lunes, 13 de octubre de 2025

Ro & The Skullboys “Razas de noche” EP, Snap!! Records, 2025 (FUN-7097).

 

El día 1 de julio salió a la venta el esperado nuevo vinilo de 7“ de Ro and The Skullboys, Razas de noche. El grupo siempre se ha sentido atraído por el cine de terror, la Serie B, lo macabro, lo fantástico, etc y han escogido para este su último trabajo el nombre de un clásico del género como es Razas de noche, película de 1990 dirigida por Clive Barker.

Ya en su día, en una entrevista y un especial que dediqué al grupo en mi espacio radiofónico Vintage Sounds, en el programa Rock Antena Roll, ya dije muy claro que eran una de las mejores bandas de la escena psychobilly, tanto a nivel estatal como internacional, apostillando que iban a llegar muy lejos. No iba desencaminado y han participado en muchos festivales importantes y teloneado a grupos de primera fila como como: Long Tall Texans, Mad Sin, The Jets, Crazy Cavan, etc Cada disco que sacan confirma el excelente nivel de la banda. El nuevo EP demuestra una vez más que tienen ideas frescas, letras inteligentes y esa potencia que tanto nos gusta.

El secreto de la banda es tener las ideas muy claras y unos referentes e influencias (The Cramps, The Meteors, Misfits, Long Tall Texans, etc) que plasman y conjugan creando un estilo personal que es propio de Ro & The Skullboys. La voz potente de Ro, el contrabajo excelente de Alfonso, la guitarra impecable de Joseda, y esos ritmos increíbles que imprime Charlee, junto a las composiciones tienen todos los ingredientes para entusiasmar al público. Analizando los cuatro temas nos encontramos primero con ”Santa Carla”, una canción soberbia que rinde homenaje a otro de sus films favoritos “Jóvenes ocultos”. El segundo corte de la cara A es “Bloody”, excepcional cover de otros grandes de la música, los Long Tall Texans, al que le imprimen toda su impronta personal y una genial letra en castellano.

Pasando a la cara B, está “Demonio Nekrófago”, otra pieza magnífica que demuestra una vez más el buen hacer del combo.  El disco finaliza con “Nekromantikos” y la sorpresa de la colaboración de Txarly Usher (La Caída de la Casa Usher, Los Carniceros del Norte, Radiocrimen, y su carrera en solitario), todo un icono del horror punk y el afterpunk.

En los créditos del vinilo podemos encontrar el sello Snap!! Records, la tienda Rara Avis, Drum Chord y el colectivo Psychobilly Madriz.

En definitiva, un gran trabajo de Ro and The Skullboys que no puedes dejar de comprar.

 

Alfonso Carlos López






sábado, 11 de octubre de 2025

Recordando a Eusebio Poncela

 

La misma semana que nos dejaban Isabel Pisano, Verónica Echegui y Manuel de la Calva, fallecía también Eusebio Poncela. Con casi 80 años el actor de origen madrileño abandonaba este mundo, víctima de un cáncer, el pasado 27 de agosto. Al pie del cañón hasta el final, pocos meses atrás lo habíamos visto como el doctor Tomás Marlow en la tan anunciada serie Matices, de la plataforma SkyShowtime. Punto y final para una longeva trayectoria en la que llevaba en activo desde finales de los años sesenta del pasado siglo.

En Les Danses Macabres queríamos dedicarle un pequeño homenaje a este actor de vieja escuela y poseedor de una de las mejores voces que ha tenido nunca el cine español. Recordamos aquí seis de sus trabajos, dejando a un lado sus colaboraciones con Almodóvar, así como la tan exitosa en su estreno Martín H (Adolfo Aristarain, 1997), de las que ya se ha hablado mucho.

La semana del asesino (Eloy de la Iglesia, 1972).

La película con más cortes verbigracia de la censura franquista, en buena parte porque el guion que se presentó originalmente distaba mucho de lo que se rodó. Vicente Parra es Marcos, un trabajador del matadero, que (mal)vive en el extrarradio de Madrid, reconvertido en asesino en serie, digamos, por casualidad y a su pesar. Y Eusebio Poncela es Néstor, un vecino adinerado con el que entabla algo más que una amistad... pese a la diferencia de clases entre ambos. Un (otro) retrato de la España franquista a cargo de Eloy de la Iglesia, donde el director señala con dedo acusador las miserias y represiones del régimen. Todo un clásico del cine español, con muy buena distribución internacional, que contó en su guion con Antonio Fos, un nombre clave en el thriller de este país.

Larga noche de julio (Lluís Josep Comerón, 1974).

Entre el cine de quinquis (antes del cine de quinquis) y el de golpes perfectos que resultan frustrados, la cinta dirigida por Lluís Josep Comerón comparte con la filmografía de Eloy de la Iglesia esa mirada inconformista, culpando a las clases altas mientras mira con ternura a los desfavorecidos.

El robo en esta ocasión tiene lugar aprovechando las 24 Horas de Montjuic, competición de resistencia de motos que se celebrarían anualmente en Barcelona cada julio desde 1955 a 1986. El trío protagonista lo componen Simón Andreu, Marisa Paredes y Eusebio Poncela.

Arrebato (Iván Zulueta, 1979).

No podía faltar esta película de culto sobre el cine como vampirismo (y drogadicción). Dirigida por el polifacético Iván Zulueta (cartelista, dibujante, etc), quien ya llamara la atención en tareas de realización una década antes con Un, dos, tres... al escondite inglés (1970), resultó un film libre y alegórico, imposible antes y después del periodo comprendido entre 1977 y 1983, cuando el cine español se llenó de obras inclasificables y atrevidas que se movían del arte y ensayo a la más pura y dura exploitation.

Operación Ogro/Ogro (Gillo Pontecorvo, 1979).

Ese mismo año, Eusebio Poncela se pondría bajo las órdenes del prestigioso realizador italiano Gillo Pontecorvo para acompañar a Gian Maria Volonté y Ángela Molina en una película que retrataba la preparación y ejecución, por parte del grupo terrorista ETA, del atentado que se cobraría la vida de Luis Carrero Blanco, presidente del gobierno franquista, el 20 de diciembre de 1973.

José Luis Madrid había contando la misma historia un par de años antes en Comando Txiquia: Muerte de un presidente (1977).

Pepe Carvalho (1986).

Carlos Ballesteros había interpretado en Tatuaje (Bigas Luna, 1978) a Pepe Carvalho, el famoso detective de ficción creado en la literatura por Manuel Vázquez Montalbán y protagonista de una serie de novelas y relatos del autor. Pero en la memoria colectiva Carvalho tiene el rostro y la voz de Eusebio Poncela, gracias a los ocho episodios de la serie que TVE le dedicó al personaje a mediados de los años ochenta. Aunque a Montalbán no le convenciera dicha elección. ¿Qué pensaría del que interpretó Juanjo Puigcorbé en 1999?.

Intacto (Juan Carlos Fresnadillo, 2001).

Tras el éxito de su cortometraje Esposados (1996), nominado incluso al Oscar, seis años después Juan Carlos Fresnadillo estrenaba su primer largometraje, Intacto. Protagonizada por Leonardo Sbaraglia en el rol de Tomás, un tipo que parece quitarle la suerte a quien tiene a su lado. Es reclutado por Federico (un Eusebio Poncela soberbio) para que participe en una red de juegos clandestinos, donde tiene un importante papel el veterano Max von Sidow como el dueño de un casino.

Sbaraglia ganaba por esta cinta el Goya al mejor actor revelación, mientras que Fresnadillo se hacía con el de mejor director novel y se colocaba (de nuevo) en el punto de mira para proyectos importantes.

Alfonso & Miguel Romero


jueves, 9 de octubre de 2025

Los Surf Monty. Surfeando en el Guadalquivir.

 

Desde la capital andaluza Los Surf Monty reivindican la música surf sin renunciar a otros sonidos ni a una personalidad propia, marcada por la idiosincrasia de su ciudad y por sus gustos e influencias personales. Hemos querido desde Les Danses Macabres saber algo más de ellos, y esto es lo que nos ha contado su bajista, Jesús Guerrero. Agarraos, que vienen olas...

¿Cómo y cuándo surgen Los Surf Monty?

Pues Los Surf Monty surgen hace aproximadamente unos tres años. Ángel y yo queríamos hacer un grupo instrumental de música Surf que no tuviéramos que depender de buscar un cantante y demás, sino que directamente empezáramos ya a tocar y ensayar y junto con otro colega, que también le gustaba el tema surf y tocaba la batería. Pues ya comenzamos a quedar aunque este al poco tiempo abandonó el grupo e incorporamos a otro colega también batería , que es con el que hemos estado tocando hasta hace poco y con el que ya "oficialmente" montamos el grupo y le pusimos el nombre al mismo. Aunque recientemente ha abandonado la formación y acaba de incorporarse un nuevo batería.

¿De quién fue la idea del nombre del grupo?

La idea del nombre fue un consenso entre los tres. Se propusieron algunos nombres y finalmente al anterior batería se le ocurrió meter alguna palabra que hiciera referencia a los Monty Python, ya que era muy fan de ellos y se le ocurrió "The Surf Monty", lo cual nos sonaba bien y lo españolizamos poniéndole el artículo delante, "Los Surf Monty". Nos sonaba bien y además nos pareció muy cinematográfico y nos gustó. 

¿De quién fue la idea de formar una banda de surf instrumental?

Pues Ángel ya venía barruntando la idea de hacer un grupo de surf instrumental.

Previamente ya montó una formación de surf que estuvieron algún tiempo tocando, luego se separaron y estuvo en otras historias musicales hasta que como digo me propuso un día la idea de una nueva formación para hacer música surf con la cual yo estaba encantado y aquí seguimos.

Vuestro repertorio está compuesto principalmente por temas de corte instrumental, aunque alguno tiene algo de letra. Una letra con un humor, digamos, muy sevillano. ¿No es cierto?

Jajaja... sí, es cierto. Bueno, realmente es en un tema concretamente que en alguna parte del mismo había que decir algunas frases como de miedo o suspense, y a mí lo que me surgió quedó enfocado más a la guasa que a otra cosa. 

¿Cuándo y dónde disteis vuestro primer concierto?

Nuestro primer concierto fue hace unos dos años y pico en la Sala Obbio y lo pasamos genial, no sabíamos cómo iban a reaccionar la gente ya que por aquí un concierto de música surf de un grupo de nuestras características la verdad es que no es que sea precisamente algo habitual, y lo cierto es que el público disfrutó mucho y quedó sorprendido y encantado. 

¿Tenéis algo grabado? ¿Hay intención/propuesta de registrar algún disco? ¿En qué formato os gustaría más ver vuestro trabajo grabado?

Tenemos tres temas grabados en estudio y en cuanto a lo de registrar algún disco es algo que no nos hemos planteado. A nosotros sí que es cierto que lo que nos gusta más es el hecho de tocar en directo y ver a la gente pasarlo bien con nuestra música y nosotros con ellos. Ahora bien, si surgiera la posibilidad de grabar algo en un formato así reducido para grabar algunas canciones y con su portadita ahí chula y tal pues sí que nos lo podríamos plantear. 

¿Cuáles son vuestros grupos de surf/instrumentales favorito? ¿Qué otros estilos/bandas os influyen a la hora de componer vuestra música?

Nos gustan Los Messer Chups, Straitjackets, Slacktone...y clásicos como The Ventures, The Trashmen...y por supuesto Dick Dale, hombre, por favor... jajaja.

Y luego ya pues nuestro repertorio es la mayoría covers, pero sí que tenemos un amplio abanico de estilos musicales que nos podrían influir. Fíjate que Ángel, nuestro guitarrista, que está formado en guitarra clásica pero que sucumbió al bendito veneno del rock and roll y el swing, lo mismo te toca el concierto de Aranjuez que se marca por derecho un “Johnny B. Goode” en toda regla. 

Aparte del surf y las instrumentales ¿Qué otros estilos os gustan a nivel personal?

Nos gusta de todo, ya te digo... desde por supuesto lo que más que es el rock and roll clásico, el swing, el rockabilly... y luego también más géneros como el soul, el funk-rock, grunge incluso, el blues...todo lo que suene bien y sea bueno... a mí me gusta hasta el flamenco... un compás por bulerías... me encanta... ¡eso es puro ritmo!  

Además de la música ¿Os influyen otras áreas/artes a la hora de componer? (cine, literatura, etc).

Nos influye mucho el cine. De hecho nuestra banda está muy enfocada al rollo cinematográfico, tenemos bastantes temas relacionados o que evocan al mundo del cine, las series, comics incluso...todo en un marco con ese aire retro y vintage que es lo que nos gusta.  

En vuestro repertorio ¿abundan más las composiciones originales o las versiones?

Nuestro repertorio es básicamente de versiones. Tenemos algún tema propio y algunas versiones que las enfocamos un poco a nuestro aire y tal, y hay algún tema de semana santa que hemos adaptado a nuestra versión surf particular... 

¿Cuáles son vuestras bandas entre las clásicas del surf/instrumental? ¿Y cuáles destacaríais del panorama actual?

Pues como dije anteriormente, en cuanto a bandas clásicas destacaríamos The Ventures, The Trashmen...y del panorama actual nos gustan Messer Chups, Straitjackets, Slacktone... 

¿Algo más que añadir? Muchas gracias por vuestra colaboración.

Nada más que añadir salvo agradeceros la entrevista y encantados de que hayáis contado con nosotros y hacernos partícipes de vuestro blog, y por supuesto saludar a todos vuestros lectores y seguidores y que espero veros en el próximo concierto para disfrutar juntos de una guasa y un compás a ritmo de surf. 

Nuestros planes pasan, como dirían en los ambientes futbolísticos, en ir partido a partido, es decir, no miramos mucho más allá de la próxima quedada en el local de ensayo, el próximo concierto que surja la oportunidad de tocar... etc. Y así paso a paso, día a día, lo que vaya surgiendo y por supuesto disfrutar con ello que es de lo que se trata.

Alfonso & Miguel Romero


Nosferatu hacia el vampiro

 

La mítica película Nosferatu de Murnau, que data de 1922, ha despertado pasiones e influenciado a artistas diversos, al igual que hiciera antes el inmortal libro de Bram Stoker Drácula. El pasado día 6 de octubre se cumplió el 35 aniversario de la actuación del grupo de Jordi Sabatés en la vigésimo tercera edición del Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges (6 de octubre de 1990) con su espectáculo Nosferatu hacia el vampiro. Este hecho fue un hito en el citado festival ya que normalmente no se combinaba cine con música en directo. Recordemos que Sabatés anteriormente había hecho junto al icónico Tete Montoliu el álbum Vampirya (1974). El extraordinario disco que salió de esta idea, Nosferatu hacia el vampiro, fue grabado en julio de 1991 y publicado por el sello Nuevos Medios el 20 de marzo de 1992. Como dato personal decir que siempre fui un admirador de la música del gran Jordi Sabatés y en especial de esta obra suya. Jamás me hubiera podido imaginar que además de mi banda actual, The Nafarrak, acabaría haciendo un grupo paralelo con el maestro Arcusa, uno de los artífices de aquella gesta musical.

Por desgracia no podemos contar con Jordi Sabatés (nacido el 23 de octubre de 1948 y fallecido el 11 de enero del 2022), pero si con uno de los protagonistas de esta historia, el propio Arcusa.

La figura de Alfredo es bien conocida en el mundo de la cultura. Profesor de batería y percusionista de renombre, ha tocado con las figuras punteras de la música catalana: Jordi Sabatés, Pau Riba, Toti Soler, Ovidi Montllor, Conrad Setó, Benjamín León, … Miembro fundador de los legendarios Altair, que por cierto, se acaban de editar dos conciertos perdidos de la banda cuyas grabaciones no sabían que existían, La noche mágica (5 Lunas), que recoge un concierto grabado el 22 de septiembre de 1989 en Jerez de la Frontera, y Live in the KGB (autoproducido). Ha colaborado en grabaciones de muchas bandas como Keppler, Amarok, Ciro Berenguer, y otras… Rememoremos que en este año lanzó su segundo trabajo con Blue Moon, grupo de revival y tributo al R’n’R de los 50, 60 y 70. Y actualmente milita en Alfonso Carlos López & Alfredo Arcusa Band, proyecto musical conmigo entre Navarra y Barcelona, con el cual debutamos en breve en un disco recopilatorio de bandas con dos temas por nuestra parte y que seguirá adelante a pesar de la distancia.

Volviendo al tema que nos ocupa, la gira de Nosferaru hacia el vampiro fue un frenesí de conciertos en teatros, ayuntamientos, auditorios, … por toda la geografía estatal. El grupo actuaba en un foso de orquesta mientras se proyectaba la película y que nos retrotraía a la época del cine mudo, donde los músicos acompañaban las imágenes de los films.

Es hora ya de que el maestro Arcusa nos desvele los secretos y anécdotas de este asunto.

¿Cómo acabas tocando con Jordi Sabatés e integrado en este ambicioso proyecto?

En febrero de 1986 me llamaron para grabar la batería en la música para un spot publicitario, el autor de esta música era Jordi Sabatés. La composición era al estilo de la música clásica, pero tenía una parte de swing muy suave y ahí es donde yo tenía que intervenir. Jordi quedó muy satisfecho con el resultado, así que tiempo después volvió a llamarme. En esta ocasión era grabar varios temas para una obra de teatro, y al terminar mi parte de grabación me propuso participar en el proyecto que tenía en mente: hacer la banda sonora para una de las películas más emblemáticas de la historia del cine. Era una película de cine mudo de 1922, pero tenía la particularidad de que había que tocarla en directo, simultáneamente al visionado de la película, y así es como empezó todo.

La gira fue trepidante, cuéntanos los conciertos que más te gustaran.

De aquellos conciertos yo destacaría sin duda el Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges, por el marco donde se celebraba y por el público tan "especial" que allí había. También el que hicimos en Santiago de Compostela, en un magnífico teatro y con un público muy receptivo. Y por supuesto las tres noches en el Instituto de Estudios Norteamericanos de Barcelona. Estos dos en octubre y noviembre de 1991, respectivamente... Pero todos los conciertos tuvieron su punto de fascinación.

Vuestra actuación en el Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges ha sido un hecho sin precedentes, refiérenos esto.

Pues como bien dice el enunciado, era un Festival de Cine y hasta aquel entonces, no nos constaba que hubiese habido nada similar a lo que hicimos: tocar la música en vivo simultánea a la proyección del film. Fue algo nuevo para el festival, por eso llamó tanto la atención.

Según me has contado, los continuos viajes en avión para los conciertos, la estancia en hoteles de la gira, y la importancia de las actuaciones, os hacían vivir a un ritmo frenético. ¿Eso os influía a la hora de tocar?

Pues no nos influía, porque las fechas nos permitían viajar con tiempo suficiente para descansar e incluso, alguna vez, poder visitar la ciudad donde se celebraba. Lo peor era cuando tocábamos en localidades más cercanas, pues el regreso se producía ya de madrugada. 

Jordi Sabatés tenía un gusto especial por los vampiros. Como ya ha salido antes registró además de este disco un excepcional trabajo con ese fenómeno del jazz que fue Tete Montoliu (Vampirya). Cuéntanos algo al respecto.

Si, es cierto. Jordi sentía fascinación por la historia de Drácula, por la supuesta inmortalidad del vampiro y por su encarnación del mal. Además de esto sentía una gran atracción por las películas en blanco y negro, por el juego de luces y sombras.

Según se cuenta, en muchas de vuestras actuaciones hubo tormentas fuertes y Sabatés decía que era el Conde Orlock que estaba allí. ¿Era tal la pasión que tenía por ese personaje y por lo sobrenatural?

Pues sí, creo que él sentía, de alguna manera, que una fuerza oscura le guiaba a la hora de componer la música de Nosferatu, así lo decía. Y eso unido a que casi todas las veces que actuábamos, se desataba una gran tormenta, con aguaceros espectaculares y fuertes ráfagas de viento que hacía que se escuchasen desde dentro del teatro, él llegó a pensar que alguna fuerza del más allá propiciaba esto. Bien sea como desaprobación por el concierto o bien sea por colaboración en crear el ambiente más adecuado.

Tu labor como batería y percusionista era muy complicada, ya que tenías que tocar perfectamente sincronizado con las imágenes y la música diferentes instrumentos de percusión sin un patrón rítmico establecido. ¿Cómo ves hoy lo que hiciste?

Lo veo como una apuesta arriesgada por mi parte, aunque llevando ya varios años dedicándome a la música, creo que estaba bien capacitado como para poder desempeñarlo exitosamente. No obstante, ha sido uno de los trabajos más difíciles que he realizado.

¿Qué ha supuesto para ti haber participado en algo tan maravilloso como esta gira y el disco?

Siempre lo digo, para mí fue algo único e irrepetible, y te diré más, lo he valorado mucho más con el paso del tiempo. En el momento, no era del todo consciente de la importancia y de la innovación que estábamos haciendo.

Sé que tienes muchas anécdotas de esta época, por favor expláyate.

Como anécdota, la primera y más significativa fue en noviembre de 1989, cuando teníamos que hacer el estreno, en la localidad de Tordera, en el límite de las provincias de Barcelona y Girona. Es un pueblo que tiene la Costa Brava a un lado y el macizo montañoso del Montseny en el otro. Pues bien, el escenario con la pantalla gigante estaba en la plaza del pueblo, al aire libre, y como era habitual esa tarde se desató una gran tormenta, con fuertísimas ráfagas de viento. Así que cuando llegamos al lugar no pudimos ni descargar los instrumentos. La pantalla había sido barrida y el escenario estaba completamente anegado, así como las calles de alrededor. El ayuntamiento nos invitó a cenar, tras lo cual regresamos a Barcelona sin actuar. Eso sí, en la primavera siguiente pudimos al fin hacer el estreno. Otra anécdota, en Sitges, al salir del concierto, tuvimos que ir esquivando calles pues, de la tormenta, el agua bajaba como auténticas riadas. Otra anécdota fue algún que otro escenario que "temblaba" con los crescendos de la música... En fin, hay muchas más, dos años de representaciones con sus consiguientes viajes dan para mucho.

Háblanos de tus compañeros en esta aventura, excelentes músicos además de Sabatés y de ti, que grabaron el disco y actuaron, como fueron Conrad Setó y Paul Stouthamer.

Conrad Setó y yo ya nos conocíamos desde hacía mucho tiempo, de hecho, yo ya había tocado en diversas formaciones con él. Conrad ejercía un poco como "hermano mayor" y consejero conmigo, lo cual a mí me venía muy bien. A Paul, en cambio, lo conocí directamente ya en el proyecto de Nosferatu. He de decir que el ambiente era muy agradable y en ocasiones divertido, había muy buen humor, y la nota seria la ponía Jordi, quizá porque, con algo de diferencia, era el mayor de los cuatro.

Por último, el periódico El País acaba de publicar un reportaje sobre este 35 aniversario del que estamos hablando, me imagino que te habrá hecho mucha ilusión y me consta que en su día fue cubierto por todos los medios de comunicación.

Por supuesto, estas cosas hacen siempre mucha ilusión y dan valor al trabajo realizado. Recuerdo también que, al día siguiente del Festival de Sitges, salió una breve escena de nuestro concierto, en el apartado cultural del Telediario primera edición.

Alfonso Carlos López



domingo, 28 de septiembre de 2025

EL QUE ME MIRA


EL QUE ME MIRA

Iba llegando esa hora tan temida. El momento en que mis ojos se apagaban poco a poco, el maldito sueño se apoderaba de mí.

¿Cuándo comenzaron a sucederme estas horribles pesadillas? Tenía miedo a mi dormitorio, sobre todo a mi cama. 

Pensé que si dormía en el salón, en el sofá, todo iría bien y ese temor desaparecería. Pero sólo me funcionó un par de noches.

Si me quedaba dormido en la cocina, aquel ser repugnante me acechaba en las sombras. Incluso probé a pasar la noche en algún hotel. Pero de nuevo ese ser me hacía una visita no deseada.

Nadie me creía. Incluso mis amigos me dejaron de hablar. Creen que estoy totalmente loco, les asusto.

En las primeras noches hubo alguien con el valor necesario para pasar la noche conmigo. Pero cuando otra persona se quedaba, nada ocurría. Ese ser no aparecía. Se escondía.

Visité a psicólogos, pero solamente decían que todo lo que me pasaba era  por el estrés. Estaba en mi cabeza, todo era una alucinación.  

No sabía qué era ese ser, simplemente existía. Sentía como me miraba mientras yo me encontraba tumbado en la cama.

Al principio de esta terrible historia eran sólo ruidos que provenían de debajo de mi cama. En la oscuridad de la noche se podía escuchar una respiración, y no era la mía. Tenía miedo, pensaba que de pronto algo de debajo de la cama saltaría sobre mí y me atraparía.

Una de las noches sentí que la sábana se iba deslizando hacia debajo de la cama. Como si alguien tirara de ella. La agarré fuerte y tiré de ella hacia mí. De repente mis ojos pudieron ver una mano, toda podrida, llena de úlceras sangrantes y cubierta de sangre...

Solté la sabana y me incorporé de pie sobre la cama. Pasé toda la noche ahí subido, apoyado en la pared.

Al amanecer tuve el valor de bajar de la cama y asomarme debajo. Vi que la sábana se encontraba toda arrugada, formando una pelota sucia

Las otras noches fueron a peor. Esa mano salía de debajo de la cama y, palpando sobre ella, intentaba atraparme. Solía quitarme la almohada de un tirón brusco y la metía debajo con ella. Notaba que me acariciaba los pies con sus dedos asquerosos y pringosos.

No podía dormir. Pasaron semanas o meses, no tenía ni idea del tiempo que llevaba aguantando esa situación.

Las noches las pasaba con las luces encendidas, leyendo, viendo la tele hasta el amanecer. 

Cuando el sueño me atrapaba por un momento, ese ser se ponía ante mí. Era un  ser repulsivo: Parecía un cadáver, un puto zombi sacado de una jodida película de Romero.

Mis nervios estaban rotos, me encontraba cansado, mal.

Me despidieron del trabajo, no tenía nada. Mis amigos me dieron de lado. Estaba completamente solo y acabado.

Y todas las noches lo mismo. El que me mira estaba de nuevo a mi lado.

Harto de luchar y sufrir, pensé dejar de seguir peleando. Dejar que esa cosa hiciera lo que tuviera que hacer y poner fin a esto.

¿Por qué no dejar que pasara esta noche?

Me encuentro en mi cama, tumbado, sin taparme. Ya puedo oír esa maldita respiración, los arañazos debajo de la cama, noto cómo sus manos tocan mis pies. Huele fatal en toda la habitación.

 Veo su cara aparecer poco a poco, saliendo de debajo de la cama. Sus ojos amarillos, su rostro podrido.

Se va incorporando y va subiendo lentamente a mi cama.

Noto su piel húmeda y pringosa, va subiendo por mi cuerpo. ¡Oh,  dios mío! ¿Por qué me ha pasado esto a mí? Tengo miedo, pero ya no puedo más.

Abro los ojos, lo tengo encima de mí. Su cara contra la mía. Abre su boca. Un hedor nauseabundo invade mi rostro, me dan ganas de vomitar.

No puedo mover ni un músculo de mi cuerpo, no puedo emitir sonido alguno. Estoy paralizado, sólo puedo ver y esperar.

 Noto como sus asquerosas manos me desgarran el vientre,  siento un dolor infrahumano. Veo como saca mis tripas y se las lleva a la boca, me esta devorando y no puedo hacer nada.

Mi propia sangre gotea sobre mí, siento cada desgarro en mi cuerpo.

Mi vida por fin se va apagando. Ya casi no noto dolor, sólo puedo oír cómo la boca de ese ser hace ruidos comiéndose  mi carne.

Mis ojos, llenos de lágrimas, observan cómo ese ser se acerca a mi cara, me mira fijamente y continúa dándose el festín conmigo.

Cuento y fotografía  Malina Murnau.


miércoles, 24 de septiembre de 2025

Uncle Charlie Combo “Homeward Bound”, EP, 45rpm. Cab7009, 2025.

 

Pues pido permiso a mis amigos Alfonso y Malina para que me permitan hablar un poco sobre el nuevo trabajo de la banda vallisoletana de rockabilly 50’s Uncle Charlie Combo y este nuevo EP que sale a la venta, Homeward Bound.

Homeward Bound traducido significa "De vuelta a casa", una vuelta tras diez años sin grabar nada. Lo último que sacaron fue un CD que recopilaba todos sus 45’s, y ya tenían a la peña del tupé y la brillantina hambrienta de su sonido, pero ya está aquí, han vuelto a casa para dejarnos cuatro magníficos temas que no hacen sino completar una discografía vasta en buen rockabilly. Cuatro temas, tres originarios + una versión de Buddy Holly (“Maybe Baby”) adaptada al español. Mezclado y producido por el gurú Ely Agramunt y grabado en los estudios Brasil de Madrid.

Pinchamos la cara A para que suene -"Ain't She Cool" (¿No es genial?), un estupendo rockabilly que recuerda al sonido de Dave and Deke Combo, caja y contrabajo marcando el ritmo y una guitarra juguetona en todo momento presente, más la singular voz de Carlos atacando la tonadilla como si bailara mientras canta. Le sigue "Fool No More" (Tonto nunca más), corte que apenas llega a los dos minutos, y continúa el camino marcado con la anterior, aunque en esta ocasión son las seis cuerdas de Carlos las que sobresalen con punteos continuos más cortos y agudos.

Damos la vuelta al vinilo y la cara B abre con el tema que da título al disco. Este "Homeward Bound"(De vuelta a casa) es un brillante instrumental muy clásico, recuerda mucho a cientos de instrumentales de los años 50, pero es original, bebe de aquéllos, pero suena más fresco y en estéreo, algo que Carlos tiene claro, si existe el estéreo no tiene por qué grabar en mono. Una petición desde aquí: hay algunas bandas que graban en mono para sonar como en los 50; creo que es un error, suenen en estéreo, es una mejora que no se puede desaprovechar), Uncle Charlie graba en estéreo y no pierde un ápice de su sonido. Y cierra el disco mi favorita, adaptación de un clásico de Buddy Holly, (uno de sus mejores temas, y de los que más ha pervivido hasta nuestros días con versiones varias, entre ellas de Bryan May, el guitarrista de Queen, y Paul "Beatle" McCartney, casi nada). En esta ocasión Carlos se atreve a adaptarla al español, algo que a mí personalmente me encanta, y en los coros recibe el acompañamiento de los Tihuya Cats (Raquel y Manolo) dándole más fuerza al estribillo. Por supuesto respeta la letra original, encaja como un guante en nuestro idioma e incluso se atreve a darle entonación a su voz al estilo Buddy Holly y queda una auténtica maravilla de tema. Sólo por esta canción merece la pena ya el disco, es maravillosa y refrenda la buena forma que actualmente tiene esta formación.

Pues aquí se acabó el EP, una joyita que si te pones en contacto con la banda a través de RRSS por 13€ lo tienes en casa en una semana. No os perdáis este "De vuelta a casa" del tito Charlie, que os va a gustar mucho.

Emirock Cortijo



jueves, 28 de agosto de 2025

The Sand

 

Año: Estados Unidos, 2015

Director: Isaac Gabaeff

Productores: Jordan Rosner, Gato Scatena, Juan Gallego, Thomas E. Nicholson, Justin Russell, Jacob Silver

Guionistas: Alex Greenfield, Ben Powell

Fotografía: Matt Wise

Música: Vincent Gillioz

Intérpretes: Brooke Butler (Kaylee), Cleo Berry (Gilbert), Cynthia Murell (Ronnie), Dean Geyer (Jonah), Meagan Holder (Chanda), Mitchell Musso (Mitch), Hector David Jr. (Vance), Nikki Leigh (Marsha), Bryan Billy Boone (Julian), Jamie Kennedy (patrullero Alex), Adam Powell (surfista), Dana Abed (Nour), Etalvia Cashin (Heather), Jennifer Churchich (novia), Michael Hunstman (novio), Lauren Moyer (chica en la playa), David Jason Perez (hípster con cresta).

Sinopsis: Tras una fiesta junto al mar para celebrar su graduación universitaria, un grupo de veinteañeros despierta en una playa privada y aislada. Pero, bajo la brillante luz de una mañana de vacaciones de primavera por lo demás normal, los desprevenidos jóvenes se dan cuenta de que, de alguna manera, la arena bajo sus pies está viva, lista para devorar a quien la toque. Ahora, mientras el número de muertos sigue aumentando, una entidad carnívora que no pueden ver aguarda pacientemente su más mínimo movimiento en falso. ¿Hay escapatoria de esta playa asesina?

En 1975 Steven Spielberg cambió el rumbo del cine con Tiburón (Jaws, 1975), inaugurando la era de los blockbusters veraniegos, arrebatándole temas y tropos a la serie B, y reconduciendo el negocio de cara a la industria y los productores en detrimento de los cineastas. Extracinematográficamente, como se ha dicho tantas veces, llevó el terror a las playas, mucha gente tuvo miedo en aquel verano de mediados de los setenta de meterse en el agua debido al impacto causado por el film que adaptaba el bestseller de Peter Benchley. No tardaron en hacer aparición, además de las esperables secuelas, oportunas y oportunistas cintas que plagiaban el éxito de Spielberg para Universal, caso de, ¡Tintorera! (René Cardona Jr., 1977), Piraña (Piranha, Joe Dante, 1978) o Barracuda (Barracuda, Harry Kerwin, 1978), reincidiendo en el riesgo que aguardaba al hombre al adentrase en el mar. Jeffrey Bloom, siguiendo la estela del trabajo de Spielberg le daría sin embargo la vuelta a la tortilla con Playa sangrienta (Blood Beach, 1981), donde el peligro costero acechaba y se ocultaba no en el agua, sino bajo la arena de la playa. Ya no era necesario entrar en el mar para encontrar la muerte. Una premisa afín a aquel título de principios de los ochenta es lo que nos proponía Isaac Gabaeff en su primer largometraje en ver la luz [1], aunque aquí lo no es una criatura crustacea lo que devora a los protagonistas sino algo venido de otro mundo o tal vez del fondo del mar.


Posters de Playa sangrienta (1981) y The Sand (2015), no hay lugar para las coincidencias

Isaac Gabaeff se licenció en animación y ejerció en tales tareas en James y el melocotón gigante (James And The Giant Peach, 1996), la siguiente propuesta de Henry Selick que seguiría a Pesadilla antes de navidad (The Nightmare Before Christmas, 1993), ahora sin Tim Burton tras la producción y adaptando una novela de Roald Dhal. Sin embargo, Gabaeff posteriormente sería contratado como consultor creativo para una empresa cinematográfica, entrando en el departamento artístico y trabajando en multitud de producciones para cine y televisión. Aunque siempre tuvo el gusanillo de dirigir su propia película.

No era la presente la cinta que nuestro protagonista tenía intención de rodar. Al parecer quería hacer un drama sobre cuatro personas en un velero que viajaban por Hawai, pero una serie de imprevistos dieron al traste con el soñado proyecto. Revisando guiones comprendió rápidamente que The Sand era el vehículo idóneo. El director, quien se confiesa fan del cine de terror, quería hacer algo con lo que se sintiera familiarizado, y una cinta del género era lo más adecuado para que todo saliera de la manera más natural. Se trata de un film de terror adolescente, pero su responsable no quiso que los protagonistas fueran un mero grupo de chavales con pocas luces cuyo único propósito en el film se limitara a ir muriendo en las garras de aquello que se oculta bajo la arena. Sino que quiso darles una mayor dimensión, para que los espectadores se identificaran con ellos, con sus ideas de cómo salir de esa situación, y que lo pasaran mal cuando los personajes eran devorados.

La trama transcurre, al igual que en Piraña 3D (Piranha 3D, Alexandre Aja, 2010), durante el Spring Break, las vacaciones estudiantiles de primavera que suelen celebrarse por marzo en los Estados Unidos. Un grupo de chicos pasan la noche de fiesta desmadrándose en la playa [2]. La regla es nada de móviles, para que a nadie se le ocurra hacer fotos o grabar videos y que lo suban a redes, por lo que recogen todos los celulares en una bolsa que guardan en el maletero de un coche. A la mañana siguiente, con una enorme resaca, los jóvenes se despiertan y se dan cuenta que sólo quedan ocho de ellos. No tardarán en advertir, por las malas, que algo se oculta bajo la arena y está acechando para engullirlos. De los chavales que se encuentran allí dos estaban en la caseta del socorrista, cuatro en un coche, uno atrapado en un bidón, y una última sobre un banco. Tras la muerte de dos de ellos, y de algunos pájaros, resulta obvio el peligro que les acecha al tocar la arena y que el resto de los asistentes a la fiesta no es que se fueran sin decir nada, sino que han sucumbido bajo las fauces de aquello que se oculta bajo el lugar. Los chicos no pueden pisar la arena si no quieren morir, quedando su espacio de acción muy limitado. Tienen que pedir ayuda, pero los teléfonos están en el maletero del coche y no es nada fácil su acceso. Además ¿hasta que punto de la playa esa criatura o lo que sea que aguarda hambriento puede atraparlos? Junto a la citada Playa sangrienta (el referente más obvio), apreciamos en The Sand ciertas similitudes con el episodio La balsa (The Raft) [3] de la antología Creepshow 2 (Creepshow 2, Michael Gornick, 1987), y hay quien ha querido ver también referencias a Temblores (Tremors, Ron Underwood, 1990) [4] e incluso a Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979).

Algo oculto bajo la arena está hambriento

Estamos, obviamente, ante una película de terror de bajo presupuesto. Gabaeff dispuso de sólo doce días para filmarla. Eso sí, la postproducción se alargó bastante. Tuvo la suerte, empero, que la compañía Frightfest se interesara por ella y le proporcionara una gran visibilidad, obteniendo incluso algunas críticas muy positivas y un buen recibimiento por parte del público. El film hace de la necesidad virtud. Por suerte, y como ocurre en tantas ocasiones, todo funciona mejor cuanto menos vemos, y los guionistas van dosificando la aparición de la criatura que se oculta bajo la playa, a la que no llegamos a vislumbrar (al menos buena parte de ella) hasta avanzado el metraje y, ciertamente, es lo menos conseguido. Un ser tentacular creado con un CGI que no resulta del todo convincente. Todo lo contrario que los sangrientos efectos (también digitales) de algunas muertes, bastante explícitos pero muy logrados. También resulta un acierto del libreto que no nos digan la procedencia de la criatura. Sabemos que sale de un huevo (que parece un meteorito) que encuentran en la playa un par de chavales durante la fiesta. Pero ¿procede de otros mundos o tal vez se trata de un ser abisal? Lo que está claro es que tiene hambre y conforme más se alimenta más grande se hace.

Respecto al joven elenco de actores, se reconoce entre los protagonistas a Hector David Jr., que fue el primero en ser elegido y a quien el respetable ya había visto en Percy Jackson y la maldición del rayo (Percy Jackson & the Olympians: The Lightning Thief, Chris Columbus, 2010) y en un puñado de producciones de los Power Rangers en el rol de Mike, el de color verde. Un tipo con aptitudes acrobáticas que se aprovecharían en la cinta. El rol principal recae en Brooke Butler, a quien los fans del cine de terror conocían de All Cheerleaders Die [tv/dvd/br: All Cheerleaders Die. Todas las cheerleaders muertas, Lucky McKee y Chris Sivertson, 2013]. Y en un papel secundario tenemos a Jamie Kennedy, celebrado por el fandom por encarnar al cinéfilo Randy Meeks en las dos primeras entregas de la saga Scream. La mayoría de los integrantes del cast se ajustan al modelo habitual en el cine de terror teen desde el cambio de siglo hasta hace unos años donde los jóvenes protagonistas acostumbraban a ser chicos/as guapos/as y con trabajados (y/o retocados) físicos, y Gabaeff no tiene problema en lucirlos. Dos de los mozalbetes, que podían haber participado en cualquiera de las entregas de las sagas La hermandad o 1313 de David DeCoteau, exhiben belleza y musculatura. Pero son sobre todo ellas las que más muestran palmito. Una de las muchachas se presenta en topless, será la primera en ser tragada por lo que acecha bajo la arena (no le dura mucho la resaca), y las otras tres visten unos pequeños bikinis. Mas ello no quita que sean las féminas las más fuertes y aguerridas en la película y las verdaderas protagonistas de la función. Desde comienzos de los 2000 el mal llamado antes sexo débil se fue haciendo con las riendas del género de terror (principalmente del terror adolescente), sin tener (al contrario que de unos años a esta parte) que desprenderse de la belleza y/o el erotismo ni avergonzarse por ello. Kayle (Brooke Butler), Chanda (Meagan Holder) y Ronnie (Cynthia Murell) se erigen sin problema como las heroínas de este trabajo, las más listas y decididas a salir de allí con vida.

Efectos digitales sangrientos para The Sand

The Sand no es elevated horror, no habla de grandes temas ni pretende aleccionar a nadie. Es una tan sencilla como efectiva cinta de terror teen de corte veraniego/playero que dura unos 84 minutos, bien llevada por su director, ingeniosamente escrita por sus dos guionistas (pese a algunos diálogos amorosos que lastran un poco la acción pero que no tacha sus virtudes) y con unos entregados intérpretes que dan muy bien el tipo y alegran de paso la vista. Y tiene además un estupendo desenlace, muy adecuado a su espíritu de serie B de toda la vida. Los supervivientes creen haber vencido, pero ese triunfo es sólo parcial. Si al final de Abierto hasta el amanecer (From Dusk Till’ Dawn, Robert Rodriguez, 1996) un plano aéreo nos mostraba que bajo la Teta Enroscada se encontraba un templo azteca, y había un auténtico cementerio de camiones y demás vehículos de los incautos caídos a lo largo de los años bajo los colmillos de los vampiros y vampiras del lugar; de igual manera Isaac Gabaeff nos enseña al elevar la cámara un enorme socavón en la arena que nos alerta por un lado que la criatura se ha ido y por otro de las enormes dimensiones que ésta ha alcanzado; a continuación vemos una gigantesca sombra bajo el mar en dirección a una luminosa ciudad que no sabe lo que le espera. La victoria de nuestros protagonistas es una ilusión, ellos han salido vivos del percance (que no ilesos todos), pero es un triunfo sólo personal y quién sabe si incluso temporal.

Alfonso & Miguel Romero

[1] Tras el documental Peoplewatching (2003), rodado en la esquina de su casa en San Francisco, y antes del estreno del título que aquí nos ocupa, Isaac Gabaeff había dirigido la película The Art of Storytelling, que se vería después.

[2] La parte de la fiesta es donde, reconocía el director, pudieron soltarse un poco, probar cosas diferentes en su filmación. Reconociendo la buena labor de los montadores para ensamblarlas y darles forma coherente.

[3] Basado en el cuento homónimo de Stephen King.

Jamie Kennedy grita de dolor

martes, 26 de agosto de 2025

sábado, 23 de agosto de 2025

Scorcia Big Band Boom: Raíces (Meseta Records, 2025).


 Tras tres videoclips para su promoción a través de Youtube y las redes sociales, al fin ve la luz Raíces, el nuevo álbum de Scorcia Big Band Boom, o lo que es lo mismo, la orquesta de swing del inquieto Miguel Ángel Scorcia.

Cambian de discográfica tras un primer CD y un EP de temática navideña para Mitik Records, el sello de Aurelio Morata, miembro fundador de los Rebeldes, pasando ahora a la muy activa Meseta Records.

Como su ídolo Brian Setzer, recupera para este formato temas escritos y grabados hace unos años con su trío de rockabilly, en su caso los Cat Club (actualmente aparcados), “Rockabillyland”, del álbum homónimo de 2013, que en esta nueva versión con la orquesta presentaran como el primer videoclip del presente trabajo, y “Otro ocupará mi lugar” de su ya lejano primer álbum. Versiones de otros artistas tenemos dos, el clásico “I’m Ready” de Fats Domino y el “Dentro de la ley” de sus amigos los Zigarros.

Los diez temas del disco se completan con seis canciones nuevas, las movidas “Ça va bien” (con toques ska y guiño al tema principal de la película El Padrino), “Dame otra oportunidad” (ambas ya las conocíamos de los videoclips) y “Sabes que te quiero”, que cierra el trabajo; una balada, “Mar de amor”; y dos medios tiempos, “Un gato y una sardina” y la muy superior “Qué hago yo aquí”.

Anunciado también en vinilo, la edición CD y para plataformas incluye tres bonus tracks: “Ça va bien”, extraída de la maketa con una letra completamente distinta, y dos cortes en directos grabados en Palisonic, Gandía, “Las chicas guapas van al Joy” (de su primer CD) y una versión que toda banda de swing que se precie incluye en su repertorio, el “Tu vuo fa l’americano” de Renato Carosone.

La música, las letras, los arreglos, todo muy trabajado y perfecto para el que sin duda es uno de los discos del año para los aquí firmantes.

Alfonso & Miguel Romero

lunes, 18 de agosto de 2025

Tiburón, 50 años después.

 

Vamos a celebrar el 50 aniversario de una de las películas más importantes del cine, así sin rodeos. La película que inventó el blockbuster veraniego, y provocó que aquel verano del 75 nadie pasara de mojarse las rodillas, sin dudar de lo que había bajo el agua.

 Una de las mejores películas de terror de la historia, y una de las mejores películas de su director Steven Spielberg, que decir eso es decir mucho de un realizador con diez nominaciones al Óscar a mejor dirección, ganando dos de ellas, que tiene entre sus obras hitos como E.T. El extraterrestre (1982), En busca del arca perdida (1981), Jurassic Park (Parque Jurásico) (1993), La lista de Schindler (1993), Salvar al soldado Ryan (1998), La guerra de los mundos (2005) o Minority Report (2002), así que sin más entremos a contar cómo se gestó esta joya, cómo fue el rodaje, la trama del film, los roles principales y que provocó después, seguro que os gustará.

 Episodio 1: El guion. Hay algo bajo el agua.

Steven Spielberg rodó su primera película en 1971, un telefilme de suspense llamado El diablo sobre ruedas, una estupenda obra de suspense en una dinámica persecutoria digna del maestro Hitchcock. Cuando los productores Richard Zanuck y David Brown de Universal compraron los derechos de la novela de Peter Benchley y vieron el filme del joven Spielberg, pensaron que ese mismo suspense podrían trasladarlo del asfalto al océano, así que decidieron contratar al joven novato. Spielberg trabajaba ya en Universal pero no tenía un gran proyecto entre manos, estaba en postproducción de su segundo film, Loca evasión (1974), hasta que vio un primer boceto de guion en las oficinas donde asomaba el título de 4 letras: Jaws, leído el guion, que no convenció a Spielberg; leyó la novela de Peter Benchley, un libro de ficción inspirado en una serie de ataques de tiburones que tuvieron lugar en la costa de New Jersey en 1916, pero el joven Steven pensaba que los personajes no eran agradables, no hacían al público sentirse atraídos por ellos, aunque veía que la historia tenía mucho potencial, así que tuvo que trabajar a fondo el primer guion de Benchley y cambiar varias cosas.  Por ejemplo, en el libro la mujer de Brody mantiene un romance con el biólogo Hooper, eso hacía ver al espectador que el matrimonio no era idílico, no se identificaba con el ideal americano, por lo que prefirió obviarlo; otro cambio es que Spielberg se centra más en la crítica al capitalismo y corrupción del alcalde de Amity, queriendo abrir a toda costa la playa, para agradar a los avariciosos empresarios hoteleros del pueblo, algo que no es tan evidente en la novela. Y el mayor cambio sin duda radica en la ansiedad y el miedo que provoca el tiburón sin ser mostrado; algo que leyendo el libro te imaginas al momento, pero que en la película apenas vemos.

 Spielberg era consciente de que necesitaba un gran éxito, pues se sentía acomplejado frente a los logros de sus colegas De Palma, Scorsese, Coppola y Lucas, todos ya con algún triunfo en su filmografía, así que rogó para que le dieran la dirección a él. Cuando Zanuck y Brown le compraron los derechos a Benchley le garantizaron que se haría cargo del guion, pero al final acabó abandonando el proyecto por desavenencias con Spielberg. Eso sí, tuvo un cameo como reportero de televisión para hacer las paces con el director de Cincinnati. Año y medio antes de empezar a rodar Zanuck y Brown encargan a Josep Alves (diseñador de producción) la construcción del animatronic mecánico del gran blanco, (del cual se hicieron 3 unidades, al cual pusieron de nombre Bruce en honor al abogado picapleitos de Spielberg). Pero cuando la novela se puso a la venta en febrero de 1974 fue un éxito inmediato, los productores empezaron a meter prisa para empezar a rodar en mayo. Así que el rodaje comienza sin tener a la bestia mecánica probada en el mar.

Con el libreto de Benchley, Spielberg le pidió a Carl Gottlieb que le diera una vuelta al guion, y después de muchas discusiones, consiguieron construir un relato perfecto. Se dice que el monólogo de Quint sobre el Indianapolis, y el humor negro que recorre el film es adjudicable a Gottlieb, aunque la escena del sheriff Brody cuando se ve frente a frente al tiburón, da unos pasos atrás y dice, "va a necesitar un barco más grande" fue improvisada por el actor. Estos momentos son clave en el éxito del film, pues son monólogos que se quedan grabados para siempre en la memoria del espectador, y eso habla del buen trabajo en el pulido final del guion.

Episodio 2: El rodaje. Con el agua a los tobillos.

El rodaje se inicia el dos de mayo de 1974, con un calendario inicial de 55 días de trabajo, pero nada surgió según lo planeado y se estiró hasta los 159 días, cinco meses y medio.

Se pensó erróneamente que la parte actoral y la parte de efectos especiales del tiburón se podrían rodar al mismo tiempo, y esta decisión afectó gravemente al desarrollo del rodaje. En este sentido Tiburón supuso un antes y un después para la industria, algo a lo que todas las películas con efectos visuales se tendrían que enfrentar en adelante; y de un primer presupuesto previsto de 3'5 millones de dólares finalmente alcanzó los 12 millones, cuatro veces más que una producción de la época. Para Spielberg, director y el más joven de todos los empleados del proyecto, aquello supuso un auténtico quebradero de cabeza diario, confesando en una entrevista "al principio uno espera un viaje idílico en tren, al cabo de un mes solo rezas para llegar a destino como sea... eso fue Tiburón".

 Spielberg quería verosimilitud y decidió rodar en escenario real, a pesar de que la Universal le sugirió un gran tanque de agua que tenían a su disposición en los estudios. Finalmente, aquél se salió con la suya y el escenario escogido fue la Isla de Martha's Vineyard, en Massachussets, cuyas playas se escogieron porque se podía hacer pie a 20 km mar adentro, lo que permitía que se pudiera trabajar con el tiburón mecánico con cierta agilidad. Pero el rodar en exteriores trajo muchos problemas: "gente con sus barquitas colándose en plano", "lentitud en preparar las secuencias", "el agua del mar estaba helada y todo se movía con el oleaje", "hubo una gran tormenta que paró la producción", y lo peor de todo fue el agua salada. Se habían hecho pruebas con el tiburón en tanques de agua dulce y claro, cuando el agua salada entró en contacto con los mecanismos de hierro del tiburón éste dejaba de funcionar e incluso se hundió más de una vez.

Pero los retrasos y problemas de rodaje sirvieron para afinar el guion. John Milius, amigo de Steven se pasó por allí y aportó su granito de arena. Y lo mejor de todo fue el cambio de género que dio la película; pasó de ser una monster movie estilo Godzilla a una película de suspense a lo Alfred Hitchcock, donde el terror es sugerido y mostrado solo a cuentagotas, lo que genera una gran inquietud en el espectador. Spielberg se vio obligado, debido a las averías del monstruo mecánico, a sacarlo menos en pantalla, dosificarlo a lo largo del metraje y apenas dar información visual del monstruo, lo que creaba un Terror hacia lo desconocido que genera un nivel de suspense y realismo muy potente para el público. De hecho, a partir de aquí, este estilo de sugerir más que mostrar será imitado hasta la saciedad en el género de terror. La maestría, el talento, y el ingenio con el que supo manejarse el joven Spielberg lo convirtió en un referente, y al film en una obra histórica.

 Para el reparto principal la productora sugirió a Charlton Heston en el papel protagonista, pero el realizador no quería a una gran estrella. Pensaba, con razón, que ésta le quitaría peso a la gran estrella, el tiburón, así que se decidieron por Roy Scheider, que venía de un papel secundario en French Connection (Contra el imperio de la droga) (The French Connection, William Friedkin, 1971) y que bordaría el sobrio papel de sheriff. Para el biólogo marino, Spielberg quiso a Richard Dreyfuss, que ya trabajó con Lucas en American Graffiti (American Graffiti, 1973), y para el viejo pescador Quint pensó que era un papel idóneo para Sterlyn Hayden o Lee Marvin, pero no pudo llegarse a un acuerdo económico con ninguno de los dos. De este modo fue Robert Shaw quien acabó haciendo el papel, ya que venía de hacer de gánster en El golpe (The Sting, 1973) y gustaba a Spielberg su estilo seco y rudo. Para la esposa y gran apoyo del jefe Brody contrataron a la mujer del presidente de Universal, Lorraine Gary, actriz ocasional, lo que ayudó sobremanera a que Spielberg pudiera terminar el film, ya que cuando peor iba el rodaje, "digamos que nadie se atrevió a cancelar una película donde aparecía la mujer del jefazo". Para el rol de alcalde de Amity, el joven cineasta se lo pidió a Murray Hamilton, actor al que idolatraba por su papel en el film FBI contra el imperio del crimen (The FBI Story, Mervyn LeRoy, 1959). Por último, mencionar también a Susan Backline, la primera víctima del escualo, una especialista en escenas acuáticas que lo hizo espectacularmente.

Episodio 3: La BSO. La música del diablo.

 Mención especial merece la banda sonora que el maestro John Williams compuso para Spielberg en su primera colaboración juntos. El compositor consiguió con la máxima sencillez crear miedo en el espectador, a pesar de que el director cuando la oyó la primera vez pensaba que era una broma. Más tarde reconoció que la música era la mitad del éxito del film: una melodía grave de contrabajo y chelos, que consta de dos simples notas de manera lenta y pausada, con el tempo acelerando a medida que la cámara se acerca a la víctima, añadiendo una tuba que le da un toque de aventura clásica. Así y sin necesidad de mostrar al monstruo transmitía al oyente peligro y terror. Por este soniquete tan simple y especial, Williams ganó su segundo Óscar y el Globo de oro, además está considerada la sexta mejor BSO de la historia del cine, y lo más importante: está incrustada en la memoria popular para toda la eternidad. A partir de aquí, siempre trabajarían juntos Spielberg y Williams.

Episodio 4: Sinopsis. En las mandíbulas de la bestia. El argumento de la película...

 En la pacífica isla de Amity algo oscuro y malvado subyace bajo el agua, amenazando a los bañistas. A los cuatro minutos de cinta ya tenemos el primer asesinato, algo desgarra hasta la muerte a una joven que se metió en el mar de noche, y al día siguiente aparece parte de su cadáver en la playa. La primera intención del sheriff Martin Brody, recién nombrado jefe de policía, es cerrar la playa y averiguar qué le ha pasado a la chica. Pero aquí topa con el alcalde Larry Vaughn y los empresarios del pueblo, y es que la isla vive del turismo y el cuatro de julio esperan llenar las playas de turistas que vengan a gastar y llenar sus arcas, y nadie podrá impedir que eso ocurra, ni siquiera el jefe de policía. Pero vuelve a suceder, esta vez da muerte a un niño en el agua a pleno día y delante de todos los bañistas, por lo que deciden dar una recompensa de 3000$ a quien capture al tiburón. Todos quieren el botín y salen en sus barquitas a pescar al devora-hombres, pero no están preparados y la escena es tragicómica. Aparece en escena Hooper, el biólogo marino que Brody llamó por teléfono para pedir asesoramiento y será de gran ayuda por sus conocimientos. También aparece Quint, un pescador especialista en cazar tiburones que solicita 10000$, aunque en principio no llegan a un acuerdo con él y de nuevo vuelve a suceder. Otra víctima, esta vez en la laguna de poca profundidad y con el hijo mayor del sheriff de testigo que queda traumatizado con la escena. Ahora sí hacen caso a Brody y cierran la playa, y deciden darle a Quint lo que pide, dando comienzo una película distinta, un film de aventuras en alta mar al más puro estilo Moby Dick (Moby Dick, John Huston, 1956) o 20.000 leguas de viaje submarino (20,000 Leagues Under the Sea, Richard Fleischer, 1953). Este tercer acto sirve para tener un desarrollo más profundo de los personajes, en una escena donde beben y charlan sobre las cicatrices que cada uno de los personajes tiene en su cuerpo, momento donde se luce Robert Shaw en  un monólogo sobre el barco Indianapolis que estremece al espectador con su testimonio: justo a la hora y 18' minutos de cinta es cuando vemos por primera vez en todo su esplendor a la bestia, un "carcarodom carcarias" de ocho metros, y ahí es cuando Brody suelta su mítica frase entre el humor y el horror: "necesitará un barco más grande".

 La lucha entre el gran blanco y los tres hombres se torna desigual, cuando vemos el pesquero "Orca" ya inundado, entonces Hooper decide meterse en una jaula anti -tiburones y hundirse en el agua para intentar, sin éxito, pinchar un veneno al escualo. La jaula quedará destrozada y Hooper es desahuciado en el fondo del mar. La barca yace medio hundida y es cuando Quint es tragado por el animal en una escena que aún hoy pone los pelos de punta por su crudeza, ausencia de música, y los gritos de dolor del pescador pescado. Ya solo queda Brody, que en un intento desesperado de salvarse golpea a la bestia con una botella de oxígeno, y ésta queda atrapada en la afilada y mortal dentadura del animal. Así, Brody se sube al mástil del pesquero, y con varios disparos de escopeta consigue darle a la botella, para explotar y hacer pedazo al devora-hombres. Increíblemente, el tipo que odia el agua, el marino novato, es el que consigue vencer al rey del mar, y en un epílogo feliz vemos a Hooper salir a la superficie y juntos emprenden el camino a la playa a nado, flotando entre bidones.

 Un dato importante a recordar es que para la escena de la jaula en el mar se usaron tiburones reales. Me explico: se contrató a Ron y Valerie Taylor, documentalistas, para rodar imágenes de tiburones reales e incluirlas en la película, pero ellos aclararon que los tiburones del mar de Australia miden cuatro metros y no los ocho que mide en la película. Entonces Spielberg tuvo la idea de contratar a un actor de tamaño pequeño, Carl Rizzo, y meterlo en una jaula pequeña, eso haría que los tiburones parecieran el doble de grandes, así que toda esa escena está rodada realmente con un hombre entre tiburones, excepto el momento en que rompe la jaula, ya que ahí pusieron a un maniquí, pero sí, todo está rodado con tiburones reales.

 A Destacar tres escenas, tres momentos del film que me gustan especialmente, que elevan el nivel de la cinta subiendo a la categoría de genio a Spielberg, y que es todo un heredero de los clásicos, a los que rinde homenaje, imita, e intenta superar:

 1 -el jumpscare de la cabeza del pescador: para ser Spielberg es muy gore, pero claro, eran sus inicios y todavía no estaba tan atado a la taquilla y al gran público, y si es una película de terror tiene que tener un susto tramposo, y aquí aparece ¿Quién no ha pegado un respingo cuando el buzo mueve el bote y aparece una cabeza?

 2- el asesinato del pequeño Kitner, una escena que vemos en plano-contraplano la perspectiva del jefe Brody y mientras muere el niño. Destaca el padecimiento del sheriff, su miedo al agua, su responsabilidad con sus paisanos y su temor a la bestia, y vemos como continuamente es tapado por los bañistas, creando un desasosiego e incomodidad en el espectador, para acabar con un zoom y un primer plano de Brody donde apreciamos el horror por lo ocurrido.

 3- el momento de despedida justo cuando van a zarpar de Brody con su esposa. Recuerda enormemente al momento despedida de Centauros del desierto (The Searchers, John Huston, 1956) entre Ethan y su cuñada; y mientras Ellen le está diciendo que le ha puesto las gafas junto a los calcetines, Quint está insultándola de manera disimulada, en un primer plano está la pareja despidiéndose y de fondo Quint; dejando claro que uno es un lobo solitario y el otro un hombre de familia que no se parecen en nada. Sin embargo, el tipo duro acabará muerto y el débil será quien triunfe, terminando el plano con el "Orca" saliendo de puerto, entre unas mandíbulas de escualo. Ya te digo, tres escenas inolvidables.

 

Episodio 5: Una pesadilla eterna.

Tras un primer preestreno en Dallas, los gritos de los espectadores y la emoción en la sala ya anticipan el éxito que va a ser el film. Los productores Zanuck y Brown se abrazan porque saben que será un gran taquillazo, y vaya si lo es, la película más taquillera de la historia (en su momento), superando a todas las anteriores, (El exorcista, Lo que el viento se llevó, Sonrisas y lágrimas, ...), siendo superada dos años después por La guerra de las galaxias (Star Wars, 1977) de su amigo George Lucas. Así que con un presupuesto de doce millones consiguió la escalofriante cifra de cuatrocientos setenta y cinco millones, una cifra impensable y todo un hito que catapultó a su director, y lo elevó a referente para unos años ochenta simplemente perfectos para Spielberg, y una década de los noventa no menos gloriosa. En cuanto a premios la película logró tres premios Óscar (mejor montaje, mejor sonido y mejor BSO), aunque perdió el más importante, el Óscar a mejor película que se lo llevó quizás merecidamente Alguien voló sobre el nido del cuco (One Flew Over the Cuckoo’s Nest, Milos Forman, 1975). La BSO consiguió además un Grammy, un Globo de oro, y un Bafta. Y Berna Fields, la montadora de la cinta, consiguió el reconocimiento de los editores estadounidense por mejor montaje. Está incluida en muchas listas de las mejores película de la historia (puesto 56), mejor película de suspense de la historia, mejores BSO de la historia, mejores villanos del cine, mejores frases de la historia del cine "necesitará un barco más grande", o los cien momentos más terroríficos del cine. En 2006 la Biblioteca del Congreso la seleccionó para ser preservada como una película culturalmente importante.

 Pero quizás su legado más importante para el cine es que cambió la forma de trabajar de los grandes estudios. Estos solían estrenar de manera lenta y escalonada, por lo que las películas llegaban a cada país con demasiado tiempo de diferencia. Para ver la película que te interesaba, realmente tenías que buscarla, era una locura pensar que en un multicines se estrenara en varias salas el mismo film.  Tiburón cambió eso, se estrenó de manera simultánea en muchas salas y con una gran campaña de marketing y spots en televisión, algo inusual hasta entonces. Además, toda una mercadotecnia que hacía imposible no enterarte que la película había llegado a las salas, con camisetas, tazas y todo tipo de merchandising que llegaban a los supermercados y centros comerciales, que serían base de las nuevas salas multicine. Tiburón dejó patente además que, en la nueva era de los blockbusters, la fecha idónea de estrenos era el inicio del verano, y comenzó una nueva era en Hollywood donde el cine de autor quedó desplazado por el cine de los productores, con historias más sencillas, más fáciles de vender, alta tecnología y un montaje frenético, que generen beneficios rápidamente. La era de los productores había llegado y los estudios comenzaron a reafirmar su poder.

 El film generó tres secuelas directas, que siendo filmes entretenidos y rentables no le llegan ni a los tobillos a la original. Sólo la primera secuela, con la mayoría de actores repitiendo su rol, se le acerca en calidad. Además, generó todo un subgénero de monstruo marinos con películas que pretendían llegar a su nivel. La misma Alien, el octavo pasajero (Alien, Ridley Scott, 1979) fue vendida al estudio como "tiburón en el espacio". Y poco después llegaron Orca: La ballena asesina (Orca, Michael Anderson, 1977), Grizzly (Grizzly, William Girdler, 1976), Piraña (Piranha, Joe Dante, 1978), La bestia bajo el asfalto (Alligator, Lewis Teague, 1980), ¡Tintorera! (René Cardona Jr, 1977), Deep Blue Sea (Deep Blue Sea, Renny Harlin, 1999), Open Water (Open Water, Chris Kentis, 2003), "El Arrecife" o"Infierno azul " claramente hijas todas de Tiburón. Mención aparte merecen las películas de la saga Sharknado de la productora Asylum que se han pasado al juego de la sharksplotation con tiburones de tres cabezas, Sharktopus [tv: Sharktopus, Declan O’Brien, 2010], Ghost Shark [tv: Tiburón fantasma, Griff Furst, 2013], o Roboshark [tv: Robotiburones, Jeffery Scott Lando, 2016].

 También ha generado dos atracciones en los parques temáticos de Universal Studios, un par de musicales, Jaws el musical, y varios videojuegos. Pero también provocó un problema, el llamado "efecto tiburón": ese año 1975 hubo numerosas personas que cambiaron sus vacaciones de verano, pues realmente cogieron miedo al agua, además hubo más avistamientos de tiburón que ningún otro año anterior, y una caza cruel e indiscriminada de escualos, que llegaron a poner en peligro de extinción a la especie que desde entonces no se ha recuperado de esa mala fama por culpa de la película. Y es que es un hecho que los perros matan más personas anualmente que los tiburones, pero eso es algo que a nadie le interesa ni le gusta leer, una verdad incómoda. Como otra gran verdad es que el cine es una mentira, un truco, un engaño, es ficción que se nos muestra en una sala oscura y ahí debe quedar, para alimentar nuestros sueños... y nuestras peores pesadillas.

Emilio Cortijo