Oscar "Woody" Correa
Roman Polanski es a la misma vez (como diría un famoso personaje de la ciudad de Sevilla) uno de los cineastas más influyentes y más controvertidos de la historia del cine. Sin entrar en la gran cantidad de polémicas personales que tiene a sus espaldas y la cantidad de circunstancias que le han rodeado en su aventura vital, olvidando todo eso, en su haber se encuentran varias películas icónicas que han dejado una huella duradera tanto en la crítica como en la cultura popular, y una maestría en trabajar de manera exitosa en diferentes géneros y estilos, desde el suspense psicológico hasta la comedia negra o el drama erótico. La complejidad de los personajes y las situaciones para explorar el comportamiento humano en situaciones extremas, son su seña principal y creo que le marcan como uno de los grandes.
En este caso es muy muy muy difícil seleccionar solo tres, pero eligiendo por impacto personal destacaría éstas:
"La semilla del diablo" ("Rosemary's Baby”, 1968).
Esta película es una obra maestra del terror psicológico, sin más, sin mostrar casi nada lo dice todo, no depende de efectos especiales o de un terror explícito, sino por el uso del suspense y la manipulación emocional, además de la ambigüedad narrativa por bandera en todo momento (terror cotidiano). Aunque todo el mundo la ha visto seguro y además estará en el 99% de los TOP3, pero se resume en que Mia Farrow comienza a sospechar que las personas a su alrededor, incluido su esposo, forman parte de un culto satánico que busca utilizar a su bebé para un ritual oscuro. La atmósfera de paranoia y la maestría con la que Polanski crea una sensación de amenaza constante la han convertido en un clásico del cine. También introduce otros elementos interesantes de análisis de fondo para la época como ha sido la maternidad, la religión, “el mal disimulado” (los vecinos) y la autonomía de las mujeres. Además, "La semilla del diablo" es también pionera en el subgénero del horror psicológico, influyendo en infinidad de películas sobre paranoia y conspiraciones ocultas, como "La profecía" (1976) o "Hereditary" (2018), etc…
"Un Dios Salvaje" ("Carnage", 2011).
Aunque de pequeña producción y no tan conocida como otras películas de Polanski, es un apabullante drama psicológico que juega con la tensión entre personajes normales en situaciones cotidianas. Con solo cuatro actores (Elenco brillante compuesto por Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly) y filmada casi por completo en un solo espacio (el apartamento de uno de los matrimonio situado en Nueva York), Polanski logra transformarlo en un campo de batalla emocional, donde las conversaciones de las que todos tenemos en el día a día (en este caso sobre los hijos de dos parejas) se convierten en confrontaciones profundas y muy incómodas, ¿Minimalismo claustrofóbico?. Cada gesto, cada plano y cada diálogo está cuidadosamente dirigido por Polanski para aumentar la sensación de incomodidad y mantenerte en tu asiento, y levantar secuencia a secuencia las falsas apariencias de la cordialidad socialmente establecida que, cuando se tuercen un poco las cosas, pueden hacer aflorar los instintos básicos que a veces tienen que salir. Realmente lo que Polanski mete de trasfondo es un brutal sátira de la sociedad moderna y una crítica bestial de la aparente “civilización” de la sociedad burguesa moderna.
“Lunas de Hiel" ("Bitter Moon", 1992).
Tres películas, tres décadas y tres géneros totalmente diferentes elevados a muy buenos metrajes. En este caso un drama erótico que explora la obsesión, el deseo y la autodestrucción en una relación amorosa (más cosas cotidianas 😂…). Con otro elenco compuesto por Hugh Grant, Kristin Scott Thomas, Emmanuelle Seigner y Peter Coyote, la película ofrece una reflexión sobre el amor tóxico y las dinámicas de poder entre las parejas. Es una de las películas más provocadoras de Polanski, con una mezcla de romance y tragedia que lleva al espectador por un carretera emocional con curvas, que te deja muchas sensaciones en el visionado. MUY recomendable si alguien no la ha visto.
Pepe Torres
¿Es posible despreciar al artista y amar la obra? Evidentemente sí, en muchos casos, especialmente en el de Roman Polanski. Y aunque la mayoría de los títulos que prefiero de su amplia filmografía anteceden a su encontronazo con y fuga de la Justicia estadounidense, definitivamente le desprecio como ser humano, pero aprecio buena parte de su obra. Por ceñirme a solo tres películas:
“Repulsión” (“Repulsion”, 1965).
Represión, aislamiento físico y trauma psicológico (tres de las constantes de su cine) en su primer título en inglés, con una Catherine Deneuve soberbia en un magnífico thriller que deja poso en el espectador.
“La semilla del diablo” (“Rosemary's Baby”, 1968).
Una vez más el espacio físico, angustiante y opresivo, deja huella en el estado psicológico de la protagonista, y el mal aflora de maneras inesperadas (o no tanto gracias al estúpido título español).
“Chinatown” (“Chinatown”, 1974).
De entre la horda de cine neonoir que pobló las pantallas a comienzos de los setenta, pocos títulos más brillantes (por su propia subversión de las constantes del género) que la plasmación a cargo de Polanski del brillante guion de Robert Towne.
Malina Murnau
"El baile de los vampiros" (“The Fearless Vapire Killers”, 1967).
Tengo muchas favoritas de Polanski, pero no puedo dejar de poner ésta en primer lugar. Se podría decir que está entre mis películas favoritas. No sé las veces que he podido verla y no me canso nunca de hacerlo. Una comedia con una Sharon Tate divina y un Roman atontado a no poder más que hace una delicia este film.
"La semilla del diablo" ("Rosemary's Baby”, 1968).
Podría ponerla en primer lugar sin pensarlo, ya que es una jodida obra maestra de cine de brujería y satanismo.
"El quimérico inquilino" (" Le locataire”, 1976).
Para mí otra de las buenas de Polanski. Una ida de cabeza desde principio hasta el final. Aquí repitiendo también de actor. Basada en la novela del rarito de turno Roland Topor. Una película que tienes que ver sí o sí.
Dejo atrás muchas de él que verdaderamente también me encanta, elegir sólo tres es bastante jodido. Me dejo por ejemplo Repulsión (1965). Otras que personalmente me gustaron mucho fueron “Lunas de hiel” (1992), “La novena puerta” (1999), y muchas más...
Alfonso Romero
“Chinatown” (“Chinatown”, 1974).
Con el imprescindible Robert Towne en el libreto, Polanski aportó uno de los (muchos) títulos esenciales del noir setentero, y lo hizo en su vertiente “nostálgica” o “retro” (ambientada en los años de la Depresión). La relación del director con Faye Dunnaway fue un horror, a decir de Peter Biskin, pero los resultados fueron sobresalientes. Hoy, se diría, es políticamente incorrecta. En su momento fue una (otra) de las grandes películas de su década.
“Repulsión” (“Repulsion”, 1965).
Después de llamar la atención con “El cuchillo en el agua” (1962) y de su aportación al film colectivo “Las más famosas estafas del mundo” (1963), Polanski daría el espaldarazo definitivo con “Repulsión”, rodado en tierras británicas para la Compton Films (productora que alternaba el arte y ensayo con los films de explotación) y la Tekli British Productions (otra compañía pequeña). Su recibimiento crítico a nivel internacional haría pasar al realizador de origen franco-polaco a ligas mayores.
“La semilla del diablo” (“Rosemary’s Baby”, 1968).
Una de las películas que hizo volver el cine de terror a los grandes estudios, en este caso la Paramount. Fue Robert Evans, el productor encargado de materializar este proyecto, quien recomendó a la compañía que Polanski era el realizador adecuado, y quien convenció a William Castle (que se había hecho con los derechos de adaptación) que cediera la silla del director. Una de las grandes películas americanas de 1968, un año lleno de obras maestras. Eran los tiempos del Nuevo Hollywood. Un momento irrepetible en la Historia.
Miguel Romero“La semilla del diablo” (“Rosemary’s Baby”, 1968).
Quién le iba a decir a William Castle, el rey de los gimmicks, que acabaría produciendo una de las mejores películas de terror de la Historia del cine. Protagoniza Mia Farrow (ese mismo año en la oscura “Ceremonia secreta” de Joseph Losey), con John Cassavetes como su esposo (a quien Polanski no quería ni a tiros), y la playmate Victoria Vetri (“La invasión de las abejas reina”) es una de sus vecinas. El realizador sabe plasmar ese ambiente conspiratorio tan propio de Ira Levin, y nos mete la inquietud en el cuerpo desde el inicio del film con esa preciosa nana.
“El quimérico inquilino” (“Le locataire”, 1976).
Tras reservarse un papel en “Chinatown”, ahora Polanski se atrevía con el rol protagonista. Extraña mezcla de comedia y terror, posteriormente imitada por otras películas tan interesantes como la independiente USA “Buddy Boy” de Mark Hanlon, o la coproducción entre Noruega, Suecia y Dinamarca “Next Door” (2005), de Pal Sletaune y Tony Spataro.
“Repulsión” (“Repulsion”, 1965).
Rodada en blanco y negro y protagonizada por la estrella del cine galo Catherine Deneuve, un descenso a la locura para ver en programa doble con “Imágenes” (1972) de Robert Altman.
Alfonso Carlos López
“El Baile de los Vampiros” (“The Fearless Vapire Killers”, 1967).
Película de comedia y terror de 1967 en la que además de como director Polanski está maravilloso como actor en el papel de Alfred, ayudante del profesor Anbrosius (Jack MacGowran). Sharon Tate encarna a Sara, de la que se enamorará Alfred y que es la hija de Shagal (Alfie Bass) y (Rebeca (Jessie Robins), dueños de la posada en que se alojan y en la que comenzará la aventura. Tras la desaparición de Sara, sus huellas conducirán al profesor y su ayudante hasta un castillo donde habita el conde Von Krolock (Ferdy Mayne) y su hijo Herbert (Iain Quarrier), y donde Ambrosius y Alfred podrán comprobar que los vampiros existen. Una trama muy divertida, el baile de los vampiros en el castillo, de ahí viene el título de este increíble film.
“Oliver Twist” (“Oliver Twist”, 2005).
Dirigida Por Roman Polanski en 2005, con guión de Ronald Harwood y basada en la novela de 1838 de Charles Dickens, cuenta con actores de la talla de: Barney Clack, Jeremy Swift, Ian McNeice, Ben Kingsley, Richard Durden, Timothy Bateson, Andy De La Tour, etc... Una buenísima adaptación de Dickens con excelente ambientación que hacen que esta nueva versión que hizo Polanski mantenga todo el atractivo y el interés durante toda la película. Un huérfano en la Inglaterra del siglo XIX, después de una serie de peripecias al abandonar un atroz internado y servir a un hombre cruel. Además, Oliver tendrá que convivir con ataúdes, dada la actividad profesional de la casa a la que se le lleva por dicho internado. Huye de ese lugar y se involucra con una banda de niños carteristas, dirigida por Fagin en Londres. Al final la vida le sonríe después de incluso ser secuestrado por Sikes y encuentra a su familia real que, para suerte, era acaudalada y podrá dejar así esta vida de miseria.
“La Semilla del diablo” (“Rosemary’s Baby”, 1968).
En esta ocasión Polanski dirige una apasionante cinta de terror en 1968, con mucho dramatismo. Está protagonizada por Mia Farrow, John Cassavetes, Ruth Gordon, Sidney Blackmer, Maurice Evans y Ralph Bellamy, y gira en torno a una mujer embarazada que teme que su bebé sea raptado por una secta satánica para un oscuro ritual. El matrimonio Woodhouse se muda a un edificio situado frente a Central Park y en dicho lugar se hacen amigos de Minnie y Roman Castevet, vecinos que les brindan una gran amistad. Deciden tener un hijo, Rosemary se queda embarazada pero lo único que recuerda es haber hecho el amor con un inquietante ser. La angustia de la madre es total y los acontecimientos se precipitan. Una obra fundamental en el género de terror.
Eduardo Álvarez cónsul"La semilla del diablo" (“Rosemary’s Baby”, 1968).
Todavía recuerdo cuando vi “La semilla del diablo” en "Mis terrores favoritos" y mi padre me explicó que en esta esta película que igual que Dios tuvo un hijo, que es Jesucristo, el diablo hizo lo mismo pero como lo haría un ser humano.
" Chinatown" (“Chinatown”, 1974).
Este gran thriller en un principio iba a ser la primera película de una trilogía que no fue y que años después tuvo su secuela, " Los dos Jakes" (1990), de Jack Nicholson , dirigida por el protagonista de la anterior.
Siempre se decía que los enfrentamientos entre Jack Nicholson y John Huston eran reales, pues Nicholson era entonces compañero sentimental de Angélica Houston y eso no lo veía John Houston con buenos ojos.
"Repulsión" (“Repulsion”, 1965).
Para muchos siempre se ha considerado esta película como el mejor papel de la hermosa actriz francesa Catherine Denueve.
Joanna
“El quimérico inquilino” (“Le locataire”, 1976).
Un Roman Polanski trashumante, de manera forzosa, volvía a Europa con parada y fonda en Francia. Su situación anímica personal se trasladó a la pantalla en esta fascinante, bizarra y desconcertante película, con Topor al fondo, cuyas huellas siguen muy presentes en la actualidad cinematográfica. Supondría su tercera entrega de la (supuesta) “trilogía del apartamento”.
“Callejón sin salida” (“Cul-de-sac”, 1965).
Una de las películas de la etapa británica de Roman Polanski. Una muy sui géneris cinta de gánsteres rodada en el Reino Unido con un heterogéneo reparto que incluye al británico Donald Pleasence, a la francesa Françoise Dórleac, y al neoyorkino Lionel Stander. Precisa y concisa, una lección de cine donde menos es más.
“Lunas de hiel” (Bitter Moon”, 1992).
1992 fue un buen año para el erotismo en la gran pantalla. Junto a “Instinto básico”, “Lunas de hiel” arrasó en las taquillas y llenó de pasiones desatadas las salas de cine, tanto en la pantalla como en el patio de butacas. Un excelente trabajo de Roman Polanski, coproducción entre Francia y el Reino Unido, con un cuarteto protagonista de auténtico lujo.
Fernando Rodríguez TapiaUna filmografía como la de Roman Polanski permite selecciones variadas dada la calidad, dispersión y cantidad de títulos que se mueven entre lo magistral, lo clásico e incluso lo bizarro. En esta ocasión nos decantamos por tres obras muy diferentes.
“Repulsión” (“Repulsion”, 1965).
Perfecto retrato de una mente desquiciada o de la caída alucinatoria de una joven reprimida en el momento en que su entorno se vuelve una amenaza contra ella sin que en realidad haya cambios palpables. La primera de las películas que Polanski situó en el espacio cerrado de un apartamento, magistral propuesta que vira del drama al suspense pasando por el terror psicológico y cierto toque surrealista. Cuenta además con uno de los mejores trabajos interpretativos de Catherine Deneuve y supuso la primera colaboración en formato largo con el guionista Gerard Brach.
“El Pianista” (“The Pianist”, 2002).
La respuesta del cineasta polaco a “La lista de Schindler” (1993), al menos yo siempre lo he visto así, a partir del libro del músico Wladyslaw Szpilman donde relataba su dolorosa supervivencia durante los años de la invasión nazi, concretamente en el gueto de Varsovia. Una obra magnífica, absurdamente tildada de academicista por determinada prole crítica que muestra, como pocas veces ha hecho el cine, la crudeza de uno de los episodios más oscuros del siglo XX. A modo de anécdota personal, comentaré que pude ver esta película en un pase de la Seminci pocos días después de haber leído la excelente novela gráfica Maus (1991), de Art Spiegelman, lo cual supuso un memorable a la par que vibrante complemento.
“La venus de las pieles” (“La venus à la fourrure”, 2013): ampliación de lo propuesto por el realizador en su anterior “Un Dios Salvaje” (2011), aquí virado en un maquiavélico juego sobre las relaciones hombre-mujer, tan inquietante como corrosivo, donde no faltan sus particulares obsesiones ni la guerra de sexos llevada hasta las últimas consecuencias. Probablemente una de las obras maestras de su autor, excelentemente defendida por su dos geniales protagonistas: Mathieu Amalric y Emmanuelle Seigner.
Se me queda corto este recorrido por la obra de uno de los grandes cineastas del cine europeo, pero me gustaría destacar también alguna de sus obras más repudiadas especialmente sus no-comedias. Me refiero concretamente a “¿Qué?” (1972), enloquecida propuesta cercana al posterior universo erótico de Milo Manara; la muy disfrutable “Piratas” (1986), olvidada, como no, por los ochentistas de pro; y su esquinada “The Palace” (2023), un apreciable delirio que parece haber sido construido para ofender al establishment crítico.
Y aún quedan “La semilla del diablo” (1967), “El baile de los vampiros” (1968), “Chinatown” (1974), “El quimérico inquilino” (1976)...
Jorge Arincón
Difícil quedarse con sólo tres películas de Polanski, ya que inevitablemente te dejas fuera alguna que te hubiese gustado incluir. Polanski tiene una amplia filmografía, para mí un tanto irregular ya que alterna auténticas obras maestras con algunas obras fácilmente olvidables.
Éstas son mis tres elegidas:
“Lunas de hiel” (Bitter Moon”, 1992).
No es de las más aclamadas del director ni tuvo demasiada buena acogida, pero siento debilidad por esta película.
Enrevesada historia sobre las relaciones personales, la sexualidad y la pareja. En la historia se hará coincidir durante un crucero a una pareja aburrida y convencional con otra en descomposición que ha vivido una relación tormentosa.
Enmanuelle Seigner, esposa del director, nunca ha estado tan espectacular, sensual y atractiva cómo en este film. Hugh Grant, también encaja perfectamente en el papel, nadie mejor que él para interpretar a un tipo soso y de conducta aparentemente intachable. Excelente también Peter Coyote, sirviendo de narrador de su propia historia en primera persona y la elegante Kristin Scott Thomas.
Buena historia, muy bien desarrollada y con un buen y sorprendente final.
“Repulsión” (“Repulsion”, 1965).
Me parece un peliculón en el que Catherine Deneuve borda el papel.
Esa atmósfera opresiva en la que se mueve la protagonista está magníficamente conseguida. Auténtica película de terror, del peor terror posible, el que no surge de lo sobrenatural ni de monstruos, sino de nuestras propias mentes.
“El Pianista” (“The Pianist”, 2002).
No soy muy fan por lo general de películas de esta temática y prefiero ver otro tipo de cine. Cuando estrenaron esta película no me despertaba demasiado interés, la buena acogida de la crítica, que fuese oscarizada... creí que iba a ser la historia lacrimógena y facilona que se lleva premios y gusta a todo el mundo.
Fue empezar a verla y disipar todas mis dudas y prejuicios. Es una auténtica obra maestra que te sobrecoge, con escenas memorables y una interpretación tremenda de Adrián Brody.
Sin duda, para mí, la mejor de las de su género. Durísima, sin esconder nada y con momentos inolvidables.
David Cortabarria Arregui
Es realmente complicado escoger tres películas entre la fantástica filmografía de Polanski, aunque tras pensármelo un poco afloran sin esfuerzo tres de sus obras que vi en el cine y que me dejaron muy buen sabor de boca.
Frenético (Frantic, 1988).
Ambientada en el mismo París que visité durante un viaje de fin de curso del estirado y rancio liceo francés donde estudié, una película que me atrapó desde su primer visionado y que he vuelto a ver muchas veces. Primera vez que Emmanuelle Seigner aparece en la filmografía del director, dando la réplica a un impresionante Harrison Ford que busca, incansable, a su mujer secuestrada. Rodada con un envidiable sentido del ritmo, y una muy buena banda sonora de Ennio Morricone, es una película que se ha ido convirtiendo en imprescindible para mí. Por otra parte, su gigantesco cartel en el festival de cine de San Sebastián de la época fue mi primera fotografía en formato diapositiva. Aún la conservo. Indelebles recuerdos cinéfilos.
"Lunas de hiel" ("Bitter Moon", 1992).
Fui a ver esta película porque quería escuchar su banda sonora creada por Vangelis, que ya el mismo año había compuesto el score para "1492 Conquest of Paradise", de Ridley Scott. No me decepcionó, aunque no era la mejor música que el genial griego compusiera para el cine, y en su lugar me encontré de bruces con una desoladora radiografía de las relaciones de pareja que me dejó consternado por sus enormes dosis de rabia y dolor. Las partes más o menos depravadas no eran, desde luego, el problema. De nuevo Emmanuelle Seigner, con un espléndido Peter Coyote de vuelta de todo. Él le destroza primero a ella, y ella después le oblitera a él. No pueden estar juntos, no saben estar el uno sin el otro. Quizás sea la película de Polanski más terrorífica de todas. La he revisitado varias veces y siempre me produce la misma sensación de atracción/repulsión. Un film aleccionador como pocos.
"La venus de las pieles" ("La vénus à la fourrure", 2013).
Quizás un film menor en su filmografía, pero desde luego uno de los más entretenidos y fáciles de ver por su sencilla premisa. Thomas, Mathieu Amalric (o Roman Polanski en la película) es un director de teatro que atiende a Vanda (Emmanuelle Seigner) en su ruego para obtener un papel en su nueva obra. A partir de ahí Polanski entreteje un delicioso toma y daca entre ambos personajes que, poco a poco, va pisando el acelerador, desbocándose de manera muy efectiva y controlada, convergente a un final de lo más satisfactorio. Polanski nos brinda un teatro filmado de lo más sugerente y que le atrapa a uno sin remedio. Quien no conozca esta película ya está tardando en verla…
No hay comentarios:
Publicar un comentario