
La mítica película Nosferatu de Murnau, que data de 1922, ha despertado pasiones e influenciado a artistas diversos, al igual que hiciera antes el inmortal libro de Bram Stoker Drácula. El pasado día 6 de octubre se cumplió el 35 aniversario de la actuación del grupo de Jordi Sabatés en la vigésimo tercera edición del Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges (6 de octubre de 1990) con su espectáculo Nosferatu hacia el vampiro. Este hecho fue un hito en el citado festival ya que normalmente no se combinaba cine con música en directo. Recordemos que Sabatés anteriormente había hecho junto al icónico Tete Montoliu el álbum Vampirya (1974). El extraordinario disco que salió de esta idea, Nosferatu hacia el vampiro, fue grabado en julio de 1991 y publicado por el sello Nuevos Medios el 20 de marzo de 1992. Como dato personal decir que siempre fui un admirador de la música del gran Jordi Sabatés y en especial de esta obra suya. Jamás me hubiera podido imaginar que además de mi banda actual, The Nafarrak, acabaría haciendo un grupo paralelo con el maestro Arcusa, uno de los artífices de aquella gesta musical.
Por desgracia no podemos contar con Jordi Sabatés (nacido el 23 de octubre de 1948 y fallecido el 11 de enero del 2022), pero si con uno de los protagonistas de esta historia, el propio Arcusa.
La figura de Alfredo es bien conocida en el mundo de la cultura. Profesor de batería y percusionista de renombre, ha tocado con las figuras punteras de la música catalana: Jordi Sabatés, Pau Riba, Toti Soler, Ovidi Montllor, Conrad Setó, Benjamín León, … Miembro fundador de los legendarios Altair, que por cierto, se acaban de editar dos conciertos perdidos de la banda cuyas grabaciones no sabían que existían, La noche mágica (5 Lunas), que recoge un concierto grabado el 22 de septiembre de 1989 en Jerez de la Frontera, y Live in the KGB (autoproducido). Ha colaborado en grabaciones de muchas bandas como Keppler, Amarok, Ciro Berenguer, y otras… Rememoremos que en este año lanzó su segundo trabajo con Blue Moon, grupo de revival y tributo al R’n’R de los 50, 60 y 70. Y actualmente milita en Alfonso Carlos López & Alfredo Arcusa Band, proyecto musical conmigo entre Navarra y Barcelona, con el cual debutamos en breve en un disco recopilatorio de bandas con dos temas por nuestra parte y que seguirá adelante a pesar de la distancia.
Volviendo al tema que nos ocupa, la gira de Nosferaru hacia el vampiro fue un frenesí de conciertos en teatros, ayuntamientos, auditorios, … por toda la geografía estatal. El grupo actuaba en un foso de orquesta mientras se proyectaba la película y que nos retrotraía a la época del cine mudo, donde los músicos acompañaban las imágenes de los films.
Es hora ya de que el maestro Arcusa nos desvele los secretos y anécdotas de este asunto.
¿Cómo acabas tocando con Jordi Sabatés e integrado en este ambicioso proyecto?
En febrero de 1986 me llamaron para grabar la batería en la música para un spot publicitario, el autor de esta música era Jordi Sabatés. La composición era al estilo de la música clásica, pero tenía una parte de swing muy suave y ahí es donde yo tenía que intervenir. Jordi quedó muy satisfecho con el resultado, así que tiempo después volvió a llamarme. En esta ocasión era grabar varios temas para una obra de teatro, y al terminar mi parte de grabación me propuso participar en el proyecto que tenía en mente: hacer la banda sonora para una de las películas más emblemáticas de la historia del cine. Era una película de cine mudo de 1922, pero tenía la particularidad de que había que tocarla en directo, simultáneamente al visionado de la película, y así es como empezó todo.
La gira fue trepidante, cuéntanos los conciertos que más te gustaran.
De aquellos conciertos yo destacaría sin duda el Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges, por el marco donde se celebraba y por el público tan "especial" que allí había. También el que hicimos en Santiago de Compostela, en un magnífico teatro y con un público muy receptivo. Y por supuesto las tres noches en el Instituto de Estudios Norteamericanos de Barcelona. Estos dos en octubre y noviembre de 1991, respectivamente... Pero todos los conciertos tuvieron su punto de fascinación.
Vuestra actuación en el Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges ha sido un hecho sin precedentes, refiérenos esto.
Pues como bien dice el enunciado, era un Festival de Cine y hasta aquel entonces, no nos constaba que hubiese habido nada similar a lo que hicimos: tocar la música en vivo simultánea a la proyección del film. Fue algo nuevo para el festival, por eso llamó tanto la atención.
Según me has contado, los continuos viajes en avión para los conciertos, la estancia en hoteles de la gira, y la importancia de las actuaciones, os hacían vivir a un ritmo frenético. ¿Eso os influía a la hora de tocar?
Pues no nos influía, porque las fechas nos permitían viajar con tiempo suficiente para descansar e incluso, alguna vez, poder visitar la ciudad donde se celebraba. Lo peor era cuando tocábamos en localidades más cercanas, pues el regreso se producía ya de madrugada.
Jordi Sabatés tenía un gusto especial por los vampiros. Como ya ha salido antes registró además de este disco un excepcional trabajo con ese fenómeno del jazz que fue Tete Montoliu (Vampirya). Cuéntanos algo al respecto.
Si, es cierto. Jordi sentía fascinación por la historia de Drácula, por la supuesta inmortalidad del vampiro y por su encarnación del mal. Además de esto sentía una gran atracción por las películas en blanco y negro, por el juego de luces y sombras.
Según se cuenta, en muchas de vuestras actuaciones hubo tormentas fuertes y Sabatés decía que era el Conde Orlock que estaba allí. ¿Era tal la pasión que tenía por ese personaje y por lo sobrenatural?
Pues sí, creo que él sentía, de alguna manera, que una fuerza oscura le guiaba a la hora de componer la música de Nosferatu, así lo decía. Y eso unido a que casi todas las veces que actuábamos, se desataba una gran tormenta, con aguaceros espectaculares y fuertes ráfagas de viento que hacía que se escuchasen desde dentro del teatro, él llegó a pensar que alguna fuerza del más allá propiciaba esto. Bien sea como desaprobación por el concierto o bien sea por colaboración en crear el ambiente más adecuado.
Tu labor como batería y percusionista era muy complicada, ya que tenías que tocar perfectamente sincronizado con las imágenes y la música diferentes instrumentos de percusión sin un patrón rítmico establecido. ¿Cómo ves hoy lo que hiciste?
Lo veo como una apuesta arriesgada por mi parte, aunque llevando ya varios años dedicándome a la música, creo que estaba bien capacitado como para poder desempeñarlo exitosamente. No obstante, ha sido uno de los trabajos más difíciles que he realizado.
¿Qué ha supuesto para ti haber participado en algo tan maravilloso como esta gira y el disco?
Siempre lo digo, para mí fue algo único e irrepetible, y te diré más, lo he valorado mucho más con el paso del tiempo. En el momento, no era del todo consciente de la importancia y de la innovación que estábamos haciendo.
Sé que tienes muchas anécdotas de esta época, por favor expláyate.
Como anécdota, la primera y más significativa fue en noviembre de 1989, cuando teníamos que hacer el estreno, en la localidad de Tordera, en el límite de las provincias de Barcelona y Girona. Es un pueblo que tiene la Costa Brava a un lado y el macizo montañoso del Montseny en el otro. Pues bien, el escenario con la pantalla gigante estaba en la plaza del pueblo, al aire libre, y como era habitual esa tarde se desató una gran tormenta, con fuertísimas ráfagas de viento. Así que cuando llegamos al lugar no pudimos ni descargar los instrumentos. La pantalla había sido barrida y el escenario estaba completamente anegado, así como las calles de alrededor. El ayuntamiento nos invitó a cenar, tras lo cual regresamos a Barcelona sin actuar. Eso sí, en la primavera siguiente pudimos al fin hacer el estreno. Otra anécdota, en Sitges, al salir del concierto, tuvimos que ir esquivando calles pues, de la tormenta, el agua bajaba como auténticas riadas. Otra anécdota fue algún que otro escenario que "temblaba" con los crescendos de la música... En fin, hay muchas más, dos años de representaciones con sus consiguientes viajes dan para mucho.
Háblanos de tus compañeros en esta aventura, excelentes músicos además de Sabatés y de ti, que grabaron el disco y actuaron, como fueron Conrad Setó y Paul Stouthamer.
Conrad Setó y yo ya nos conocíamos desde hacía mucho tiempo, de hecho, yo ya había tocado en diversas formaciones con él. Conrad ejercía un poco como "hermano mayor" y consejero conmigo, lo cual a mí me venía muy bien. A Paul, en cambio, lo conocí directamente ya en el proyecto de Nosferatu. He de decir que el ambiente era muy agradable y en ocasiones divertido, había muy buen humor, y la nota seria la ponía Jordi, quizá porque, con algo de diferencia, era el mayor de los cuatro.
Por último, el periódico El País acaba de publicar un reportaje sobre este 35 aniversario del que estamos hablando, me imagino que te habrá hecho mucha ilusión y me consta que en su día fue cubierto por todos los medios de comunicación.
Por supuesto, estas cosas hacen siempre mucha ilusión y dan valor al trabajo realizado. Recuerdo también que, al día siguiente del Festival de Sitges, salió una breve escena de nuestro concierto, en el apartado cultural del Telediario primera edición.
Alfonso Carlos López