sábado, 29 de junio de 2024

Mis tres favoritas de... Winona Ryder


 Jose Manuel Sarabia

“Bitelchús” (“Beetlejuice”, 1988), de Tim Burton.

No fue la primera película de ninguno de los dos, pero estoy más que convencido de que fue la cinta que los dio a conocer a más de uno, incluido un servidor. El “Bitelchús” de Tim Burton es importante por muchas cosas. A priori se me ocurriría decir que fue la peli que mostró por vez primera toda la iconografía y look del maravilloso (en aquel entonces) mundo de su autor, la participación de Michael Keaton como Bitelchús, ese bioexorcista (signifique lo que quiera significar eso) que llegó a ver “El exorcista” 167 veces, es apabullante y, entre muchísimas otras cosas: la música de Elfman, los efectos prácticos, el número musical del, puso en el candelero a Winona Ryder.  Lydia era, sin duda, esa amiga “rara” que todos quisimos tener.

“Reality Bites (Bocados de realidad)” (“Reality Bites”, 1994), de Ben Stiller, 1994.

Para todos aquellos que formamos parte de la denominada como Generación X, en la década 90 dos películas acabaron por dividirnos (seguramente hubo otras muchas, pero estas dos eran muy definitorias). En aquellos días había una clara diferencia entre aquellos que preferían la cinta de Cameron Crowe, “Solteros” (“Singles”, 1992), mucho más introspectiva y con el foco puesto en la escena musical de Seattle (cuna del grunge) y los que éramos fans de la primera película como director de Ben Stiller porque allí aparecía Winona. “Reality Bites (Bocados de realidad)” no dejaba de ser una comedia romántica al uso con un telón de fondo que pretendía ser el himno de una generación. Nada más lejos, pero la protagonizaba Winona Ryder y su personaje, Lelaina, era la novia que todos hubiéramos querido que nos quisiera. Era lista, guapa, no paraba de hablar, fumaba como un carretero (sé que es un hábito nada sano, pero siempre lo he encontrado muy sexy) y era, en definitiva, … No sé, me faltan los calificativos positivos para definirla en esta cinta tan, tan ligera.

“Donde reside el amor” (“How to Make an American Quilt”, 1995), de Jocelyn Moorhouse.

Mi enamoramiento de juventud por Winona Ryder me ha llevado en muchas ocasiones a tragarme auténticos bodrios protagonizados por la actriz. Caso flagrante es el de “Donde reside el amor”, una de esas películas hechas para su lucimiento en el que nuestra actriz protagonista interpreta lo que mejor se le ha dado a lo largo de su carrera, es decir, ese personaje más inteligente de lo normal que anda un poco perdido por la vida y que no sabe qué hacer con ella. “Donde reside el amor” es la historia de varias historias de amor protagonizadas por distintas mujeres que las acaban por estampar en una colcha familiar. Una colcha que ella heredará y que un día también tendrá que decorar con su historia de amor vital para ceder el testigo a su futurible descendencia femenina. Esta producción auspiciada por Steven Spielberg es de una ñoñería espectacular, está mal escrita y su trama es ideal para esos telefilmes de sábado tarde en la tele convencional. Sin embargo, es una de las cintas donde Winona está más encantadora. Solamente por verla vale la pena el suplicio.

Malina Murnau

"Alien: Resurrección" ("Alien Resurrection", 1997), de Jean-Pierre Jeunet.

Me encanta esta película. Un buen elenco de actores: por supuesto la gran Sigourney Weaver, Dominique Pinon, Ron Perlman, Michael Wincott y obviamente Winona que lo hace genial. Desde el comienzo hasta el final toda una gozada. La vi en su estreno hace ya bastantes años y lo pasé realmente bien. Para algunos no es tan buena, incluso la tienen como "mala", pero para gustos los colores.

"El Crisol" (" The Crucible" 1996), de Nicholas Hytner.

Otra imprescindible de la Ryder, que aquí te entran ganas de asesinarla. Lo hace de maravilla en el papel de hija de puta (risas). Y con un Daniel Day-Lewis estupendo.  Una película muy olvidada.

"Sirenas" ("Mermaids", 1990), de Richard Benjamin.

Al menos para mí otra joya de la filmografía de Winona Ryder. Con una Cher siempre estupenda y una pequeña Christina Ricci, quien interpreta a la hermana menor de Ryder que lo hace súper bien. Y aquí nuestra Winona, como es habitual, lo borda.

Dejo atrás muy buenas películas. Decir que Winona Ryder siempre me ha encantado. Desde el primer día que la vi en "Bitelchús” (1988). Tiene muchas que no me gustan, pero otras que sí. Supongo que como todos los actores. Dejo unas cuantas que me encantan, como "Eduardo Manostijeras (1990), "Mujercitas” (1994), “Drácula de Bram Stocker” (1992), y así muchas más...

Alfonso Romero

"Escuela de jóvenes asesinos" (“Heathers”, 1988), de Michael Lehmann.

Michael Lehman debería de haber tenido un lugar privilegiado en el mundo del audiovisual, por encima de adorados falsos dioses, esos becerros dorados a los que algunos aún reverencian aunque haga años que se vio que el oro que antaño relucía y cegaba era un engaño. Lehmann, realizador de verdaderas cintas de culto (aquellas previas a la era Internet) como “El gran Halcón” (1991), “Cabezas huecas” (1994) o esta “Escuela de jóvenes asesinos” pronto pasó a realizar productos intrascendentes y, como tantos otros de su generación, terminó reciclándose en la pequeña pantalla (que cada vez es menos pequeña). Eso sí, dejando su buen hacer en algunas series tan populares como recomendables del tipo de “Dexter”, “True Blood”, “Californication”, “American Horror Story”, “Scream Queens” o “Heels”.

Winona Ryder y Christian Slater en “Escuela de jóvenes asesinos” se convirtieron en una especie de Bonnie & Clyde adolescentes para la generación juvenil de finales de los ochenta. Una cinta teenager que no trataba como idiotas al público al que iba dirigida y que se alzó, en tiempos en los que no había redes sociales, en un film imprescindible para cientos de chavales.

“Mr Deeds” (“Mr. Deeds”, 2002), de Steven Brills.

Dramedia (como se dice hoy) descaradamente “capriana” (por Frank Capra, evidentemente) al servicio de un Adam Sandler en su salsa. Una parábola contra el capitalismo agresivo industrial con dos escenarios bien diferenciados: la gran ciudad (donde reina el vicio y repleta de corporaciones corruptas a las que sólo importas por tu dinero y poder) y las pequeñas poblaciones (donde todos se conocen y la vida es tranquila y feliz).

Winona brilla aquí como en sus mejores tiempos, con un papel que le viene como anillo al dedo, el de chica buena pero echada para adelante (con bastante morro, eso sí) que termina enamorando al protagonista (Sandler, claro está) y de paso a la audiencia.

“Gran bola de fuego” (“Great Balls of Fire!”, 1989), de Jim McBride.

A finales de los ochenta llegaría a las carteleras este biopic del Killer, Mr. Jerry Lee Lewis, interpretado en la pantalla por un entregado Dennis Quaid. La Ryder encarnó aquí a Myra, la segunda esposa del famoso pianista de Luisiana. Ella era una adolescente, y además hija de un primo de aquél. Cosas nada extrañas por el sur de los Estados Unidos, aunque la vieja Europa no lo vio con buenos ojos... y menos aún cuando se acusó al Killer de bígamo pues no estaba formalmente divorciado de su primera mujer, con la que por cierto se casó a punta de escopeta (shotgun wedding). El profundo sur...

Y como bonus track su participación en el videoclip “Debbie Gibson is Pregnant with My Two-Headed Love Child” de Mojo Nixon, con dirección de Scott Kalvert.


Miguel Romero

Musa del primer (y más interesante) Tim Burton, gracias a lo cual se convirtió en una de las actrices de moda en los primeros noventa, llegando a trabajar con grandes directores como Martin Scorsese o Francis Ford Coppola.

Hoy día su papel en “Stranger Things” ha hecho de ella un rostro más que habitual no sólo para nostálgicos de los años ochenta, también para las nuevas generaciones.

De su carrera resaltaría (entre otras):

“Los confidentes” (“The Informers”, 2008), de Gregor Jordan.

Adaptación de una novela del siempre polémico Bret Easton Ellis. La película en la que volvieron a coincidir Mickey Rourke y Kim Basinger veintidós años después de “9 semanas y ½”. También en el reparto (además de Winona): Billy Bob Thorton, un acabado Brad Renfro y la hoy innombrable Amber Heard.

“Alien: Resurrección” (“Alien Resurrection”, 1997), de Jean-Pierre Jeunet.

La Ryder es aquí el ciborg que acompaña a Ripley (Sigourney Weaber) en la que fue la aventura hollywoodiense de Jeunet (ya sin Marc Caro), para la que el gabacho contó con sus dos colegas Dominique Pinon y Ron Perlman, junto a otros grandes secundarios como Brad Dourif con un papel a su medida.

“Cisne negro” (“Black Swan”, 2010), de Darren Aronofsky.

Winona también se hizo con uno de los personajes principales de “Cisne negro”, uno de los mejores trabajos de Aronofsky y también de los que mejor han funcionado en la taquilla.


Eduardo Álvarez Cónsul

"Escuela de jóvenes asesinos" (“Heathers”, 1988), de Michael Lehmann.

En esta película de finales de los años 80 Wynona Ryder y Christian Slater son una pareja de estudiantes.

"Eduardo Manostijeras " (“Edward Scissordhads, 1990), de Tim Burton.

Winona Ryder aquí hace de Kim Bohhs, la amiga del "monstruo" Eduardo Manostijeras, interpretado por Johnny Depp.

"Drácula de Bram Stoker" (“Bram Stoker’s Dracula”, 1992), de Francis Ford Coppola.

En esta conocida adaptación del clásico de Bram Stoker, Winona Ryder hace de Mina y de Elizabeth, la esposa de Drácula.

Alfonso Carlos López

“La casa de los espíritus” (“The House of the Spirits”, 1993), de Bille August.

Una película excepcional y adaptación de la novela homónima de la chilena Isabel Allende por el director Bille August, con un reparto de lujo: Winona Ryder, Jeremy Irons, Meryl Streep, Glenn Close, Antonio Banderas, etc. Tiene todos los condimentos para gustar: sucesos sobrenaturales, el trasfondo político y la reivindicación de los derechos labores, un golpe de estado con toda su crueldad y represión por parte de los militares en connivencia con los conservadores cuando gana las elecciones la izquierda, un hijo ilegítimo del señor de “Las Tres Marías”, finca de Esteban Trueba. Es una de esas películas que te llegan muy adentro y las interpretaciones son soberbias.

"Drácula de Bram Stoker" (“Bram Stoker’s Dracula”, 1992), de Francis Ford Coppola.

Increíble revisión del clásico de Bram Stoker por Francis Pord Coppola, con Gary Oldman, Winona Ryder, Keanu Reeves y Antony Hopkins. Winona espectacular, como el resto de actores. Gary Olman recrea incluso la psicodelia visual, en mi opinión, fijaros en esas gafas de sol y ciertas imágenes que le rodean… Unos detalles que me gustan mucho son el papel de las novias de Drácula, las escenas con los revólveres y el Winchester, etc. Es una revisitación maravillosa que incorpora elementos muy interesantes, está hecha con mucho gusto y una ambientación magnífica.

“Bitelchús” (“Beetlejuice”, 1988), de Tim Burton.

Obra genial dirigida por Tim Burtom a partir de un guion de Michael McDowell en la que se combina comedia y terror. Muy divertida, con buenas dosis de humor y protagonizada por Alec Baldwin, Geena Davis, Jeffrey Jones, Catherine O'Hara, Winona Ryder y Michael Keaton.  El argumento es bien conocido, por lo que no voy a incidir en él, pero sí quiero resaltar lo colorista del filme, esa gracia irreverente del personaje de Bitelchús, situaciones surrealistas como el famoso baile de la mesa a ritmo de Harry Belafonte con su “Day-O (Banana Song Boat)”, el detalle de que el papel de Lydia (Winona Ryder) sea una adolescente gótica con interés por la fotografía, el “Manual Para Difuntos”, los gusanos de arena, etc.

Joanna

“Inocencia interrumpida” (“Girl, Interrupted, 1999), de James Mangold.

Del indie-cinema de los noventa a entrar por la puerta grande de la industria hollywoodiense triunfando en la ceremonia de la industria. James Mangold se consagraba con “Inocencia interrumpida”, y Angelina Jolie se llevaba a casita el Oscar a la mejor actriz de reparto, además de los mejores halagos de la prensa especializada. Fueron ellos los ganadores con esta película, basada en el relato autobiográfico de Susanna Kaysen, cuando la verdadera protagonista, y quien cargaba con todo el peso de la historia sobre sus estrechos hombros, era Winona en uno de sus mejores papeles de la década. Y como el personaje que interpretaba, la actriz lo pasó realmente mal.

“Noche en la Tierra” (“Night on Earth”, 1991), de Jim Jarmusch.

Película antológica, con cinco episodios ambientados en diferentes lugares de Estados Unidos y Europa, sobre diferentes taxistas. Winona, en el segmento que se desarrolla en Los Ángeles, es la taxista que lleva a Gena Rowlands a su destino. Para algunos es un Jarmusch menor, en comparación con otros trabajos más reputados, pero es un film delicioso lleno de personajes entrañables y donde el director vuelve a sacar a relucir al mejor Roberto Benigni.

“Cisne negro” (“Black Swan”, 2010), de Darren Aronofsky.

Una recuperada Winona interpreta un papel, si bien secundario, imprescindible en esta particular pesadilla perpetrada por Aronofsky claramente inspirada en el anime “Perfect Blue” (Satoshi Kon, 1997), y que recuerda también a cintas tan dispares como “Repulsión” (Roman Polanski, 1965) o “Showgirls” (Paul Verhoeven, 1995). El personaje de Winona Ryder sería ese futuro en cuyo espejo la protagonista, la bailarina que interpreta Natalie Portman, tema asomarse.

Oscar Villalta

“Gran bola de fuego” (“Great Balls of Fire!”, 1989), de Jim McBride.

Una colorida biografía del controvertido rockero Jerry Lee lewis, al que Dennis Quaid materializó perfectamente, en una actuación puntillosa hasta el extremo, que sin embargo, acabó siendo tachada de excesiva. El cantante y enloquecido pianista, tuvo una vida llena de episodios turbulentos, siendo uno de los más notorios su matrimonio con su prima de 15 años, Myra Gale Brown, a quien da vida en el film Winona Ryder, aportando la frescura, inocencia y abrupto despertar en una muy lograda amalgama de registros interpretativos. La banda sonora, plagada de éxitos de los 50, es una verdadera gozada, y el film en sí, un espectáculo que consigue capturar toda la esencia de un momento salvaje y musicalmente único, de un país que estaba pidiendo un cambio a gritos.

“Bitelchús” (“Beetlejuice”, 1988), de Tim Burton.

El fantasma que a todos pasma, fue el segundo largometraje de Tim Burton, y a día de hoy sigue siendo una de sus mejores obras. De ritmo endiablado y sugerente diseño de producción, el film ya presenta todas las obsesiones visuales que en futuro serán el sello incuestionable de su autor, y la logradísima actuación de Michael Keaton en estado de gracia, que obviamente le abrió las puertas para ser el mejor Batman que se recuerde en pantalla, hace sumar muchos puntos, agregándole además, unas cuantas escenas verdaderamente surrealistas, como la canción de la banana, o el momento "Shake Señora", en el que vemos a Winona explotar todo su potencial gótico interactuando con fantasmas a lo largo de la escalera principal. Toda una delicia que se llevó el Oscar al mejor maquillaje.

"Eduardo Manostijeras " (“Edward Scissordhads, 1990), de Tim Burton.

Segunda colaboración de Tim Burton con Winona Ryder. El director ya convertido en estrella tras el monumental éxito de “Batman”, optó por un formato más íntimo en su siguiente largometraje, lo que no fue impedimento para que nos mostrara un nuevo despliegue de imaginería visual y elementos estéticos verdaderamente rupturistas. El film, imaginado como un cuento de hadas moderno, a caballo entre Frankenstein y El mago de Oz, suponía todo un desafío para Johnny Depp, un actor joven y atractivo que quiso desligarse de la etiqueta del convencionalismo y halló en Burton la llave perfecta para ello. Winona interpreta en esta historia melancólica y esperanzadora, el amor imposible de un ser condenado a la intolerancia y a la incomprensión de por vida, a causa de su condición diferente. 

  Vincent Price, dio vida al creador de la criatura, cumpliendo un sueño de Tim Burton, ya que la admiración que el director sentía por este actor no tenía límite. Y resultó ser la última película del príncipe del terror.

Rafa Coronel

“Reality Bites” (“Bocados de realidad”, 1994), de Ben Stiller.

Si tuviese que escoger dos comedias románticas post80's, una sería “Persiguiendo a Amy” (1997) de Kevin Smith. La otra sería ésta. El debut de Stiller como director no pudo ser más prometedor -tanto como para poner en sus manos a un Jim Carrey que venía lanzadísimo después de “Ace Ventura” (1994) y “La Máscara” (1994), aunque “Un loco a domicilio” (1996) fracasase- y ha quedado en la memoria como el retrato y testamento cinematográfico de la Generación X. Nunca he pensado que fuese para tanto –“Clerks” (1994) del mismo Smith me parece mucho más mordiente, por ejemplo- pero quedó una comedia romántica muy tierna, llevadera y a ratos tontorrona, pero disfrutable

“Bitechús” (“Beetlejuice”, 1988), de Tim Burton.

Cuando Burton ponía sus ideario e imaginación al servicio del cine y no al revés, salían películas deliciosas como ésta. Un desatadísimo Keaton lleva el peso de la película y es el contrapeso perfecto de la canónica chica gótica que no encuentra su lugar en el mundo interpretada por Ryder, pero es que el matrimonio Baldwin/Davis están también maravillosos en su papel de recién llegados que no se enteran de nada. Incluso los efectos especiales, merced a la buena mano en maquillaje y decorados, han envejecido de puta madre.

“Escuela de jóvenes asesinos” (“Heathers”, 1988), de Michael Lehmann.

Heredera en parte de las comedias de instituto y universidad USA de la década anterior, coge todo el contexto anterior y le da una vuelta de tuerca a la clásica historia de chicos y chicas populares que putean al resto, que buscan la manera de vengarse. Y lo hace de manera macabra, sangrienta y cabrona. Creo que aquí está el mejor papel de Christian Slater de toda su carrera, por cierto.

Pepe Torres

Los 80 y 90 eran suyos, hasta que su cleptomanía acaparó titulares a comienzos del nuevo milenio, al punto de casi liquidar su carrera (Free Winona!). Antes había sido adorable y diminuta actriz adolescente, musa indie (My Sharona!), carne de tabloides por sus mediáticas relaciones amorosas (Winona forever!) y reconocida actriz de prestigio para grandes directores (pese a que ya apuntaba a conductas erráticas). Aunque en su trayectoria posterior al escándalo nunca haya alcanzado las cotas de calidad anteriores (y ha exacerbado su tendencia a la gesticulación y el movimiento constante de ojos), por esas cosas más extrañas de la vida ha acabado resucitando popularmente gracias a la televisión (como tantos otros antes que ella). Mis tres favoritas se corresponden con el apogeo de su filmografía, y demuestran su versatilidad frágil. Como rapean Los Chikos del Maiz: “Yo sólo le pido a d10s que no me falte el aire y me perdone por enseñarle a mangar a Winona Ryder”.

“Escuela de jóvenes asesinos” (“Heathers”, 1988), de Michael Lehmann. Película de culto por excelencia, o cómo sobrevivir al instituto y las Heathers con la ayuda de Christian Slater canalizando (una vez más) su Nicholson interior. “¿Eres una Heather? No, soy una Verónica”.

“Eduardo Manostijeras” (“Edward Scissorhands”, 1990), de Tim Burton. Cuando Burton aún era un director relevante le ofreció un personaje de princesa de cuento, cómo no rubia, en un entorno suburbano más pesadillesco que los castillos góticos o los inventores locos, pese a la presencia itinerante de Avón.

“La edad de la inocencia” (“The Age of Innocence”, 1993), de Martin Scorsese. Una de las últimas grandes películas de Marty (sé que no es una opinión popular) y quizá el mejor film de época de Winona (su físico menudo y su rostro de antaño le llevó a interpretar un buen puñado de ellos). Un personaje secundario y aparentemente sumiso a las normas sociales del momento y lugar pero que acaba demostrando una mayor complejidad de la esperada. Ay, esas cosas que nunca te dije...

Oscar "Woody" Correa

Winona Ryder fue la imagen de los 90 (estaba en todas las producciones!), y  fue también la imagen de la “conocida” generación X -con "Reality Bites (Bocados de realidad)" (1994) como clásico de culto de dicha generación, y aunque parecía que había desaparecido del panorama cinematográfico hasta "Stranger things" (2016-), siguió trabajando de manera continua y generando también buenos trabajos como por ejemplo: "A Scanner Darkly" (2006) o "Cisne Negro" (2010). Mis 3 pelis o series favoritas suyas son (y sin poner ninguna de las que fue una de las musas de Tim Burton y que ha sido complicado excluirlas!!!):

"A Scanner Darkly" ("A Scanner Darkly", 2006), de Richard Linklater.

Winona Ryder interpreta a Donna Hawthorne, un personaje principal en esta adaptación de la novela de Philip K. Dick, y dirigida por Richard Linklater. Aunque su actuación pueda parecer extraña porque Linklater utiliza la técnica de animación llamada rotoscopia, donde las imágenes filmadas se animan para crear un efecto visual de cómic, esta técnica precisamente resalta las expresiones y movimientos de los actores y especialmente en Winona, dándole unas características más etéreas y surrealistas a su complejo personaje. Esta distopia suma al elenco otras estrellas como Keanu Reeves (y su traje cambiador), Robert Downey Jr. o Woody Harrelson, que con la apariencia cómic y densidad de la historia de este mundo lleno de adictos a la droga M (y con el objetivo principal de los personajes como la supervivencia y cómo no caer en dicha adicción), crean un caldo de cultivo que te atrapa y sorprende.

"Stranger Things" ("Stranger Things", 2016-). La celebérrima serie de Netflix, que ha aunado a padres e hijos de varias generaciones, nostalgia y revival para unos, descubrimiento de mundos para otros, destaca por muchas cosas, entre ellas  Winona Ryder y su personaje de Joyce Byers, aunque muchas veces demasiado histriónico. Este papel ha revitalizado su carrera y la ha vuelto a poner en el “candelabro” presentándola de manera mundial  a una nueva generación de espectadores, que no entienden y ya no se identifican con "Reality Bites (Bocados de realidad)". La mezcla de actores noveles y otros menos conocidos, se cohesiona perfectamente con la veteranía y las tablas que aportan tanto Winona como Matthew Modine. Poco decir de la serie de la que ya se ha dicho todo, pero que de la que estamos ya deseando que llegue la última temporada. 

"Drácula de Bram Stoker" ("Bram Stoker's Dracula", 1992), de Francis Ford Coppola.

Aunque a la fecha de estreno ya había visto varias versiones de Drácula de diferentes épocas (adaptaciones normalmente más o menos libre con respecto a la novela), justo ese año acababa de leer el libro de Bram Stoker y fue la primera película que vi tras leerlo, por lo que para mí la imagen de Mina Murray ya quedó asociada para siempre a Winona Ryder. Otra vez compartiendo protagonismo con Keanu Reeves (aunque mucho antes que en "A Scanner Darkly") y de la mano del genial Gary Oldman (aunque esta peli no estuvo en mi TOP de Gary Oldman hace unas semanas) Winona interpreta a una Mina que cuando pasa de ser racional y controlada a apasionada y vulnerable, se maneja muy bien a nivel  transformación, con sutileza. En esta adaptación, muy fiel al libro original de Bram Stoker, destaca también la química con Gary Oldman es otro de los puntos fuerte de la película, unido a la mezcla de inocencia y pasión, que contribuye significativamente al tono gótico y la profundidad que Coppola le da a la película.

David Cortabarria

No es que Winona Ryder sea de mis actrices favoritas, reconozco que la encasillé, prejuicios mediante (típicos de un jovenzuelo muy verde en esto del cine), tras el visionado de "Mujercitas" (1994) y "Donde reside el amor" (1995)… hasta que fue secundaria en tres de mis películas favoritas de ciencia-ficción. Ahí me di cuenta de que tener prejuicios solo te ahorra tiempo… para lamentarte después por haberlos tenido, porque ciegan cosa mala. 

"Alien: Resurrección" ("Alien Resurrection", 1997), de Jean-Pierre Jeunet.

Tras la “A” de Ash (Ian Holm), el psicópata, y la “B” de Bishop (Lance Henriksen), el asimoviano, en el universo de películas de Alien, tenemos la “C” de Cal, la androide que también comparte las tres leyes de la robótica de Bishop, encarnada por Winona (Luego tendríamos la “D” de David, a quien daría vida sintética Michael Fassbender, en una jungiana dualidad en el binomio Prometheus/Covenant, pero esa es otra historia).

No puede competir con el carisma de Ash y Bishop, pero me creo del todo su papel en el primer Alien europeo que inaugura Jeunet, una película interesante pero a la vez extraña, por atípica. 

"Simone" ("S1m0ne", 2002), de Andrew Niccol, 2002.

No la mejor película del interesante pero irregular Niccol, pero arroja muy buenas ideas, que 22 años después no han perdido un ápice de originalidad e inquietante probabilidad. Winona Ryder está genial como la superpija Nicola Anders dándole la réplica a un Pacino que, por cierto, está inmenso en esta película. "Simone" se merece más y mejor reconocimiento.

"A Scanner Darkly" ("A Scanner Darkly", 2006), de Richard Linklater.

Alucinante y alucinada película que supo captar fenomenalmente bien la novela homónima del gran Philip K. Dick mediante el uso del rotoscopio. Winona Ryder interpreta el papel de Donna Hawthorne, contribuyendo a incrementar la deliberada confusión de toda la trama (premio a quien consiga unir todos los puntos en el primer visionado de la película), sin llegar a robar planos como en "Simone" o en "Alien: Resurrección". No obstante no concibo a otra que no sea ella para esta película. 

Fernando Rodríguez Tapia

Aunque el tatuaje que se puso Johnny Depp presagiaba una trayectoria brillante y eterna, la figura de esta resplandeciente actriz se fue apagando misteriosamente entre títulos de poco calado y problemas personales nunca aclarados.

No obstante verla en pantalla casi siempre ha sido un placer y en los últimos años su madurez interpretativa resulta muy destacable. En mi selección se han quedado fuera sus  trabajos para cineastas del calado de Coppola, Scorsese, Jarmusch, Richard Linklater, Woody Allen e incluso el propio Al Pacino en su brillante debut como director.

"Escuela de jovenes asesinos" ("Heathers", 1989), de Michael Lehmann.

Cerrando la década de los ochenta nos llegó esta comedia adolescente nada convencional y ciertamente transgresora con obras similares de la época, volcada hacia un humor negro francamente perverso que la convertía en algo diferente a lo inicialmente previsto. Buena muestra de un cineasta díscolo e imprevisible como Lehmann que nos legó varios títulos destacables, alguno de ellos bastante olvidado que en la época streaming viene bien recuperar. Christian Slater y Winona Ryder destacaban ya en sus roles principales dentro de una obra repleta de juegos perversos, que ganó el premio del jurado en Sundace y en los Spirit Awards el galardón a la mejor opera prima. Hace unos años apareció una serie basada en esta película pero no me he atrevido a verla.

"Eduardo Manostijeras" ("Edward Scissorhands", 1990), de Tim Burton.

Este hermoso cuento navideño sigue siendo una de las obras cumbres de su autor y de las obras fantásticas más admirables e irrepetibles de las últimas décadas. Inclasificable en muchos aspectos, su singular particularidad reside en aunar comedia, ternura, vitalidad y emoción sin caer en un terreno almibarado muy propio en fantasías similares. Además se despliega en última instancia como una fantasía cinéfila, repleta de guiños personales que trascienden al propio relato narrado. Inolvidable interpretación de Johnny Depp, maravillosa recreación de Winona Ryder, y un sentido homenaje al genial Vincent Price aquí  como venerable figura legendaria. Mención aparte la genial banda sonora de Danny Elfman, olvidada como de costumbre por la Academia de Cine norteamericana.

"Cisne negro" ("Black Swan", 2010), de Darren Aronofsky.

Un buen ejemplo de esos pequeños papeles que la actriz americana ha ido aceptando en la segunda etapa de su carrera destacando siempre en sus breves cometidos. Este excelente thriller psicológico repleto de paralelismos con el magnifico anime "Perfect Blue" (Satoshi Kon, 1997) muestra perfectamente la pesadilla vital de una bailarina (Natalie Portman) en su angustioso y doloroso ascenso hacia la fama que acabarán perturbando completamente su consciencia y el propio relato fílmico. Una película no apta para todos los gustos y sensibilidades en manos de uno de los pocos cineastas americanos que sigue arriesgando en cada trabajo que ha hecho hasta la fecha. 



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