Paseando por esas calles asoladas
Rodeada de piel, huesos y cenizas;
Me meto de lleno en su silencio y olvido.
Tumbas, nichos,
Andando por el Camposanto.
Imponentes cruces y ángeles guardianes
Para pudrirse y ahogarse en llantos.
Hierros oxidados, flores marchitas
Mármol y cemento
Para las solitarias almas de los muertos.
Texto y fotografías: Malina Murnau
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