La Cripta de los Condenados: Pepe Torres Lorenzo

 

Pepe Torres Lorenzo, Pepetorrito (Las Palmas de Gran Canaria, 1966). Me nacieron frente a un cine de barrio. Mi madre, a diferencia de la de Gila, sí estuvo presente. Crecí entre pipas, carcajadas a destiempo y películas de Eddie Constantine, Maciste o Marisol. Pasé de los rombos al cine “S” sin solución de continuidad. Y me empeñé en vivir mi vida de forma vicaria, a través de las de los demás, en alguna pantalla (grande o pequeña, en blanco y negro o colorines, haciendo tracking como forma de existencia). La Asociación de Cine Vértigo sigue marcando mi vida tras cinco lustros. Primero escribir de cine en fanzines universitarios, luego radio y tele locales, programar, presentar, coloquiar, comentar y, finalmente, convertir una afición enfermiza en un oficio, el de proyeccionista. El cine ha sido mi sol, y pese a los múltiples eclipses en mi trayectoria, sigue iluminando mi periplo.

¿Cuál fue el primer referente que recuerdas en el fantástico y el terror?

De muy niño recuerdo fisgar la emisión de “Historias para no dormir” en TVE, agazapado tras una esquina del pasillo. Y de pequeño disfrutar con el cine infantil (tipo Disney) de componente fantástico. Mi primer recuerdo cinematográfico es ver “Mi amigo el fantasma”, y ya luego “Chitty Chitty Bang Bang” o “La bruja novata”. Poco después descubrí a Ray Harryhausen (antes incluso que a Willis O'Brien) y mi vida nunca volvió a ser igual... “Mis terrores favoritos” (siempre vuelvo a Chicho) acabó de convertirme en lo que soy.

¿En el terreno cinematográfico, cuál es tu director favorito del género?

Me resulta absolutamente imposible escoger solo uno. Tengo debilidades (Tourneur, Fisher, Chicho, Bava, Hough, Carpenter, Baker, Corman, Cohen, Fukasaku, por citar solo un puñado de directores  del género a los que siempre vuelvo), pero me precio de ser cinéfago (mi antiguo nick de FB) y teléfilo, así que no le hago ascos a casi nada.

¿Y quiénes son tu actor y actriz preferidos que han despuntado en el mismo?

Mi pasión por la Casa del Martillo me lleva a destacar la dupla Peter Cushing y Christopher Lee entre los iconos masculinos del terror, y a Caroline Munro entre las actrices más emblemáticas (además de coincidir con mi periodo de formación como espectador).

¿Cuál destacas como tu película de terror predilecta?

No diría que tengo una favorita per se, depende de épocas, estados de ánimo, mis propios vaivenes vitales, etc. Pero, como apuntaba antes, hay cosas a las que vuelvo una y otra vez. De las vistas en una sala de cine, “Zombi”. De las descubiertas (con ojos como platos) en la tele, “La leyenda de la mansión del infierno”. De entre las fantásticas, “Capitán Kronos, cazador de vampiros” (Brian Clemens es uno de los dioses de mi panteón politeista), “¿Qué sucedió entonces?” (Kneale comparte podio) o “El hombre de mimbre”. Pero mañana te diría otra(s).

¿Universal o RKO? ¿Hammer o Amicus?

Universal sentó las bases y creó la iconografía de los monstruos clásicos, y aunque adoro a Val Lewton y Tourneur, creo que su importancia es mayor. Algo que también se puede aplicar a la docotomía Hammer/Amicus. Por eso, aunque me suelen gustar más las anomalías, los títulos fallidos (adoro la Amicus), me quedo con la Hammer.

¿Cuál es tu subgénero favorito dentro del terror y el fantástico?

Dentro de las “pelis de miedo”, aprecio especialmente los ambientes frente a la terrible omnipresencia de los jump scares, de modo que diría que tengo debilidad por el terror psicológico y el folk horror. De entre el cine fantástico, me fascinan las ucronías, las distopías y la “espada y brujería”. Pero casi cualquier cosa excepto las execrables reescrituras recientes para “young adults”.

¿Casan bien el terror y el erotismo?

Como mano y guante. Es imposible entender el uno sin el otro. Desde sus mismo orígenes, el terror situó a doncellas en peligro, preferiblemente con ropajes delatores, en el centro de las tramas. El cambio social y del paradigma las ha convertido en final girls, pero siguen siendo bellas frente a bestias.

¿Cómo ves el género en los últimos años?

Irregular. No soy especialmente crítico con las derivas contemporáneas (me gusta el “terror elevado”, por poner un ejemplo), pero también es cierto que consumo pocas secuelas, reboots, recuelas y demás hierbas. No me interesan los productos construidos con el único interés (discutible) de la marca, la mercadotecnia y la apelación (cansinísima) a la nostalgia.

¿Cuál es la película más salvaje y gamberra que recuerdas?

Como hijo espiritual de los 70, tengo necesariamente que quedarme con alguna de esa época. Tal vez la importancia de “La matanza de Texas” no se entienda hoy en día, pero constituye un hito histórico en la representación realista del mal (aunque siempre con sorna, ya totalmente destapada en la secuela).

¿Cuál es tu escritor favorito del género?

Philip K. Dick, H.P. Lovecraft y E.A. Poe. Ahí sí que te diré los mismos mañana, pasado y el día siguiente.

¿Cuál sería tu grupo o solista musical favorito dentro del fantástico y el terror?

Supongo que Goblin entre los grupos. Aunque soy más de compositores (Herrmann, Morricone, Goldsmith, Barry, Carpenter, Hisaishi y mil más). Aprecio mucho el uso inteligente y atinado de una canción concreta en un momento determinado (ahora mismo se abusa del uso de canciones con letras ilustrativas, que es un espanto). Por ejemplo, el “Both Sides Now” por Judy Collins al final de “Hereditary”. 

¿Cuál es tu comida favorita? (puedes indicar hasta tres platos distintos) ¿Y la bebida?

La maldita diabetes me viene limitando mucho las comidas y bebidas este último año, así que voy a elegir los platos que más echo de menos: la lasaña, el cocido y algo tan sencillo como combinar unas papas fritas con pan. También lloró una pequeña lágrima por las bebidas refrescantes con azúcar que me ayudaban a mantenerme en pie a diario y el ron dorado, my poison of choice.

¿Crees en el más allá? ¿Piensas que hay algo más que este mundo?

No, no solo no creo, sino que niego fervientemente su existencia. Como cuento de hadas que lleva a algunos a comportarse (más o menos) civilmente me parece una buena herramienta de control social, pero nunca (desde que tengo uso de razón) me he engañado pensando en que hay otro(s) mundo(s). La ultratumba solo da terror (y como tal la disfruto).