sábado, 25 de mayo de 2024

Mis tres favoritas de... Matt Dillon


 Alfonso Romero

“En el abismo” (“Over the Edge”, 1979), de Jonathan Kaplan.

Jonathan Kaplan, curtido bajo la tutela de Roger Corman en cintas de enfermeras, blaxploitation o hicksploitaion durante los setenta, terminó la década con esta interesante película sobre la frustración adolescente que ocurre en un pequeño pueblo donde no hay gran cosa que hacer y que supuso el debut frente a las cámaras de Matt Dillon. Entrados en los ochenta, Kaplan empezaría a jugar en ligas mayores (y a perder personalidad).

“La ley de la calle” (“Rumble Fish”, 1983), de Francis Ford Coppola.

Mucho más rica en simbología y más cuidada estilísticamente que “Rebeldes”, con la que forma un tándem sensacional, “La ley de la calle” es una de las películas esenciales de los primeros ochenta, y supuso la consagración de Matt Dillon como uno de los rostros esenciales de su generación. La presencia del actor en estos dos títulos arraigó fuerte en el imaginario cinéfilo, no en vano se requirió su presencia casi veinte años después para la análoga “Jóvenes salvajes” (2002), de Scott Kalbert.

“Tierra del mal” (“Bad Country”, 2014), de Chris Brinke.

Dillon encarna a un criminal al que pretende detener el policía interpreta Willem Dafoe en esta cinta de corte criminal ambientada en la Luisiana de los años ochenta. Único trabajo en la dirección para Chris Brinke.

Miguel Romero

“La ley de la calle” (“Rumble Fish”, 1983), de Francis Ford Coppola.

Tras debutar en el film de Jonathan Kaplan “En el abismo” en 1979, Dillon dio el espaldarazo definitivo en 1983 protagonizando nada menos que dos películas de Francis Ford Coppola, “Rebeldes” y “La ley de la calle”. En esta segunda con el papel de Rusty (que daría título a un tema del álbum “El barco de los locos” de Loquillo), siempre a la sombra de su hermano, “el chico de la motocicleta” (Mickey Rourke), quien regresará al barrio, cosa que no gustará lo más mínimo al policía del lugar (William Smith, quien le tuvo que demostrar a Rourke que no estaba para bromas, ni dentro ni fuera de la pantalla).

"Drugstore Cowboy" (“Drugstore Cowboy”, 1989), de Gus Van Sant.

De lo mejor del independiente Van Sant (quien tuvo sus coqueteos con la gran industria) en esta historia sobre adictos, protagonizada por Dillon bien acompañado de Kelly Lynch y Heather Graham. Con “Israelites” de Desmond Deker como tema principal, y con el propio William Burroughs haciendo de cura.

“El arte de robar” (“The Art of Steal”, 2013), de Jonathan Sobol.

Estrenada en nuestro país directamente en DVD y por televisión. Dillon es el liante hermano del protagonista, Kurt Russell, en esta película sobre complicados robos perfectos. Con secundarios como el británico Terence Stamp o el canadiense Stephen McHattie.

Fernando Rodríguez Tapia

Vamos con las tres de Matt Dillon de reciente actualidad por la presentación en Cannes de “Maria” (Jessica Palud, 2024), en la que encarna al mismísimo Marlon Brando, y con una filmografía amplia repleta de títulos destacables.

“Factótum” (“Factotum”, 2005), de Bent Hamer.

Esta excelente adaptación de la obra de Bukowski sirvió al actor para ofrecer una de sus grandes interpretaciones. Un retrato claro, conciso y matizado de un espíritu absolutamente libre en sus relaciones personales, en sus decisiones vitales y en su perspectiva de afrontar la vida sin equipajes ni remordimientos. Magnifico reparto, cuidada ambientación y acertada fotografía que capta perfectamente un mundo marginal irresistible a la par que sombrío. En recomendable programa doble con la algo más inferior “Barfly. El borracho” (“Barfly”, Barbet Schroeder, 1987) y la posterior lectura de las obras literarias que adaptan.

“La ley de la calle” (“Rumble Fish”, 1983), de Francis F. Coppola.

Una de las obras cumbres del cine norteamericano de los ochenta curiosamente apenas comentada por nuestros amigos ochentistas, siempre más complacidos por títulos confortables en lugar de obras de vanguardia como esta. De nuevo Coppola adapta a S. E. Hinton en paralelo a la menos interesante si bien más mediática “Rebeldes” (“The Outsiders”, Francis Ford Coppola, 1983) con la que comparte reparto (entre ellos Dillon) y temática (las pandillas) desde una perspectiva independiente y efervescente en lo visual. Un homenaje nada velado a las películas del mismo género de los años cincuenta con escenas memorables y una elaboración de un paisaje mítico donde no se elude cierto tono crepuscular. Perfecta película para las desaparecidas sesiones de medianoche.

“La ciudad de los fantasmas” (“City of Ghosts”, 2002), de Matt Dillon.

Como otros actores y actrices, Dillon también tuvo la necesidad de ponerse detrás de las cámaras creando esta fábula de exiliados en tierra extraña con la ayuda de Barry Gifford en el guion y resultados francamente estimables. Como buen interprete, destaca la dirección de actores y el trabajo de ambientación en una historia de encuentros y desencuentros fugitivos dentro de una trama criminal bien hilada, no exenta de sorpresas y donde destaca el tono febril de la aventura con algún aspecto que puede recordar a las obras de Graham Greene. Magnífico reparto donde todos brillan en algún momento, con mención especial para James Caan, Natasha McElhone y Gerard Depardieu. Un film de inesperada evocación cinéfila que merece la pena recuperar de vez en cuando.

Eduardo Álvarez Cónsul

“En el abismo” ("Over the Edge", 1979) de Jonathan Kaplan.

Esta película que fue el debut de Matt Dillon ha envejecido bastante bien, pues trata de temas que siguen actuales como la falta de oportunidades para los jóvenes y la especulación inmobiliaria.

"Drugstore Cowboy" (“Drugstore Cowboy”, 1989), de Gus Van Sant.

Matt Dillon y Kelly Lynch son un matrimonio que lidera un grupo de robafarmacias que se meten en todo tipo de líos.

“Solteros” ("Singles", 1992), de Cameron Crowe.

En la llamada película de la Generación X Matt Dillon toca en un grupo de rock y Bridget Fonda es su novia.

Joanna

“Todo por un sueño” (“To Die For, 1995), de Gus Van Sant.

Gus Van Sant volvió a contar con Matt Dillon tras “Drugstore Cowboy” (1989) en la más hollywoodiense “Todo por un sueño”, interpretando a una de las piezas (o estorbos) que Suzanne (Nicole Kidman) tiene que mover en su ansiado camino al éxito. Tendrá que quitarlo de en medio... Justicia poética o como queramos llamarlo, ese “hombre del lago” interpretado por el director David Cronenberg terminará por completar el puzle.

“Drugstore Cowboy” (“Drugstore Cowboy”, 1989), de Gus Van Sant.

Segundo largometraje de Gus Van Sant, que siguió a “Mala noche” (1987). Nuevamente una historia de desclasados, de outsiders, en unos Estados Unidos que parecían descomponerse en plena era Reagan y no tener lugar ni futuro para los jóvenes. Basada en una novela de James Fogle, Matt Dillon interpreta en “Drugstore Cowboy” a un yonkie que, junto a otros chicos y chicas, roban farmacias para ir subsistiendo. Sin moralina de por medio.

“Juegos salvajes” (“Wild Things”, 1998), de John McNaughton.

Después de dejar en shock a muchos con “Henry: Retrato de un asesino” (1986), John McNaughton había estado dando tumbos a lo largo de los noventa, cambiando de registros y combinando cine y televisión, cuando a finales de la década la taquilla le fue favorable con “Juegos salvajes”, aprovechando la fama (y las curvas) de Neve Campbell y Denise Richards, quienes estaban en un momento dulce de sus respectivas carreras. Kevin Bacon tampoco tendría reparo en mostrase desnudo, otro plus.

La crítica más estrábica la despachó considerándola un thriller erótico más de los tantos y tantos que se produjeron en los noventa, donde sí encajaban mejor las secuelas (para vídeo) que la siguieron.

Alfonso Carlos López

“La ley de la calle” (“Rumble Fish”, 1983), de Francis Ford Coppola.

Esta película icónica es una adaptación de la novela homónima de Susan E. Hinton dirigida por Francis Ford Coppola. El personaje de “el chico de la moto” es el eje central de la trama que transcurre en los años 50. Matt Dillon interpreta al adolescente Rusty James, hermano del citado “chico de la moto” (Mickey Rouke). Las pandillas tienen un papel fundamental y el personaje de Rusty quiere volver a esa época y al mito que representa su hermano en ese mundo. Me encanta la filmación tan vintage pero de gran calidad que realza la película.

“Capone” (“Capone”, 2020), de Josh Trank.

Debo decir que las películas de gánsteres siempre me han gustado mucho y este film me encantó. “Capone” se estrenó en vídeo el 12 de mayo de 2020 por la distribuidora independiente Vertical Entertainment ya que la pandemia impidió que se estrenara en cines. Trata sobre la salida de prisión, después de 10 años de condena, del mafioso Al Capone que con 47 años es excarcelado y padece demencia. Matt Dillon hace magistralmente el papel de Johnny. El tema de Capone ha sido un referente en la música y por supuesto en el cine. Citar dos temazos ska de artistas que me fascinan como el “Al Capone” de Prince Buster y el “Gangsters“ de The Specials, incluso el grupo francés Skarface puso su  nombre por Capone aludiendo a su seudónimo de Scarface y haciendo un juego con la k de ska.

Jóvenes salvajes (Deuces Wild, 2002), de Scott Kalvert.

Film ambientado en 1958 en Brooklin, Nueva York, con el trasfondo de pandilleros.  Los Deuces y los Vipers se enfrentan por la oposición de la primera banda a las drogas y la distribución de ella que quieren hacer los mencionados Vipers. Matt Dillon da vida a Fritzy, el mafioso del barrio. Una cinta con todos los ingredientes de pandillas, delincuencia y amor imposible entre la hermana de un miembro de la banda rival con otro pandillero. Muy interesante y con una banda sonora de lujo: Dion and The Belmonts, Frankie Avalon, Ritchie Valens, Jerry Butler and the Impressions, etc... Me gustaría reseñar que Link Wray tenía un tema magnífico, llamado “Deuces Wild”, que no está en la película, pero me ha parecido oportuno recordarlo ya que es el título de este film.

Oscar Villalta

“La ley de la calle” (“Rumble Fish”, 1983), de Francis Ford Coppola.

Representativo e icónico drama generacional, que el maestro Coppola filmó en un precioso blanco y negro, para enfatizar la nostalgia que siente este pandillero por los días de gloria de las guerras callejeras. Rusty James es el nombre del personaje interpretado por Matt Dillon, del cual hace una materialización majestuosa de muchos elementos comunes asociados a esa juventud desencantada y presa del desarraigo familiar, sin futuro y sin sueños, cuya única motivación consiste en luchar por tiempos mejores que no volverán. El propio padre de Rusty James, se encarga de recordárselo constantemente, pero sobre todo la figura de su hermano mayor, conocido como "el chico de la moto", una especie de rey suburbano venido a menos, que, aunque ya completamente acabado, sigue siendo para Rusty esa nota de color, que al igual que el pez que da título metafóricamente al film, no pierde sus ganas de vivir atrapado en la pecera de su barrio. Obra maestra.

“Juegos salvajes” (“Wild Things”, 1998), de John McNaughton.

En 1998, Neve Campbell y Denise Richards eran las super estrellas del momento, la primera por contribuir a la resurrección del cine de terror con "Scream. Vigila quien llama" (1997) y la segunda por protagonizar la polémica y destructiva visión del futuro del holandés Paul Verhoeven, "Starship Troopers (Las brigadas del espacio)" (1997). Kevin Bacon y Matt Dillon tenían mucha más escuela, como sabemos, pero no andaban en un buen momento por aquel entonces. Entonces llegó el tipo que hizo "Henry: Retrato de un asesino" (1986), juntó a los cuatro, y se marcó la que para mí es una de las mejores películas de su década, un film con mucha clase y muy grosero a la vez, íntimo y subido de tono por momentos, con tantos giros argumentales que descoloca (para bien) en su primer visionado, muy sexy y a ratos violento y cruel, y lo mejor, es que el cuarteto protagonista luce en su salsa y se nota que se lo están gozando. Un 10 para McNaughton. ¡Tú sí que sabes!

“La casa de Jack” (“The House That Jack Built”, 2018), de Lars von Trier.

Brutal y descarnada interpretación de la mente de un asesino en serie, que tal vez pudiera describirse como un slasher en clave postmoderno, en esta película de la que se empeñan en afirmar que es la menos Von Trier de Von Trier, idea que no comparto, pues es evidente la exhibición de todas las características afines a la obra de su autor, desde la fuerte polémica en su estreno y paso por festivales, hasta los momentos oníricos más desquiciados, rematados con soluciones imposible y un ritmo irregular convertido en virtud al jugar con el paralelismo del estado mental de este Jack, interpretado por Matt Dillon de una forma absolutamente extraordinaria, en el que fácilmente es uno de sus mejores trabajos. Momentos muy bizarros, situaciones angustiosas y un final que verdaderamente te saca de quicio. 

Una joya de las grandes.

Esther Checa

Matt tiene un "no sé qué" especial que traspasa sus pupilas.

Muchísima fuerza escénica, es obvio, pero observo algo muy salvaje, a la par que muchísima ternura o sufrimiento en un pasado.

Aunque en "La ley de la calle" (1983) esté imparable, mi apuesta principal se decanta por su vis más histriónica, ya que de "maldito" le sale sin interpretar apenas.

“Algo pasa con Mary” ("There's Something About Mary" ("Algo pasa con Mary", 1998), de Peter Farrelly & Bobby Farrelly.

Verle en ese papel de detective privado ridículo (pero no tanto...) con tintes "Mendozianos" e incluso cierta mezcolanza "Torrentiana" es, a mi modo de ver, SUBLIME.

La autoparodia es uno de los campos más difíciles y lograrlo sin falso efectismo.

"El amante de la luna" (“Liar’s Moon, 1981), de David Fisher.

Porque sí. Jack es para enamorarse una y mil veces tras ese "sostenido" en ternura y expresividad facial.

Si sumamos el plus de ver a ¡Yvonne de Carlo!, nada más que añadir, señoría.

“Juegos salvajes” ("Wild Things", 1998), de John McNaughton.

No es que me impresione demasiado el texto ni el subtexto del film, pero entiendo un punto de corte e inflexión dentro del poder "sacar" un film más o menos comercial teniendo tintes de "S" y una trama sencilla, pero para pensar, en la cual Matt y Campbell están para cometer varios pecados capitales sin confesión ni nada. Soberbios.

Rafa Coronel

“Algo pasa con Mary” ("There's Something About Mary" ( "Algo pasa con Mary", 1998), de Peter Farrelly & Bobby Farrelly.

Pocas películas recuerdo haber visto en el cine en que me haya reído más que con ésta - la Salchicha Peleona incluida, pero la primera sin ayuda estupefaciente -. Cameron Díaz está preciosa, Ben Stiller graciosísimo y Matt Dillon entre altamente hostiable y a la vez comprensible, lo cual es exactamente lo que requería su papel. La veo al menos una vez al año y siempre me descojono.

“Crash (Colisión)” (“Crash”, 2004), de Paul Haggis.

Recuerdo que cuando salió lo primero que pensé fue "¿otra adaptación de la novela de Ballard?". Pero, aunque tengan en común el título y los accidentes automovilísticos, esta película se olvida por completo del morbo para centrarse en el racismo como tema principal. Ganó el Oscar a mejor película y Dillon fue nominado muy merecidamente.

“Pawn Shop Chronicles” (2013), de Wayne Kramer.

Tarantinada/Guyritcheada de Hacendado, admito que esta película es un placer culpable porque realmente es malísima a pesar del cojonudo reparto que tiene (Dillon, D'Onofrio, Elijah Wood, Paul Walker...), pero es que me lo paso pipa con la total desinhibición y desvergüenza que muestran tanto los actores como los que perpetran guion y dirección. Te salva más de una tarde aburrida, garantizado.

Jorge Arincón

“Factótum” (“Factotum”, 2005), de Bent Hamer.

Aquí Matt Dillon da vida a Henry Chinaski, el alter ego del escritor Charles Bukowski en para mí la mejor adaptación al cine de su obra. 

En “Factótum” se refleja el universo de las novelas de Bukowski con sus putas, sus borrachos, sus perdedores, sus pensiones baratas, ....

Matt Dillon está inconmensurable en el papel de borracho empedernido que va de trabajo en trabajo sin ningún futuro, que encuentra su momento de gloria cuando apuesta en las carreras del hipódromo.

Disfruté mucho cómo fan de Bukowski de esta adaptación y creo que este film y el papel de Dillon son infinitamente mejores de aquella adaptación “Barfly. El borracho” (1987) con Mickey Rourke que sí me decepcionaron.

Con esta interpretación Dillon demostró que no era una cara bonita, como muchos pensaban, sino un auténtico actorazo.

“Algo pasa con Mary” ("There's Something About Mary" ( "Algo pasa con Mary", 1998), de Peter Farrelly & Bobby Farrelly.

Divertidísima película que he vuelto a ver alguna vez para comprobar que sus gags y su historia aún se mantienen y funcionan.

Aquí Matt Dillon demuestra su versatilidad como actor y se adapta perfectamente a su papel demostrando dotes para la comedia.

Todo el reparto está genial, por supuesto destaca Cameron Díaz, que quedaría encasillada después de este rotundo éxito. Pero especial mérito aquí para Matt Dillon al que nunca había visto en su faceta cómica y consigue hacernos reír a carcajadas.

“Drugstore Cowboy” (“Drugstore Cowboy”, 1989), de Gus Van Sant.

Gus Van Sant tuvo un arranque prometedor con películas como ésta. 

La historia de esta pandilla de inadaptados que se dedica a asaltar farmacias, la superstición del sombrero sobre la cama, el cameo de William Burroughs, ...

En definitiva, muy buena película y gran interpretación de Dillon. Sobre cómo evolucionó luego Gus Van Sant, mejor no hablar...su última "genialidad" ha sido la segunda temporada de la serie “Feud” que es soporífera y la he dejado de ver al segundo capítulo.

Hacer finalmente mención especial al papel de Dillon en "Crash". Su interpretación en el papel de policía racista, con un aspecto dejado y sobrepeso es también magnífica.

Malina Murnau


Juegos Salvajes ("Wild Things", 1998), de John McNaughton.
Mi película favorita de Dillon. Aparte de trabajar con Kevin Bacon y el gran Bill Murray (cuando aparece, todo es mejor) hay crimen, sexo y engaños. Toda una delicia de film.

“Algo pasa con Mary” ("There's Something About Mary", 1998), de Bobby Farrell y Peter Farrelly.
Supongo que tendrá películas mucho mejores, pero no soy muy fan de este actor. Son de esos intérpretes que ni los odias ni te encantan. O sea, que me quedo en segundo lugar esta comedia con Ben Stiller (me encanta este actor) y Cameron Diaz. Un cachondeo desde el principio al fin. Muy recomendable si lo que quieres es pasarlo pipa.

“Rebeldes” ("The Outsiders", 1983), de Francis Ford Coppola.
Fue la primera película que vi de Dillon, y hace poco la volví a ver y la verdad, me lo pasé muy bien con ella. Pero sin duda el papel que me gusta más es el de Patrick Swayze (el mejor), pero Matt Dillon sería el segundo de las mejores actuaciones.


Pepe Torres

Mi segundo Matt Dillon favorito (tras el nombre del personaje encarnado por el gran James Arness en “La ley del revólver”)... Por escoger tres películas:


"La ley de la calle" ("Rumble Fish", 1983), de Francis Ford Coppola.

De sus roles como antihéroe juvenil de Susan E. Hinton, mi favorito es su Rusty James, eternamente condenado a vivir a la sombra de “el chico de la moto”.

"Drugstore Cowboy" ("Drugstore Cowboy", 1989), de Gus van Sant.

Quizá su mejor interpretación, un drogadicto creíble en un entorno de “familia” disfuncional en el San Francisco setentero.

"Algo pasa con Mary" ("There's Something About Mary", 1998), de Bobby y Peter Farrelly.

Tras muchos años de papeles intensitos y conflictuados, descubrir una vis cómica soberbia me resultó toda una revelación.


Oscar "Woody" Correa

Si la carrera de Matt Dillon se resumiera en una solo palabra, sería versatilidad. Desde su inicios y ascenso como Ídolo adolescente a finales de los años 70, su transición a roles más maduros (llegando al reconocimiento de la critica y a los premios), y la posterior exploración de personajes oscuros, yo me quedo mejor con los personajes que podríamos denominar de “Bad Dillon”. 

“La casa de Jack” (“The House That Jack Built”, 2018), de Lars von Trier.
Dirigida por el siempre controvertido Lars von Trier, este thriller psicológico se centra en Jack (Matt Dillon) un arquitecto y asesino en serie que reflexiona sobre su vida y sus crímenes. Dillon entrega una actuación perturbadora y compleja, explorando la mente de un personaje profundamente perturbado. La película es también controvertida por su contenido gráfico y su exploración del mal y la creatividad, pero la interpretación de Dillon ha sido muy reconocida en todos los ámbitos por su valentía y profundidad. Este papel mostró su capacidad de asumir riesgos y desafiarse a sí mismo en roles mucho más oscuros y desafiantes, consolidando su reputación como ese actor VERSÁTIL y comprometido del que hablábamos.

"Drugstore Cowboy" ("Drugstore Cowboy", 1989), de Gus Van Sant.

En esta película dirigida por Gus Van Sant, Dillon interpreta a un adicto a las drogas que lidera una banda de ladrones de farmacias. Su actuación es profunda y controlada, capturando tanto el encanto como la desesperación del personaje. La película que fue muy bien acogida por la crítica, y con razón, es considerada un hito en el cine independiente americano y de la filmografía de Gus Van Sant. Dillon también recibió numerosos elogios por su interpretación, incluyendo un Premio Independent Spirit, lo que consolidó su reputación como un actor serio y VERSÁTIL.

"Algo pasa con Mary" ("There's Something About Mary", 1998), de Bobby y Peter Farrelly.

Esta comedia pseudo-romántica, dirigida por los hermanos Farrelly, es una de las películas más exitosas y recordadas de la década de 1990 para toda una generación, entre la que me incluyo evidentemente (la típica película que puedes ver 10 veces sin el mayor esfuerzo y siempre sacar alguna cosita nueva). Dillon interpreta a un pseudo-detective privado con malas artes que se enamora de Mary (papelazo Cameron Diaz) mientras la sigue en una también pseudo-investigación. La película es mítica por su humor irreverente y sus situaciones absurdas, y el papel de Dillon mostró su habilidad para la comedia, aportando un toque memorable al personaje, que roba  incluso protagonismo al de Ben Stiller. Personaje malvado pero en comedia demostrando esa VERSATILIDAD.




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