robos, acción... totalmente la pongo en el número dos de mis tres favoritas. Una película super recomendable y una gozada verla cada x tiempo. Swayze se come con patatas a Reeves. 

“Ghost (Más allá del amor)” (“Ghost”, 1990), de Jerry Zucker.

Me quedo con “Ghost” en tercer puesto, aunque las películas románticas no me suelen gustar mucho, en esta ocasión sí. Me gusta bastante y tiene ese punto de peli de venganza y tal. Película simple pero bastante efectiva. Bien llevada y una con una gran Whoopi Goldberg haciendo el corte cómico al film.

Dejo atrás “De profesión: duro” (1989), "Rebeldes" (1983), “11:14 Destino fatal” (2003), y muchas más que se quedan en el tintero.


Alfonso Romero

“Con su propia ley” (“Next of Kin”, 1989).

En 1989, el mismo año que la hoy de culto “De profesión: duro”, Patrick Swayze estrenaba otro trabajo ejerciendo un rol de un justiciero sureño: “Con su propia ley (Next of Kin)”, ahora con dirección del finado John Irvin. Truman (Swayze) es un tipo oriundo de los Apalaches que trabaja de policía en Chicago. Unos gánsteres asesinan a uno de sus hermanos y, aunque quiere ir por lo legal, la muerte de un segundo hermano a manos de los mismos mafiosos le llevará a devolver su placa y hacer valer la ley de los montañeses, reclamando el bíblico “ojo por ojo”.

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

Pese a partir de un libreto de Rick King y W. Peter Iliff, “Le llaman Bodhi” le debe mucho a las colaboraciones de la directora, Kathryn Bigelow, con el guionista Eric Red, volviendo a encontrarnos a dos personajes antagónicos, aquí el policía infiltrado Johnny Utah, al que da vida Keanu Reeves, y el líder surfista que puede ser el cabecilla de una banda criminal, Bodhi (Swayze), y la relación que se establece entre ellos en la que el más inocente tendrá que aprender a su pesar a pensar y actuar como el segundo, de resonancias poco menos que mesiánicas, si quiere conseguir atraparle. Gary Busey, que interpreta a Pappas, el compañero de Utah, vuelve a un film surfero tras participar en 1978 en “El gran miércoles” de John Milius.

Un clásico de los primeros noventa.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

En su estreno pinchó en la taquilla y se llevó todos los varapalos posibles por parte de la crítica, pero su carrera comercial a partir de su salida en vídeo y hasta hoy no ha hecho más que crecer, dotándolo de un merecido estatus de culto. Con un planteamiento tan sencillo como eficaz, sólo hacen falta un puñado de buenos actores, buenas peleas y la música adecuada para lograr una estupenda cinta de acción que se disfruta en cada visionado y que no ha hecho sino ganar con los años. Propia de su tiempo, finales de los ochenta, aún pesaba sobre ella la influencia de algunos clásicos del cine rural setentero.

Del remake... mejor no decir nada.

Miguel Romero

A finales de los ochenta y primeros años de la década posterior Patrick Swayze enamoró a todas las jovencitas con sus personajes de “Dirty Dancing” (1987) y “Ghost” (1990). Nosotros por nuestra parte, los chicos queríamos ser como el James Dalton de “De profesión: duro” (1988) y sobre todo Bodhi quien, a pesar de ser el malo del film, era muchísimo más cool que el verdadero protagonista, Johnny Utah.

Una lástima que nunca llegara “Powder Blue”, su última aparición frente a las cámaras donde interpretaba un rol nada habitual en su filmografía.

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

Sin la menor duda, una de las mejores películas de su época (y de todas). La Bigelow demostraba que no tenía nada que envidiar a sus maestros, James Cameron y Walter Hill.

En 2015 se estrenó un remake, “Point Break. (Sin límites”). No es mala película... pero no se puede comparar.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

Un protagonista de lo más cool, secundarios que lo son aún más (Sam Elliott), buena música, buenas peleas... todo lo que falta en el remake (por llamarlo de algún modo) de Doug Liman.

“11:14 Destino fatal” (“11:14”, 2003), de Greg Marcks.

Un accidente visto desde el punto de vista de los distintos implicados, curiosa e interesante premisa. Con un reparto coral donde vemos a Patrick Swayze, Barbara Hershey y Hilary Swank junto a unos jovencitos Ben Foster y Rachel Leigh Cook.


Alfonso Carlos López

“La ciudad de la alegría” (“City of Joy, 1992), de Roland Joffé.

Un médico, Max (P. Swayze), sufre una depresión que le lleva a abandonar su profesión e irse a la India. Sufre un atraco en Calcuta y es llevado a un humilde dispensario dirigido por Joan Bethel (Pauline Collins) para ser atendido de sus lesiones. Max se implicará en la vida de la gente que vive pobremente y plantará cara a la mafia local que los explota. Es muy conmovedora y pone en relieve las injusticas sociales. Creo que tiene grandes enseñanzas y a cualquier persona que crea en la justicia social y en los derechos humanos le resultará muy interesante.

“Las minas del rey Salomón” (“King Salomon’s Mines”, 2004).

Film de aventuras, de la novela del escritor victoriano Henry Rider Haggard, donde Allan Quatermain (Swayze) buscará al hermano de Henry Curtis en una región inexplorada de África, que desapareció en una expedición en dicho continente. Se les une un nativo, Umbopa, que resulta ser el rey de una tribu que fue desterrado y su padre asesinado para usurpar el trono. Se dan toda una serie de sucesos que la hace muy interesante, como el ataque de un elefante o de una tribu gobernada por el rey Twala, un déspota asesorado por una bruja. Después de varios acontecimientos encuentran el tesoro del rey Salomón y al hermano perdido de Henry.

“Rebeldes” (“The Outsiders”, 1983), de Francis Ford Coppola.

Es una de esas películas de culto a cargo de Coppola que había rodado unos meses antes también “La ley de la calle”. La acción se sitúa en 1966 e incluye una serie personajes encarnados por atores como Tom Cruise, Patrick Swayze, Matt Dillon, Rob Lowe o Emilio Estévez. Pony Boy, miembro de la banda de los Grasientos, en la que están sus dos hermanos y amigos, se enfrenta una noche con una miembro de otra banda rival de los Dandis que resulta muerto. Como ya he dicho, un film de culto...


Eduardo Álvarez Cónsul

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

En esta película Patrick Swayze es un licenciado en filosofía que se gana la vida como encargado de seguridad en locales de strip tease y en un percance violento acaba en el hospital donde es atendido por la guapa doctora Kelly Lynch, de quien se enamora, pero hay un gánster que se encaprichó de ella.

"Rebeldes” (“The Outsiders", 1983), de Francis Ford Coppola.

Esta película la primera vez que la vi no le vi mucha gracia, pero luego la revisé y me gustó más. La banda de The Greasers ademas de Patrick Swayze la forman futuras estrellas como Tom Cruise, Matt Dillon, Sean Penn y Rob Lowe.

"Norte y sur" (“North & South”, 1985).

Esta serie de televisión, que se basó en el best seller de John Jakes, cuenta la historia de la amistad de dos jóvenes, George Hazard (James Read) y Orry Main (Patrick Swayze), que se conocen en la prestigiosa academia militar de West Point. Uno pertenece a una acomodada familia del Norte, y el otro a una familia de terratenientes sureños con esclavos a su servicio. A pesar de sus diferencias, los dos se hacen muy buenos amigos.

Rafael Coronel

“Amanecer rojo” (“Red Dawn, John Milius), 1984.

Poner a John Milius, del que se rumoreaba que durante el rodaje de “Conan el bárbaro” (1982) anduvo con ciertas esperanzas de que triunfase el Golpe de Estado de Tejero, a dirigir una película sobre cómo un grupo de chavales rechaza una invasión comunista a USA suena a algo potente y debería de salir bien, ¿verdad? Pues lo cierto es que sólo a medias, porque el reparto (entre ellos Swayze o Charlie Sheen) es cojonudo y la película si te tomas a broma el desarrollo para una premisa tan buena es muy disfrutable. Pero ay, si se hubiese centrado en hacer una película bélica en lugar de un "mis cojones democráticos son más grandes que los vuestros comunistas" podría haber sido algo grandioso.

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

¿Atracadores surfistas? ¡Póngame seis o siete! Recuerdo que salió por la época en que los adolescentes en mi época empezaban a vestir (yo era jebiolo, así que en mi caso no tanto) con marcas como Rip Curl o Quiksilver, y hasta conozco a alguno de los que veraneaban en tarifa y que le hubiese gustado tener "Bodhi" de mote. La película fue un pelotazo merecido, frenética y con un Swayze en estado de gracia con un personaje medio atracador medio predicador del surf, y sigue siendo en mi opinión la mejor que ha rodado Bigelow.

“Donnie Darko” (“Donnie Darko”, 2001), de Richard Kelly.

 Que sí, que aquí podéis decir "¿Pero tú has entendido algo?" Y tendríais razón, muchos años después de verla por primera vez sigue con cabos sueltos en mi cerebro y debería de darle un repaso, pero también está llena de imágenes potentísimas y nos permitió descubrir a los hermanos Gyllenhaal, además del disfraz de conejo más terrorífico de la historia. Como si David Lynch hubiese rodado ET, Swayze se pone en las botas del clásico telepredicador americano que no es trigo limpio y nos deja una de sus mejores interpretaciones.

Joanna

"Rebeldes” (“The Outsiders", 1983), de Francis Ford Coppola.

A lo largo de los setenta y hasta comienzos de los ochenta se dio un auténtico filón de producciones para cine y televisión sobre jóvenes problemáticos, en ocasiones marginales, muy distintas de las cintas escapistas de chavales que terminarían por imponer Spielberg & CIA en los años de Ronald Reagan en la Casa Blanca. Aquéllas mostraban adolescentes de familias desestructuradas o empobrecidas, o los últimos estertores del ya alicaído flower power y las consecuencias de aquella trasnochada filosofía de drogas, sexo libre y ansias de libertad de la era de Acuario; chicos sin oficio ni beneficio tratando de salir adelante, vagabundeando, sin nada qué hacer, cuando no dirigiéndose a su propia destrucción. Fueron la Chris de “Nacida inocente” (1974), la Cebe de “Caído del cielo” (1980), y tantos otros, como los “Greasers” de esta “Rebeldes” de Coppola. Adaptación de una novela de Susan Eloise Hilton publicada en 1967. Su reparto incluía muchos de los rostros de una nueva generación de actores que iban a comerse aquella década.

“Youngblood (Forja de campeón)” (“Youngblood”, 1986), de Peter Markle.

Unos años después de “Rebeldes”, Patrick Swayze y Rob Lowe volvían a compartir créditos en esta historia de esfuerzo y superación personal y de sueño americano tan propia de los ochenta como lo fue también la fantasía militarista “Amanecer rojo” (igualmente con Swayze). No faltan los romances, los piques y rivalidades masculinas, ni la testosterona a flor de piel en el campo de juego y en los vestuarios. En el reparto se encontraba también Keanu Reeves, con quien unos años más tarde Patrick Swayze competiría en “Le llaman Bodhi” (1990).

“A Wong Foo ¡gracias por todo! Julie Newmar” (“To Wong Foo Thanks for Everything, Julie Newmar”, 1995), de Beeban Kidron.

Tachada de mera copia de “Las aventuras de Priscilla, reina del desierto” (1994) (bueno, algo de ello hay), la película de la directora Beeban Kidron resulta incluso más disfrutable que su espejo australiano. Patrick Swayze, Wesley Snipes y John Leguizamo bordan sus papeles de drag queens en esta historia de tres reinonas camino de Hollywood que tienen una avería en su coche y se ven obligadas a convivir con la gente de un pequeño pueblo del Medio Oeste, una de las zonas más retrógradas de los Estados Unidos.


Oscar Villalta

“Amanecer rojo” (“Red Dawn, John Milius, 1984.

El director de "Conan el Bárbaro" (1982), se pasaba a la acción de corte bélico, mediante esta enloquecida distopía imaginada en un futuro muy próximo. En los albores de la tercera guerra mundial, Patrick Swayze encabezaba una pandilla de adolescentes fugados a las montañas del Oeste de estados unidos, cuando las tropas del ejército ruso toman su ciudad por sorpresa, convirtiéndose en el último reducto de resistencia frente al invasor.

Esta fantasía conservadora y totalmente inverosímil, brilla hasta deslumbrar por un acertado casting, una potentísima banda sonora del maestro Basil Poledouris (habitual de Milius), y unas escenas de batalla contundentes y extremadamente bien planificadas.

"Rebeldes” (“The Outsiders", 1983), de Francis Ford Coppola.

Basada en la novel de S.E. Hinton, "Rebeldes" es una historia sobre la lucha de clases a través de los ojos de los jóvenes de dos pandillas en los años sesenta. Puede que sea un desfile de tópicos y que por momentos adolezca de falta de ritmo, pero la maestría de su director, también nos dejó momentos maravillosos y preciosas imágenes en la retina. Pero sobre todo, "Rebeldes" se ha erigido con el paso del tiempo como la cantera que reunió a casi todas las estrellas de próximas generaciones, estrellas entre las que estaba Patrick Swayze interpretando al mayor de los hermanos de la pandilla más desfavorecida.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

El reciente remake de “Road House”, confirma el estatus de film de culto del original de 1989, aunque a algunos le pese. Y no es para menos, Patrick Swayze hace suyo el personaje y lo dota de un carisma brutal que se come la pantalla. Sam Elliott es otro de los factores más celebrados y que hacen sumar muchos puntos al film, y por supuesto, la banda sonora a cargo de Jeff Healey, que además aparece como actor en la película, y que es lo que da toda la personalidad y estilo a unas imágenes violentas y llenas del encanto de aquellas producciones de finales de los ochenta.

Nada esto se consiguió transmitir con la insulsa nueva versión.


Emilio Malet

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

El mejor papel de la carrera de Patrick Swayze para mi gusto. Película noventera por excelencia con tantas virtudes que no podría enumerarlas todas en unas pocas líneas.

Una de mis películas favoritas sobre el mundo del surf -solo por debajo de “El gran miércoles” (1978)-, retrata a la perfección la cultura californiana de los 90 con una extraordinaria fotografía y unas secuencias de acción rodadas magistralmente (muchas cámara en mano). El argumento le da sentido a todo y le da a los protagonistas una motivación más allá del dinero haciéndote simpatizar con los delincuentes como le pasa al policía protagonista (interpretado por Keannu Reeves). Fue copiada después en la saga “Fast and Furious”, que siempre he pensado que sobre todo la primera es un “Le llaman Bohdi” con coches”. Cuenta además con el gran Garey Busey (Leroy el Masoquista en “El gran miércoles”) en el papel del compañero veterano de Reeves y dejó para la historia frases como “El surfing lo es todo, cambiará tu vida, ya lo verás”, “Los abogados no hacen surf”, “Te veré en la otra vida" o “Utah, tráeme dos”.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

Ambientada en una zona rural del sur de Estados Unidos que le da a toda la película un punto mucho mejor que el malogrado remake, en el que te esperas que pueda aparecer en cualquier momento Don Johnson (ojalá) o Julio Iglesias. Sobre todo, el papel protagonista es mucho más interesante y equilibrado que el loco luchador frustrado que interpreta Jake Gyllenhaal. Además, cuenta con el magistral Sam Elliot como mentor del personaje de Swayze, que nada más verlo aparecer estás deseando que empiece a repartir a diestro y siniestro.

“Amanecer rojo” (“Red Dawn”, John Milius, 1984.

Aunque no ha envejecido muy bien, solo por la idea inicial y la cantidad de grandes actores (Will Smith (el bueno), Harry Dean Stanton, Ben Johnson, Power Boothe...) y caras que luego serían tan conocidas (el propio Swayze, Charlie Sheen, Lea Thomson, Christopher Thomas Howell…) merece la pena. Aunque a simple vista parece una americanada sin sentido rozando el melodrama adolescente, al final tiene su crudeza y te deja un buen sabor de boca. Además, se nota la mano del Gran John Milius aportando detalles de su peculiar propia forma de pensar en las vivencias y motivaciones de los protagonistas.

Pepe Torres

Patrick Swayze, el bailarín reconvertido en actor de culto en (sobre todo) los 80 y primeros 90, para mí siempre será el rostro de Orry Maine en el gran relato televisivo “Norte y Sur”, y desarrolló una variopinta carrera tristemente truncada demasiado pronto.

“Rebeldes” (“The Outsiders”, 1983), de Francis Ford Coppola.

Sus inicios como hermano mayor del brat pack siguen siendo de mis favoritos. Un Darrel que guía y encauza con mano firme a Sodapop, Ponyboy y el resto de Greasers de Susan E. Hinton, siempre instalados en el hogar familiar y abocados a un destino inexorable frente a los Socs. Stay gold!

"Amanecer rojo" ("Red Dawn", 1984), de John Milius.

Swayze repite su rol de padre sustituto de esos muchachos echados al monte frente a la invasión comunista en la fantasía violenta, eminentemente sentimental y patriótica que sólo podía firmar Walter Sobchak, perdón, John Milius. Wolverines!

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

Un surfero mesiánico y atracador de bancos que, con su banda de ex-presidentes, debe evitar que un infiltrado del F.B.I., de nombre Johnny Utah, frustre su forma de vida, su diversión y sus ansias de adrenalina. Rock and roll!

Oscar "Woody" Correa

"Norte y sur" (“North & South”, 1985).

El papel de Patrick Swayze en la serie "Norte y Sur" es mítico para mí por varias razones. En primer lugar, su interpretación del carismático Orry Main lo convirtió en un personaje inolvidable para los espectadores de esa generación. Segundo, fue una de las primeras series que recuerdo y el nombre de Orry Main y muchas de las escenas jamás se me han borrado del subconsciente. Además, la serie misma, ambientada en la Guerra Civil estadounidense, capturó la atención de millones de personas en su momento, su carisma natural contribuyó significativamente a la popularidad de su personaje, que lo convirtió en un icono de la televisión. Su química en pantalla con otros actores, especialmente con James Read, quien interpretó a su amigo George Hazard, también fue destacada y añadió capas a la trama de la serie.

“De profesión: duro" (“Road House”, 1989), de Rowdy Herrington. 

Sólo el título ya es mítico de por sí!!! En esta película de acción, Swayze interpreta a Dalton, un “experto” en seguridad contratado para limpiar un bar de carretera infestado de problemas y criminales. La película es conocida por sus escenas de pelea intensas y la actuación carismática de Swayze como el tranquilo pero letal Dalton. "Road House" creo que se ha convertido en una película de culto debido a su mezcla de acción, ambientación, humor, drama y momentos recordables… y hasta acaban de hacer un remake en Amazon!!!

“Le llaman Bodhi” (“Point Break”, 1991), de Kathryn Bigelow.

En este thriller de acción dirigido por Kathryn Bigelow (en los inicios de su carrera) Swayze interpreta a Bodhi, el carismático líder de un grupo de surfistas que también son ladrones de bancos. Su enfrentamiento con un agente del FBI encubierto quien se infiltra en el grupo de surfistas, interpretado por Keanu Reeves, y que es cautivado con su estilo de vida intrépido y su filosofía de vida extrema, da a la peli un resultado muy potable y lleno de adrenalina. La películas que suma un mix de emocionantes escenas de surf, persecuciones en moto, robos de bancos, y por supuesto las máscaras de presidentes!!! … también explora temas más profundos como la búsqueda de la libertad.








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